lunes, 26 de diciembre de 2016

¿Qué hay de nuevo, viejo?





Cada vez que recojo a mis nietos mayores en el colegio les pregunto: "¿Qué han aprendido hoy de nuevo?". Y, por más que yo les digo que todos los días se aprende algo y que esta pregunta realmente sería más bien el efecto Bugs Bunny (¿recuerdan? Siempre saluda con su "¿Qué hay de nuevo, viejo?"), ellos lo llaman el efecto "abuela plasta". Siempre me contestan que no han aprendido nada, que están estudiando el mismo rollo de los planetas del año pasado (están en la adolescencia, no hay que olvidarlo). Por eso, me sorprendió cuando fui a cenar el lunes pasado a su casa y mi nieto me preguntó: "¿Y qué has aprendido hoy de nuevo, Aba?".

lunes, 19 de diciembre de 2016

A vueltas con los fantasmas de la Navidad




Si como a Scrooge, el protagonista del "Cuento de Navidad" de Dickens, se me apareciera el fantasma de las navidades pasadas, seguro que me traería el olor del cabrito en adobo que hacía mi madre en Nochebuena, el sonsonete de los niños de San Ildefonso con el que se abría en mi casa la Navidad, o las figuritas de barro del nacimiento con las que jugábamos (y que a la que no le faltaba un brazo, le faltaba una pierna).

lunes, 12 de diciembre de 2016

En la fracción de un segundo...




Voy en coche bajando por la carretera de mi pueblo y, en un paso de peatones. paramos. Está pasando una jovencita. Estoy más contenta que unas pascuas (ahora que estamos en época de ídem) porque hoy lo he dedicado a resolver la intendencia de navidad: he comprado ya el vino para las fiestas y he encargado el pavo para el 25. Hace, además, una mañana preciosa, típica de este mes soleado y frío, con jirones de nubes en un cielo luminosamente azul. Me viene a la mente -y se lo comento a mi marido, que va al volante- un verso de una canción de José Mercé: "Diciembre está en la calle. La primavera, dentro".

lunes, 5 de diciembre de 2016

Descubriendo la pólvora: el sobaquember




Entre las chicas es ahora tendencia (ya no está de moda decir "está de moda") el sobaquember que, para decirlo en cristiano, es no depilarse los pelos de las axilas. La palabrita se las trae y suena fatal. Como mi admirado Alex Grijelmo señaló hace poco en un artículo, "el sonido de las palabras las envuelve, a veces con la suavidad de las sedas y a veces con la aspereza de las estrazas". Y eso es lo que pasa, sigue diciendo, con la palabra axila (tan fina ella, con su raíz latina y todo) y con sobaco, palabra encontrada en la calle y tan vieja que ni se sabe de dónde salió. Su procedencia de pueblo se ve hasta en sus derivados, "sobaquina" (sudor de los sobacos) y "sobacuno" (olor desagradable). Y ahora se ha creado este otro derivado, sobaquember, al que se le ha añadido una terminación seudoinglesa, como para vestirlo de bonito, aburguesarlo, disfrazando su baja estofa con ropajes extranjeros. Pero ni por esas, sigue sonando horrible. "Para la psicología general de nuestra lengua - dice Grijelmo- los sobacos sudan pero las axilas no".

lunes, 28 de noviembre de 2016

Este no es ese minuto




En una escena de la película de Sandra Bullock "Mientras dormías", Peter Boyle que interpreta a Ox, el padre del chico, está sentado leyendo en la mesa del comedor la mañana de un domingo. La escena transmite placidez. En ese momento llega su hijo Jack (Bill Pullman) con unos donuts. Se saludan y hablan. El padre, entonces, comenta: "La vida es un continuo sufrimiento, te lo aseguro ¿Sabes? Trabajas para mantener a la familia y tan sólo hay un minuto en que todo es estupendo. Todos están bien, todos son felices y sólo en ese minuto sientes paz". Jack, que ha ido a decirle que no quiere seguir trabajando con él sino establecerse por su cuenta, le contesta: "Papá, este no es ese minuto".

lunes, 21 de noviembre de 2016

Luna, lunera, cascabelera...


Fotografía de la Luna sobre Santa Cruz, hecha por mi amiga Chari con su "camarón".

