lunes, 13 de octubre de 2025

Cosas que pasan cuando lees


 

Hace poco hubo una polémica en las redes porque una conocida influencer, María Pombo, con miles de seguidores, dijo que ella no leía nada, que no le gusta ni es obligado leer, que no se es mejor persona por ello y que no pasa nada por no leer. Las consecuencias de estas declaraciones han sido inmediatas. La mejor para todos es que ¿cuándo se ha visto a un país hablando de la lectura con ese entusiasmo?. Y la mejor para ella es que su cuenta habrá aumentado un montón.

Como madre de dos hijos a los que he educado de la misma manera con respecto a la lectura, contándoles cuentos desde pequeños y regalándoles libros a tutiplén y, constatando después que mi hija devora libros y que mi hijo no los mira ni por el forro, le doy casi toda la razón a María Pombo. No es obligatorio leer (salvo en clase). No se es mejor persona por leer porque ser mejor o peor persona entra en el campo de la ética en el que cuentan otros valores. Sabemos de grandes escritores que leían mucho y éticamente dejaban mucho que desear, y hay personas maravillosas (mi hijo, por ejemplo) que no leen regularmente.

¿Y no pasa nada por no leer? A lo mejor, no. Pero sí que pasan cosas cuando lees. Y no les voy a hablar de los beneficios y el placer que te dan el que te cuenten historias, de la expansión de la empatía y la tolerancia, o del espíritu crítico, de los que ya han alegado muchas voces estos días... No, yo les quería comentar otros aspectos decisivos que me encantan de la lectura.

El primero es que es un increíble antídoto del aburrimiento y de la desesperación. Me explico. Los que tenemos una edad consumimos parte de nuestro tiempo, por ejemplo, en consultas médicas, tiempo que no nos sobra alegremente sino que contamos con él con la avidez del que sabe que tiene un límite cercano. Sin ir más lejos, yo esta semana tuve que ir a una consulta de esas obligadas por revisión en la que tuve que esperar dos horas en una silla la mar de incómoda. Y en lugar de desesperarme o de acordarme de la parentela de médicos y enfermeras (que, además, no tienen culpa de tener la consulta petada o de que unos pacientes consuman más tiempo que otros), yo saqué mi libro, "Querido librero" de José Luis Romero -una delicia de novela, de la que Máximo Huerta dijo "Hay libros, como este, que llenan las estanterías del corazón"- y no me di ni cuenta del paso del tiempo. Mientras los demás bufaban y protestaban, yo estaba en otro mundo, intrigada por un secreto familiar guardado durante años y en una historia de amor que intenta resistir el paso del tiempo. Una gozada.

Pero es que además, hay otros aspectos positivos de la lectura que confirma la ciencia. Uno es que la lectura es una buena agencia de viajes. "No hay mejor nave que un libro para llevarnos a tierras lejanas", escribió Emily Dickinson, que apenas salió de su casa de Massachusetts y, sin embargo, escribió un bello poema sobre nuestro Teide. Imaginar que hacemos algo y hacerlo es casi lo mismo, lo corrobora la ciencia: en ambos casos se iluminan regiones similares del cerebro.

Otro es que leer alarga la vida y, cuanto más, mejor. Según un estudio sobre salud y jubilación realizado por investigadores de la Universidad de Yale, se certificó que los que leían una media de 3,5 horas a la semana viven un 17% más que los que no abren un libro; quienes leen más tiempo, un 23%. Son casi ¡dos años! de propina. ¿No merece la pena?

Y según otro análisis elaborado por la Universidad de Roma, leer nos hace más felices... ¿Hay quién dé más por un objeto que ni siquiera se enchufa?

Así que anímense a leer, incluso las María Pombo de este mundo. Como invitaba Cortázar, vayamos a la literatura como se va a los encuentros más esenciales de la existencia, "sabiendo que un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y última página.".


16 comentarios:

  1. Hola Jane. Pues nada...estas declaraciones sobre la lectura por parte de esta "opinadora" me recuerdan una frase que decía un amigo: "Hay que ser totufa" ...Puestos a decir chorradas podría decir también: "No me gusta la primavera", "No me gusta compartir una comida con mis seres queridos", "Pasear y disfrutar de la naturaleza está sobrevalorado",.... es decir que se pueden decir muchas tonterías y habrá gente que la aplaudan....Ya lo decía aquella pintada en un muro: "Hay que comer mierda señores porque 40 mil millones de moscas no pueden estar equivocadas".
    En fin Jane: "Hay gente pa to". Un beso. Juan

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    1. Es verdad, hay gente pa to y la diversidad humana es increíble. En los 22 años en los que llevé la Biblioteca del Instituto (tú lo sabes bien), me encontré con todo tipo de lectores y no lectores. Estaban los que solo leían un género, los que odiaban la poesía, los que solo leían ensayo porque no les gustaba que le contaran historias... Yo no leo novelas de terror porque, como me meto mucho en un libro, luego no puedo dormir porque me chijo de miedo. Por eso, comprendo a la influencer: es verdad que no se puede obligar a nadie a leer. Pero qué pena, no sabe lo que se está perdiendo.
      Que disfrutemos durante mucho tiempo (tú ahora que tienes más tiempo libre, imagino) del placer de leer un buen libro.
      Un beso, Juan.

