lunes, 7 de noviembre de 2022

Soy negacionista



Los movimientos negacionistas han rechazado realidades documentadas a lo largo de la historia, pero parece que es ahora cuando más se les oye por todos sitios. Primero empezaron con que el hombre no había llegado a la Luna, argumentando que todo había sido un montaje en el desierto de Nevada, que la bandera no debía ondear en el vacío, que les habían pagado millones a los astronautas para que hicieran la pantomima...; después también negaron que Elvis Presley hubiera muerto o que Paul McCartney estuviera vivo; han negado el Holocausto, la evolución de las especies, que la Tierra sea un planeta esférico que se mueve en la inmensidad del espacio (cuando todo el mundo sabe que es plana y está quieta como un guardia, dicen); rechazan el cambio climático y la causa de enfermedades como el covid y la eficacia de las vacunas; y lo último que les he oído negar es la guerra de Ucrania, porque, según ellos, son los propios ucranianos los que se tiran bombas a sí mismos para poner a Rusia en un compromiso.

¡Y una toda la vida siendo afirmacionista! Una fue de las que, con 21 años, vio emocionada cómo Armstrong descendía del Apolo 11 y decía lo de "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad"; una ha visto a Paul McCartney vivito, coleando y cantando todavía y no ha vuelto a ver a Elvis desde aquel 16 de agosto del 77; una ha leído relatos y ha visto rastros del holocausto por toda Europa; una está segura de que el hombre ha evolucionado y de que el mundo no es plano, y así lo ha explicado en clase; una ha constatado, por experiencia, que cada vez hace más calor, y por estudios de la Unesco, que en 30 años desaparecerán 460 glaciares debido al cambio climático; una, que se ve ya libre de mascarillas, todavía dice: "¡Benditas vacunas!"; y una, que ve con temor una guerra en Europa, no puede quitar la responsabilidad a los hijos de Putin.

¿Entonces, qué? ¿No nos va a quedar más remedio que convertirnos también al negacionismo imperante, si queremos estar en la onda? ¿Nos van a convencer de que la vida no es como parece? ¿Nos vamos a chiflar todos?

Para que por mí no quede, y aunque ya ellos han negado casi todo, voy a empezar yo también a negar algunas pocas verdades establecidas todavía. Niego la existencia del Coco, personaje al que mis nietos chicos escriben y les cuentan sus cosas. Niego la existencia del Ratoncito Pérez, sobre todo porque no veo por ningún sitio la tremenda fábrica de marfil que tendría que haberse construido con todos nuestros dientes. Y niego la existencia de Papá Noel, que nunca, el muy agarrado, me ha regalado nada. A los Reyes Magos no los niego por si van y se enfadan y no me dejan lo que les voy a pedir este año. Pero creo que con lo dicho ya se me puede considerar negacionista (y a lo mejor hasta influencer, qué lujo).

Y un apunte: todo empezó con Nietzsche (siempre los filósofos son culpables de todo), que fue el primero al que se le ocurrió negar a Dios, y a eso le siguió la catarata de negacionistas. "Dios ha muerto", dijo Nietzsche. Claro que, tiempo después, "el que ha muerto es Nietzsche", dijo Dios.


21 comentarios:

  1. Jajajaja. Me encantan tus argumentos, pero yo soy una romántica y me gusta rodearme de ilusión... Prefiero creer en casi todo, fíjate tú, jajajaja. Un abrazo 😚

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, Floren, a mí me pasa lo mismo. Me costó encontrar 3 realidades a las que negar (sobre todo porque los negacionistas ya negaron todo lo habido y por haber y sus negaciones son mis afirmaciones), pero algo es algo. Seré optimista y romántica como tú, pero a estar en la onda no me van a ganar. :-D
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  2. Juan Antonio Núñez7 de noviembre de 2022, 14:58

    Ya era hora de que abrieras los ojos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, sobre todo en lo del gordo vestido de colorado estoy muy firme. Mira que no haberme regalado ni un triste cepillo de dientes... Y encima se ríe, jo, jo, jo.

      Eliminar
    2. Juan Antonio Núñez8 de noviembre de 2022, 14:52

      ¿Al gordo le has colocado la media? ¿Has deshollinado la chimenea?

      Eliminar
    3. Ni medias ni chimeneas deshollinadas, ya te he dicho que para mí no existe. Y para que se fastidie, a los Reyes Magos les pongo tres copitas de licor y su turrón partido y todo. A él, nada de nada.

      Eliminar
  3. Hola Jane, sí pues yo también fuí afirmacionista, pero de los ultras, de aquellos que de pive se juntaba con más amigos en una azotea, con una radio, en las noches de "alerta ovni" y pasábamos casi toda la noche mirando al cielo estrellado, a ver si pasaba un ovni, pasar no pasaba ninguno, pero en cambio, nosotros de vez en cuando veímos pasar a más de uno, eran tantas las ganas de verlo, que yo creo que del cansancio delirábamos y algunos los veían de colores y cómo se movían y otros exaltados lo afirmaban, pero siempre había uno, que no era tan ultra afirmacionista como nosotros y siempre decía: "pues yo no veo nada, eso que ustedes ven, para mí, es tan sólo una estrella más". :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos hemos tenido la época pro-ovni, J.J.. Sobre todo porque en aquellas noches de verano en las que uno se asomaba a la inmensidad de una noche estrellada, nos parecía que era imposible ser los únicos habitantes del universo. E imaginábamos que otras civilizaciones estarían como nosotros mirando a las estrellas y pensando en nosotros ¿por qué no? Yo sigo siendo afirmacionista en eso, solo que ahora no los veo más adelantados, sino igual de despistados que nosotros, incapaces de ir mucho más lejos de su planeta.
      P.D. Creo que ya conté una vez aquella vez que vimos un ovni...

