lunes, 13 de abril de 2020

Momentazos COVID-19


Momentazo camping en la terraza

Otra cosa no, pero el muy puñetero tiene hasta un nombre con glamour. Incluso llamándose coronavirus ostenta un deje aristocrático que engaña. Y así, como lo he puesto en el título, "Momentazos COVID-19", parece como si estuviera refiriéndome a un festival de música. Pero no. El COVID-19 podrá tener un nombre glamuroso pero nada más. Es un bicho repugnante que nos ha cambiado la vida y la ha llenado de momentazos inesperados que van a hacer que este año de 2020 sea inolvidable. Ahí van unos cuantos.

1. Lucas tiene 6 años y vive en el piso de encima del de sus abuelos. Se ha pasado la vida subiendo y bajando, considerando la casa de ellos como una extensión de la suya, y no entiende por qué ahora no puede entrar ni abrazarlos ni comer con ellos ni nada. Y no quiere mirar a la abuela, como si ella tuviese la culpa, y se pasa el día enfurruñado. Hasta que la abuela de lejos en la escalera le empieza a explicar lo de que podría contagiarlos y hacer que enfermaran y que él no querría ver malitos a los abuelos ¿verdad?. Lucas atiende, dulcifica sus facciones, mira a la abuela con sus ojazos oscuros y le dice, cariñoso: "Pero ¿al menos puedo tocarte con un dedito?".

2. Conchi, la experta en arte de nuestro chat, no puede dormir. El encierro en casa le tiene trastocado el sueño, pero ¿qué importa? No tiene nada que hacer por la mañana, así que ¿qué más da que luego duerma hasta el mediodía, desayune a las 12 y coma a las 5 de la tarde? Se levanta de la cama. Es la 1 menos 20 de la madrugada del sábado de Gloria. Por distraerse y porque recuerda otras semanas santas empieza a buscar Cristos resucitados. El primero que encuentra es el de Piero della Francesca, pero le siguen los resucitados de Perugino, Tiziano (que parece un Fred Astaire redivivo), Tintoretto, Veronés, Rafael, Murillo, dos de El Greco, dos de Rubens, las dos esculturas de Leonardo da Vinci, con y sin paño de pudor... Y el más famoso de nuestros resucitados, el Cristo de Tacoronte. Cuando termina, cansada y contenta, son las 3 de la mañana. El Domingo de Pascua en el chat de las amigas, incluso las que se despiertan temprano, encontramos un regalo especial de resucitados mientras ella duerme el sueño de los justos.

3. Carmen tiene que llevarle la compra a su hija embarazada que vive al otro lado de La Laguna. Sale de su casa en la Plaza del Cristo y al llegar al coche se da cuenta de que no lleva las llaves. Vuelve a por ellas y sale con prisa y al llegar a casa de su hija no encuentra ni la cartera ni el móvil. Recuerda con horror que, cuando volvió a por las llaves, lo dejó todo encima del capó y debe haberse caído por el camino. Da una vuelta a ver, pero nada. Llegando a su casa, agobiada porque ha perdido DNI, tarjetas, dinero y móvil, ve a un policía a la puerta que le entrega la cartera. Un chico la ha encontrado en la calle de Herradores. Ella le explica el recorrido que hizo y, al rato, vuelve el policía con el móvil. Lo encontró en la Plaza de la Milagrosa, la carcasa escachada pero el móvil, intacto. De algo tiene que servir que las calles estén vacías.

4. Julia me llama el sábado por la tarde: "Te voy a decir una cosa que te vas a quedar con la boca abierta ¡Esta noche vamos a dormir en la terraza en una tienda de campaña con un saco de dormir! ¿A que te has quedado con la boca abierta?". Le aseguro que sí, que todavía no la he podido cerrar y que es un plan fantástico. Está que no puede de los nervios; a sus 6 años es la primera vez que va a hacer camping. "Vamos a dormir allí los cuatro: papá, mamá, Álvaro y yo". "¿Papá también?", le pregunto sabiendo lo tiquismiquis que es mi hijo para dormir. "También", me contesta. A la mañana siguiente todos han dormido como leños a pesar de una llovizna que les cayó en la madrugada. Le pregunto a mi hijo la hora en que se acostó y me dice que a la 1. "¿Y a qué hora te fuiste a tu habitación y a tu cama?". "A la 1 y media".

