En los tiempos en que trabajaba y mi hijo iba todavía al Instituto, los dos a veces hacíamos un "duelo de famosos", contando los saludos que cada uno recibía por las calles de La Laguna. Hacíamos trampas, claro, porque si veíamos que el otro iba ganando, nos poníamos a saludar a cualquiera que pasara sin conocerlo de nada. Y cuando recordamos ahora semejante tontería, siempre nos reímos porque los dos sabemos que la fama es efímera y peligrosa y alienante. Sí, mucha gente la persigue, a lo mejor por aquello de "cobra buena fama y échate a dormir". Pero no se fíen. A mí me gusta más la frase de Marco Aurelio que dice: "Si la fama llega después de la muerte, no tengo prisa en conseguirla".
Todos hemos conocido a gente famosa. ¡Yo hasta tengo amigos que han sido y son famosos! Mi amiga Chari, porque fue la primera jugadora canaria de baloncesto que fue internacional; mi amiga Ani, cuando fue Miss Tenerife; mi profesor Don Emilio Lledó, que es académico, Premio Príncipe de Asturias, Premio Nacional de las Letras Españolas y un filósofo como la copa de un pino; mi amiga Ana, por ser la primera mujer nombrada Presidenta de la Academia de Ciencias...
Pero también me he rozado en la vida con algún famoso (seguro que ustedes también). Yo, con el Papa Benedicto XVI cuando él pasaba casualmente en el papamóvil por la Plaza de San Pedro, a pocos metros de nosotros, repartiendo bendiciones a diestro y siniestro; con Javier Solana, cuando era Secretario de la OTAN en un acto de la Universidad en el que hablamos un ratito; con Jerónimo Saavedra, cuando era Presidente de la Comunidad de Canarias y lo saludamos en Londres en medio de Oxford Street; con el dramaturgo Buero Vallejo, con el que comentamos, en el Colegio Mayor, "Historia de una escalera"... El último fue con el Premio Nobel de Física 2006 John C. Mather, al que saludé y con el que me retraté, como ven en la imagen inicial (después de todo una no se encuentra con un Premio Nobel todos los días), en la Universidad de La Laguna cuando lo nombraron este mayo pasado Doctor Honoris Causa al mismo tiempo que a mi amiga Ana Crespo.
Me ha encantado conocerlos, la verdad, y los admiro por lo que han hecho. Pero, como aquellos esclavos que iban en los desfiles romanos detrás de los héroes repitiéndoles lo de "Recuerda que eres mortal", me gusta también bajarlos a la altura humana. El mismo John C. Mather en una autobiografía cuenta que se crio en una casa "en la cima de una larga colina, con vistas a un valle lleno de campos, granjas y bosques" e iba a la escuela con los hijos de los agricultores de la zona. Cuenta sus habilidades y sus carencias (le gustaba la física, pero no se le daban bien las humanidades) y reconoce las ayudas prestadas.
El actor Richard Gere en una entrevista dice sobre la fama: "No tiene nada de especial ni nosotros somos seres especiales. Estamos hechos del mismo material que el resto de los seres humanos, y esto hay que tenerlo claro siempre". Y relacionado con esto, recuerdo el casi final de la película Notting Hill en la que el personaje de Julia Roberts es una actriz superfamosa que le pide salir al chico que le gusta, un librero de Notting Hill. Este la rechaza precisamente por la fama -"Vivo en Notting Hill y tú en Beverly Hills, todo el mundo te conoce y mi madre a veces no recuerda ni mi nombre"-, a lo que ella le contesta: "Eso de la fama no es real ¿sabes? Y no olvides que solo soy una chica delante de un chico pidiendo que la quieran."
Al final todo -la fama, los honores-se reduce a eso, a ser personas delante de un reto , a ser seres humanos en busca de aquellas cosas que nos hacen felices.
Pienso que más que como se sientan ellos, es como les veamos nosotros.
ResponderEliminarSAludos.
Por supuesto, Manuela, somos nosotros quienes les damos la fama (buena o mala). Es una de las prerrogativas de vivir en sociedad, qué le vamos a hacer. Gracias por tu puntualización.
EliminarSaludos.
Hola Jane. La fama es peligrosa porque hay demasiada gente que es capaz de cualquier cosa con tal de "los 15 minutos" de ser famosa. Y a veces hasta mienten descaradamente. Esos personajes les gusta más crear un mundo de cartón piedra , pero falto de vida .... Y así nos va.
ResponderEliminarHay quien dice que el tiempo pone a cada uno en su lugar y que les llegará el karma....Yo no estoy tan seguro.