      Eliminar
  4. Esto de afirmar y negar parece más complicado cuando se habla de entidades o conceptos abstractos como Dios. Dice mucho de nosotros que seamos afirmacionistas o negacionistas de la felicidad (aunque entonces se nos llama optimistas o pesimistas), de la justicia, de la libertad (¿eres determinista?), de la posibilidad de tener futuro, y tantas otras cosas tan complicadas que dan dolor de cabeza pensarlas x lo que o se lo dejas a otros (filósofos, políticos o tertulianos para que lo piensen x nosotros) o nos atrevemos a ello aunque sea pertrechados de un tubo de analgésicos.
    Un abrazo mi querida Isabel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un abrazo, mi querida e inteligente Olga. Si tú y yo elegimos la carrera que elegimos es porque nos gusta pensar a pesar de los dolores de cabeza. Y también compartir pensamientos, que más de una vez lo hemos hecho.
      A pesar de lo dicho, soy optimista (mi blog da fe de eso), afirmo más que niego (y para esto último necesitaría pruebas contundentes), no soy determinista. Y especular sobre la posibilidad del futuro de la humanidad sería una buena conversación con amigos una tarde de invierno (por ejemplo).
      Gracias por estar cerquita.

      Eliminar
  5. Charo Borges Velázquez8 de noviembre de 2022, 14:47

    Hace muchos años, Jane, que descubrí, por absoluta casualidad, que en el lado político de mi familia habían negacionistas del holocausto judío, que tan documentado está, gráfica y literariamente. Yo no salía de mi asombro oyendo a uno de ellos, cómo acusaba al resto del mundo de mentir y fantasear.
    Ese fue el primer negacionismo (sin yo saber que se llamaba así), que conocí con mis propios oídos. Te puedes imaginar mi perplejidad ante tamaño disparate...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me resulta inconcebible, Chari. Acepto negaciones de sucesos no bien documentados, cuando no hay pruebas físicas ni históricas. Pero cuando se saben las razones del Holocausto, afirmadas por los propios pertrechadores, se conocen personas todavía vivas que lo sufrieron, se han leído libros que lo cuentan y coinciden, se han visitado campos de concentración, todavía con la impronta dejada,... parece mentira que alguien se atreva a desafiar toda esa verdad.
      El primer negacionismo que yo oí fue el de la Luna, todavía caliente la noticia y el entusiasmo que suscitó. Pero era de gente ignorante y las razones que daban eran más que pueriles: que eso trastocaría los ciclos regidos por la Luna (como las mareas y las menstruaciones), que era imposible que el hombre construyera un cohete capaz de eso, que era un atentado a la obra divina...
      Esas, las razones religiosas, están en el fondo de muchos negacionismos, como el de la evolución.

      Eliminar
  6. Jajajaja Isa. Qué bueno---Yp pondría en mi lista a alguien más que el Ratomcito p<érez y Papá Noel, pero me callo y me lo guardo....jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que hay mucho "fantasma" por ahí que una tendría que ir negando...

      Eliminar
  7. El ser negacionista o afirmacionista, es cuestión de creer, no creer o ser snobista.
    Crees ,porque observas lo que ves y piensas que es real.
    No crees, porque no lo has visto o ves una realidad distorsionada.
    Niegas o afirmas algo,porque es más progre y sigues la corriente, por snobismo, sin verificar si es cierto o no.
    La intuición, la experiencia y la capacidad de razonar coherentemente, posiblemente te acercarán a la realidad más próxima.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, muchas veces se cree en algo sin haberlo visto y sin experimentar que es real (por ejemplo, la creencia en Dios) Negar algo, sobre todo algo documentado y experimentado, como hacen los negacionistas, puede ser hasta gratuito. Pero cuando aceptamos algo (la llegada del hombre a la luna, la evolución, la eficacia de las vacunas...), está fundamentado y es coherente y contrastable con el resto del saber. Y además aumenta nuestro conocimiento de la realidad.
      Como bien dices, la experiencia y la razón son los caminos que nos ayudan a ello.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo grande.

      Eliminar
  8. Pues estás un poco Out, lo que se lleva, lo de negacionista resulta un tanto recurrente, es comprar pólipos en un chino y atentar contra un cuadro que, como están colgados,no tienen tiempo a esconderse. Yo estoy molesto, decepcionado, acomplejado porque, los cuadros regalados a mi hermano y que lucen en La Bruma, no tengan a estás alturas de mes a uno o una influencer pegado al marcó o al cristal. Será que como fui educado por retrogrados como Isabel y Antonio, no tengi la cabeza amueblada para vivir en esta decada. Quico

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues es verdad, Quico, lo de out. Y aquí me ves sin tener un mal bote de pintura para echársela encima a... La verdad, me puse a pensar en cuadros queridos (La joven de la perla, El jardín de las delicias, La ronda de noche, Las meninas...) y se me pusieron los pelos de punta solo de pensar en mancharlos.
      Definitivamente, yo tampoco estoy preparada para esta década. Y a mucha honra haber contribuido al no amueblamiento de tu cabeza.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Poxipol, no pólipos,, odioso corrector.

    ResponderEliminar
  10. ¡Será posible con Nietzsche! Solo le faltó negar primero a dios, luego decir dios ha muerto y luego negar su muerte. :D
    Un abrazo, Jane.

    ResponderEliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html