lunes, 18 de agosto de 2025

El asunto de los regalos



El verano es también en mi familia tiempo de celebraciones. Se han puesto de acuerdo para cumplir años en esta luminosa estación mi marido, mi hija, tres de mis nietos, mi cuñado, mi primo, mi ahijado... Por lo tanto, también es tiempo de regalos, una larga tradición que vete a saber cuándo se originó (aunque sé que ya los antiguos griegos acostumbraban dar flores y amuletos a los niños por su cumple), pero que se aceptó enseguida, faltaría más. Yo no conozco a nadie que no regale (o que no quiera que le regalen).

El problema está en pensar qué regalar, porque no es cuestión de hacer como aquel que le regalaba a su mujer cada año una caña de pescar y unas botas del 45. Esta semana me leí una novelita romántica y divertida (Matrimonio de conveniencia de Felicia Kingsley), en la que él es un duque arruinado y ella una hippy que, para recibir una herencia, tiene que casarse con un aristócrata. Y se casan, claro, aunque se odian y no pegan ni con cola. Pero se ve que la cosa va cambiando al hacerse los regalos de cumpleaños. Ella le monta un parque de atracciones en los jardines de la mansión (al pobre niño rico nunca lo habían llevado a uno) y él le regala unas entradas en la tribuna central para el primer partido de la Liga de Campeones contra el Barcelona (ella es forofa). Estos dos regalos tienen las características que debe tener todo regalo que se precie: el primero, es un curro considerable montarlo, y el segundo es un regalo deseado y original. Son regalos pensados porque nos importa la otra persona.

Esos son los regalos que me gustan. A mi nieto mayor, por sus 20 años ahora, una amiga nos pidió a todos que le escribiéramos una carta a mano y, con todas ellas, editó un cuadernillo que tituló "De todas las personas que te quieren" (imagen inicial). Ni que decir tiene lo que le gustó y emocionó a él, que ahora se va un año a EEUU, tener ese recuerdo para siempre. 

También mi nieto de 10 años le hizo otro regalo entrañable a su hermana, que cumple los 12 esta semana. Durante toda una mañana se encerró en el cuarto de estudio de casa, en alto secreto, poniendo carteles en la puerta cerrada de "NO PASAR. ¡¡¡Nadie!!! ¡¡¡Nadie!!!" y otro que me decía: "¡¡¡Ni tú, Aba!!!", y se dedicó a hacerle una poesía preciosa a su hermana ("Ella es maravillosa, más linda que una rosa...").

12 citas románticas, una cada mes, ya organizadas y datadas, fue el regalo que mi hija le hizo a su marido en Reyes: una cena en el Puerto, un curso juntos para hacer pan, un día de baño en Garachico, escapadas a distintos sitios de la península o de las islas... Es también original y trabajado el regalo que ya les comenté cuando hablé de canciones: un cassette con 20 canciones que hablan de Isabel. O el montaje de mis hijos cuando cumplí los 50: un vídeo con 50 fotos por cada año de mi vida. O mi hija que una vez me regaló tiempo, uno de los regalos más valiosos.

Todo lo que hay que hacer con los regalos son esas dos cosas, pensar qué puede gustarle a la persona regalada y trabajárselo bien. Por el cumpleaños de mi marido le organicé dos fiestas, una familiar en el sur y otra con amigos en casa en la que se montó una parrandita de guitarras que lo hizo feliz. Pero también unos vaqueros, unos tenis, tres camisetas finitas de algodón y unas gafas, algo práctico. Porque igual le pasa lo que a Dumbledore en los libros de Harry Potter, cuando ante el Espejo de Erised que muestra el deseo más profundo de nuestro corazón, Harry le pregunta a Dumbledore cuál es el suyo. Y el profesor contesta: "¡Un par de calcetines de lana! Uno nunca tiene suficientes calcetines. Ha pasado otra Navidad y no me han regalado ni un solo par. La gente sigue insistiendo en regalarme libros":

14 comentarios:

  1. Me encanta lo que has puesto. A mi particularmente ne gusta regalar pero no me gusta que ne regalen. Manías mías.
    Pero siempre espero un regalo que me encanta que tod@s acertarán conmigo y es simplemente un beso. Ese es mejor regalo que no necesitas cambiar en tiendas ni devolver salvo que sea con otro beso cariñoso. Y otro regalo de la naturaleza, que es amanecer y anochecer

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    1. Verás que si lo piensas bien y rememoras los regalos recibidos a lo largo de la vida, sobre todo de quienes te quieren mucho, hay alguno que te ha gustado mucho. Solamente con verle los ojos ilusionados de quien te está regalando, ya te tiene que gustar aunque sea el adefesio más adefesio. Equivale realmente a ese beso que sabes valorar tan bien.
      Y es verdad lo que dices, la naturaleza continuamente nos está haciendo regalos, si la sabemos contemplar.

