Les juro que Galicia, el lugar donde he estado la semana pasada, es mágica. Ya solo sumergirnos en un paisaje de bosques umbrosos y casitas aisladas con tejados negros de pizarra nos conduce a relatos antiguos de hadas y brujas, contados en voz baja al lado de la lumbre. Pero también hay caballos sueltos entre la niebla en la Sierra de Capelada; cruceiros en los cruces de caminos para despistar y ahuyentar a las brujas; enormes construcciones de piedra entre la arena y las olas furiosas a lo lejos en la Playa de las Catedrales; caminos, caminos y caminos con la concha dorada de los peregrinos señalando hacia Santiago de Compostela; y la maravilla de la Ribeira Sacra vista desde un barco por todo el cañón del río Sil: el reflejo del sol y las montañas en las aguas quietas y profundas, los regatos y pequeñas cascadas cayendo entre el verdor, las rocas gigantes semejando figuras -allí la cabeza de un hombre, más allá un león, o un búho, o un caballo...- , las viñas en sitios imposibles arrancando a la tierra un vino delicioso... La magia hecha piedra.
En Galicia las leyendas, los mitos y los rituales conviven con la vida diaria. Hay meigas -haberlas, haylas- que hacen el mal y brujas que quitan el mal de ojo, e incluso viejucas que tiene el "don" y adivinan el pasado y predicen el futuro. La queimada, la bebida que protege de los maleficios, tiene que ir acompañada del conjuro (Mouchos, coruxas, sapos e bruxas... empieza). Si pones un vaso con sal gorda y vinagre de manzana detrás de la puerta de tu casa no entra allí nadie que tú no quieras. En Lourenzá cuentan la leyenda del sarcófago que el conde Osorio se trajo de Palestina para ser enterrado en él y que el mar hundió para luego hacerlo reaparecer cerca de Foz flotando sobre las aguas. Se le atribuyen 4 resurrecciones de peregrinos y para que conceda deseos hay que meter el dedo en un agujero que hay en la parte inferior.
En Galicia las velas hablan y su lenguaje no es el mismo si se mueven, si chisporrotean o si se están quietas. Y por encima de todo hay que ir a San Andrés de Teixido (si no vivo, hay que ir de muerto). hay que llevar una piedra para ponerla en uno de los amilladoiros, hay que beber de la Fuente de los tres caños y echar un trozo de pan que, si no se hunde, nos traerá suerte, hay que comprar la hierba de enamorar... En San Andrés se hacen los sanandresiños, figuras de miga de pan que son buenas para la salud (el santo), para el amor (la flor), para los estudios (la mano), para el alimento (el pez), para el trabajo y los negocios (la escalera), para los viajes (la barca), para la protección (la corona) y para la paz (la paloma).
Por supuesto, que yo, tan racional, no creo en todo esto. Es más, puede hacernos olvidar lo fundamental: que Galicia es una tierra preciosa de montes suaves y ríos tranquilos, asomada al mar, y en algunos sitios como Orense regalada con aguas termales, una tierra generosa de gentes amables donde se come y bebe bien. Y donde llueve mucho. Como decía Aute, imagínate a Galicia como un húmedo aquelarre, / donde la mar es tumba, / donde las meigas plañen, / donde las nubes claman / con lágrimas salvajes. / Imagínate unos verdes como ríos de esmeralda...
Así que olvidemos la magia y los rituales para invocar a la suerte y pensemos que la verdadera suerte es que Galicia exista y que podamos visitarla y disfrutar en ella, como hemos hecho estos días mis compañeros de viaje y yo.
Aunque por sí o por no o por si acaso, miren en la imagen inicial la colección de los 8 sanandresiños que me traje y que he colgado en mi puerta. Nunca se sabe.
Para Lucía, nuestra guía, una galleguiña encantadora que nos acompañó, nos divirtió, nos entretuvo y nos enseñó su tierra. Ella también llevaba, por si las moscas, un colgante de oro con el amuleto del puño de la suerte.
Ya habían pasado dos lunes y yo turbado por no leer relatos de Jane. Dónde estará, qué pasa que no escribe me preguntaba. Y la respuesta estaba en el viento, como diría Bob Dylan. En el viento de Galicia, entre Meigas. Que bueno que disfrutaras de esa Galicia hermosa y misteriosa. Y qué bueno que ya vuelva a leer tus relatos. quico
ResponderEliminarA ver si te voy a acostumbrar mal, Quico...
