Desde luego, si alguien se merece un
monumento en este mundo es el inventor del huevo frito: un huevo como Dios
manda, de gallinas sueltas picoteando en el campo, frito en buen aceite de
oliva, con su clara blanca y festoneada como un encaje de Holanda y su yema
doradita en la que mojar un pan recién salido del horno… ¡Gloria bendita, oiga!
Y casi todos hacemos lo mismo, empezamos por la clara y dejamos la yema, lo
mejor, para el final.
lunes, 29 de octubre de 2012
lunes, 22 de octubre de 2012
Historias de Los Sauces: la historia de Alberto
Alberto había vuelto a Los Sauces desde
Venezuela a los 19 años, causando entre los vecinos la acostumbrada
expectación. Expectación que él acusó inventándose la letra de una canción que
cantaba, con una voz muy bonita tipo Enrique Guzmán, al ritmo del limbo rock:
“Cuando a Los Sauces yo llegué, la gente me empezó a mirar, de la cabeza hasta
los pies me empezaron a investigar…”
lunes, 15 de octubre de 2012
Qué tal el verano
Ahora que los días se van volviendo casi
imperceptiblemente otoñales –ya está recogida la vendimia, las capas de la
reina se llenan de flores amarillas y sobre las 7 de la tarde empiezan esos
atardeceres de un intenso naranja, tan propios de octubre- la pregunta que
muchos de los que te encuentras por la calle te hacen es: “¿Y qué tal el
verano?”. Nadie pregunta nunca, después de cada estación, qué tal el otoño, o
el invierno, o la primavera, no. Qué tal el verano, la estación rompedora, distinta,
sensual, dadora de pereza y vitalidad. Y me lo preguntan ¡a mí!, una jubilada
que ya no marca las estaciones con el ritmo de las vacaciones y el trabajo.
Pero, porque en esa pregunta hay un algo nostálgico, una añoranza de tiempos
mejores, vamos a tomarla en serio.
lunes, 8 de octubre de 2012
La lección del perenquén
Vivir en el campo significa vivir con bichos,
con toda clase de bichos. Hay moscas que no había visto en mi vida hasta que
vine aquí, lagartos tornasolados tostándose al sol como turistas en el sur,
ratoncillos, mariposas de delicados colores y oscuras como la noche, gusanos
excavadores y removedores de tierra, arañas minúsculas y mayúsculas con patas
como torres de televisión, filas interminables de afanadas hormigas, ranitas
satinadas que te sobresaltan cuando riegas entre las hojas, saltamontes
entrenando en la hierba, toda un sinfónica de pájaros: canarios, herrerillos,
capirotes, chirrines, herrerillos… Un zoo diminuto, vamos.
lunes, 1 de octubre de 2012
Sostiene Gomeira II: el caso de la dueña del guachinche
Mi amiga Gomeira me sigue llamando a veces desde Valle Gran
Rey, cuando tiene cobertura, que esa es otra historia. Sostiene Gomeira que lo
que pasa allí no lo ha visto ella en ningún otro sitio del mundo. Que sí, que
ahora que se han apagado los ecos del incendio (aunque no el susto ni el olor a
lo inesperado, a que la vida puede dar un vuelco en cualquier momento), el
pueblo amanece relajado, el agua de La Puntilla tiene una temperatura
inusualmente templada y, desde la playa, todos saben que, cuando Yaya saca un
cartel a la puerta de su bar, es que hay camarones, que, sostiene, están riquísimos con una
cervecita allí al lado del mar.
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