martes, 13 de julio de 2010

¿Y cómo no hablar de fútbol?




Cuando le dije hace unos días a mi marido que hoy iba a escribir del Gran Tema de estos días, me dijo: “Pero si tú de fútbol no tienes ni idea, si no ves un partido entero desde aquella vez que fuimos a ver al Tenerife…”. Y tiene en parte razón: no veo un partido entero desde entonces, allá por los años 80 en que una era joven e influenciable. Y también es verdad que del fútbol lo único que me gustan son los goles, aunque sospecho que eso es lo que les pasa a todos: no compensaría sufrir tanto viendo a 22 personas correr como locos tras un balón si eso no estuviera coronado con un gol.

Pero ¿cómo no hablar de fútbol, ahora que “somos” campeones del mundo, ahora que, cuando se habla del partido, nadie dice ¿qué partido?, ahora que hasta parece que la Bolsa, ese ente incomprensible, puede subir con un gol de Iniesta? Una vez, en clase, comparé a Platón y a Aristóteles con dos entrenadores de fútbol, cada uno con una técnica distinta, y uno de mis alumnos me dijo: “Es lo más interesante que he oído en filosofía”. En estos momentos parece, además, que el fútbol es lo más interesante en el mundo.

Y, por otra parte, es imposible no estar enterada del tema. El domingo, que fui a bañarme a Bajamar, las conversaciones que oías al pasar sólo hablaban de las posibilidades de Holanda y España para ganar (todos parecían superespecialistas) y de ¿Y tú dónde vas a ver el partido? Es imposible no estar enterada del tema cuando he tenido a mis sobrinos vestidos de magos en Johanesburgo, a sufrir en vivo y en directo. Es imposible no saber lo de la pantalla gigante en La Concepción de La Laguna para terminar la Romería de San Benito con una apoteosis.

Así que algo sé de fútbol: sé lo de las vuvuzelas y espero que no lo sepan mis nietos; sé lo del pulpo “zahorino”, que diría mi abuela, que esta vez se ha lucido para no acabar a la gallega; sé lo de Pedrito el de Abades, camino de convertirse en héroe aquí en Tenerife; sé hasta que Kaká, después de que lo expulsaran en el partido contra Costa de Marfil, dijo: “No puedo decir lo que mi abuela comentó del árbitro cuando me expulsó, pero fueron palabras muy duras”, con lo cual, ya saben, cuando necesiten decirle a alguien cuatro frescas y su educación no lo permita, pueden decir: “¿A que te mando a la abuela de Kaká?”.

No se puede estar de espaldas a la realidad y, por eso, he visto después de 30 años el partido. Y, si uno se pone muy nervioso con el fútbol, puede, como he hecho yo en este Mundial, no verlo y pasar de vez en cuando por donde los demás se están bebiendo las cervezas y mordiéndose las uñas, y preguntar, temblorosa: “¿Quién va ganando?”. Aunque, si es España, muchas veces lo sabes antes porque oyes los cohetes en todo el valle del Portezuelo.

Tal vez, sin embargo, lo más interesante haya sido ver cómo todo el mundo se ha unido en una piña, el entusiasmo contagioso, las cacho banderas españolas que han sacado sin ningún rubor en bares y balcones, el oír decir “hemos ganado”, como si fueran el mismísimo y genial Casillas o el estoico e imperturbable Del Bosque. Una de mis primas, no futbolera también, me contó que el sábado 3, en el que se jugó el Alemania-España, aprovechó la hora del partido para ir a El Corte Inglés, en un Santa Cruz en el que todos habían sido abducidos por extraterrestres. Y, cuando estaba haciendo sus compras, empezó a oír un rumor creciente, propagándose de un dependiente a otro: España marcó un gol, España marcó un gol… Y terminaron aplaudiendo todos en la planta, dependientes y clientes, incluso con algún abrazo y todo.


Algo parecido vivimos este domingo, 11 de julio, y esta semana los españoles estamos un poco más contentos. ¿Ven? Los romanos, cuando decían aquello de “pan y circo”, sabían de lo que hablaban.

(En la imagen, la foto más recordada de los mundiales de hace 4 años)

8 comentarios:

  1. Muy bueno, Jane. Tú has podido, pero yo no. Cuando tenía casi acabado mi post sobre el tema, me dio la arrancada y lo borré. No sé usar ese tono tan agudo y elegante que te caracteriza.
    Aunque también me alegre, (porque donde hubo, siempre queda), todo esto me parece un mastodóntico negocio que poco, o nada, tiene que ver con el verdadero deporte.
    Y me alegraría más si toda esa masiva movilización por todo el país y por la capital del reino, fuera capaz de darse, alguna vez, por exigir y defender una auténtica y buena educación, para todos; una sanidad universal, eficaz y ágil, para todos; un rechazo total hacia los maltratadores de mujeres, niños y ancianos y una exigencia de medidas reales sobre tan grave problema, a los políticos... y otros muchos y verdaderos temas importantes e interesantes de los que tan falto está esta España de la que tanto alardean hoy, incluso, los que en otras ocasiones, la niegan y la desprecian.
    Discúlpame por lo reivindicativo de mi comentario y te agradezco el que pueda usar tu espacio para decir lo que pienso y siento y que, seguro, muchos pensarán y sentirán también.