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  2. Francis Reyes Rodríguez14 de octubre de 2025, 16:39

    Me gusta tu relato ,ameno y bien articulado ,que combina tu vivencia personal ,con datos y citas literarias para defender la lectura de forma cercana y convincente.

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    1. Muchísimas gracias, Francis. Desde los 3 años en los que casi obligué a mi madre a enseñarme a leer (le daba la lata todos los días con lo de "¡¡¡una letra más!!!", me contaba ella), ha sido un no parar y un disfrute constante. Mi profesión y el llevar la Biblioteca fueron un plus. No me queda otra que defender la lectura, qué menos.
      Un abrazo.

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  3. Charo Borges Velázquez14 de octubre de 2025, 16:41

    La lectura ocupa gran parte de mi vida desde que aprendí a leer.
    En casa vimos como leían nuestros padres, pero no todos los imitamos y siempre hemos procurado respetar a los que no lo hacen.
    Yo también ocupo mis horas de espera, en cualquier sitio, leyendo el libro que escojo, para llenar esas horas. Y si no tengo un libro, abro el móvil y me leo los artículos, de cualquier clase, que me vaya encontrando.
    Pertenezco a un club de lectura y esa es otra experiencia, en torno a ella, insuperable. Oír a tus compañeros opinar con sus comentarios, lo mismo que vamos leyendo todos, no hace más que enriquecerte y ampliar la visión sobre el mismo tema.

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    1. Y qué invento más fabuloso fue el ebook para nosotros, los lectores. Antes, ya me veías con 4 o 5 libros para un viaje de una semana, que, quieras que no, pesan. Ahora llevas en el bolso mil novelas en un aparatito fino. Me parece mentira. Me gusta más leer en papel, pero en esos casos, bendito libro electrónico.
      Y, aunque no voy a un club de lectura por razones que no vienen al caso, sé que es una experiencia grata y enriquecedora. A seguir con ello.

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  4. ¡Hola, Jane!
    Los libros..a veces pienso ¿qué sería de mí sin ellos? Y no me lo puedo imaginar.
    Como sabes, avalo todo lo que dices sobre ellos. Igual que tú a las consultas siempre llevo uno conmigo.
    Todo lo que se diga positivo sobre ellos es poco. Parafraseando a Inés Vallejo: el infinito en un libro
    Gracias y un abrazo

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    1. "El infinito en un junco", uno de los grandes libros de esos con los que más he disfrutado. Yo también me he hecho esa pregunta, Arista. Cuando no he podido leer, como este mayo pasado con la operación de cataratas, parecía que me faltaba el aire. Menos mal que también se ha inventado el audiolibro y oía historias, pero no hay nada como disfrutar con el tacto y la lectura de un libro "de verdad".
      Un abrazo grande.

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  5. Gracias,Isabel.
    Me ha parecido muy interesante y alentador para seguir con ese "vicio" maravilloso de la lectura.
    Un abrazo😘😘😘

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    1. Muchas gracias por tus palabras. Me recordaste al filósofo Santiago Alba Rico, autor de "Leer con niños" (un ensayo que anima a los padres a compartir relatos con sus hijos), que dice que la literatura, como el enamoramiento, es un "vicio virtuoso". Cuando conocemos todo lo bueno que nos da, no podemos dejar de practicarla. Y en eso estamos.
      Un abrazo.

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  6. Qué bonitoooooo.
    Me gustó mucho, Aba
    Me gusta lo de que no pasa nada por no leer pero que por leer si pasan cosas, esa es una forma muy original de ver esa neutralidad con el tema de leer que tenía la influencer.

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    1. Gracias, Evita (aunque yo a la influencer no la veo muy neutral...).
      El problema de mucha gente con la lectura es que vivimos en medio del vértigo y de obsesiva presencia en las redes sociales. Y la lectura, todo lo contrario, tiene que ver con la calma y el sosiego, con el disfrute sereno y la sabiduría para ir descubriendo otras maneras de estar en el mundo. Espero que tú las descubras.

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  7. ¡Buenos días! Me acabo de acordar de ti al ver un cartel que decía: "Me armo de libros. Me libro de armas".

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    1. Me ha encantado, Milo. A muchos políticos y líderes les convendría parar y leer para comprender a los otros. "Leer a los grandes escritores te hace una persona mejor preparada para tomar decisiones creativas, interesantes y educadas" es una frase de Alan Brew, exeditor del Financial Times. ¿No es un no a la guerra una de esas decisiones, sabiendo que siempre es inútil?
      Muchas gracias y un beso.

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  8. Como tu dices, estoy de acuerdo solo a medias, yo creo que salvo excepciones no se nace bueno o malo, se es buena persona sobretodo cuando se aprenden valores y eso lo trasmiten padres y educadores pero si además lees le pones la guinda. Para mi leer es una necesidad y esa afición la tienen mis hijos también, yo me encargue de inculcarlo comprando colorines y libros de cuentos, si no fueran buenos lectores serían buenas personas? no lo se, pero si se que tendrían menos conocimientos y eso también cuenta. A que si?

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    1. Leer aporta conocimiento, ilusión, tolerancia, valores, comprensión... ¿Y sabes que siento yo muchas veces cuando termino un libro que me impacta? Que miro el mundo de otra forma, como si lo entendiera por primera vez. Leer da sentido a la vida.
      Gracias, Rita.

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