La noche del lunes al martes, la noche en la que, según todos los medios, la luna se iba a ver más grande y luminosa que nunca, ocurrió un momento mágico e inusitado: todo el mundo dejó lo que estaba haciendo para asomarse a ver el cielo. Eso sí, con los móviles y las cámaras a rastras porque inmediatamente empezaron a llegar imágenes de esa superluna, como todos la llaman: lunas rojas sobre Berlín o Hawai, que tal vez transformara, como en una novela de José Antonio Cotrina, a los hombres en dioses; lunas descomunales e imposibles sobre el Tibet o sobre Madrid; lunas llenas de poesía sobre un mar plateado; lunas fotografiadas por todos los seres de este planeta entre nubes, entre edificios, entre ruinas, junto a la Estatua de la Libertad o tras la nave Soyuz MS-03 en Kazajistán. Hasta me mandaron una rodaja de mortadela y una tortilla mejicana diciéndome que eran la superluna y sus cráteres... Nunca se vio una señora de fama tan bien servida.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Higos picos sobre Montecarlo




El lunes pasado hablamos aquí de esa especie de humanos que acumulan en sus arcas un dinero equivalente al Producto Interior Bruto de un país: los ricos ricos (¿Recuerdan? Son aquellos que se pueden permitir alquilar o comprar un jet privado mientras los demás mortales sufrimos apretujones en los aviones). Hace poco, además, tuve ocasión de vislumbrar algo de su hábitat en una ciudad por la que supongo que no hay archimillonario que no haya pasado: Montecarlo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Si yo fuera rica...






De todas las indignidades y majaderías que una tiene que soportar en una vida normal, las que sufrimos en los aeropuertos y aviones se llevan la palma ¿En qué momento se olvidó aquel lema de mis primeros viajes, "Iberia: donde sólo el avión recibe más atenciones que usted"? ¿En qué despacho se arrinconaron esas atenciones? Aquellas comidas calientes y gratuitas, aquella anchura de los sillones, aquel poder estirar las piernas... Incluso, aquel ir alguna tarde por placer al aeropuerto a sentarte en la terraza y tomar una copa mientras veíamos despegar y aterrizar aviones con los montes de La Esperanza al fondo ¿Ubi sunt?

lunes, 31 de octubre de 2016

Puntas de color rojo carmín

Dibujo de mi nieta Eva a propósito de hoy

Al regresar de viaje, me he encontrado a Eva, mi nieta de 13 años, con las puntas del pelo teñidas de color rojo carmín (o magenta, como dice mi amiga Chari, que es pintora y de colores sabe un montón). También tenía las uñas pintadas de azul oscuro con florecitas blancas. Parecía una jovencita y espigada (mide 1,78) Morticia Addams, caminando con ligereza por la casa. "¿Y esos pelos?", le dije. Se rió y me contestó: "Sonia -esta es su mejor amiga- se los tiñó de azul marino".

lunes, 24 de octubre de 2016

La magia siciliana


El Etna y su fumarola

Siguiendo el sabio consejo del actor Antonio Gamero que dijo que "como fuera de casa en ningún sitio", este mes me he dedicado a andar por esos caminos, "la casa atrás, delante el mundo / y muchas sendas que recorrer", que diría Tolkien.

lunes, 10 de octubre de 2016

Merci, très gentil


Bouzigues al atardecer. Con razón, Van Gogh eligió esta tierra...

A pesar de que estudié francés en el Bachillerato y 2 años más en la Universidad, no lo hablo con fluidez por culpa de aquel sistema de enseñanza de idiomas, en el que se primaba más que nos supiéramos los verbos irregulares que que mantuviéramos una conversación. Sin embargo, es un idioma que me encanta. Me gusta su cadencia que suena muchas veces como una canción. Me gustan, claro, las canciones en francés, que hablan de amor como ellos saben hacerlo (¿Quién no ha cantado "Ne me quitte pas" con los ojos cerrados?). Ya saben que se le atribuye a Carlos I la frase "El francés es la lengua del amor, el italiano, la de la política y el español, la lengua para hablar con Dios". Y no hay que olvidar que en Francia  nació el amor cortés.

lunes, 3 de octubre de 2016

Yo una vez fui Crispín




En el rosco de "Pasapalabra" (que ya saben ustedes que es una de las pocas cosas que veo en la tele), una vez Cristian Gálvez dijo: "¡Empieza por M! Gran torbellino debido a corrientes que se produce en los mares del Norte". Mientras el concursante pasaba palabra, yo dije inmediatamente: "¡Maelström!". Mi marido que pasaba en ese momento por allí, me miró con cara de asombro y me preguntó: "¿Y como sabes tú eso?". "Por el Capitán Trueno", le respondí.

lunes, 26 de septiembre de 2016

El final del verano llegó y tú partirás...




Ahora que ya el verano se ha diluido como la crema bronceadora en la piel, ahora que ya no salimos al fresco de la noche a ver estrellas, ahora que el otoño se nos ha echado encima y el invierno está ahí mismo, noto en todos (sobre todo, en los de mi generación) una mirada melancólica al verano que se ha ido y, de paso, a todos los demás veranos que se pierden en la memoria con su distinta longitud: largos, los de la infancia y, cada vez más cortos, los actuales. "Confiados al sol y a las noches de estrellas -se lamentan con el poeta Felipe Benítez Reyes- , / ¿quién diría que ahora oiríamos la lluvia / nuevamente, venida de improviso, cayendo sobre el mar?".

lunes, 19 de septiembre de 2016

Un hombre serio




Siempre me han gustado los hombres serios. Los chicos que me hicieron tilín en mi adolescencia no eran los típicos bromistas que contaban chistes jajaja todo el rato, sino tipos serios a los que les gustaba saber quién era yo y me escuchaban. No les faltaba, eso sí, el sentido del humor. Y, cuando llegó el hombre de mi vida con el que llevo 51 años, también él era un chico serio. Esto no fue obstáculo para que, cuando me vio por primera vez sin conocerme de nada, desde el fondo de la guagua a la que yo acababa de subir, me regalara una sonrisa.

lunes, 12 de septiembre de 2016

¡No le queda nada!





