lunes, 6 de enero de 2020

Pertrechada para el 2020




Una de las tradiciones de mi casa (y de miles de casas más) es oír la mañana del 1 de enero el Concierto de Año Nuevo que la Filarmónica de Viena nos regala todos los años. El concierto es como el turrón, las peladillas, el nacimiento, el pavo de Navidad, las uvas de Nochevieja, la cabalgata de Reyes... Algo sin lo cual no se concibe la Navidad y que habla en un lenguaje universal.

El ritual de esa mañana es fácil. Empieza después de los jolgorios de la noche anterior que hacen que nos acostemos a las 4 de la madrugada lo más temprano y que nos levantemos, un poco resacados, hacia las 10 o por ahí. Entonces hay que hacerse un té, acompañarlo por ejemplo de un trozo de torta francesa, que hace mi amiga Carmeliña y que sobró de anoche, y sentarse, mientras lo vas tomando despacio, todavía en pijama y zapatillas y chaqueta peludita y amorosa, en el sillón de la sala con los pies reposando en una butaca apropiada. El mundo, fuera, está en silencio. Tú abres la tele y a gozar ¡Ya estamos en Viena!

De joven, cuando estudiaba en un Colegio Mayor en Madrid, había dos hermanas que habían ido a estudiar Virtuosismo allí. Mi amiga Ana y yo las llamábamos "las virtuosas", claro. Bueno, pues que conste que yo no soy ninguna "virtuosa", que no entiendo de música (solo hice 3 años de solfeo y uno de piano hasta que convencí a mi madre de que aquello no era lo mío), que no tengo mucho oído cuando canto... pero que todo eso no es obstáculo para emocionarme con la música, para cantar también y para disfrutar de un buen concierto. Y más de uno como este, el concierto más visto del mundo, tan familiar que ya me parece conocer -como si lo hubiera visto por dentro y no solo por fuera- el Musikverein y su Sala Dorada con sus cisnes, sus columnas y cariátides, sus preciosos arreglos florales y sus brillantes lámparas de cristal.

Como siempre, me encantó. Al Director de este año, Andris Nelsons, lo encontré cercano, cómplice con los músicos, hasta divertido. Tocó la trompeta, bailó y jugó con la orquesta, sonrió con la mirada y nos deleitó con las oberturas, polkas, valses y marchas de los Strauss y parentela. Y también con el Homenaje a Beethoven. 2020 es su año, el 250º aniversario de su nacimiento. En el descanso, mientras sonaba la música del maestro, se proyectó una historia en la que una joven recorre la estela del músico y va encontrando, en los lugares en los que vivió, hojas -perdidas y llevadas por el viento- de una desconocida Décima Sinfonía. Bella y original.

El concierto me inundó de música: el vals exquisito "Donde florecen los limoneros" de Johann Strauss hijo; la obertura de "La caballería ligera" de Franz von Suppé, tan vibrante que, si cierras los ojos, tienes la impresión de caballos yendo a la batalla con el viento en las crines; la alegre polka "Tritsch-Tratsh" (que quiere decir algo así como "¡a mí, plin!"), que Johann Strauss escribió para acallar los chismorreos sobre una supuesta infidelidad; el vals "Disfrutad de la vida", para que no se diga; y las de siempre, el vals "En el bello Danubio azul" y la "Marcha Radetzky", sin las  cuales parece que no puede empezar el año.

También, de paso, el concierto me llevó a los preciosos pueblitos del sur de Austria que conocí con mis amigos de Viena, Walter y Suzana, por Salzburgo, por los lagos, por el Danubio (que no es azul), por la catedral de San Esteban y por esa Viena que no puede entenderse sin las notas de una melodía de fondo.

Pero lo mejor es que, cuando termina el concierto, siempre queda la sensación de que el mundo está en paz. Atrás quedan, por el poder de la música, los malos ratos del año anterior y te encuentras de pronto preparado para afrontar los retos del nuevo año. En una novela de Hanif Kureishi un niño pregunta: "¿Papá, para que sirven las canciones?". Y el padre responde: "Para que seas feliz, aunque sea por unos minutos". Ese es el sentido de la música, que nos blinda y nos deja pertrechados para lo que venga. Pase lo que pase, siempre nos quedarán momentos mágicos como este Concierto con el  que todos los años empiezo el Año Nuevo.