Hay más momentazos que nos van surgiendo en este paréntesis que nos ha caído encima. Por ejemplo, les tengo que contar que me llamaron de la tele para hablar de cuando todo esto pase, pero lo dejo para más adelante para no enrollarme mucho. Solo un último momentazo COVID-19:

5, Carlos está corriendo en la cinta. También es una lata que no puedan hacer deporte ni caminar, como suelen, alrededor de la casa. Pero por lo menos tienen la cinta y, gracias a ella, él, su mujer y sus dos hijos queman energía y calorías. Va subiendo a 8, 9, 10 por hora... Y justo es ese momento cuando la cinta, que ya tiene 15 años y a la que estos días han castigado con saña, elige para romperse. El frenazo es tan brusco que Carlos sale casi despedido hacia delante. Gracias a que tiene reflejos y pone las manos no se da un golpe demasiado grande.

He elegido este momentazo para terminar porque de la misma manera el COVID-19, ese de nombre tan glamuroso, ha echado un freno en nuestras vidas, parándolas y lanzándonos a la depre, al desánimo, ¿al foso de la desesperación?. Pongamos, como Carlos, las manos y aguantemos el golpe con serenidad y sensatez ¡Qué menos!


El resucitado de Tiziano (que a mí se me da un aire a Fred Astaire)


42 comentarios:

  1. Rosa Henríquez Fernández13 de abril de 2020, 13:14

    Muchas gracias Isabel, por contarnos esos momentazos������❤️☕

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leerlos. Y ya sabes, seguro que te ha pasado algún momentazo. Después de todo estamos viviendo una época especial como nunca hemos vivido.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Mari Carmen González Zamorano.13 de abril de 2020, 15:02

    Momentazos diferentes que supongo estarán pasando en todas las familias aunque uno intente que todo discurra normal. Ya nos va quedando menos , no me creo que los ancianos no puedan salir hasta diciembre, bueno nosotras aún somos jóvenes. Jajajajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No creas, hay quien dice que por encima de los 65 todos ancianos. Y vamos a no hacer mucho caso de lo que digan o dejen de decir. Vivir el momento, como aconsejaban los antiguos.
      Un besote.

      Eliminar
  3. Olga Catalina Ramos13 de abril de 2020, 15:50

    Me encantan los momentazos. Y me gusta mucho la capacidad de adaptación de la infancia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una de las cosas que más me llaman la atención. Mis nietos, sobre todo los pequeños se han adaptado enseguida y están viviéndolo todo como unas largas vacaciones en las que cada día hay una sorpresa. Mis sobrinos-nietos también han hecho sus campings incluso el el salón con sillones y colchas. Cualquier sitio es bueno para montar un tenderete. ¿Se acordarán en el futuro de ese tiempo en medio del curso sin clases y sin salir de las 4 paredes?
      Gracias, Olga. Un beso.

      Eliminar
    2. Olga Catalina Ramos13 de abril de 2020, 16:22

      Se acordarán, pero con nostalgia, no en vano "Cualquier tiempo pasado fue mejor". Siempre pienso que los infantes son los q más se acercan a la esencia del ser humano, en lo bueno y en lo malo. Lástima que no mantengamos lo bueno, esto de disfrutar del momento deberíamos valorarlo para que no lo pierdan.

      Eliminar
    3. Sí, me imagino que como mis padres y sus recuerdos de la guerra (ella solo tenía 11 años cuando empezó). Yo también pienso como tú. Aprendemos mucho de los niños y es sorprendente como muchas veces dan en el clavo y resaltan lo importante. Algo así como en el cuento de Andersen "El traje nuevo del emperador".

      Eliminar
  4. ¡Qué bueno, Isabel, me he reído a gusto! Ciertamente todo esto pasará, seguro, como pasó la tuberculosis y nos quedarán esos momentazos que habrá que apuntar para no olvidarnos...Ojalá sea pronto. ¡Avisa lo de la tele!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de la tele, Elvira, para mí que va para largo, vistas todas las premoniciones que se hacen sobre nuestra salida del "arresto domiciliario". Pero si para el verano la cosa ya está mejor (toquemos madera), lo primero que haré será ir a la peluquería y después organizar el momentazo tele. Y por supuesto que se los cuento a todos. ¡Para una vez que una hace de Belén Esteban! :-D

