lunes, 23 de junio de 2025

Fiestas de graduación: lo mejor que hacen



Junio tiene sabor a cambio, a celebración de estar vivos después de los fríos, a salir por fin a ver brillar las estrellas en noches tranquilas. Junio es siempre el momento de tomar un respiro, el cambio de curso, el cambio de vida. Y es una alegría ver a la gente joven y reconocernos en ellos, cuando respirábamos aliviados y dejábamos atrás exámenes, trabajos, rutinas y responsabilidades y el verano se extendía ante nosotros como un tiempo sin fin para no tomarnos muy en serio. Por eso, por la alegría de las vacaciones, junio es un mes feliz.

Este año he celebrado con mi nieta mayor uno de esos rituales felices de junio, la fiesta de su graduación. Ella, mi Eva, ha terminado una carrera, Bellas Artes, con la que soñaba desde chica, en aquellos tiempos en que dibujaba historias imaginadas y colores imposibles. Fue una ceremonia alegre en la que, al mismo tiempo en el que a cada graduado se le imponía la beca (en su caso, blanca), se proyectaba una imagen con su nombre, su foto actual y una de pequeña, y debajo una frase que se le ocurriera (imagen inicial). Me reí con la suya, que no fue ni filosófica ni de agradecimiento, sino una constatación con doble sentido: "A veces me pregunto qué pinto yo aquí". Fue, como es natural, un evento con discursos en el Paraninfo de la Universidad, rematado con el Gaudeamus, que siempre me emociona, y, ya fuera, con las risas, los abrazos, las fotos con todos los compañeros, conscientes de estar cerrando una etapa y encarando otra en la que cada uno elegirá caminos diferentes que todavía no conocen pero que imaginan emocionantes.

Por todo eso, porque me pareció algo digno de celebrarse, voy a declararme muy crítica con un artículo que leí en el periódico días después. Se titulaba "Fiestas de graduación, seguimos importando tradiciones horteras" y defendía, primero, que "TikTok está plagado de vídeos donde podemos disfrutar el nuevo rito de paso importado de las películas estadounidenses de instituto". Pues no, señor, de hortera, nada, e importada, tampoco. Siempre, desde hace muchos años se ha celebrado la graduación (Gaudeamus incluido), sobre todo, en el Instituto y en la Universidad. En el Instituto siempre hablaba un profesor en nombre de sus compañeros (yo misma lo hice el año en que me jubilé) y un alumno, también por los demás. Y si nos remontamos, tengo fotos de mi padre celebrando con sus compañeros el fin de su carrera de aparejador, allá por los años 40. No era como ahora pero ya existía la idea de que era un día especial.

El artículo seguía diciendo que era "otra celebración de un día que cuesta un Potosí y también ahonda en las desigualdades porque ninguna familia se quiere quedar atrás.". Pues no, señor, tampoco. Lo normal en estas celebraciones es que después se vayan los celebrados a cenar con sus familias (en nuestro caso, a una pizzería que eligió ella) y, luego, se vayan de fiesta a bailar con sus compañeros. ¿Un Potosí? Ni que fueran al Salón del Trono.

Otra crítica del artículo es que celebran las graduaciones hasta en la guardería ¿Y qué? Desde el 2008 ya no hay licenciaturas, sino grados. La vida estudiantil se compone de grados que, como escalones, no queda más remedio que subir. Es lógico celebrar cada tramo y, si se quiere hacer desde pequeño, pues bienvenidas sean las fiestas, que ya bastantes amarguras tiene el mundo.

Y para rematar el artículo la autora se mete con que los adolescentes se emperifollan para las graduaciones: "Ellos parecen matones de películas de Tarantino, y ellas, Juncal Rivero en Noche de fiesta". Esta afirmación no me gustó nada porque, en honor a la verdad, estaban todos guapísimos, los chicos y las chicas. Y me encanta que ese día vayan estupendos, que para eso son jóvenes y están felices.

Así que, al contrario, este es mi mensaje a mi nieta y a sus compañeros graduados: no regateen con los placeres, diviértanse y en este junio disfruten de lo que les haga felices. Mi recomendación es la misma que el Gaudeamus ha hecho a través de los siglos: Gaudemus igitur, iuvenes dum sumus... Alegrémonos, pues, mientras seamos jóvenes...

Lo mejor que hacen.

10 comentarios:

  1. Esther Casañas Morales23 de junio de 2025, 11:33

    Totalmente de acuerdo.

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    1. Me alegro, Esther, de que lo veas como yo. Estaría de acuerdo con que se critique una guerra, un acto violento, una maldad... Pero ¿una fiesta en que se celebra el haber terminado un tramo de tu educación, la superación de un montón de trabajos, el momento en que puedes empezar a planear tu futuro? Es incluso cruel que critique hasta cómo van vestidos.

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  2. ¡Muchísimas felicidades a Eva, a sus padres y a sus abuelos, que la han apoyado y acompañado en este tiempo tan bonito, pero que no siempre es fácil! Graduarse es poner una pica en Flandes, y bien vale una ceremonia y una fiesta. Así que enhorabuena, artista 🎨

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    1. Sí, señor, es un tiempo precioso y difícil, y mucho de lo que va a ser tu vida dependerá de las decisiones que se tomen. Qué menos que relajarse un día y reír, bailar y pasarlo bien.
      Muchísimas gracias, Alicia, le transmito la enhorabuena a Eva. Un beso.

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  3. Pienso igual.
    Cómo pasa el tiempo! 🤦‍♀️ si me parece que fue el otro día cuando me comentabas los planes de tu nieta. Me alegro mucho y enhorabuena a Eva por su graduación. 😘😘 👏🏼

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    1. Ya es casi colega tuyo, Iris. Ahora le falta la experiencia y el coger buen camino. Y es verdad que el tiempo se nos escurre cada vez más deprisa, qué le vamos a hacer.
      Un beso y muchas gracias, le transmitiré la enhorabuena.

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  4. Qué bonita la graduación de tu nieta... Felicidades.

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    1. Gracias, Carmita. Estas fiestas son bonitas por necesidad: los chicos están contentos, los profesores también, les espera a ambos un largo y descansado verano antes de ponerse las pilas... ¿Qué más se puede pedir?
      Un abrazo.

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  5. El paso de una etapa a otra hay que celebrarlo y por todo lo alto, que para eso han trabajado mucho y han dado todo lo mejor.
    Igual que celebramos un cumpleaños, una boda, un aniversario...celebrar los momentos importantes de nuestra vida, es una alegría, así que ole por las graduaciones!!
    Y muchas felicidades para Eva que es una gran artista y una excelente persona y le deseo todo lo más grande del mundo...y ¡¡¡sí que pinta mucho!!!
    Por cierto que mi nieto mayor también se ha graduado, porque ya pasa al Instituto!!!

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  6. Mi querida duquesa, enhorabuena a la graduada y a la familia. Totalmente de acuerdo contigo! Nosotras compartimos muchas graduaciones en el instituto, para mí uno de los actos más entrañables del año. ❤️❤️❤️

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