Esta semana mi nieta pequeña, con 3 años, ha empezado el colegio. La noche anterior ella, muy ufana, me enseñó su uniforme, planchadito y colgado en la percha; y, al día siguiente, sus padres, que se pidieron el día libre (como tiene que ser para un evento tan importante), la acompañaron, como a una reina, a su primer encuentro con la dura realidad. Le hicieron fotos antes de entrar, toda sonriente, e incluso después en la clase, desde la puerta. Pero allí. sentada en una mesa con otros tres niños, a todos se les veía serios, perdidos y tan pequeños como a ella.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Una lavada de coco


Cuadro de mi hermana, Chari Duque, con barcas a punto de irse a pescar cabrillas.

"Mira, te voy a contar lo que le pasó a mi amiga Milo, que, como ya sabes, es una pintora fantástica que, allá donde va, lleva los bártulos de pintar, no sea que vea un paisaje maravilloso y se quede sin inmortalizarlo por falta de material. Esa vez que te cuento resulta que fue a la Gomera y descubrió, detrás del hotel, una palmera recortada frente a la montaña, de una belleza tal que los dedos se le fueron veloces a los pinceles y se puso a pintarla como una loca. Pero la tarde ya decaía y unos nubarrones siniestros la hicieron parar y decir: "Mañana, con mejor luz, sigo y termino el cuadro". Esa noche una tormenta de truenos y relámpagos estremeció a todo el pueblo y a la mañana siguiente, limpia la atmósfera y con una claridad sorprendente, Milo volvió a su cuadro inacabado, a sus pinceles y a su palmera ¿Palmera? Ya no había palmera. La tormenta acabó con ella y, a lo mejor, con una obra maestra.

lunes, 29 de agosto de 2016

No sea burra




Me contaba hace poco una amiga que su hija cambiaba de lugar de vacaciones todos los años "para que sus niños no se aburrieran". Si les digo que me quedé perplejita cuando me lo dijo, no les miento. Y es que el aburrimiento se ha convertido en uno más de los siete pecados capitales, en la puerta a la infelicidad, en el azote de Dios. Un niño dice ahora que se aburre y allá que ves a los adultos, desalados, buscándole motivos de diversión: la tele, el cine, un parque temático, unas vacaciones, un castillo hinchable... Todo es poco para que los reyes de la casa tengan la felicidad garantizada. Ni un bostezo, ni una mano sobre mano, ni un minuto de tedio a solas.

lunes, 22 de agosto de 2016

Si pudiera escribir...




La semana pasada escribí mi post número 400, desde que empecé este blog hace ya 8 años, cuando me jubilé. 400 escritos hablando de lugares amables, de propuestas un poco locas, de alguna filosofada, de mi pueblo y alrededores, del yo y las circunstancias, de este país, de lo que las ciencias adelantan y de alguna historia de las de antes. 400 artículos en los que lo importante ha sido el diálogo y el buen humor generado al hilo de los comentarios de ustedes. 400 oportunidades de encontrarme con amigos que, aunque en muchos casos son virtuales, no por eso dejan de ser reales.

lunes, 15 de agosto de 2016

El bosque antiguo




De pequeña no me gustaban los bosques. En ellos se perdían los niños si no ponías miguitas de pan por el camino, había casitas de caramelo en las que habitaban brujas que te comían en cuanto engordaras, y lobos que te engañaban para llegar antes a casa de la abuelita y poder hacer doblete: cazuela de abuela y nieta al precio de una. Quita, quita. Muchas pesadillas tuve en las que mis padres se olvidaban de mí en las excursiones a Las Mercedes y, luego me veía por la noche perseguida por susurros, aullidos espeluznantes y sombras amenazadoras ¡Uf, qué bueno era el despertar, rodeada de paredes y no de árboles!

domingo, 7 de agosto de 2016

Fuego enemigo: el corazón herido


(Foto de Luis Martín en El Apurón)

El fuego, que da calidez y energía, también a veces se torna fiero y destruye casas, cultivos, montes y vidas. Esta semana pasada, la más calurosa de todo el verano, como un ángel exterminador, ha aparecido en La Palma, la isla de mis ancestros, arrasando pinos desde la Cumbre Vieja a los Montes de Luna, haciendo casi desaparecer la Ruta de los Volcanes, cobrándose una vida y desalojando de sus casas a unas 2300 personas, muchas de las cuales se resistían a alejarse mientras miraban con desesperación todo lo que dejaban atrás.

