martes, 24 de abril de 2012

A tiro limpio




Ante la afición por las armas de fuego que hemos descubierto últimamente a algunos miembros de la Familia Real, que ni que pertenecieran al club de Charlton Heston, andan los medios de comunicación ocupadísimos. En televisión, redes sociales y prensa casi no se habla sino de El Tema (en El País de este domingo había 11 artículos sobre él). E incluso a mí me ha tocado la cosa de refilón porque la Agencia Sigma Dos me llamó el viernes a mi casa –a la hora de la siesta, por supuesto- para preguntarme por mi opinión: ¿Le parece bien que el Rey se vaya de cacería? No ¿Le parece suficiente la disculpa? No ¿Cree que los Reyes pueden recibir regalos? Hombre, si es una corbata por su cumpleaños de parte de sus nietos…

martes, 17 de abril de 2012

Mi cafecito y mi rosario




Supongo que no hay nadie en este mundo que no conozca el chiste del cura que se sentía muy feliz con cosas tan sencillas como su cafecito y su rosario, y que terminaba al final diciendo: “¡Rosario! ¡Tráeme el café!”. En casa lo oíamos un día sí y otro también a mi padre porque mi madre se llamaba así y él era, como el cura, adicto a las dos cosas.

martes, 10 de abril de 2012

Usted es la culpable







No hay una parranda de las que hacemos con los amigos en la que no cantemos, con mucho sentimiento, ese bolero de J.A. Zorrilla y Gabriel Ruiz llamado “Usted”:

martes, 3 de abril de 2012

Cualquier tiempo pasado... fue anterior




Sirva esta cita que oí a Les Luthiers como título y preámbulo para hablar de tiempos anteriores (no necesariamente mejores o peores) y, sobre todo, de lo que queda de ellos, esos testigos que vieron transcurrir otras historias, salir y ponerse otras lunas, nacer y morir a otras gentes. Testigos como, por ejemplo, las casas antiguas, que cargan con el peso de los siglos y esconden secretos: huellas de pasos, alacenas tapiadas, capas y capas de pintura que varias generaciones dejaron sobre ellas.
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