lunes, 19 de abril de 2021

Lo que cabe en una semana



 ¿Ustedes se han fijado en todo lo que cabe en una semana? Yo lo he hecho en esta última y encontré que:

En un día recibí una mala noticia que puede acabar convirtiéndose en buena. Un único día no salí de casa y un único día encendí la tele: vi "El golpe", con los bellos y estupendos Paul Newman y Robert Redford. Un día recogí naranjas y nísperos de la huerta y corté calas para ponerlas en un jarrón en la sala. Un día en el horno se me quemaron las almendras. Un día comí con mis amigos austriacos que ya se van dentro de poco. Brindamos con champán por la vuelta sin restricciones en otoño . Un día escribí este post.

Dos días fui a la casa del sur y vi un mar de olas rabiosas y una noche tan estrellada como para contar constelaciones y seguir el surco que dejaba un satélite, despacio por el cielo. Dos días comí fuera de casa, uno de ellos en un restaurante donde probé por primera vez chips de morena y disfruté de un abadejo a la espalda que te puedes morir. Dos días me hicieron tres regalos que no esperaba (son los mejores): tres botellitas de un aceite exquisito (mi ex-alumna y amiga Eva); un frasco de miel, dorada como una joya (mi amiga Chari); y una libreta victoriana digna de Jane Austen (mi amiga Conchi). Gracias, chicas, son ustedes un amor.

En tres días cumplieron años personas a las que quiero mucho: 48, 44 y 70 años. ¡Felicidades! En tres días caminé una hora con mi amiga María Victoria a la orilla del mar y un día nos llovió (foto inicial). Los tres días el broche final fue el cafecito en el bar del club viendo nubes trenzadas en el cielo y a los valientes bañándose con este frío.

En cuatro días recordé los sueños que he vivido por la noche. Cuatro días estuve un rato con mis hijos y nietos. Mis nietos pequeños me hicieron dibujos preciosos y me contaron chistes escatológicos (están en la edad); mi nieto mayor nos arregló en un pispás el móvil de mi marido, que cojeaba (el móvil, no mi marido); a mi nieta mayor, la artista, le llevé revistas para un collage que quiere presentar en una exposición.

Cinco días puse el despertador temprano. En cinco días hice la comida y la cena y fui (poco) ama de casa. Los cinco días me conecté a Internet y navegué una hora entre imágenes, noticias, recuerdos y chistes (y chismes). Cada uno de los cinco días oí un fragmento de ópera por cortesía de mi amigo Melchor.

En seis días leí y disfruté con dos libros, "El inventor de historias" de Marta Rivera de la Cruz, y "Cuando la luna llora" -poético y misterioso- de Chiki Fabregat. Y empecé a leer el muy original y divertido "La tienda de la felicidad" de Rodrigo Muñoz Avia.

En siete días leí el periódico todos los días pero no oí telediarios ni radio. En siete días me contaron historias nuevas, aprendí canarismos que no conocía, como barbolete o cerneja, y supe siempre de mi familia y de mis amigos (¡Qué grandes inventos son el wasap y el teléfono!). Aproveché algunas horas y otras las perdí, sobre todo buscando cosas: la mascarilla, las llaves, las gafas de ver... No lloré en toda la semana y, en cambio, me reí mucho. 

Y todos los días escuché la pregunta-estrella de la semana: ¿Ya te llamaron para la vacuna?

24 comentarios:

  1. Carmen María Duque Hernández19 de abril de 2021, 9:30

    Muchas gracias , mi niña , me encanta todo lo que escribes , salud y besitos para todos.

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    1. Gracias a ti, Carmelita, ya sabes que a mí me encanta que me leas. ¡A buscar ahora todo lo que haces en la semana!
      Un besote grande, mi niña.

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  2. Mi duquesa! No te aburres. Has desarrollado una agenda digna de una reina. Ya quisiera La Leti poder disfrutar tanto. Un abrazo

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    1. La verdad, mi realeza, es que todavía no me he aburrido. Y por nada del mundo querría tener la agenda de una reina. ¿Te imaginas? Visitando sitios que no me interesan, saludando a gente que ni conozco ni quiero, venga a ir bien peinada y maquillada todos los días, tener que ir entaconada para no parecer tan bajita, no poder darte un garbeo con las amigas sin que te persiga un paparazzi... ¡Quita, quita!
      Disfrutemos de la vida que nos ha tocado y demos gracias por ella a todos los dioses (si es que existen).
      Un beso grandote.