lunes, 1 de agosto de 2016

Desde Rusia con amor




Les juro que mi principal contacto con los rusos ha sido hasta ahora mediante la literatura. Muy joven, me leí el tocho de "Guerra y paz" de Tolstoi y me gustó tanto que, si ahora no vuelvo a leer la historia del príncipe Andréi, la condesa Natasha y Pierre Bezúkov, es porque, más que una lectura de verano, se me convertiría en una de 4 estaciones, como las pizzas. Me he refocilado con Dostoievski y he disfrutado con los cuentos de Gorki, con el "Doctor Zhivago" de Boris Pasternak y con los poemas de Turgueniev. Y, por supuesto, Rusia estaba siempre presente en otros libros en los que había espías que surgían del frío y revoluciones que acababan con zares y trastornaban el orden social.

lunes, 25 de julio de 2016

El grande perdió, el chico ganó...




No se lo van a creer pero hace unos días fui por primera vez en mi vida a ver una luchada de lucha canaria. Bueno, sí que la había visto alguna vez en la tele; sí que conozco y he cantado la canción sabandeña; si que sé que es una práctica ancestral y que los castellanos que llegaron a las islas ya la observaron entre los guanches (e incluso entre las mujeres aborígenes)... Pero esta es la primera vez que entro en un terrero y palpo en vivo los nervios de los luchadores, la alegría ante el éxito y la desolación ante el fracaso. Y, por supuesto, la pasión contagiosa de los espectadores.

lunes, 11 de julio de 2016

¿Qué tengo en los bolsillos?




Esta pregunta, así tan simple ella, es, sin embargo, el eje central en los libros de Tolkien. Es la pregunta-adivinanza que le hace el hobbit Bilbo  a Gollum -"¿Qué tengo en el bolsillo?"-, y que éste (que en sus bolsillos llevaba "espinas de pescado, dientes de trasgos, conchas mojadas, un trozo de ala de murciélago,, una piedra aguzada para afilarse los colmillos, y otras cosas repugnantes") no supo contestar: Bilbo llevaba en el bolsillo el anillo de poder que había encontrado poco antes en el suelo y alrededor del cual gira toda la acción de "El Señor de los Anillos".

lunes, 4 de julio de 2016

¿Qué quieres ser de mayor?


Dibujo hecho por mi nieta

¿Les hicieron alguna vez esta pregunta cuando eran niños? A mí, nunca. Es más, no me planteé ser profesora hasta que casi terminando mi carrera me di cuenta de que ese era mi destino ineludible. Eso se llama tener bien programada la vida. Mi hermana, cuando terminó COU, se puso a la cola de Biología para matricularse y, cuando vio la de Medicina al lado, siguiendo un impulso que luego resultó ser de lo más acertado porque ha sido una pediatra estupenda, se cambió de cola. Así que a nosotros no nos pasó nunca jamás lo que cuentan de cuando nació Rajoy, eso de que a su madre le dijeron: "¡Ha tenido usted un registrador de la propiedad!".  No, nosotros, aunque siempre supimos que queríamos hacer una carrera, nos íbamos dejando llevar por la vida, haciendo y estudiando lo que nos gustaba, pero improvisando y sin tener una miserable hoja de ruta.

lunes, 27 de junio de 2016

Un cuento del futuro




"Había una vez una criatura monstruosa y letal, llamada Nicotina, que, despertada y manejada por hombres despiadados, se infiltraba entre las gentes y les quitaba la voluntad y la vida. A cambio de dinero, el monstruo repartía sus infinitos dedos entre las personas, que los quemaban y aspiraban sin darse cuenta del veneno que encerraban. Y así pasaron muchos años en los que cada vez más la humanidad enfermaba mientras los despiadados engordaban sus fortunas. Hasta que llegó el día en que los hombres cayeron en la cuenta de que el tributo que pagaban- enfermedad, molestias, dinero, dependencia- no compensaba el efímero y cada vez más adictivo placer, y se fueron apartando poco a poco y con gran esfuerzo de Nicotina. Tras una lucha larga y feroz, en el que muchos cayeron pero otros muchos la vencieron, llegó el momento de dormirla para siempre y de hacer de este mundo un lugar más sano y más libre".

lunes, 20 de junio de 2016

Dominando los finales




El domingo pasado, en la Romería de Guamasa, a la que hospitalariamente nos invitan cada año Mingo y Marian, contamos con la compañía y maestría de un amigo llegado de Venezuela, Leonardo Quijada, que nos alegró la tarde. Leonardo es un virtuoso del cuatro, ese pequeño instrumento de cuatro cuerdas que suena como la brisa en la ribera del Arauca vibrador. Cuando lo toca, ni se le ven los dedos pero la música fluye, serena y alegre, acompañando a las guitarras y timples, como si siempre hubiera estado ahí.