      Eliminar
  5. Charo Borges Velázquez13 de abril de 2020, 16:17

    Hoy, Jane aprovecha momentos únicos, cercanos, y acontecidos a la sombra de este siniestro SARS-cov-2, nombre científico del coronavirus, y mucho menos glamuroso que Covid-19, nombre de la enfermedad (Corona Virus Disease y el año en que se notificó).
    Pasen, lean y vuelvan a sonreír con otro relato de plena actualidad y mucho buen humor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Chari, por animar a leerme con ese "pasen y vean" y por informarnos de los múltiples nombres del Covid-19, por ahora tres. Pero si quieres que te diga la verdad para mí seguirá siendo el "maldito bicho".
      Un besote.

      Eliminar
  6. Gracias Mary-Lola, a mal tiempo buena cara!!! Esa que siempre tienes y nos transmite tu alegria y optimismo. Que capacidad de hacer todo tan bonito, hasta el dichoso virus parece otra cosa en tu relato semanal. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No queda otra, Lali. Creo que este momento nos ha cambiado, hasta parece que miramos las cosas de otra manera. Y que no nos falte el humor. Parece ser un buen desinfectante.
      Gracias a ti. Un beso.

      Eliminar
  7. Muy bueno tu post de hoy. Refleja lo que está pasando en la mayoría de los hogares y además, sabes darle ese tono divertido que nos hace más llevadero este confinamiento forzoso. Te diré que a mi me pasa lo mismo que a los abuelos con Lucas. Mi nieto, que vive en el piso alto de mi casa, a pesar de sus 14 años, no entiende el alejamiento. El está acostumbrado a bajar cuando le apetece y ahora apenas me ve por la rendija de la puerta y desde lo alto de la escalera. También me pasa lo que a Conchi. Entre el cambio de hora y de vida inactiva, me dan las tantas sin poder conciliar el sueño. Mis salidas son a la solana por la mañana y al balcón por la tarde a aplaudir a todos los que se están dejando la vida por nuestra salud y por nuestra seguridad. Por cierto, en el lado de mi calle hay tres edificios de tres plantas el único que tiene balcones, es el mio. Enfrente hay tres edificios de seis plantas. Cuando salgo a aplaudir, soy la única de este lado, con lo cual parezco que voy a saludar a mis súbditos, entre los aplausos del publiico. En fin, que hay que irse adaptando. Esperemos que pase esta pesadilla. Mientras tanto, intentemos ser felices y que no nos toque ese bicho, por muy bonito nombre que tenga. Un beso, querida amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo de ti me ponía a saludar como la reina de Inglaterra. Hoy mi hermana me apareció en el chat con gafas de colorines. "Cosas del confinamiento", me dijo. Me da que nos vamos a chiflar como esto siga así.
      Esto nos está trastocando el sueño, el apetito, las relaciones sociales... Como leí en un sitio, no sabes ni si es martes o es jueves, pero amaneces recordando en cuanto abres los ojos que nada es lo mismo. Intentemos ser felices, como dices, y ojalá pase pronto.
      un beso, Ani.

      Eliminar
  8. Marta González-Sandoval13 de abril de 2020, 17:43

    Hola Isabel, cuánto tiempo, llevo mucho desaparecida, a veces no me da la vida. Hoy me has sacado una sonrisa a pesar de lo que estamos pasando. Lo de la acampada se lo hice yo a los míos hace un mes, pero en el salón ellos solos y nosotros arriba en nuestra habitación ��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marta, es verdad que hace tiempo que no te "veo". Me alegro de haberte sacado la sonrisa.
      Los niños se lo están pasando estupendamente y también deben estar mirando el mundo de los mayores de otra manera. Alguien decía el otro día que a lo mejor en el futuro querrán jugar a la cuarentena y volver a recordar todo esto que están pasando. Por lo menos, es una experiencia única.
      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Marta González-Sandoval13 de abril de 2020, 22:17

      jaja mis hijos están súper hartos, los mayores claro, el pequeño está entusiasmado de tenernos a todos en casa.

