martes, 28 de junio de 2011

Corpus Christi en equipo




Lo mejor del Corpus Christi, uno de esos tres jueves que hay en el año que relumbran más que el sol y que ahora, por aquello de no partir la semana, cae en domingo, es el trabajo en equipo.

Un sábado de hace 4 años paseamos, al filo de la medianoche, por las calles de La Laguna, tomadas por jóvenes que hacían las alfombras del Corpus. En una noche excepcionalmente templada (para ser lagunera), unos hacían letras rojas y verdes sobre el asfalto, otros seguían con pétalos, hojas, arena y semillas el dibujo de un hombre predicando, de una flor o de figuras negras con los brazos en alto sobre un fondo blanco, y otros ponían música, todos formando grupos con un objetivo común.

Noches como ésta, hace ya mucho tiempo y en otro lugar, yo también estuve entre muchas personas deshojando rosas para las alfombras, separándolas por colores, tintando arena y recortando y pegando, con papas, banderitas para engalanar las calles. Años más tarde mi hija hizo lo mismo con su clase del Instituto, y, hace un año, ella siguió el ritual con mis nietos que, con manos pequeñas e inseguras, trataban de seguir el dibujo en el suelo de un chino cogiendo cerezas, para la alfombra de flores de su colegio.

Nos hemos pasado la vida colaborando con los demás, siguiendo una faceta humana que ha conducido a pueblos enteros a ayudar a plantar y a recoger cosechas o a hacer casas entre todos; que lleva a las gentes a reunirse para vendimiar, a los amigos de mi hijo a echar una mano cuando uno de ellos se muda o a un montón de parientes a pintar juntos nuestra casa, cuando la estrenamos hace 30 años. Es lo que hace que, en momentos trágicos, la gente se vuelque en ofrecer lo que puede o en acudir, ayudar, consolar y estar ahí. O también, que se agrupe en torno a un proyecto común para cambiar una sociedad.

Desde Hobbes, que hace tres siglos dijo que el hombre es un lobo para el hombre, hasta Lorenz, que, en los años 60, habló de una agresividad innata que nos ayuda a avanzar, pasando por Darwin y su selección natural de los más fuertes como motor de la evolución, se nos aparece la historia humana como una lucha de todos contra todos.

Pero yo quiero creer que el camino del progreso está más lleno de esos momentos de cooperación, ayuda y esfuerzo común.

Momentos como el de esa noche tibia de junio en la que un grupo de personas se pone de acuerdo para crear, en la madrugada, una obra bella. 

martes, 21 de junio de 2011

Las estadísticas mienten





Las estadísticas mienten siempre, dice la gente. No es normal que las predicciones digan una cosa y la realidad otra distinta, como pasa, a veces, en este país de mis amores. Así que, picada por la curiosidad, he decidido hacer una estadística basada en esa pregunta: ¿Mienten las estadísticas?

martes, 14 de junio de 2011

Somos costeros




Una de las canciones más alegres que conozco y que, nada más entonarla, embulla a toda una reunión es la canaria “Somos costeros / arriando velas, / largando al viento / la rumantela…”. Y es raro, pensaba yo, que una canción de pescadores sea tan animada porque, si hay una afición de silencio y pocas risas, es la pesca.

martes, 7 de junio de 2011

Por qué no soy de Twitter




Y mira que ya estoy impuesta en el lenguaje. Por lo menos, uso el verbo tuitear como si hubiera nacido haciéndolo. Mi hija, que es una de los 200 millones de tuiteros (¿se dice así?) y que me suele tuitear estos posts, habla maravillas de esta red social. Que si es el sistema más ágil para preguntas y respuestas, que si te actualizas inmediatamente en cualquier tema, que si proporciona un feedback (¿?) rápido para tus proyectos, que si en 140 caracteres se resume la esencia de cualquier cosa… Pero yo la oigo como a quien está hablando de los planos para la construcción del Empire State.
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