22 comentarios:

  1. Soledad Villalobos6 de enero de 2020, 19:53

    Entrañable tu reflexión sobre la magia del concierto de Año Nuevo y la música en general. Feliz 2020, ISABEL.

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    1. Gracias, Sole. En esos momentos de relax, tranquilidad, silencio alrededor y reposo total, es cuando te parece que la música tiene sentido.
      Feliz 2020 con muchoa momentos así. Un abrazo.

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  2. ¡Que cierto lo que cuentas Isabel....¡....después de años y años escuchando desde la cama ese concierto de año nuevo, tuve la oportunidad y felicidad de acudir una vez a escucharlo en directo en la Sala Dorada.....en la parte de "gallinero", pero allí in situ....Fue el año del cambio a la moneda euro, de 2001 a 2002, y la sala estaba decorada con esa alusión......Desde entonces, el volver a disfrutar del concierto, desde la cama como toda la vida, me sirve para recordar y reconocer los espacios conocidos y mantener esa magia que invade a todo ello......gracias por tus reflexiones.

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    1. Ooooh, no me digas que estuviste allí, qué bueno. Eres el primero que conozco que haya ido (presumiré de ello). Mis amigos vieneses han estado muchas veces en el ensayo general pero siempre me han dicho que es difícil encontrar entradas para estar allí ese día.
      De todas formas, no me digas que desde la cama (y yo desde el sillón) no se goza también de la música y del ambiente. Con el añadido de que en pijama se está más cómodo.
      Gracias a ti por tu comentario. Un abrazo, Carlos.

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  3. Tal cual como lo relatas,una tradición también en mi casa desde pequeña.Estupendo tu relato ������

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    1. En mi familia hasta nos guasapeamos diciéndonos: "¡Ya estamos en Viena!". Lo decimos los hermanos, los amigos vieneses, nuestro amigo griego Chris donde quiera que esté entonces... No concibo un Año Nuevo sin ese soplo relajante de la música que nos hace pasar hasta de bombardeos y follones políticos.
      Gracias, Iris, y un feliz año distendido y sereno.

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  4. Sí es verdad, Isabel, la música genera felicidad y esta dura no solo mientras suena la orquesta, yo la alargo tarareando la "Marcha Radetzky" durante todo el día. Feliz año querida amiga.

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    1. A ti, que eres poeta, tal vez te guste este fragmento de Marilina Rébora sobre la música:
      "Dan ritmo a la faena los trozos musicales;
      combate la tristeza la suave melodía;
      cuando preocupaciones asedian, habituales,
      cantares apaciguan la mente, todavía.

      La música es así, remedio de los males,
      inagotable fuente a escanciar cada día;
      sosiego de palacios, templanza de arrabales,
      y placidez del alma, armonizante guía.

      Te puedo imaginar tarareando la "Marcha Radetzky" y hasta bailándola. Es una excelente manera de empezar el año. Que también sea feliz para ti, querido Juancho.

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  5. Excelentemente escrito querida Mari Isabel!

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    1. Querido Chris, ya te nombré en un comentario anterior como integrante de esa comunidad de amigos que vimos juntos, en amor y compaña a pesar de la distancia, el Concierto de Año Nuevo. Un placer añadido.
      Gracias por estar cercano y por tu amistad. Un abrazo.

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    2. Muchísimas gracias por tus amables palabras querida Mari Isabel! Estoy encantado de contarte como mi querida amiga! Un gran abrazo y nos vemos en Marzo!

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    3. Sí, te espero a que me ayudes a soplar velas, que ya son un montón. :-D ¿Qué mejor fecha que cuando empieza la primavera?
      Un abrazo grande.

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    4. Seguimos jóvenes en nuestras cabezas....no te preocupes querida!

