Con el destape de la caja de los truenos ocurrido en la isla estas últimas
semanas, el tema del tiempo se ha convertido en uno de los más socorridos. La
señora que me ayuda en la casa, nada más entrar por la puerta, ya me va dando el
parte meteorológico desde Geneto a Tegueste con pelos, señales, lloviznas y
vendavales. Incluso últimamente amplía el tema y ya me habla hasta de las
nevadas de Washington.
También el tiempo es el tema estrella en los ascensores, donde siempre hay
alguien (a lo mejor yo) que dice: “Parece que cada vez hace más frío ¿eh?”. Esto
hace que pasemos los minutos que van de un piso a otro tan entretenidos diciendo
que nunca se había visto nada igual. Y la web de la DGT recibe 54.000 visitas
¡por minuto!, que ríete tú de los blogs de famosos. Y todo para saber el estado
de las carreteras en el que principalmente influye el tiempo y sus nieblas,
vientos, lluvias y nevadas.
Pero hay tiempos y tiempos. Los ingleses (también tan aficionados a hablar
del tiempo a modo de saludo) los distinguen bien en su lengua, pero nosotros,
por aquello de economizar, usamos la misma palabra para el tiempo atmosférico
que para el tiempo transcurrido. Y es más bien de éste último del que quería
hablar hoy porque hace poco apareció una “caja del tiempo”, con unos ejemplares
del Quijote y un periódico del día, debajo de una estatua de Cervantes de 1835.
Las cajas del tiempo demuestran que, a pesar de que presumimos de cínicos y
de vuelta de todo, los humanos, en el fondo, somos unos románticos. Porque ¿no
es romántico guardar en una cajita bien enterrada, a resguardo de las
inclemencias del otro tiempo, los recuerdos de un momento concreto? Hay una caja
del tiempo, por ejemplo, viajando hacia las estrellas que guarda información
sobre nuestros genes, cerebros y bibliotecas, y en la que están grabados saludos
en 60 idiomas humanos y también saludos de las ballenas (nunca se sabe qué
extraterrestres van a encontrarla).
¿Qué pondríamos nosotros en una caja del tiempo, si quisiéramos decir a las
generaciones futuras “esta persona fui yo”? Comentando la noticia, oí por la
radio a un veterinario que decía que él pondría un pin del Athletic, un fonendo
y una foto de su boda. Igual, cuando yo era muy jovencita, hubiera puesto un
disco de Enrique Guzmán, del Dúo Dinámico o de los Beatles. Pero ahora, si yo
tuviera que poner en una caja del tiempo algo que definiera mi momento actual,
pondría sin ninguna duda la comunicación en la que el Ministerio de Educación me
concedió la jubilación.
Porque eso fue precisamente lo que me dio y lo que tengo ahora: tiempo.
...y yo voy con el tiempo justo siempre.
ResponderEliminarLos días me parecían largos cuando era una jovencita...quería comerme el mundo....y el día me daba para hacer bastantes cosas.
Ahora en cambio siempre voy atrasada, me falta "tiempo" , quiero hacer más....y no me alcanza el día....y la noche también se me hace corta....será qué.....tendrá que llegar la "jubilación"......¿cúando será? ¿con 65, 67, con .....?
Alguna vez en el pasado me vi tan ocupada y liada que tuve que replantearme la vida y aprender a decir "no" y a querer hacer menos cosas en lugar de más. Es también una solución, no creas, sin necesidad de esperar la jubilación. Y, encima, eres más joven. Un saludo, Luisa.
ResponderEliminarQue entrada mas curiosa, en cada momento de nuestro tiempo biologico meteriamos cosas diferentes en la caja del tiempo... Yo meteria en mi caja del tiempo actual un monton de cosas, pero la verdad es que esta no seria yo, me faltaria meter todos los besos y abrazos que me han dado.
ResponderEliminarAqui los meto, y tambien los buenos momentos que me haceis pasar!
