A lo largo de la vida hay personas, situaciones o cosas que nos pueden llevar por
la calle de la Amargura, pero hoy voy a hablar de una calle de la Amargura real,
aunque bautizada por las autoridades –sin que nadie hiciera ni caso- desde 1883
como “General Morales”. Era más bien un callejón que ahora sólo permanece en el
recuerdo de los que lo conocimos y que formó parte del paisaje familiar de mi
infancia.
martes, 31 de enero de 2012
martes, 24 de enero de 2012
Microclimas
Mi isla tiene microclimas. Este enero me he estado bañando en el mar del sur,
en una playa llena de turistas nórdicos y eslavos que agradecían el sol en los
huesos, tumbados en la arena. Y, a sólo una hora y 8º menos de temperatura,
estaba por la tarde en casa, poniendo la chimenea y viendo la bruma húmeda y la
llovizna fina caer sobre el valle.
martes, 17 de enero de 2012
Muñecos de cera
Anda ahora el personal soliviantado a cuenta del urdangarinazo. Y, siendo
este país como es, tan dado a la chirigota, ya me han llegado por Internet
chistes sobre el tema, como el que compadece al pobre príncipe Felipe, que no
sólo se ha enterado de que los Reyes son los padres, sino también de que su
cuñado es el hombre del saco.
martes, 10 de enero de 2012
¡Falsificación!
Las cenas de nochebuena en mi casa, e imagino que en todas las casas, siguen
siempre el mismo ritual: aperitivos, comida, bailes y cánticos varios, amigo
invisible…, y, en medio de todo eso, el momento estelar de la noche para los más
pequeños: la visita relámpago de Papá Noel, que viene a repartir bolsas de
caramelos y promesas de futuros juguetes. Nunca, nunca, en los 30 y pico años
que lo venimos haciendo, ninguno de los niños (ni mis hijos, ni mis sobrinos, ni
mi nieta), en el hechizo del instante, se ha fijado siquiera en que Papá Noel
unos años era más alto, otros, más bajo e, incluso, en que alguna vez era una
mujer (yo, sin ir más lejos).
martes, 3 de enero de 2012
Empezar el año
El año nuevo hay que empezarlo con el ánimo alborozado y exultante, como quien se
quita una camisa vieja, seca y acartonada y se viste de nuevo con el olor a
limpio junto a la piel. Con las palabras de Tennyson: “¡Despedid al viejo,
recibid al nuevo; sonad, felices campanas a través de la nieve; el año se va,
dejadlo ir; sonad para despedir al infiel; sonad para recibir al justo…”.
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