lunes, 13 de junio de 2016

El gozo en un pozo: la reválida




En el álbum familiar me he quedado contemplando esta foto que hoy les pongo al inicio. Está fechada el 16 de junio de 1962, hace 54 años, y en ella estamos mis compañeras de clase y yo en el Parque. No llevamos uniforme pero sí algún libro en la mano. Y lo que más me llama la atención es lo serias que estamos (¡qué cara de trastornadas!, dijo mi amiga Nievitas cuando la vio). Y eso que no nos dolía, como ahora, alguna parte del cuerpo y no nos sentábamos y levantábamos en un ¡ay! Todas veíamos perfectamente sin necesidad de gafas de cerca, conservábamos todos los dientes y no teníamos ni canas, ni arrugas ni michelines ¡Por Dios, teníamos 14 años! ¿Cómo no estallábamos en alborozadas carcajadas, bailando hasta una conga, celebrando ese momento gozoso de nuestra vida?

lunes, 6 de junio de 2016

Pongamos que hablo de Madrid




Ciudad de mis noches, 
del viento del pueblo,
de la resistencia, 
del "No pasarán",
¿qué hiciste en mi ausencia?
(Ismael Serrano, "Vuelvo a Madrid)

El regalo que mi marido me hizo este año por mi cumpleaños fue un viaje a Madrid. Madrid fue la ciudad de mis días y mis noches en aquellos años de universidad, en los que por primera vez salí de la sombra protectora de mi casa y de mis padres. Estos sitios que nos acostumbraron a movernos por el mundo, moldeando nuestras alas, marcan para siempre una impronta en la memoria. Y, cuando, como esta semana, volvemos, recibimos el abrazo amigo de una ciudad que llamamos nuestra.

lunes, 30 de mayo de 2016

¡Pon un dragón en tu vida!



En tiempos grises ¡pon un dragón en tu vida! No un dragón tipo Smaug, el de "El hobbit" de Tolkien, dormido en sueños de avaricia y violencia sobre un enorme tesoro; ni un dragón robadoncellas, como el que alanceó San Jorge; ni ninguno de esos dragones que más parecen reptiles asquerosos y perversos allá, en las entrañas de la tierra. No. Ya puestos a buscar fantasía, qué mejor que un dragón como Fújur, el que monta Atreyu en "La historia interminable" de Michael Ende, un dragón de la suerte con escamas de color madreperla, "criaturas del aire y del buen tiempo, de una alegría desenfrenada y, a pesar de su colosal tamaño, ligeros como una nubecilla de verano". O como Saphyra, sabia y divertida, la dragona de ojos azules que cautiva a Eragon en el libro de Christopher Paolini. O como Lung, de "El jinete del dragón" de Cornelia Funke, el dragón compasivo que se alimenta de luz de luna. Cualquiera de ellos puede dar color a la existencia y hacernos olvidar que tenemos que hacer la declaración de la renta, o que hay que ir a votar otra vez o cualquiera de las cosas absurdas y majaderas con las que uno entretiene sus días.

lunes, 23 de mayo de 2016

La bacinilla de oro

Wáter en Uddevalla, Suecia. Daba gusto sentarse entre tanto libro
¡Mira que los seres humanos somos rebuscados a la hora de hablar y de jugar con el lenguaje! Tan pronto proferimos palabrotas salpicándolas en la conversación como quien siembra margaritas, como embellecemos o disfrazamos toda aquella palabra que pueda incomodarnos, asustarnos o simplemente aburrirnos ¡Ah, los eufemismos ("hablar bien")! En este uso cosmético del lenguaje los usamos para todo, pero particularmente a la hora de referirnos al sitio en el que hacemos nuestras necesidades más primarias. Eufemísticamente hablando, al wáter o retrete.

lunes, 16 de mayo de 2016

Con flores a porfía




El mes de mayo en mi colegio era especial. Se hacían misas de gala, procesiones internas por el patio, ofrendas florales y cántigas varias, entre las que estaba la de "venid y vamos todas con flores a porfía, con flores a María que madre nuestra es". Esta canción nos llenaba de perplejidad por la intriga de quién sería la tal Porfía. Yo estaba convencida de que si María era nuestra madre, Porfía sería nuestra tía, por lo menos.

lunes, 9 de mayo de 2016

Dos anillos en el lavabo




Cuando nos ponemos a hablar, en las sobremesas familiares, de política (no es muy a menudo, por si acaso terminamos peleándonos como en el Congreso), mi hermana y mi marido coinciden en decir que habría que establecer una carrera especial para los políticos. Todos los que quisieran gobernarnos tendrían que pasarse 5 o 6 años estudiando, como posesos, derecho, economía, política, oratoria, relaciones internacionales, psicología, 3 o 4 idiomas... Y, sobre todo, Ética, esa Ética que tendría que ser la asignatura más importante y que han quitado ahora hasta del bachillerato, no vaya a ser que las nuevas generaciones se den cuenta de que brilla por su ausencia en muchas de las actuaciones de los que nos dirigen. Mi hermana hasta propone pruebas prácticas: dejar un billetito por aquí, una cartera por allá... y ponerse a mirar por un agujerito a ver si se los llevan, lo cual sería motivo, aunque sólo fuese una vez, de un suspenso automático por siempre jamás.