Un beso Jane. Juan
Es uno de los peligros de la fama, sí. Unido a pensar que la fama va de la mano del éxito o del dinero, en suma, de la felicidad. Hemos leído tanto de todos aquellos que no han sabido capearla bien... Niños prodigio que crecen y ven que ya nadie los llama, deportistas que tienen que retirarse y echan de menos el sentirse importantes, influencers que ya no están de moda... El mundo de cartón piedra del que sabiamente hablas.
EliminarUn beso, Juan.
Gracias, Isa, por acordarte de mí, pero no es comparable con todos esos personajes que conoces del mundo de las Ciencias, de las Letras, del Cine o mi tocaya Ana Crespo. Un abrazo, querida amiga.
ResponderEliminarCada uno es famoso en un ámbito determinado y en un tiempo determinado. Hubo un tiempo en que se conoció tu nombre y te hacían entrevistas, pero como, además de guapa, eres una mujer inteligente, sabías que era algo pasajero y que no era lo que te definía de verdad. Lo importante es que se te recuerde por lo buena persona que eres y porque siempre actuaste lo mejor posible. Esa es la verdadera fama.
EliminarUn beso, Ani.
Solucionado problema
ResponderEliminarNo sé por qué a veces aparece "anónimo" y se borra el nombre del remitente. Misterios de la informática...
EliminarPues si que tienes en tu haber una buena galería de famosos. Que divertido lo del duelo con tu hijo...
ResponderEliminarSi te pones a pensar, todos hemos conocido o nos hemos "rozado" en la vida con algún personaje famoso (por ejemplo, en obras de teatro). Sobre todo porque no viven en jaulas de oro. El rey mismo, cuando era príncipe, vino a visitar mi Instituto y hubo incluso una profesora que se compró hasta un modelo de Dolce&Gabbana para la ocasión :-D Pensaba, por lo visto, lo contrario que Richard Gere, que hay gente que está hecho de otro material.
Eliminar¿Quién es ese que está al lado de esa chica tan famosa?
ResponderEliminarJajajaja, me recordaste un chiste de gomeros, cuando Chinea el gomero fue a visitar al Papa y al asomarse a la ventana, la gente decía: "¿Quién será ese tipo de blanco que está saludando al lado de Chinea?"
EliminarMuchas gracias, Jane, por incluirme en tu lista de famosos, pero creo que es excesivo hacerlo. Sobre todo, porque no respondo al cliché de los que lo son, ni tampoco tengo ningún interés en serlo.
ResponderEliminarUn famoso es alguien ampliamente conocido y yo no paso de serlo entre mi familia, mis amigos y mis compañeros, ámbitos, para mí, más que suficientes y los mejores que puedo tener.
Lo que va más allá de ellos seguro que no trae más que complicaciones, compromisos y engorros, cosas que no envidio y de las que huyo conscientemente.
Conclusión: no nací para ser famosa...
Ay, Chari, y ayer mismo te dieron un Trofeo por la Igualdad en el XI Premio Cristo Marrero al compromiso y la semana pasada te invitaron a Las Palmas a la entrega de premios del Día de Canarias y no hay un mes en el que no te hagan una entrevista por la radio o por la tele... Eso es ser famosa, lo quieras o no.
EliminarOtra cosa es que tú tengas los pies en la tierra y sepas quién eres y lo que de verdad importa.
Por cierto ¿me firmas un autógrafo? :-D
Charo, nunca pretende que tu quise ser famoso, te aprecia por la buena gente que es,con su forma de ser,y ver el mundo
EliminarJustamente, una cosa es el reconocimiento y la valoración que hacemos de los famosos. Y otra es el aprecio que la gente cercana (tu familia, amigos y los que te conocen de siempre) te aprecia por cómo eres.
EliminarLo que me he reído con los saludos a los desconocidos. ¿Y eran correspondidos u os miraban raro? :D
ResponderEliminarY sobre tu reflexión sobre la fama, a mí no me gustaría tenerla al estilo de Anna Scott (ni de Julia Roberts), pero no me importaría tenerla al estilo de John C. Mather porque dinero del premio aparte, le han reconocido su contribución a la ciencia y a mí me habría encantado ser así de lista. Al mismo tiempo, no creo que lo acosen los paparazzi ni lo esperen los fans a la puerta de su casa.
Un abrazo
La mayoría nos correspondían, debían pensar "¿De qué conoceré yo a esa?".
EliminarAl pobre John C. Mather lo acosó una señora jubilada que se empeñó en sacarse una foto con él, jajajaja. La verdad es que fue simpatiquísimo y puso cara de entenderme cuando le di las congratulations en mi inglés macarrónico. También yo puse cara de entenderle cuando me dijo una parrafada.
Y tienes razón, hay famas y famas.
Un abrazo.