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  3. Ay, Jane, a veces, la vida de una jubilada es una vorágine no siempre deseada. Con pareado o sin él, esta realidad es una verdad irrefutable y te comprendo muy bien.
    Yo tengo algunas en las que necesitaría más de 24 horas al día. Aunque lo mejor es que muchas de esas ocupaciones se hacen con verdadero gusto.
    Sigamos así, por muchos años, porque indica que nuestra salud física y mental siguen en buen estado y muy dispuestas.
    Adelante y sin desfallecer...

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    1. Por ahora mi vorágine sí es deseada. En cuanto se hace más complicada, se frena un poco y ya está. Si tengo algo por la tarde (recoger niños, por ejemplo9, suelo dejar la mañana libre. Y al revés, si hay algo que me ocupe las mañanas, me gusta tener la tarde libre para leer, escribir o lo que sea, pero siempre relajado.
      Eso sí, para una juerga, una está. como en la canción, "entradita en cintura y dispuesta"...

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  4. Siempre que pienso en ti, me vienen a la mente los relojes y los juguetes de cuerda, siempre en movimiento. Esas neuronas tuyas son como el "correcaminos"(mec, mec), me asombra de donde sacas tanto. ¡Sigue así!
    Cuando veo algo que asocio a una persona querida, lo compro (si está dentro de presupuesto) Cuando vi la libretita me acordé de Jane Austen y dije, ¡para Isa! Lo mismo que el papel donde la envolví...lleno de búhos... Fíjate que lo compré en una papelería de Los Llanos cuando fuimos a ver a Nievitas la última vez ¡y lo vine a utilizar ahora!

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    1. Siempre me admira de ti, Conchi, esa perspicacia y cuidado hacia el detalle, ese cariño a las amigas que te hace fijarte en lo que les gusta. Tengo de ti regalitos preciosos que conservo con mimo porque sé que, cuando los viste, pensaste en mí. Esa regla de los filósofos, las bolas de navidad, el porta-klinex, el cuadrito marinero... y este cuadernito victoriano envuelto en papel de búhos, qué maravilla. No puedo sino dar gracias a la vida por tenerte y que hagas que mi vida se llene de alegría (desde que me contabas historias a la salida del colegio).
      Y no creas que soy tan correcaminos. Uno de mis mayores placeres es desayunar y pegarme la "siesta del carnero", mientras leo un libro en el silencio de la mañana...
      Un abrazo muy grande, mi querida Conchi.

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  5. "A cada día, su afán".
    Y si cabe tanto en una semana... imagínate en una vida. Me encanta tu reflexión, Jane. Que tengas una semana estupenda y tan variada por lo menos como la anterior.

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    1. Y todo lo que me dejé en el tintero por no ser plasta... Como el aperitivo con dos amigas un día, los alegatos con la gente del club, los ratos de sudoku y rummy (todos los días), el preparar una comida especial, las conversaciones con las amigas sobre lo divino y lo humano... Al final, una semana es un reflejo de la vida, ni más ni menos.
      Gracias por tus palabras y tus buenos deseos, Alicia. U
      Un abrazo muy grande.

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  6. Charo Borges Velázquez19 de abril de 2021, 15:22

    Que las actividades y los buenos ratos con la familia y los amigos, no decaigan jamás. Este sería un buen objetivo para cualquier persona y, más, si está jubilada.
    Es lo que hoy nos cuenta y demuestra, Jane.
    Averiguarlo, no cuesta nada...

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    1. Ayer mismo le decía a mi marido que ya llevo 13 años jubilada (13 años, por tanto, de este blog). Se me han pasado volando y, sobre todo, porque siempre ha estado claro que hay que compartirlo con familia y amigos.
      Muchas gracias por tu introducción al post, siempre tan cariñoso y certero.