lunes, 2 de mayo de 2016

Madre coraje


Imagen de Claudia Trembay

Todas las madres deberíamos ser llamadas madre-coraje. Se necesita eso, mucho coraje, para decidir traer un niño al mundo y hacerte cargo de él durante toda la vida, incluso cuando son ya hombres y mujeres hechos y derechos. Un hijo es para siempre, y una no puede evitar, aunque ya vuelen por su cuenta, preocuparse por sus problemas, alegrarse con sus triunfos, aliviarlos en sus penas.

lunes, 25 de abril de 2016

Viaje al pasado


Fuente del Monasterio de Poblet en la que los monjes se lavaban las manos antes de entrar al comedor

La semana pasada los dejé descansar sin mi habitual escrito de los lunes porque estuve por tierras catalanas en un viaje que, en muchos momentos, me pareció un viaje en el tiempo.

lunes, 11 de abril de 2016

Liarse la manta a la cabeza


Petra Hartlieb en su maravillosa librería

Mi hija, que sabe cuánto me gustan los libros sobre libros, me regaló el mes pasado "Mi maravillosa librería" de Petra Hartlieb, una historia que me encantó. La autora habla en ella de las peripecias que pasaron ella y su marido cuando cambiaron de oficio, de ciudad y de manera de vivir para ser dueños de una pequeña librería: "Hemos comprado una librería. En Viena. (...) Hemos pujado, con un dinero que no tenemos, por una librería que está en una ciudad donde no vivimos. Y la hemos conseguido ¿Y ahora qué?". Ahora todo el mundo les dice que están locos (ellos también lo piensan así), pero, porque aman los libros, arriesgan, arreglan a su manera el local y se convierten en los libreros que ellos querrían para sí. Y a aquel primer día en que la puerta se abre "y empieza a entrar gente que no tiene la menor idea de que estamos a punto de derretirnos a causa de los nervios", le suceden muchos otros de continuo trabajo y de cero vacaciones, pero que les merece la pena. Petra y su marido, Oliver, irradian entusiasmo y goce por lo conseguido. Y su historia nos deja con una sonrisa en los labios porque habla de sueños cumplidos, de trabajar a gusto, de superar desafíos. y también de caer, de levantarse y de volver a caer para seguir luchando por conseguir lo que se quiere.

lunes, 4 de abril de 2016

Una chica formal




Una de las cosas más divertidas de tener un wasap de amigas es ver al alimón un mismo espectáculo e irlo comentando. El último, la película de Rocío Dúrcal y Enrique Guzmán, "Acompáñame", que puso la tele el pasado Viernes Santo (y de la que ya les hablé una vez aquí). No es que la película sea una maravilla, ni que los actores nos volvieran locas, ni nada de eso. Pero está rodada en Tenerife, cuando todas teníamos 17 o 18 años, y nos tocaba muy de cerca: los paisajes, los extras conocidos, la Universidad, la Rambla...

lunes, 28 de marzo de 2016

¡Esto es mío!




Anda Julia, mi nieta de 2 años, apropiándose por la cara de todo lo que ve. Los cochitos que le regalaron al hermano por su cumple son "míos"; y son "míos" mamá y papá y el avión que pasa y la Peppa Pig de la amiga. Cuesta trabajo despegarle los deditos alrededor de cualquier nueva posesión a la que se aferra como una lapa, mandando gritos desesperados: "¡¡¡Mío, mío, mío!!!".

lunes, 21 de marzo de 2016

Una joven y una perla




De vez en cuando una se tropieza con una obra de arte tan bella que te seduce y te cautiva para siempre. Y eso es lo que me pasa a mí con "La joven de la perla".

La primera vez que me encontré con ella fue a mis 17 años en 1º de carrera y en clase de Historia del Arte. Don Jesús Hernández Perera, nuestro profesor, nos habló de Jan Vermeer, un pintor holandés del siglo XVII del que no sabíamos nada y que, sin embargo, es uno de los grandes. Sus cuadros, de una difícil sencillez, capturan la luz y la detienen en cualquier momento del día: una lechera vertiendo la leche, una mujer leyendo una carta, un oficial y una muchacha sentados y sonriéndose junto a una ventana, una dama de pie frente a una espineta... Y la joven de la perla.

Mírenla bien, iluminada sobre el fondo oscuro, la luz bañando en cascada la extraña toca, el cuello blanco, la perla central, el rostro puro y limpio de la joven, casi una niña ¿Qué vio el pintor en ella? Inocencia, candor, sin duda, pero tal vez también un algo inquietante en la mirada y en los labios entreabiertos. Belleza pura.

Desde entonces, se hizo un hueco entre mis cuadros preferidos, esos que no me importaría nada de nada que estuvieran en un rincón bien iluminado de mi casa: "Le moulin de la Galette" de Renoir, la "Noche estrellada" y los "Lirios" de Van Gogh, "El jardín de las delicias" del Bosco, "Los novios" de Chagall...