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  2. Comentas con sensatez y racionalidad y sabes que esta es tu casa para decir lo que quieras. Efectivamente, hay cosas mucho más importantes en la vida y sabemos que detrás del fútbol se mueven millones de euros. Pero, qué quieres que te diga, a mí me gustó mucho ese paréntesis de pura alegría común, las emociones compartidas ante una victoria (que tú también conoces muy bien de tu época de deportista), las lágrimas y los abrazos, el beso de Íker Casillas a su novia porque se lo pedía el cuerpo... El lunes El Roto en El País decía la frase "No me distraigáis de mis distracciones", como si quisiera permanecer un tiempo en ese momento (que, desde luego, es una distracción para muchos) y pensara ¡benditas distracciones!. También forman parte de lo que somos. Un abrazo.

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  3. Cehachebe: Saludos. Muy acertado su comentario, lo comparto en su totalidad. Jane, muy bueno su discurso. Pero me llama la atención eso de "somos" y "hemos ganado". Supongo que los "proindependendistas de Canarias" no estarán muy contentos. Aclaro, no quiero herir susceptibilidades y muchos menos generar discusiones de tinte político como las que han propiciado Jaco, Miguel Angel, Viva La Pepa, Padrón y Telémaco. Allá ellos. Confieso que no soy fanático empedernido del bendito deporte, pero me gusta y disfruté el partido como cualuier hijo de vecino. Y, sí, ciertamente los romanos tenían razón.

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  4. Saludos, Agroteide, qué bien verlo por aquí. Yo creo que el día del partido se sentían españoles hasta los no españoles, igual que cuando "llegamos" a La Luna, todos nos sentíamos Armstrong. Estoy segura de que todo el mundo (menos Vicente del Bosque) saltó de su asiento, como hice yo, ante el gol de Iniesta. Yo no soy futbolera y todavía no he entendido bien lo que es "fuera de juego", pero ese día disfruté como la que más.

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  5. Hola Estimada Jane. Terminó el fútbol y ahora qué?. "Vuelve el rico a sus riquezas y el Señor cura a sus misas" (Serrat dixit). Por motivos de trabajo - ahora jubilado tengo más consultas que cuando estaba activo, lo cual es muy bueno - estuve por tierras colombianas, hermosas de paso. En mi país pasan muchas cosas todos los dias: corrupción, comida podrida en contenedores, pobreza, una Asamblea Nacional de comiquita, muertos en cantidades increíbles, pero cosa curiosa: en él me siento seguro. ¿Será verdad que uno se acostumbra a convivir con la inseguridad?. Jane, me gustaría enviarle unos obsequios a través de un buen amigo que se va a Sta. Cruz el próximo Jueves. Será posible conocer su dirección?. Digo, si no lo considera un atrevimiento. Espero su respuesta.

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  6. Aquí ahora estamos en la resaca tras la fiesta. Le leí hace poco a David Trueba que nuestro país es una república deportiva porque sólo el deporte tiene pegamento para tantas fisuras. Pienso que lo bueno sería encontrar más "pegamentos", más cosas que nos hicieran alegrarnos juntos (independientemente de partidos políticos) por otros éxitos conseguidos: menos delincuencia, menos accidentes, más seguridad, más cobertura social, menos corrupción... En fin, lo que todos buscamos en nuestro país ideal. Aun cuando supongo que, como usted, uno se siente en su casa en aquel sitio que conoce bien.

    Le agradezco mucho su oferta de algún obsequio pero ya son suficientes obsequios sus visitas a esta página y conocer sus opiniones y otra visión del mundo. Muchísimas gracias, de todas formas, por su generosidad.

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  7. Hola Jane :
    Pues sí , Jane. Hasta por aquí en Atlanta ha llegado el rebumbio del mundial. Mira tú... hasta me fueron a recibir al aeropuerto con camiseta española y bandera. Y eso que ni aún había sido el partido de Alemania. Es que somos demasiado. Luego, ya en NY y campeones ya, la gente por la quinta avenida con la bandera de España, españoles y no, era todo un número. Ahora, en Barcelona , una semana después, hasta banderas en los balcones, catalana y española para más inri. Todo un acontecimiento...
    Bueno, no lo hace usted nada mal como comentarista, no muy al uso, todo hay que decirlo, pero igualmente interesante...saludos y feliz verano ( aunque para usted, todo me parece una estación estival...) Miguel

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  8. Hola, Miguel. Es verdad que somos unos noveleros y que, por menos de nada, nos gusta disfrazarnos y salir a la calle. Todavía me asombro de la cantidad de banderas españolas que han salido a relucir ¿Dónde estarían escondidas? Y hasta mis nietos tienen su camiseta roja, faltaría más ¡Qué bien haberlo vivido por esos mundos!

    Me gustó lo de ser una comentarista no muy al uso. Gracias y a disfrutar de este (cálido) verano. Saludos.

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