EliminarFue un viajito disfrutón de verdad porque fue variado: baños en las termas, el paseo por la Ribeira Sacra, la visita a un castro al lado del mar... Fíjate que el último día hasta acabamos en una fiesta con toros y bueyes en un pueblo muy bonito, Allariz, y pegué la hebra con la dueña de una librería de libros de segunda mano que me dio su dirección y todo. Galicia es mucho.
Gracias por tus palabras. Tú siempre me animas.
un abrazo.
No nombras los marisquitos, querida Isabel. Sin magia, pero con "encanto" gastronómico, pero encanto, al fin y al cabo.
ResponderEliminarAy, Elvira, Galicia tiene tanto que tendría que hacer un post especial para los marisquitos o la comida en general. Recuerdo unas fabes con almejas deliciosas, la empanada que es de mis platos preferidos o unas zamburiñas riquísimas en uno de los pueblitos marineros. Y soy fan del albariño, qué le vamos a hacer.
EliminarMouxos ,corujas, sapos e bruxas, demos trasgos e diaños...(me la sabía enterita. Y cuando haciamos la queimada me ponía en plan bruja..), a ver qué más recuerdo... espritos das nevadas...? Qué va, tengo que repasarlo...jeje
ResponderEliminarMi amigo Fernando, que es del Bierzo (pegadito a Galicia), siempre que viene nos invita a una queimada con todo el conxuro incorporado. A mí la parte que más me gusta es el final: (Traduzco al español)
Eliminar"Fuerzas del aire, de la tierra, del mar y del fuego, a ustedes les hago este llamado: si es cierto que tienen más poder que las personas humanas, aquí y ahora, hagan que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta queimada".
Ese llamado universal a los amigos, junto con el fuego quemándose despacio en la cazuela de barro y la voz del amigo hacen que siempre me emocione.
Repásalo, sí, y tómate una queimada bruja una noche sin luna.
Qué buen resumen de ese viaje a Galicia, bella tierra de creencias llenas de magia, muchas de ellas heredadas de los celtas. Yo tampoco creo en ellas...pero, por si acaso, (como decía Lucía) bebí agua en Orense de la "Burga do Abaixo" de la que pongo foto...
ResponderEliminarEl agua de la fuente del Burgo de Abaixo estaba a tropecientos grados. No me atreví a beberla y eso que decían que nos quitaría todos los males y nos haría más joven (si cabe). Ya me contarás cuántos años para atrás has conseguido.
EliminarSí, sale a unos 60 grados. La llevé y puse en la nevera del hotel . Me miro al espejo y parezco 24 horas más joven . O ¿serán ilusiones mías? 😂
EliminarYo pienso que algo más de 24 horas. Tal vez una semana más joven. Sigue insistiendo. :-D
EliminarQue buena descripción de una semana en Galicia.
ResponderEliminarAdemás de todo eso, también hay que decir que la magia de esos lugares van unidos a las personas que lo visitan, buena gente de Tenerife, de La Palma, o de donde sea.
Un abrazo
Muchísimas gracias, Lucía, por todos los buenos ratos de complicidad. Y unas gracias en especial por sugerirme el título del post, ese guiño que indica cercanía y cariño. Así nos hiciste sentir tu tierra
EliminarOtro abrazo para ti y aquí nos tienes para cuando quieras devolvernos el viaje.
Hoolaa.
ResponderEliminarQué casualidad Isa. Ahora mismo estamos pasando una semanita en Galicia.
Y estoy completamente de acuerdo contigo. La magia flota en el ambiente, en el paisaje y entre sus gentes.
Un abrazo 🤗
Es verdad, qué casualidad, Flor, milagro no nos encontramos. Una de las nuestras se encontró con su consuegra sin esperarlo en la plaza de Orense. Sabía que tú, con tu sensibilidad, también notarías ese aura mágica que surge a cada paso.
EliminarDisfruta y pásalo muy bien. Un abrazo.
Me alegro mucho de ese viaje tan interesante. A preparar el siguiente ¿Qué tal el spa?
ResponderEliminarVamos a vivir al día y, si surge otro, pues ya veremos.