      Eliminar
    3. A mis nietos les pasa igual. A los dos mayores que son adolescentes les constó al principio un montón y refunfuñaban todo el rato. Pero ya parece que se han adaptado y al de 14 le ha dado por cocinar y le están saliendo platos riquísimos: arepas, risotto, galletitas con virutas de chocolate, huevos mole, tortilla de papas... No se le resiste nada. Él fue quien me enseñó a hacer pan.
      Son los peques los que están contentísimos de tener a los papis todo el día con ellos. No se lo creen.
      Algo bueno puede salir de todo este "retiro espiritual".

      Eliminar
  9. Esperanza Gonzanava13 de abril de 2020, 22:25

    Has dicho bicho hablando del virus?. Me parece perfecta definición, yo diría que es un mal bicho.
    Aquí pasa un coche fumigando con una mochila industrial, las calles y fachadas del pueblo. De nuestros balcones cuelgan unos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Parece que se cortó tu mensaje. De los balcones cuelgan ¿unos? ¿jamones será? Imagino que carteles poniendo gracias. Por lo menos eso pone en la sábana que mi hermana colgó de los muros de la casa.
      Es un mal bicho, sí, y cuanto más lejos, mejor. Aquí parece que la cosa va mejor. Ayer no murió nadie. Qué triste es todo.
      Un beso, Esperancita y a ver si se termina tu mensaje.

      Eliminar
  10. José Elías Díaz13 de abril de 2020, 22:30

    Hola, Isa!.

    Por aquí todos bien, a Dios gracias!

    Hoy, como todos los lunes, he leído tu blog, y como siempre sabes darle un punto de lucidez y armonía a todas las circunstancias, sacando lo mejor de todas ellas.

    ¡Como conocéis las Madres a los hijos!.

    ¡¡Gracias por compartir parte de tu vida con todos!!.

    Recibe un afectuoso abrazo de Paqui y mío, extensivo a Toni.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, sí, Elías, los conocemos como si los hubiéramos parido. Estaba segura de que no aguantaría mucho.
      Me alegro de que estén bien. Gracias también por compartir estos ratitos de alegato.
      Un abrazo para los dos.

      Eliminar
  11. Hola Jane. Me asombra la capacidad e inventiva de la gente para sobrellevar este Coronavirus. Me imagino que para los niños debe ser difícil.
    Un compañero me cuenta que tiene que ir a ver a sus padres todos los días,porque su padre es mayor y tiene problemas con la memoria. Sale a comprar el pan, luego el periódico ya sí se lo pasa por las mañanas.El hijo va se lo explica, lo entiende, dice que sí,pero......al rato borrado de la memoria.
    Si no fuera porque está enfermo sería hasta gracioso.
    Ánimo que esto algún día acabará...Un beso Jane. Juan

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A todo esto que estamos pasando se suma también la vida y sus problemas. Ahora mismo me llamó una amiga con muchos problemas para desahogarse nada más. Y luego están los agoreros que te dicen que habrá más oleadas de contagios o que a todos nos va a dar... Quita, quita. Ojalá como dices esto acabe algún día. Y que sea más pronto que tarde, por favor.
      Un beso, juan. Y ánimo.

      Eliminar
  12. Susana Rivero Melián14 de abril de 2020, 16:29

    Muy buenas, la verdad que este confinamiento está dando para mucho. Me he imaginado cada uno de los momentazos que has contado.
    Lo de la cinta de correr " pa' verse matao". Con lo malo que son los accidentes domésticos.... yo me paso el día recordandolo aquí en casa. Y sin más, ayer descubrí a mis dos... lanzándose con una colchoneta de la caseta de campaña, que también la hemos montado en casa, por las escaleras, como si de un carro de madera se tratase. Eso sí, delante del padre que según él les dijo que era peligroso. En fin.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La imaginación al poder, Susana. Si no pueden ir al Siam Park, fabriquémoslo en casa. Mientras no se te vayan en un globo...
      Ya sabes, a mal tiempo, buena cara y a disfrutar de que todos estén bien y con ganas de jarana. Un abrazo para todos.

      Eliminar
  13. Marilu Díaz Estrada14 de abril de 2020, 16:35

    Isa de un bicho o virus tan malvado, nos has sacado una o varias sonrisas. Mi nieta la de cuatro años es la mas feliz, porque esta todo el dia con sus padres. Me dice por teléfono que no se puede ir al cole porque hay un bichito qué enferma a todos, y empieza a tocer��. Yo lo llevo bastante bien. Los dos tenemos nuestras rutinas. No extraño la calle. Debe ser que tengo muy buena vista, tomando mi café. Me encanto !������

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también lo estoy llevando bien. También depende mucho de las condiciones en las que vivimos. Tener espacio para coger cada día un poco de sol es importante.
      Los niños son los más adaptables, gracias a dios.
      A seguir viviendo y saboreando tu cafecito.
      Un beso, Marilu.