Vermeer es el pintor de Delft, un hombre inaprensible que pintó muy pocos cuadros, unos 35 en total que se sepa. Tuvo un montón de hijos y, tal vez por eso, problemas económicos a pesar de haberse casado con una mujer acomodada. Murió joven a los 43 años.

Siglos más tarde, en 1999, la escritora Tracy Chevalier, que también se enamoró de "mi" cuadro, investiga sobre Vermeer y su época y se inventa una historia sobre ellos. Ahora la joven de la perla tiene un nombre, Griet,  y es una criada de la casa con una especial sensibilidad para los colores. Por eso, el pintor se fija en ella, la escoge como ayudante y un día, como modelo. Y en esa relación entre los dos hay atracción, fascinación y quizás, amor.



En 2003, la novela se transforma en película. Un Colin Firth en estado de gracia hace de Vermeer, y la joven de la perla es una Scarlett Johansson, un poco jadeante para mi gusto, pero que responde al tipo y al encanto imaginado. Ahora, ante nuestros ojos, desfilan escenas de aquella Holanda de 1600 y pico, los trajes, las tabernas, el modo de vida de aquel entonces, recreado todo gracias al poder mágico del cine.

En 2007, en un viaje que hicimos a Holanda ¿cómo no ir a La Haya, al precioso Museo Mauritshuis, un museo pequeño como los que me gustan a mí? Allí está "La joven de la perla", un cuadro también pequeño pero que emociona y sobrecoge, como lo hacen aquellos sueños que se hacen realidad.

En ese momento pensé: "He visto este cuadro en fotos, lo he estudiado en clase, he leído una novela y visto una película sobre él, y ahora estoy viéndolo realmente, no en diferido ¿Me falta algún plano más de la realidad para conocerlo bien?". Y sí, claro que sí. Faltaría un "Ministerio del Tiempo", como ese de la serie que están poniendo ahora en la tele, que me llevara al pasado y pudiera pasearme por el Delft del siglo XVII, con faldones y tocas. Y luego allí, conocer a Vermeer, hablar con él en persona, preguntarle por ella, buscarla, hacerme amiga suya... Sobre todo, saber cuál es la pregunta que asoma en su mirada y tiembla en sus labios.

Pero ni aun así. Nunca conoceríamos todo sobre ellos ni sobre nadie. Pueden mentirnos, pueden comportarse como mandan los cánones y no como manda el corazón, pueden dejarnos fuera. Al final, "tanto bregar" y ¿saben que es lo último que he sabido de ella? Que tal vez ni siquiera existió y fuera un tronie ("rostro" en holandés), una composición inventada por el pintor, hecha sin intención de hacer un retrato y solo para demostrar su pericia. Y tampoco la perla sería tal perla, dicen, sino un pendiente de plata pulida o una esfera de cristal veneciano barnizado. Así que ni hay joven ni hay perla. Decididamente, ya los símbolos no son lo que eran.

Pero, cada vez que la contemplo, me pongo en plan Casablanca y me digo que siempre nos quedará la paz que irradia el cuadro y esa pregunta sin respuesta, apenas formulada, apenas entrevista, en el fondo de unos ojos que nos miran a través de los siglos.

lunes, 14 de marzo de 2016

Oídos sordos



Una de las miserias de cumplir años es irse quedando sorda, un inconveniente que se une a los fallos de visión, a los alimentos que ya no se pueden comer o beber, a las cimas que no se pueden coronar y a tantas majaderías de esta edad que no perdona. 

lunes, 7 de marzo de 2016

¡Al rescate!



Hay semanas chungas en las que los contratiempos de la vida te sacuden. "El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. / Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros". Hay semanas en que te duelen palabras y gestos; o en las que seres que quisiste se van para siempre con su séquito de lágrimas. Hay semanas en las que quieres consolar y que te consuelen. Semanas tristes.

lunes, 29 de febrero de 2016

Un día de propina




Una buena parte del panorama de las lecturas de mi infancia la llenan Guillermo Brown y sus proscritos, los protagonistas creados por Richmal Crompton. Guillermo puede ser la pesadilla de padres, hermanos y vecinos de su pueblecito inglés, pero en nosotros despertaba , no sólo la risa, sino también el ansia de libertad y aventura de todo héroe. Richmal Crompton ve el mundo de los mayores a través de los ojos de este niño de 11 años y lo encuentra lleno de absurdos rituales y de creencias encorsetadas.

lunes, 22 de febrero de 2016

Ondas gravitatorias y pencas




El asombro, la perplejidad, la curiosidad ante los misterios que nos rodean nos han llevado a los seres humanos a intentar descubrirlos. Igual que mi nieta Julia, cuando descubre algo especial que no había visto hasta ese momento -un globo en el cielo, el arco iris, una mariposa monarca en el jardín...-, grita jubilosa: ¡¡¡Miiira!!!",  también nosotros nos deleitamos con cada nuevo descubrimiento y queremos compartirlo con los demás. ¡Mira!