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  2. Ahora un amigo o amiga te invitan a un Restaurant a un cumpleaños y pagas el regalo del homenajeado y el cubierto propio. Es decir te saquean a mano descubierta.

    A mas convidados mas son las ganacias.., un descaro.

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    1. Los regalos que te incomoda hacer no son regalos, sino saqueos, es verdad.
      Pero otra cosa es cuando varios amigos deciden celebrar el cumpleaños de uno con una cena normal donde cada uno se paga lo suyo porque el amigo no puede invitarlos a todos. Y en esa cena le das un detalle. Lo que importa aquí es el cariño con que lo haces.

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  3. A mi me gusta regalar, en mi familia tenemos esa costumbre, y es un lío. Ya no sabemos qué, lo primero que todo está carísimo y lo segundo que, afortunadamente, ninguno tenemos carencias. Lo dicho, un lio.
    SAludos.

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    1. Mi hermana y sus amigos, después de que les pasara lo mismo, decidieron que en lugar de regalarse cosas en los cumpleaños, una vez al año se fueran todos a comer a un sitio estupendo y pagaran la comida entre todos. Se lo pasan pipa, comen muy bien y se sienten regalados.

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  4. María del Pilar Valenzuela García18 de agosto de 2025, 17:40

    Isa, me han encantado todos los regalos pero, quizá, el que más el que le han hecho a tu nieto. Me parece entrañable... Se puede copiar la idea o lo impide el copyright ?🤪

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    1. Por supuesto que la idea es copiable. Por eso la cuento, porque me encantó la propuesta. Y sobre todo, porque todo el mundo respondió muy bien. Los amigos, sus padres, su novia, hasta mis nietos pequeños que le escribieron una carta con dibujos incluidos... Y yo, la abuela, claro, mandándole todo mi amor y algún consejito que otro.
      Creo que tiene unas 40 cartas. Es una idea muy bonita.

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  5. Charo Borges Velázquez18 de agosto de 2025, 17:42

    Incluso esos que dicen que no les gusta que les regalen, Jane, estoy segura de que en su fuero interno lo celebran de corazón. Regalar y que te regalen siempre es un acto generoso, que hay que agradecer y disfrutar. Por muy pequeño o modesto que sea el regalo.

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    1. Totalmente de acuerdo, Chari. Me encanta regalar y que me regalen, y da igual lo que sea, siempre que sean hijos de la amistad y el amor. No vale, por ejemplo, si es un regalo interesado, como una vez que un señor vino a regalarle a mi marido una caja de uvas para que aprobara al hijo, jajaja (regalo que fue cortésmente rechazado).

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  6. Mari Carmen González Zamorano18 de agosto de 2025, 17:43

    Bueno té diré que yo a mis hijos en los cumpleaños siempre les he regalado cosas personales pues éste año a mí hijo me fui a Leroy y le compré una sopladora de hojas inalámbrica y un aparato para limpiar el fondo de la piscina.
    Hasta en eso vamos cambiando y haciendonos más realistas.

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    1. Jajaja, yo creo que más que un regalo realista, es más bien una indirecta (muy directa) para ponerlo a trabajar en el jardín. Dile que, cuando termine, puede también hacer prácticas en mi huerta (en la piscina, no, porque no tengo). :-D

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  7. Está muy bien, muy chulo. Me gustó mucho.
    Nunca me han hecho un regalo así muy original. Bueno mi amigo Marco me ha hecho a punto para mi cumple este una vaca-planta, q es un bicho que siempre tengo yo en los sims y me hizo mucha ilu, jeje.

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    1. Es un regalo hecho con mucho amor, oye. Me recuerda cuando le hice a tu abuelo, siendo todavía novios, una rebeca de punto enorme que me costó una eternidad terminar (ya sabes que a mí esas cosas no se me dan nada). Pues él supo valorar el esfuerzo y se la puso y todo.

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