EliminarEl Hotel de Viveiro con su spa nos asombró y encantó: habitaciones grandes y luminosas, con buena cama y buena ducha que es lo que le pido a un hotel. Y al spa solo fuimos un día pero fue muy divertido y relajante. Tenías que habernos visto.
En Galicia siempre se disfruta mucho con todo lo que tiene, me alegro que lo pasaran tan bien 👍👏😘
ResponderEliminarTe echamos de menos, Mingui, a la próxima no valen excusas de romperse una pierna o algo así. :-D
EliminarY es verdad que Galicia tiene de todo, monte y playa, sol y lluvia, fiestas y leyendas... magia.
Floren Turégano
ResponderEliminarUn viaje muy completo Isa, y que veo que has disfrutado.
He pasado muuuuchos veranos cerca de San Andres y conozco bien la zona. Hace mucho que no voy por allí, pero hace dos semanas estuve en Santiago, donde la lluvia es arte, dicen, y me llene de arte porque llovió los cinco días que pasé allí. No os llovió, o lo das por sentado que si?
Un placer leerte. Cariños. Flo
Jajaja, claro que nos llovió, sobre todo el día que estuvimos en Santiago. Pero también es verdad que Galicia sin lluvia no es Galicia y que, como dices, la damos por sentada. Y nosotros, que este año hemos echado tanto de menos la lluvia, hasta la agradecimos. Esta es la quinta o sexta vez que voy a Galicia y siempre descubro algo nuevo. Y siempre me queda algo sin descubrir para la próxima.
EliminarUn abrazo grande, Floren, y gracias.
Jane: como gallega no puedo dejar de emocionarme por tus palabras. Muchas gracias. Yo también soy muy racional, a pesar de que parte de mi herencia proviene de la zona de San Andrés (más mágico imposible), pero por eso te digo que mejor no beber de la fuente de los tres caños. XDD
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Tanto tiempo compartiendo cosas y no sabía que eras gallega, lo cual dice mucho en tu favor. Me sentí allí como en casa.
EliminarY ya me dejaste intrigada con lo de la fuente. ¿No debo beber por...? ¿a) es un agua malísima b) no concede ni un solo deseo c) está en el quinto pino y no merece la pena...? Aunque ahora que lo pienso, no sé dónde esta la fuente y no bebí (ni hubiera bebido). Tampoco me agaché debajo del sarcófago del conde Osorio porque después me hubiera costado levantarme. A mi edad hay sacrificios que no sirven pa ná.
Otro abrazo para ti.
Puede ser que no te lo comentara. Ahora no vivo allí y mi día a día es el de Madrid. Pero me alegro muchísimoi de que estuvieras tan a gusto. :)
EliminarLo que pasa con el agua de la fuente es que no es potable y de vez en cuando salen casos de gastroenteritis. Mis sospecha es que, como viene del monte, se filtran las cositas de los animales que andan por allí. Suele haber un cartel de la Xunta que lo indica, pero la gente pasa porque puede más la tradición, pero yo hace años que no bebo cuando voy, ni una gotita. No me ha tocado la lotería, pero aquí ando. :D
Un abrazo.
Madrid es también mi segunda ciudad, el lugar donde hice la carrera, donde conseguí mi primer trabajo, donde vivió mi hija y ahora mi nieto. En Madrid estoy tan cómoda como en casa. Espero que tu día a día también lo sea.
EliminarTampoco creo que les toque la lotería a los que beban de la fuente de los 3 caños. De hecho tampoco les toca a los videntes, tan sabios ellos. Y si encima se enferman, peor nos lo ponen.
Un abrazo.
La verdad es que cuando en un viaje repites sitio, siempre ves algo nuevo, algo distinto, y se supone que Galicia siempre es Galicia. Yo esta vez la vi más verde, más bosque. Debe ser las zonas por las que nos movimos. Lugares increíbles, rías maravillosas, playas inmensas, fuentes con agua hirviendo, y más bosque con árboles altísimos, lo que nos habla de los años que tienen. Así que no importa repetir, siempre hay algo nuevo para nuestro disfrute
ResponderEliminarEs que incluso, Dulce, los sitios ya vistos te ofrecen perspectivas distintas e historias curiosas. Y conoces personas nuevas o pruebas un plato exqusito o te bañas en unas termas por primera vez... Un viaje siempre aporta y suma, siempre enriquece. Lo pasamos muy bien ¿verdad?
