Encontré en Facebook, en una página que se llama "Yo amo los 80s y...", esta imagen que inmediatamente me hizo sonreír. ¿Recuerdas cómo se llama este juego? ¡Pues claro que todos los que fuimos niños en los años 50 lo recordamos! Mientras los niños pasaban bajo ese puente hecho de brazos infantiles, cantábamos: "¡Que pase misín, que pase misán, por la Puerta de Alcalá, los de alante corren mucho y los de atrás se quedarán". Cuando terminaba la canción, apresaban bajando los brazos al que pasaba en ese momento y en secreto se le daba a elegir entre dos opciones (colores, o frutas, o sitios...). Entonces el niño pasaba al bando elegido cogiéndose de la cintura del de delante y al final, cada bando tiraba para que el bando contrario sobrepasara la raya dibujada en el suelo.
Una vez leí que este juego se inventó durante las guerras napoleónicas, allá por los inicios del siglo XIX, y que ese misín y ese misán eran deformaciones de monsieur y madame. La finura afrancesada y el que tan finamente también se propusiera elegir bando contrastaban con la fuerza que cada uno hacía desde su fila para que el otro perdiera. Muchas veces acabábamos todos en el suelo entre risas.
Esa imagen tenía tropecientos comentarios en Facebook, sobre todo de Hispanoamérica. Desde Perú y Colombia decían que el juego era "El puente está quebrado, ¿con qué lo curaremos?, con cáscara de huevo y burritos al potrero. Pase el Rey que ha de pasar, que el hijo del Conde se ha de quedar". En Chile, "El puente está quebrado, ¿quién lo quebró? La hija del Rey, la tomaremos presa por uno, por dos y por tres". En Argentina, "Martín pescador, ¿me dejará pasar? Pasará, pasará, pero el último quedará". En Venezuela, "Alalimón, alalimón, el puente se ha caído, alalimón, mándalo a componer, alalimón, ¿con qué dinero?, alalimón, con cáscara de huevo, sol y luna, déjame pasar con todos los niños a la capital, el de alante corre mucho y el de atrás se quedará". En México, "A la víbora, víbora de la mar, por aquí pueden pasar, los de alante corren mucho y los de atrás se quedarán tras, tras, tras"... Incluso hay una versión en Euskadi del "que pase misín" en el que los de atrás se quedarán "a limpiar el orinal con azúcar y aguarrás".
De todo este batiburrillo me llaman la atención tres cosas. Lo primero es lo copiones que somos. Basta que algo venga de fuera para que nos lo apropiemos. Aunque el extranjero nos esté invadiendo, "que pase monsieur, que pase madame".
Otra es el poder de la difusión, la transmisión del juego, el boca a boca, la línea que lleva desde el "que pase misín" original hasta sus versiones en todos los países de habla hispana ¡durante dos siglos!. Que sí, que son versiones distintas, pero en todas se habla de pasar por un puente en el que todos corren y se queda uno.
Y lo tercero que me parece digno de atención es: ¿Cómo podíamos estar tan entretenidos la media hora del recreo jugando sin parar a este juego tan simple? Y no solo en el colegio, también recuerdo jugarlo niños y niñas en la calle en los veranos de Los Realejos. Pero es que era divertido, inocente, gratuito y todas las demás connotaciones de un juego. Hablábamos, discutíamos (sobre todo, cuando alguno se pasaba al plantear la elección: "¿Qué prefieres, un riquísimo helado de chocolate o un asqueroso frangollo?"), hacíamos ejercicio, cantábamos y nos reíamos a carcajadas. Desde luego, no estábamos inmóviles y pasivos ante una pantalla. ¿Habrá algún niño de ahora que le pregunte a sus amigos: "Oye, ¿jugamos a que pase misín?"
Ay, Jane, cuántos recuerdos me trae este y otros muchos juegos de nuestra infancia y juventud. No solo haciamos ejercicio y nos reíamos con el "pase, misín". También lo hacíamos, y mucho, con el ¡¡Alerta...!! O con el brilé también. Yo creo que descubrí mi gusto por el ejercicio físico y los deportes, gracias a esos juegos tan divertidos. Por todo eso, hoy me permito reivindicarlos y recomendarlos a los maestros actuales, para que sus alumnos los conozcan y los practiquen. Seguro que no se arrepentirán de intentarlo...