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  7. Estupendo resumen de tu vivencia semanal...Ha sido tranquila ,relajada ,pero intensa.
    De vez en cuando tenemos que desconectar y buscar actividades que sean placenteras y gratificantes.
    Un bsto.��

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    1. Bueno, realmente cabe todo en una semana, no solo lo placentero, sino también algún disgusto; no solo lo gratificante sino lo que te da rabia que pase (como que se me queme medio kilo de almendras), no solo desconectar, sino también seguir la rutina. Pero eso es, precisamente, la vida. Y dando gracias de vivirla.
      Besos.

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  8. Si hay alguien que tiene un reloj mágico, ésa eres tú.
    Estás yendo a un almuerzo, sabiendo que por la tarde tienes una cena en casa y en medio, sacas tiempo para disfrutar un rato de la familia, no sin antes pasar por la farmacia para bajar las pulsaciones de tu marido, por si te canta y le embarga la emoción.
    Probablemente, te acuestas tarde pero no descuidas leer tu ración diaria y al día siguiente, desde los claros del día, estás oliendo la lluvia y admirando tu jardín. No sé como lo haces, qué envidia me das. Yo tengo más de dos gestiones en una mañana y por la tarde, me desintegro. Me calzo zapatillas y descalzo mi armadura y sólo pienso en tirarme en el sofá a comer pipas o como mucho cocinar a fuego lento, mientras resuelvo una cruzada.
    Bendita tú entre todas las mujeres que exprimen cada día como si fuera el último y además tienen tiempo de dedicarnos a los demás, una lectura semanal tan didáctica.
    Mis felicitaciones.

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    1. Haces que me sonroje, Cande, porque de superwoman tengo poco. Ya le dije a Chari más arriba que, si tengo algo por la mañana, procuro que la tarde sea de las que dices tú, de las de tirarte al sofá a comer pipas (no lo he probado nunca. Lo haré :-D)
      Pero es verdad que no perdono la ración diaria de lectura (hoy mismo me leí dos libros pequeños) y que, aunque me acuesto tarde, no me levanto temprano: las 8 horas de sueño son necesarias (y, si puedo, 9).
      Si te paras a pensar todo lo que tú haces en la semana, te salen más cosas que a mí. Prueba a pensarlo y verás.
      Un beso y gracias, Cande.

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  9. ¡Qué grande eres Isabel! La verdad es que creo que nunca he visto una semana tan aprovechadita...felicidades! A eso se le puede llamar FELICIDAD:

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    1. Ratitos felices sí ha habido, pero también preocupaciones. Lo que también es verdad es que fue aprovechada en el sentido de que, por lo menos, fueron días vividos (siguiendo el deseo de Jonathan Swift de "¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!").
      Un abrazo, Elvira.

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  10. Esperanza Gonzanava20 de abril de 2021, 21:24

    Pero Isa, cómo se puede anotar lo que se hace en una semana?. Verdaderamente, nos cuentes lo que nos cuentes, (dudo si es con ese al final, esto de no pronunciar es un rollo), es delicioso y me haces sonreír. Un besito desde Alájar.

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    1. No anoté nada sino alguna cita y cosas como "Llevar a Eva revistas", "Recoger a los niños", "Ir a Macro", "Cumpleaños de...". Pero cuando piensas en lo que haces cada día, surgen los recuerdos.
      Me alegro de hacerte sonreír. Un besote, Esperanza.

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  11. Hacer lo que se quiere. Es sinonimo de no perder el tiempo.

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    1. Exactamente. Por eso, cuando busco las gafas, pierdo el tiempo. :-D

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  12. Sé de tu actividad continua. Lo mismo disfrutas de una noche estrellada, de las reuniones familiares, con amigos, de una buena comida o pelando nísperos. Porque cada momento sientes que es importante, lo estás viviendo. Eso es vivir con plenitud. Bravo.

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    1. Sí, Carmen, eso es exactamente vivir, ser consciente de cada cosa que pasa en tu vida y saber que es importante. De la otra manera la vida pasa y ni te enteras. Tú y yo sabemos vivir (creo).
      Un beso.

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