EliminarMe encantó su pots. Nosotros hace unos años recorrimos desde Oporto a Galicia, es tan verde, en resumen tiene de todo desde buenos mariscos, un apóstol, un farro de Hércules y ciudad amurallada, aguas termales y un Ferrol dónde reina el viento. Su gente es muy gentil, muy amables Si por casualidad Jane lee mi comentario, me encantó como relata su viaje por esa maravillosa Galicia, que hace años la visitamos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marilu, por tus palabras. Y totalmente de acuerdo con tu visión de Galicia, tan rica en contrastes, tan llena de historia y tradición, tan bella. Un buen sitio para revisitar.
EliminarUn abrazo.
No cabe duda que viajar es conocer, disfrutar, aprender...
ResponderEliminarY recordarlo, volver a disfrutarlo.
Buena y bonita tierra, Galicia, por la que he pasado en tres o cuatro ocasiones y a la que no me importaría volver, pero España es tan grande y tiene tanto que visitar, conocer y disfrutar que prefiero no volver a Galicia, a pesar de su magia y su encanto.
Como le digo a Dulce más arriba, siempre se descubre algo nuevo y siempre te llevas sorpresas inesperadas, incluso en los sitios más conocidos. Pero es verdad que hay que darse una vueltita por esos mundos mientras se pueda y entre varias opciones, es lógico ir a lo desconocido.
EliminarPero entre nosotras, no me importaria repetir el vaije a Galicia por séptima vez.
Isa, me gustó mucho tu “Guiño a Galicia”, pero eché de menos que nombraras un pueblo que, aunque no pertenece a Galicia sino a Asturias, lo visitamos y a mi me gustó muchísimo y es Taramundi , famoso por sus cuchillos, navajas y todo lo que sirva para cortar, y sobre todo el Museo Etnográfico, un enclave lleno de agua , verde y frescor que es una maravilla. Yo he ido varias veces a Galicia entre otras cosas porque mi hijo estudió allí, y juntas también hemos ido, pero este viaje mereció la pena, a mi por lo menos, por el paseo por la Ribera Sacra y la visita a Taramundi. Me gustó mucho ese Guiño y como siempre un placer leerte, amiga, te quiero.
ResponderEliminarTaramundi fue uno de esos sitios especiales que visitamos, con ese sabor antiguo y también mágico. El Museo Etnográfico -agua, fuego y verde- tendrá un sitio en mi memoria por mucho tiempo. No hablé de él porque, como dices, es asturiano y este era un guiño a Galicia sobre todo. Pero de allí me traje -yo que no soy de mucho traer- un cuchillo de esos que le han dado fama y que a la hora de hacer mi tortilla de papas usaré y recordaré el origen.
EliminarA mí, como ves, también me ha encantado el viaje y mis compañeros de viaje, entre los que tú tienes un sitio de honor. :-D
Ya sabes que también te quiero. Gracias.
Muy de acuerdo contigo. Esta vez nos recibió Galicia con días lluviosos, lo que me hizo sentir la magia gallega. Eso, junto a una guía apasionada de su tierra contribuyó a este viaje especial. El verde después de la lluvia es otro verde. Más brillante y luminoso. Repetimos algunos lugares, pero en todos descubrimos algo nuevo. La cercanía con Asturias nos llevó también por allí. Quiero destacar la visita en Taramundi a la aldea de Teixois, un hermoso lugar donde salimos maravillados del Museo Etnográfico donde se muestran los ingenios hidráulicos conservados, de como usaban la energía que les proporcionaba el agua para distintos trabajos necesarios para tareas relacionadas con los productos de su zona.Ese sitio me encantó. Cómo me hubiera servido conocerlo antes para explicarles a mis antiguos alumnos mejor el tema de las máquinas!!!
ResponderEliminarY las demostraciones en Taramunidi de cómo se hacía un cuchillo no pudieron ser más gráficas con aquel martillo pilón machacando el hierro al rojo vivo. Me encantó a mí también.
EliminarTambién el grupito que formamos fue estupendo. A ver si repetimos.
Un abrazo.