De vez en cuando a los científicos les da por
estudiar e investigar cosas tan enjundiosas y profundas como, por ejemplo, si
la expresión “odio los lunes” tiene fundamento ¿Habrá algo en los lunes que
haga que gran parte de la humanidad los aborrezca? Pues resulta que no. Según la revista
estadounidense Journal of Positive
Psychology, basándose en una encuesta de Gallup, todos los días (salvo el
viernes que se salva por poco) son igualmente odiados.
Todo esto me recordó a Miguelito, aquel
personaje del dibujante Romeu, que nos contaba sus traumas. En una de las
historietas, nos decía que odiaba los lunes, los martes, los miércoles, los
jueves… Odiaba también los viernes porque eran un vano espejismo de un fin de
semana que sería un bluff, y los sábados y domingos porque todas sus esperanzas
se malograban y vuelta a empezar.
Reconozcámoslo, lo que pasa es que nos
encanta quejarnos. Como hoy me dio por la vena científica, ahí va otro dato,
aportado por la compañía británica Marmite: todo el mundo pasa los lunes una
media de 12 minutos quejándose. Y eso, quieras que no, tiñe todo el día de mal
fario. Y encima, para una vez que se le indulta, como vimos al principio, es un
indulto light: “El lunes no es el día más horrible porque todos los demás
también son horribles”.
Y no. Hay que indultarlo completamente. Es
verdad que en cualquier día puede haber majaderías y, a veces, ratos malos,
pero, si uno busca concienzudamente, acaba encontrando un momento diario feliz.
Por ejemplo, el lunes me fui con mis nietos a
comprar libros. Estuvimos un rato en la librería, revolviendo, leyendo,
hojeando, escogiendo. Y luego salimos con dos libros cada uno, más contentos
que la mona Chita.
El martes leí el periódico, sudoku incluido,
a la caída de la tarde, tumbada en la hamaca del patio. Después hice una
tortilla de papas, mi marido puso dos benjamines de champán muy fríos y,
cenando, vimos la película “Habemus Papam” de Nanni Moretti, que me gustó.
El miércoles, mientras caminaba por la
mañana, oí a Gemma Nierga por la radio y hablé con dos amigas por teléfono,
poniéndonos al día.
El jueves, jugué con mis nietos en la piscina
de Bajamar a que dos peces pequeños (ellos) iban a capturar, nadando, a un
tiburón (yo). Debimos estar muy divertidos porque se me acercó una niña pequeña
de 4 años y me preguntó: “¿Puedo jugar con ustedes?” ¿Ustedes saben desde
cuándo no me hacía nadie esa pregunta?
El viernes, fuimos a cenar con los amigos a
una tasca que hemos descubierto hace poco y en la que puedes tomarte unas
lentejas con foie mientras lees textos sobre la felicidad que el chef pone en
las paredes.
El sábado nos encontramos por sorpresa en la
playa con un amigo al que no veíamos desde hace 30 años y quedamos con él y su mujer
para la tarde en casa. Trajeron una torta riquísima de almendras y zanahorias hecha por
él y comprobamos que sigue teniendo los mismos ojos bondadosos y la misma
sonrisa de entonces.
El domingo dimos un paseo por senderos de Chío,
donde el diablo perdió los calzones. Íbamos buscando un terreno de la familia
donde hay una higuera que suele tener higos muy dulces. No quedaba ninguno
pero, en esa mañana especialmente calurosa, nos sentamos un rato a la sombra de
la higuera y estuvimos oyendo el silencio.
Así que ya ven, cada día (los lunes, también)
puede tener ese momento de “oye, pues ha estado muy bien”. Después de todo,
como dice Javier Cercas, “no puede ser tan malo un mundo donde está cada vez más
extendido el uso de la anestesia, de la democracia, del aire acondicionado y de
la torta del Casar”.
Indultemos, pues, a los lunes y, de paso, a
todos los días de la semana. Ellos, los pobres, no tienen culpa de nada.
Indultemos el Lunes, porque no, es verdad que cada dìa es distinto con buenos o malos momentos ...¡ Sólo que tienen nombre !