Saludos
Mete también mi abrazo virtual y, como en la caja de Pandora (que igual era también otra caja del tiempo), la Esperanza.
ResponderEliminarYo metería un cuaderno, una estilográfica y un tintero. En la primera página del libro dejaría escrito: "Llamadme Ismael..." o "En un lugar de la..." o "Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles..." y desearía que la caja la abriera Melville, Cervantes, Homero ... y que me buscaran para devolvérmela y me pudieran contarme la historia completa delante de un buen queso, un buen pan y una jarra de buen vino. No me importaría pasarme horas y horas rellenando las hojas blancas del cuaderno.
ResponderEliminarUna caja del tiempo en que el tiempo pudiera ir para atrás.
Me encantaría encontrarme alguna vez una caja así. Sabría que la persona que la enterró es imaginativa y buena lectora. Añadiría en el cuaderno "Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa", o "Una mañana, Gregor Samsa se encontró convertido en un enorme insecto", o "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía...", con la esperanza de encontrarme también a Jane Austen, a Kafka o a García Márquez (éste último tiene más posibilidades). ¡Qué buena perspectiva!
ResponderEliminarYo metería eso precisamente: tiempo. Minutos leyendo y comentando libros contigo, haciendo quimeras con papá, hablando y riendo con Carlos, jugando con los niños, bromeando con Dani...Un vino en compañía de amigos, una tarde de sol y de charla, una noche de juegos en Bajamar...Tantos y tantos momentos que una atesora a lo largo de la vida y que te convierten en la que eres.
ResponderEliminarMuchas veces pasamos tan rápido por la vida, nos dedicamos tanto al "hacer cosas" (trabajos, compromisos, lavadoras, compras...), que nos olvidamos de lo que merece la pena cuidar y guardar. Qué bueno que te des cuenta y valores todos esos momentos.
ResponderEliminarJajaja. La verdad es que me has sorprendido. Esperaba un libro favorito, una compañía especial pero no que quisieras meter en esa caja algo tal efímero como el tiempo. Afirmas que lo tienes y a mí, siempre intentando llegar adonde nunca llego me produce esa envidia que la mayoría de la gente llamaría sana y que tengo que reconocer que de sana nada. Que es envidia puñetera... Gracias por compartir esos pensamientos con quienes admiramos tu verbo con reverencia.
ResponderEliminares muy difícil escoger algo material para esa caja del tiempo, más cuando uno ha tenido que dejar tanto atrás...pero puestos a escoger, creo que les pondría una copia de algún programa infantil que haya escrito...va y me confunden con una niña! jaja y en definitiva, esa es mi humilde herencia intelectual. Creo que les sacaría una sonrisa y eso ya es bien gratificante, no crees?
ResponderEliminarque bueno que estas recupernado estos post!
Alejandrina, "tan efímero como el tiempo" y tan eterno. Incluso a mis hijos -tan liados con niños, colegios, trabajos y compromisos-, cuando me preguntan el "qué te regalo", les digo tiempo. Tiempo para charlas distendidas tomándonos un cafecito, tiempo para que me ayudes con las dudas del ordenador, tiempo para hablar de cómo nos va la vida, tiempo para querernos...
ResponderEliminarGracias por darme un poquito de tu tiempo. Un abrazo.
Vivirenflorida, mi querida Ade, me parece una idea estupenda lo de poner una creación tuya. Algo personal e intransferible que arranque sonrisas ¿Qué mejor herencia? Las cosas materiales son importantes si encierran un significado. Y, si lo pensamos, llevamos con nosotros mucho más de lo que hemos dejado atrás.
ResponderEliminarEstoy subiendo los sábados los posts antiguos del periódico "Loquepasaentenerife". Así los conservo con su fecha antigua y con los comentarios que entonces me hicieron. Verás aparecer de vez en cuando algunos de tus comentarios antiguos también. Es una forma de conservarlos todos en este nuevo blog, que realmente es su continuación.
Un abrazo grande, Ade.