      Eliminar
  14. Soledad Villalobos14 de abril de 2020, 17:13

    Estupenda crónica, Isabel.��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Sole. Por todos lados nos llegan historias o pequeñas anécdotas que, si no llega a ser por este encierro, no ocurrirían. Ahora estaríamos inmersos en la vida diaria sin mirar mucho alrededor. Creo, como ya dije, que el virus nos ha cambiado la mirada.
      Un abrazo.

      Eliminar
  15. Nombre aristócrata para el más bajo depredador que encima es invisible.
    Cómo explicarle a los niños que es un virus mortal, que se hace familia numerosa en poquito tiempo, y de una forma tan tonta como es hablando.
    Me contaba mi hija, que tiene un vecino Down y su madre le mandó a llevar la basura como cada tarde, y regresó sudando y temblando. A la madre le explicó, que no vió al coronavirus en la calle, imaginando seguro que es un bicho enorme, por el miedo que sin querer ha percibido en todos. Este fenómeno ha traído miedo, dudas, insomnio y mucha preocupación, pero hay que darle la vuelta y agradecerle también la solidaridad, el ingenio y la unión de la sociedad en estos momentos tan duros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Cande, habría que poner muchos factores en el Debe: la claustrofobia, la falta de libertad, el miedo, la ansiedad, el insomnio... Pero, como dices, también los hay en el Haber: la imaginación ha sido fundamental para pensar maneras de entretenernos y de entretener a los niños, la solidaridad, la empatía, el darnos cuenta de que necesitamos poco para vivir, la regeneración del planeta... Algo bueno traerá, seguro. Pero lo que es más seguro es lo que decía Neruda: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". No seremos los mismos.
      Un abrazo grande, Cande, me ha gustado mucho tu comentario.

      Eliminar
  16. Ay Jane, cuánta razón tienes en lo de que el humor nos ayuda a sobrellevar mejor este brusco parón en nuestras vidas.
    Yo, en particular, sigo con gran interés y curiosidad cómo afrontan, los más pequeños de la familia, esta pesadilla casi interminable y me sorprende y encanta cómo se adaptan a la situación mucho mejor que nosotros, los mayores. También la creatividad de ellos y de sus madres y padres me parece admirable y modélica. Comprobar todo lo que hacen, a través de los vídeos que me envían, están siendo mis momentazos.
    Por las mañanas, todos se igualan en sus tareas, dedicándole unas horas al trabajo escolar, que va en función de las edades de cada uno. Por las tardes, los hay que organizan un desfile de modelos con las prendas que más les gustan, en el que uno de ellos va presentando y describiendo, con micrófono y en inglés, al que le toca mostrar los vestidos previstos. De ahí saldrán, seguramente, futuros diseñadores de moda, modelos profesionales y presentadores o críticos especialistas en ese mundo. También están los que recurren a dibujos que les proporciona Internet, los imprimen para colorearlos y luego recortarlos, descubriendo el placer de utilizar las tijeras y luego usarlos como plantillas para siluetearlas en cartón, varias veces, y superponiéndolas y pegándolas, para conseguir el volumen de lo que dibujan. Los hay cuya pasión han sido los dinosaurios y se han organizado una especie de parque jurásico con el que se montan juegos e historias sin fin. Esos apuntan a futuros creadores, directores o productores del cine de animación en 3D o del de seres reales...
    Pienso, Jane, que del mundo infantil, después de esta gran experiencia para ellos, podemos esperar buenos e interesantes resultados y momentazos, a corto y largo plazo, porque ha sido un tiempo para desarrollar su inventiva, su ingenio y sus ilusiones, ingredientes, todos, que añadirán a sus vidas y harán de ellos ciudadanos con recursos y dispuestos a trabajar en equipo, para hacer mejor su mundo y el de todos.
    No sé si llegaré a verlo, pero quiero pensar que esa será una de las consecuencias más beneficiosas y productivas que se podrá sacar de este "arresto domiciliario" y brindo, desde ahora, para que así sea.
    ¡Vivan, nuestros niños y jóvenes!¡Qué vivan...!.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que vivan. Y lo hagan sabiendo que la vida es incierta y que hay que estar preparados hasta para el caos. Ellos están más abiertos a la sorpresa y a lo maravilloso. Nosotros en cambio... Leí una frase en Twitter que nos define bien. El autor se llama Hernán Salcedo y dice así: "Vivíamos encerrados en nuestra vida cotidiana hasta que el encierro se convirtió en lo único cotidiano de nuestra vida". A ver si este confinamiento nos enseña algo más y aprendemos de los niños. Muy imaginativos los tuyos. Los míos también han montado shows :-D
      Muchas gracias por tu aportación, Cehachebé, y un abrazo muy grande.