ResponderEliminarHacia tiempo q no t leía, precisamente por ello por falta d tiempo...Como siempre m ha encantado...Aqui con este precioso paisaje holandés encontrarías mucha inspiración. Un beso
ResponderEliminar¿Está muy mal señalar que se puede indultar cualquier día estando jubilada?¿ O también vas a decir:" Hay que ver que borde eres, hija"
ResponderEliminarPili, di que sí, lo único que cambia es el nombre (bueno, y algunas circunstancias también, la verdad) Hay otros estudios que dicen que el martes es el peor día, acuérdate del dicho popular "En martes no te cases ni te embarques". Y está la mala fama que tienen en el mundo anglosajón los viernes 13. Total, que son más argumentos para indultar al lunes y encontrarle a cada día su poquito de magia. Un beso.
ResponderEliminarJackie, qué bien verte por aquí. Estoy pensando decirle a mi marido que me voy a inspirar en otras tierras, a ver si se me anima a hacer un viajito. Y si es por esos paisajes, con sus vaquitas, sus molinos, sus canales... mejor que mejor. Pásalo bien y aprovecha la experiencia. Ya me contarás.
ResponderEliminarUn beso.
Jomeini, qué borde eres, hija.
ResponderEliminarReconozco que la vida de jubilada desestresa un rato, pero encontrarle a cada día su puntito va más bien en el talante que en el calendario. Cuando trabajaba, sin ir más lejos (o yendo más lejos, 4 años ya), los lunes era el día elegido para organizar el resto y eso tenía también su momento de satisfacción (y, si el lunes tocaba fiesta, más todavía)
:-D
Saludos Jane. No te extrañes, estoy vivo y creo que saludable. Ocurrió que estuve por meses fuera de circulación y no por mi culpa. Verás: tenía todos los pagos de los servicios de casa, incluído Internet, domiciliados a mi Cuenta Nómina. Vaya Usted a saber, porqué carrizo, el banco dejó de honrar mis compromisos. En definitiva cortaron todos los servicios y ha sido todo un calvario su reconexión. El peor de todos, las comunicaciones. El remedio, mandé para el mismísimo al banco y desde ahora me encargo directamente de mis cosas. Y, me ha gustado mucho tu nuevo blog. Es del quinto patio. Debo decir que para mí todos los días tienen el mismo valor. Seré un bicho raro pero me gustan los lunes. En la ciudad donde vivo no trabajan ese día los vendedores ambulantes (buhoneros) y aprovecho de caminar por sus calles y disfrutar de sus olores y sabores. A cuidarse, pues. Un gran abrazo.
ResponderEliminarNo añado nada nuevo diciendo que, desde hace cuatro años (los mismos que tú), no distingo un día de otro. Para mí, hay muy pocas diferencias y aunque esto suponga rutina, también significa normalidad, lo cual me tranquiliza.
ResponderEliminarEn los muchos años de actividad profesional, los mejores días para mí los marcaba el horario que me tocara. Ya fuera porque acabara más temprano, porque coincidieran los mejores grupos o porque contara con alguna hora sin alumnos, para poder dedicarla a otras tareas no necesariamente relacionadas con ellos... Por eso, mis indultos variaban de un curso para otro.
Hoy, no tengo un día tan especial como para hacerlo, por lo que podría perdonar a cualquiera.
Qué bien hacéis en disfrutar de la vida, y de la torta del Casar, da gusto leerte. Lo único que me da un poco de envidia, porque entre el trabajo y el transporte público, gran parte de mi lunes (y mi martes...) está bastante vendido.
ResponderEliminarPD. Seguro que esa niña no tiene una abuela tan
molona como tú.
Qué alegría, Agroteide, verte otra vez por aquí; ya te hacía perdido en la selva entre Colombia y Venezuela. Bienvenido a esta nueva casa en la que sabes que siempre se aprecian tus comentarios. En realidad, es la misma casa de siempre, con una pasadita de pintura, donde incluso estoy incorporando los fines de semana los antiguos post de 2008, ahora que loquepasaentenerife va a desaparecer, con pena de los que siempre fuimos fieles al periódico.