ResponderEliminarLa verdad es que recuerdo pocos juegos tranquilitos. Tal vez cuando tocaba la temporada de "las piedritas" o de "las estampitas" (o cromos), pero todos los demás eran juegos de movimiento: el hulahop, el brilé, Alerta, los hermanitos, el escondite, el baloncesto por supuesto, el pañuelo, la comba... Éramos infatigables y teníamos energía para gastar y regalar.
EliminarLes he preguntado a mis nietos (10 y 11 años) que a qué juegan ellos en el recreo. Los dos (niño y niña) dicen que sobre todo al fútbol. Y ella dice que que muchos días no juegan sino que se pone a hablar con las amigas.
Pues eso.
Ya te digo yo a ti que los niños ahora juegan a cosas distintas. Yo no he llegado a conocer este juego, pero sí a la comba y cosas así. La vida cambia.
ResponderEliminarSAludos.
La comba era de los juegos que más nos gustaban y además de los más difíciles ¿Te acuerdas de los dobles? Mis nietos han jugado alguna vez pero poco. Y tienes razón, juegan a cosas distintas, aunque hay algunas coincidencias: el fútbol y el baloncesto siguen siendo para ellos los deportes reyes.
EliminarSaludos, Manuela.
Que pasemisí ,que pasemisá...
ResponderEliminar¡¡Que tiempos aquellos!!
Que tal están ,Isa.
Un abrazo para los dos
Es verdad, Yoli, qué tiempos... Aunque si te digo la verdad, no volvería atrás ni por un millón de euros.
EliminarUn abrazo.
Hola Jane. Creo que a este juego no jugué nunca. Seguramente porque era de la década anterior a cuando yo jugaba a la calle. Jugábamos: "Al quedo", "A la piola" y luego para refrescarnos nos íbamos a comer fruta "prestada" al barranco que estaba no muy lejos( en primavera nísperos, en verano moras y ciruelas...). Otros tiempos....Y por desgracia ningún niño o niña de hoy jugará nunca a este juego. Las redes son demasiado poderosas. Un beso Jane. Juan
ResponderEliminarSí, Juan, tú eres muy jovencito al lado mío. Me acuerdo del quedo y de piola (que siempre se me dio mal porque tengo una descoordinación que me hace saltar cuando no toca :-D). También recuerdo ese juego del préstamo de frutas (uvas en mi caso) en los veranos de pueblo. Una los recuerda dorados, perezosos y felices.
EliminarMi hija y mi nuera recuerdan jugar al elástico, a la cogida, a los cromos y sorprendentemente también al que pase misín. Y mi nuera, que es maestra de infantil me dice que no hay redes en los recreos de los niños. Eso es una buena noticia, Juan, a lo mejor hay todavía esperanza :-D
De nuevo me llevas al patio del colegio, cuántas veces jugamos al "pase misin, pase misan". Pero por más que hoy añoremos esos juegos no veo a nuestros nietos jugando a esto, es más, los juegos de nuestros hijos también fueron otros... Sigo sonriendo nerviosa pensando detras de quien me voy a poner... Besos Isa.
ResponderEliminarMi profesor de filosofía, Don Emilio Lledó, dice siempre que somos memoria. El patio del colegio forma parte de lo que somos y es asombroso como, ahora que hace tantos años que no existe, siga estando tan presente en nuestros recuerdos.
EliminarA mí me despertó el recuerdo la imagen de FB, y enseguida me vino a la mente cuando los que hacíamos de "puente" tratábamos de convencer pintando nuestra opción con los mejores colores. Todavía se jugaba cuando mi hija y mi nuera eran niñas, por lo menos ellas recuerdan la canción. Los nietos ya son otra cosa...
Un beso, Pili.
No sabíamos entonces que era "La Puerta de Alcalá" por donde pasaban misin y misan.
EliminarEs verdad. Sonaba muy rimbombante pero como un lugar lejano, como decir Samarkanda o algo así.
