Esta semana el mundo occidental se ha tragado, con un nudo en la garganta, la tragedia de 149 personas asesinadas, sin escrúpulos de ningún tipo, por quien tendría que haberlos conducido con mano firme a su destino. La catástrofe de los Alpes franceses nos ha sacudido, atemorizado y sumido en el estupor de lo incomprensible. Los que vivimos en islas y dependemos del avión para cualquier traslado, los que tenemos hijos a los que, por motivos de trabajo o estudios, no les queda más remedio que estar del tingo al tango (mi hijo vivió un tiempo en Düsseldorf e hizo más de una vez ese viaje), los que, incluso después de tantos años viajando, sentimos que eso de estar suspendidos entre el cielo y la tierra no es normal, no podemos evitar el escalofrío y el temor ante próximos viajes.
lunes, 30 de marzo de 2015
lunes, 23 de marzo de 2015
lunes, 16 de marzo de 2015
Mi casa es mi castillo
Toda persona tiene inscrito en sus genes, estoy segura, el afán de tener un lugar donde vivir que sea enteramente suyo. Un sitio íntimo, recogido, privado, en el que del mundo exterior solo entren aquellos que tú quieras.
lunes, 9 de marzo de 2015
Baby boom
Esta semana, Álvaro, mi cuarto nieto, ha nacido con la luna llena. Ha saludado al mundo con un grito que se ha oído más allá del paritorio, en la sala donde otros abuelos esperaban el milagro que es el nacimiento de un niño. Todos hemos sonreído y algunos (yo, por supuesto), llorado. No hay mejor ocasión para la risa y el llanto que ver y oír nacer a un nuevo ser.
lunes, 2 de marzo de 2015
Pompas de jabón
Hace cosa de un par de años salió en la tele un anuncio en el que un niño abría un regalo y descubría, extasiado y maravillado, que dentro había ¡un palo! Ahí es nada, un palo. Que puede ser transformado en remo, en escopeta, en estandarte de un castillo.
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