ResponderEliminarPasear los lunes, como dices, es otro motivo para el indulto, sobre todo si hay gente que se lo toma de vacaciones. Aquí, por lo menos antes, también había trabajos en los que los lunes descansaban, como los zapaterías, las peluquerías y casi todos los restaurantes. Aunque ahora con la crisis muchos trabajan, el zapatero de mi pueblo sigue la antigua tradición (y también se salta de vez en cuando algún otro día en medio de la semana) Lo importante es buscar en cada día ese momento de disfrute. No pierdas tú las mañas para ello y a seguir en forma.
Querida colega y compañera de ratos estupendos, en nuestra profesión claro que había días más pesados que otros: cuando teníamos 5 horas de clase seguidas, cuando había algún problema que creara tensiones, cuando salías cansada y te ponían un claustro interminable y aburridísimo... Pero un día tiene espacio para el trabajo y el ocio y también para que, después de un día estresante, te sientes un rato en el patio, en el banquito del psiquiatra, como yo lo llamo, a ver caer la tarde sobre el valle mientras te comes, saboreándolo, un durazno de tu cosecha. A veces dejas la mente en blanco y a veces meditas sobre la inmanencia del ser (o sobre qué vas a hacer de comer para mañana). Pero lo que sí es seguro es que se te olvida la fatiga, los malos rollos e incluso que ese día es lunes.
ResponderEliminarLoquemeahorro, gracias por lo de abuela molona ¿A las abuelas molonas se les esconde el bolso en la despensa? Porque eso fue lo que los angelicos de mis nietos me hicieron anteayer. Me volví loca por la noche buscándolo. En fin...
ResponderEliminarYa sabes, Loque, que hay días peores y mejores. Incluso los investigadores, cuando se ponen a ello, han establecido mediante una fórmula matemática que el peor día del año (el Blue Monday, lo llaman) es el tercer lunes de enero, que ya me dirás tú qué culpa tiene. Eso sí, en la enseñanza siempre decíamos que el mejor día del año era el 30 de junio, aunque mi amigo Juancho siempre nos lo chafaba, diciéndonos en medio del jolgorio: "Pues septiembre está ahí mismo...".
¿Qué puedo decir de los lunes?. Los lunes, para las tiendas de ropas, zapatos, muebles y víveres, para las cafeterías y bares, es decir, para cualquier "negocio" ubicado en la Calle Real de Santa Cruz de la Palma, es el mejor día de la semana. Todos los magos bajan a la ciudad. Que conste que el término "mago" no es peyorativo, sino que es una manera de definir lo más breve posible a la persona que vive en otro lugar no capitalino. Otra cosa es el velillo.
ResponderEliminarComo iba diciendo, los lunes es el día elegido por el personal "externo" para acercarse a la ciudad a resolver alguna diligencia en la administración y de camino hacer sus compras, causando gran regocijo al comerciante y cabreando al que está detrás de una ventanilla. Es el día de las colas en los bancos y cajas, en correos, en el catastro, en la notaría, en el registro, en el ambulatorio... No encuentras un aparcamiento público ni en sueños. En la Calle Real no cabe un alfiler. ¡Pedazo de ambiente! Ni en la calle del Castillo, diría un palmero.
Pero es que los lunes es el día después del fin de semana en que generalmente la gente, como tiene tiempo, se dedica a pensar y a comprobar que es lo que le falta. El sábado y domingo es cuando quieres arreglar una rotura de alguna cisterna, de una bombilla... y no tienes repuesto. ¿No se han fijado que los lunes es cuando más suena el teléfono en tu casa? Y es que en los dos días anteriores, alguien se acordó de ti y para no importunar te llama el lunes. Cosas...
Está claro que el lunes es un día totalmente diferente a los otros de la semana. Por eso se llama lunes.
Gracias, Enrique, por tu aportación al indulto a los lunes. Me ha encantado tu descripción de la calle Real. Hace tiempo que no voy a Santa Cruz de La Palma pero también la recuerdo así, viva, animada y llena de gente. Probablemente fue un lunes cuando mi padre y mi tío Pepe fueron desde Los Sauces a la Ciudad, como la llaman ellos. Dieron vueltas y vueltas en el coche y no encontraron ni un solo aparcamiento. Y, al final, decidieron volverse por donde habían venido sin resolver nada de las diligencias que iban a hacer. Tal vez al lunes, el día dedicado a la Luna, se le ha contagiado ese carácter un poco loco que a ella se le atribuye.