lunes, 15 de febrero de 2016

Sopas de miel


La foto es de las sopas de miel que mi amiga Nievitas ha hecho estos carnavales en La Palma. Está acompañada con una botellita de mistela.
¡Y colorín colorado, esta semana la batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma ha terminado! Y además con el triunfo, dicen, de esta última. Desde el jueves lardero (de lardum, el tocino o la grasa), el anterior al sábado de carnaval, en el que se abrió la veda a los excesos, sobre todo gastronómicos ("jueves lardero, chorizo entero", dicen por Soria),  hasta el miércoles de ceniza, vence Don Carnal, el que "de todos los manjares estaba bien colmado". Pero, a partir de ese día, Doña Cuaresma, con sus refajos de verduritas y pescados, gana la batalla, encierra a Don Carnal 40 días e impone, ¡ay!, su filosofía de austeridad y recato. Y por eso ese día se entierra la sardina, que según una explicación más lógica (hay otras muchas), no era tal pescado sino un cerdo abierto en canal al que llamaban "cerdina" y que, por contagio lingüístico, se acabó llamando "sardina" (y en Tenerife, hasta "chicharro"). Con ello se simbolizaba el adiós a los excesos carnales (de todo tipo).

martes, 9 de febrero de 2016

Te amaré siempre...

... aunque tú seas viejo y sesentón ¿Se acuerdan de esta canción de Enrique y Ana, de los años 80? Hablaba del amor entre mayores y de esos detalles en los que se nota que quieres a alguien: "En la vejez, con canas, sin voz /, aún me mandarás / cartas y tarjetas por San Valentín /, dulces al llegar navidad.". Me he acordado de ella en estos últimos tiempos (además, es una canción muy pegadiza) porque parece haber entre los jóvenes la falsa idea de que el amor entre mayores o es patético o no existe. "Las convenciones -dice Rosa Montero en uno de sus artículos- dictaminan que con la edad se apagan esos fuegos y la gente se sigue tragando esa mentira, aunque la realidad nos demuestre absolutamente lo contrario". Se hacen chistes sobre parejas mayores y, si encima es famosa (como hace poco se ha visto con Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa), el pitorreo es general ¿Por qué?

lunes, 1 de febrero de 2016

Elogio al aperitivo




Esta semana, en un enero inusualmente templado, hemos subido al Teide camino de Vilafor, donde los Reyes nos habían regalado dos días de relax en un Hotel-Spa (gracias, hijos).  La canción de Hamlet Lima Quintana ("Subiendo por el Teide me quedé pensando que habitaba Dios allí...") me venía a cada rato al pensamiento, mientras disfrutaba del aire limpio, del rumor del pinar, de los escobones y vinagreras florecidos, y, más tarde, de los almendros en flor. En medio del camino, se impuso un alto en el Parador de Las Cañadas y un aperitivo.

lunes, 25 de enero de 2016

Historias de Los Sauces: la historia de Agustina


Postal coloreada de los Sauces a principios del siglo pasado

Leí hace poco que un grupo étnico que vive en el Caribe, los garifunas, celebran sus entierros con bailes y cantos porque en su cultura "la muerte de un ser querido es una oportunidad de celebrar su memoria y alegrarse por haberlo podido tener en la vida". Nada más lejos de eso en nuestra cultura. En particular, en Los Sauces de mi niñez un entierro era una cosa muy seria, un acontecimiento en el que todo el pueblo se involucraba y que había que afrontar con circunspección y gravedad.

lunes, 18 de enero de 2016

Pipiolos




La periodista Luz Sánchez-Mellado escribió este 14 de enero en "El País" -a propósito del bebé que la diputada Carolina Bescansa llevó al Congreso a tomar posesión de su cargo con ella- lo siguiente:
"Las que tenemos una edad hemos visto cosas que no creeríais, pipiolos. Cuando una gestó a sus hijas, a caballo entre el siglo XX y XXI (...), se escondía el embarazo bajo burkas de camuflaje. Tu jefe ponía careto si pedías permiso para ir a clases de parto. Reclamar tus horas de lactancia era de marujas. Solicitar meses sin sueldo para criar al cachorro, un suicidio...".

lunes, 11 de enero de 2016

En las creencias se vive



En las creencias se vive, decía Ortega ¡Y menos mal, digo yo! Imagínense que cada mañana tuviéramos que plantearnos si las calles están puestas o no, si seguirá existiendo la panadería o si nos encontraremos con otro mundo al revés en lugar del que nos han asegurado que está ahí fuera. 

lunes, 4 de enero de 2016

El galgo Lucas


Pactando

El galgo Lucas es parte de mi familia y, de tanto nombrarlo, yo creía que todo el mundo sabía quién era. Pero hace poco me di cuenta de que no era tan conocido, así que hoy voy a aclarar quién es tan ilustre personaje.

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