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    5. Eso sí. Pero No en nuestros riñones, en nuestras arrugas, en nuestros ejercicios, en nuestras carreras campo a través, en... :-D

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  6. Isa, leyéndote, me acabo de remontar a 28 años atrás. Primer día de Año Nuevo. Vivo con mi marido y me hija en un apartamento pequeño; la tele en la habitación, mi hija con tres años y yo pongo la tele para oír el concierto desde la cocina pues quería preparar la comida antes de ir a casa de mi madre. La niña la había dejado jugando en el sofá; de repente me doy la vuelta y no la veo, me pongo a buscarla y adivina donde estaba...en la cama, entre dos cojines, una pierna cruzada sobre la otra y muy tranquila viendo el concierto.��������

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    1. Juany, esa niña ya sabía lo que era bueno. Fíjate que hasta buscó la mejor postura y todo. ¡Qué buena anécdota! Seguro que hoy lo sigue viendo. ¡Somos millones de disfrutones!

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  7. Preciosa descripción del concierto más entrañable del año !! Es verdad que te deja paz y ganas de seguir luchando un año más !! Un fuerte abrazo!

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    1. Tú eres otra de mis acompañantes siempre. Esa es otra ventaja del concierto de año nuevo. Estoy sola oyéndolo (alguna vez se levanta mi marido), el mundo también está en silencio, pero allá afuera hay miles de personas sintiendo y escuchando lo mismo, y entre ellos, un grupo de amigos y seres queridos interconectados y comentando lo que más nos gusta. Maravilloso.
      Gracias por ello.

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  8. Buenas noches, Isa. ¿Qué tal?
    Ya en un momento de tranquilidad después de estos días, me he dispuesto a leer tu comentario al concierto de Año Nuevo. También lo suelo escuchar . Me ha gustado mucho lo que dices y en algunas cosas coincido contigo.
    Yo sí ejercito el canto y disfruto un montón siempre que voy a los ensayos, en el coro adulto de la Escuela Municipal. Bueno, con todo lo que sea música disfruto: conciertos, ópera....canto espontáneo en grupo...
    La frase hecha “Feliz año nuevo” no me gusta mucho, pero sí desearte un buen año, saboreando y disfrutando de todo lo bueno, y sobre todo de tu familia. Y que continúes haciéndonos partícipes de tus interesantes aportaciones.
    Un fuerte abrazo y para Toni . Brindemos ����

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    1. Querida Conchi, ya sé que tú, como buena palmera, llevas la música en los genes. A mí me da rabia, teniendo también raíces palmeras, ser la única de mi casa sin genio musical. Mi marido, mis hijos, mis nietos... a todos se les da la música estupendamente y algunos tocan varios instrumentos musicales. Yo a veces la pandereta y no muy bien :-D
      Pero es verdad que disfruto también con la música y alguna vez, si me avisas, iré a oírte. Hace poco fui a oír a mi nieta mayor que está en el coro de su Instituto y fue una audición preciosa.
      También te deseo un año lleno de buenos momentos. Un abrazo grande.

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  9. En mi casa tampoco puede empezarse el año nuevo sin el concierto de Viena. Y qué haríamos sin la música. No solo es que tu canción favorita tenga los mismos efectos que un chute, es que para algunos la música es la vida. Si no pudiera trabajar con mis auriculares a rebosar de música, a estas horas estaría en la consulta de un psiquiatra. Aisla y es un bálsamo y hace que las cosas se vean mejores de lo que son. Pura medicina. :)
    Un abrazo enorme y feliz año.

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    1. Me ha encantado tu concepto de lo que es la música. Chute, vida, aislante, bálsamo, pura medicina. No se puede describir mejor.
      Cada vez que salía del Instituto donde lo normal es el ruido y la furia, me subía al coche y de allí a mi casa (media hora más o menos) ponía Radio Clásica (nada de tertulias o informativos). Salía nerviosa y llegaba a casa como la seda. No hay mejor ansiolítico, qué razón tienes.
      Otro abrazo grande para ti. Y que nos echen un año 2020 que nos lo merendamos. :-D

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