EliminarQue pase misín...Qué recuerdos. Da igual el lugar del mundo y las diferentes letras del canto, lo bonito era que la infancia compartiera este alegre juego...Cantábamos, participábamos con orden en la fila y además hacíamos ejercicio de fuerza con toda la energía de nuestro equipo. El lugar era la calle. Qué más se podía pedir.
ResponderEliminarNosotros sí que podíamos decir en aquel momento que la calle era nuestra. Pasaba un coche de pascuas a ramos y la teníamos toda pintarrajeada con tizas para el brilé, para que pase misín, para el fútbol y para otro juego que nos encantaba, el tejo, que también fue conocido en toda Hispanoamérica aunque con distintos nombres. Cortázar tituló su más famoso libro con su nombre: "Rayuela".
EliminarTienes razón, Cande. Nosotros no podíamos pedir más.
Un beso.
Somos recuerdo. Me encanta, Isa. Yo del patio del colegio me acuerdo perfectamente de todo, a pesar de los años que hace. Y lo recuerdo con tanto cariño, con tanta alegría... Los años de interna los pasé felices, la verdad es que sí. Recuerdo cada banco, cada árbol, cada ladrillo, cada fuente, me acuerdo de todo. Del internado, las cortinas, el color, los olores, las celdas...
ResponderEliminarLe doy gracias a Dios por el tiempo del colegio, por estar ustedes, por los años que llevamos y por el pase misín pase misán.
Un besito.
Ay, Nievitas, sin ese tiempo de colegio no estaríamos ahora tú y yo alegando todos los días, acompañándonos en los ires y venires de la vida, confiando plenamente una en la otra. Y coincido contigo en estar agradecidas por ese "sol que brilló sobre nuestra infancia".
EliminarHace poco estuve viendo a mi nieta en los Campeonatos de baloncesto y coincidí con madres de otras niñas. Todas habían estado en las Dominicas, igual que sus hijas y mi nieta, pero no conocieron el antiguo colegio. Les estuve contando y enseñando en fotos el precioso patio que teníamos y el colegio que ocupaba una manzana entera al lado del Parque. Se quedaron asombradas porque tenían otra idea del colegio. Felices nosotras que lo vivimos.
Un abrazo y gracias por tantas cosas.
Hola, Jane!
ResponderEliminarMe acuerdo de haber jugado, pero no recuerdo ni la canción ni las reglas. Curiosidad: me suena lo del rey y el conde y lo de Martín pescador. Me pregunto qué cantaríamos, si una de ellas o una mezcla de las dos.
Un abrazo.
A lo mejor no jugaste tanto como nosotras porque mis amigas del colegio la recuerdan toda. Los juegos eran por modas, de repente nos pasábamos un mes con el que pase misín y otro mes tranquilitas con los cromos o las piedritas y otro mes furibundas con el brilé. Obsesas que éramos :-D
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado, Jane. Nosotros decíamos "misí" y "misá", sin la n. Había olvidado ese juego ;)
ResponderEliminarA mi también me fascina lo de los juegos infantiles de toda la vida, y de que se jueguen en todas partes aunque con distinto nombre. Siempre recuerdo lo que me contó una de mis hermanas que viajaba mucho por trabajo. Se emocionó cuando en Chile allá lejos, vio a unas niñas jugando a la soga (la comba en la península) cantando lo mismo que nosotras aquí.
Y cuando mis nietos de Madrid eran pequeños les tuve que traducir: soga por comba, -como puse ya- boliches por canicas, rueda por comba, tejo por rayuela, suértula por pillapilla., guirgo por el escondite, los hermanitos por... ¿? y así sucesivamente.
Si te acuerdas de más me encantaría saberlo.
Hasta pronto. Bss
Haces un buen repaso. Me había olvidado de suértula y guirgo y supongo que quisiste decir "rueda por corro". Estaba el brilé, claro, que era el rey de los juegos más fuertes, pero también nos dio por el hulahop y por el aro y por el plato y hasta por el yo-yo. Y de repente nos daba por llevar todas al colegio patines y hala, a patinar (y yo a caerme). Bendita niñez llena de juegos que tuvimos.
EliminarUn beso.