lunes, 16 de diciembre de 2019

Mujeres de este planeta




Fernando El Pariente era un pescador de La Graciosa que presumía de ser el único graciosero que había nacido en La Playa bajo El Risco. El Risco es el Risco de Famara en Lanzarote, ese farallón impresionante que, protector, vigila desde enfrente a La Graciosa. Antes, las mujeres de los pescadores, después de pasar El Río que separa las dos islas, subían por esa pendiente a vender o a cambiar por otros productos en Haría los pescados frescos que sus maridos o padres pescaban. Y luego (como ven en la imagen) regresaban por el mismo camino cargadas de papas, verduras, granos, aceite y todo lo que en su isla no había.

La madre de El Pariente se puso de parto justo en La Playa bajo el Risco. Allí, atendida por las otras mujeres y acunada por el ruido eterno del mar familiar, dio a luz un hermoso varón. Luego, se repuso un poco, lo dejó en los amorosos brazos de una de las chicas más jóvenes y cogió su carga, se la puso en la cabeza y, hala, allá que se fue a vender la pesca. A la vuelta, con la nueva carga, recogió a su niño y volvió a La Graciosa a recibir los parabienes y sin pensar que había hecho algo extraordinario. Y de hecho a mí esa historia tampoco me extraña nada porque, cuando yo tuve a mi hijo en un parto un poco difícil que me dejó unos días un poco debilucha, Paca, la mujer que venía a ayudar a mi madre en la casa, me echó un sermón terrible, diciéndome que era una floja gandula y que ella, el mismo día en que tuvo a su hija, ya estaba por la tarde lavando a mano un quintal de ropa que le habían encargado. ¡Así se las gastaban las mujeres de antes...!

¿Eran mujeres de otro planeta? ¿O es que ahora hemos perdido fuelle? No. Es verdad que en La Graciosa afortunadamente ya las mujeres hace tiempo que no se pegan esas pechadas risco arriba y que pueden permitirse un día relajado mirando romper las olas en la arena dorada. Pero nunca han dejado de trabajar. Y como ellas, todas las mujeres trabajadoras que conozco, que no paran. Y hasta las jubiladas como yo, en esta época navideña, después de ajetreados días hechos de compras-preparación de comilonas-cuidado de nietos, acabamos agotadas como si hubiéramos subido el risco, con ganas de coger la cama y suspirando por un día ¡un solo día!, libre como el viento, sin cosas por hacer.

" No es cierto -cuenta Ángeles Caso en un artículo de hace años- , como se suele afirmar, que las mujeres se hayan incorporado al mercado de trabajo en tiempos recientes. La inmensa mayoría de cuantas han poblado la Tierra trabajaron toda la vida...". Nosotras somos las nietas de aquellas mujeres luchadoras y valientes que trabajaban tanto como los hombres y que además lo hacían sin grandes aspavientos: lavando ropa, hilando, arando, cuidando niños, inventando artilugios, ayudando a parir, vendiendo pescados aunque haya que subir riscos... De sexo débil, nada de nada. Que lo sepan.

10 comentarios:

  1. También viví una época de mucho trabajo con tres hijos y nadie que me ayudara, pero había y sigue habiendo mujeres mucho más fuertes y trabajadoras a las que les rindo homenaje.
    ¡¡¡Poderosas que somos!!!

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    1. Yo me acuerdo de cuando, con los dos niños chicos, a mi marido lo destinaron a Las Palmas y en ese momento era yo jefa de Estudios en el Instituto con todo el papeleo que eso lleva y el tiempo que hay que dedicarle (además de las clases). Estábamos también haciendo la casa, o sea que también me tocó ocuparme de eso. Y lo hicimos y salimos p'alante y aquí estamos.
      Y así y todo, las condiciones de vida de aquellas mujeres gracioseras y de las que vivían en el campo aquí eran todavía más duras. Ahí también va mi homenaje.
      ¡Las chicas son guerreras!

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  2. Muy bonito, me encantó.

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    1. Gracias, Luchi. Siempre les digo que esta rollista que soy yo a lo mejor no hubiera estado 11 años escribiendo todas las semanas sin los ánimos de ustedes. Mil gracias y un abrazo grande.

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  3. (Desde su Iphone)
    Preciosa verdad!!!! No reconocida!!!!

    Si tenemos fuelle Isa!!!!!

    Canarias mi origen las mujeres cargadas !!!!

    Feliz feliz Navidad��������

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    1. Como decía Mafalda, las mujeres hemos jugado un trapo en la historia de la humanidad. Hemos sido ninguneadas hasta por nosotras mismas ¡Cuántas veces se ha oído eso de que fulanita no trabaja porque es ama de casa! Pues anda y que no lleva poco trabajo llevar una casa, y más si como antes abundaban las familias numerosas.
      En el censo de Florencia en 1670 hay un dato sorprendente: el 73% de las mujeres de más de 12 años trabajaba. El fuelle nos viene de lejos.
      Pasa muy feliz navidad con los tuyos, Mariam. Un besote grande.

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  4. No somos mujeres de otro planeta, aunque sí de otra época, aunque cada una en la suya ha trabajado y luchado por motivos diferentes. Cierto que hoy tenemos muchas comodidades que no había antes, pero conozco a quién trabaja cada día en un comercio al público con su bebé al lado y cosas parecidas, porque la lucha sigue y debe continuar.
    Casi ninguna somos conscientes de nuestra fortaleza y del poder de nuestra unión. Quién dijo débil ???

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    1. Forges tiene una viñeta en la que se ve a una pareja con un cartelón que dice: "Día de la mujer. Con igual salario que el hombre a igual trabajo". Y el capitoste delante gritando desmelenado: "¡Neoliberales del mundo, socorro, auxilio! ¡Quieren justicia social!"
      Eso es ni más ni menos lo que se quiere conseguir: justicia social. Y la lucha no va de mujeres contra hombres sino de los dos juntos luchando por un mundo más justo.
      ¿Quién dijo débil, Cande?

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  5. Hola Jane. No, no eran mujeres de otro planeta, eran de este planeta. Lo que ocurría era que el hambre, la miseria y la necesidad eran tan grandes y estaba tan arraigado el caciquismo que para poder comer y alimentar a toda la familia "había que ser de otro planeta". Cuando era un adolescente barbilampiño vivía rodeado de mujeres que trabajaban "como mulas" (perdón si molesto con la comparación), se levantaban antes que nadie y se acostaban las últimas. Cargaban como cualquier hombre "fejes" de monte que sólo de verlos daban vértigo.(Recuerdo una prima hermana que tenía tanta fuerza en los brazos de trabajar, que ganaba a la mayoría de los varones cuando echaban un pulso). La necesidad enseña mucho y hace sufrir más. Y si no que se lo pregunten a esas otras mujeres que viven en cualquier país del tercer o cuarto mundo. Mi reconocimiento a todas ellas. Un beso Jane. Juan.

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    1. Me ha encantado tu comentario, Juan, porque has dado en el clavo como siempre. ¡Cómo tenía que haber sido la miseria, el apremio, la necesidad para que la madre de El Pariente dejara a su niño recién nacido en la playa y se fuera a Haría a vender el pescado! Algo así como que, si no lo hacía, no comían en su casa.
      Ojalá recordemos siempre esta imagen de estas mujeres bajando el risco. Y ojalá no se repitan en ninguna parte del mundo. Este era también mi homenaje y mi reconocimientp a ellas.
      Un beso, Juan.

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