      Eliminar
  17. Como jubilado en su segunda adolescencia, un saludo, con un gracias por engranar palabras para hacer más llevadera la actual situación... tampoco tan grave, si tenemos en cuenta el decorado de fondo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de la segunda adolescencia me hizo gracia, pero quita, quita. Ya la primera estuvo bien pero para repetir, no. Otra vez exámenes, colegio, amores efímeros, dudas, preocupación por el futuro... Me quedo con esta jubilación dorada, aunque sea confinada.
      Gracias por acercarte por aquí.

      Eliminar
  18. Me siento como en el cuento de la princesa encerrada en la torre, que cantaba aquello de: ¡Sola, solita yo estoy, en lo alto de esta tooorre...!
    ¡Sola, solita yo estoy, viendo el tiempo como cooorre...! ¡Aaay, aaay...!
    Cuando pase la pandemia, ¿me costará volver a la vida ordenada de levantarme a una hora decente, hacer mis caminatas mañaneras, descubriendo o redescubriendo rinconcitos de mi Santa Cruz, tomarme el aperitivo o un café en cualquiera de nuestras plazas, hacer recaditos, salir con las amigas o quedarme en mi casa, pero porque me da la gana, no por imperativo sanitario?
    Los días enjaulados van pasando y hacemos de todo para entretenernos: gimnasia (yo, que siempre he sido una negada y una "matada", leer, ver tele, cocinar y hacer postres (¡peligro!), entrar en los chat de las amigas, donde todas hablamos a la vez, y hacemos planes (para cuando todo esto pase), de todas las juergas que nos vamos a correr, los viajes que nos vamos a dar (sobre todo los que nos cancelaron)... Ahora, mientras vivimos en este ordenado desorden, llenamos las horas haciendo también disparates, como punto repulgo o poniendo imágenes de Resucitados a las 3 de la madrugada...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay quienes dicen que cambiaremos y ya no veremos el mundo de la misma manera. Y hay quienes dicen que los hombres hemos pasado ya muchas veces épocas terroríficas y luego volvemos a las andadas. Que igual lo que cambia es que ya no seremos tan besucones.
      Yo creo que nos adaptaremos enseguida a la antigua vida. Así que esperaré las fotos preciosas de tus paseos mañaneros por el Parque y los exquisitos platos que nos haces cada vez que nos reunimos. Y si te da otra vez por resucitados, bienvenidos sean.
      Un abrazo y gracias, Conchi.
      PD: No me acordaba de la princesa encerrada en la torre, pero el eco de la canción lastimera que entonaba me refrescó la memoria. :-D

      Eliminar
  19. Hola Mary-lola, es siempre bienvenido una pizca de alegría en los momentos, raros, que estamos viviendo, creo que todos tenemos un Lucas una Conchi una Carmen y una Julia, lo más que me alegra es que las hayas compartido con todos nosotros y lo realmente bonito es que hace unos minutos no los conocia y ahora son como de la familia.
    Un beso y seguimos " confitados "que es mucho más dulce.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, es un placer compartirlos y saber que es verdad, que todos estamos pasando por momentazos covid-19 (vamos a ponerlo así en minúsculas, a ver si se hace pequeñito) y que muchos nos regalan sonrisas.
      A seguir confitados. Me gustó el adjetivo porque es verdad que estamos pasando una época en la que a media tarde nos podemos decir "¿Y si hago un bizcochito?". Sin ir más lejos, ayer tarde una tarta de manzana. Que no se diga.
      Un abrazo.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html