ResponderEliminarUn abrazo.
bueno...jubilada jubilosa ( que las hay infelices también), hablemos de esas lentejas: se me han abierto los dos apetitos que estimula la oferta de esa tasca.
ResponderEliminarme gusta tu sala de estar...un beso y un bombón.
nati
Nada, Nati, ya sabes que puedes visitar mi sala cuando gustes. Oye, y a veces echo de menos los bombones (acompañados de algún marcador) que me dejabas...
ResponderEliminarLa tasca está en La Matanza y la lleva un matrimonio, él un cocinillas que un buen día, y afortunadamente para nosotros, decidió dejar su trabajo de comercial por las calles y dedicarse a los fogones, que es lo que se le da divinamente. Si quieres un día nos vamos las dos a celebrar ese almuerzo que tenemos pendiente, y nos ponemos al día ¿Te parece bien?
Un beso y un eclair.
Yo soy lunática perdida... adoro los lunes... Y tengo una jaculatoria que suelto a los demás cuando veo locuras de otros conductores...: "Tranquilo... tranquilo... que hoy es lunes... Hay tiempo p'a matarte de aquí al viernes!!!" buen post...
ResponderEliminarA mí también me gustan, Gladys. No hay mejor día para empezares y comienzos. 5 amigas tenemos incluso un chat para animarnos con las dietas que se llama "Los lunes empiezo". Así no hay remordimientos por las pambufadas los fines de semana, porque... los lunes empiezo.
EliminarA ver si (dieta no) pero dejar de fumar sí... ;) ya voy reduciendo la mala "ingesta"...
EliminarUna de mis sobrinas, a la que no le queda más remedio que dejar de fumar por prescripción médica, hace eso los lunes. Estaba fumando unos 26 cigarrillos al día y tuvo que ir al psicólogo para que le ayudara. Cada lunes empieza fumando uno menos que en la semana anterior. Ya va por 8. Todos la estamos apoyando para que llegue el momento del 0. Ojalá tú también puedas.
EliminarTampoco son tan malos los lunes, yo opino que cualquier día es bueno mientras puedas verlo.
ResponderEliminarClaro que sí, Carmen Paz, y en cada día se puede encontrar un buen momento que celebrar: el de verlo es importante, pero el ser consciente de ello lo es todavía más.
EliminarMe sumo al indulto del Lunes. Es el primer día de una semana que puede traer cosas estupendas, es volver al orden después del desbarajuste del
ResponderEliminarFindesemanaqueempiezadesde elviernes....uf! Es el momento de empezar a poner en práctica tantas cosas pendientes...es el principio de algo, y los principios siempre son bonitos.
Por cierto, leyendo tu comentario se me ocurre que tengo unas higueras que pueden estar muy cerca de la tuya. ¡Qué bonita es esa parte de la Isla!....
Ay, sí, Victoria, los principios son preciosos: el principio de un amor, el de un proyecto, el de año, incluso hasta los principio de curso. Tienen todos ese elemento ilusionante y esperanzador que abre expectativas. Luego todo puede resultar un churro, pero ¿y lo bien que viviste el comienzo? Lo mismo pasa con la semana. Igual resulta un espejismo, pero los lunes piensas en ella como un montón de días a estrenar en los que tal vez conozcas cosas, personas, noticias... o en los que, a lo mejor, sí te va a dar tiempo de terminar lo que dejaste a medias. Sí, definitivamente, indultemos al lunes.
EliminarMi suegro era de Chío y es verdad que es una zona bonita, todavía no maleada por cemento, y con huertas de higueras, almendros y vid asomándose desde lo alto al mar. Esa mañana, hace 4 años, bajo la higuera oyendo el silencio (está alejada de la civilización) fue mágica, de esas que se recuerdan.
Me encanta y me llena de optimismo. ¡Indultemos la vida!
ResponderEliminarPor supuesto, Ana. Después de todo es la única que tenemos ¿Para qué condenarla? Busquemos momentos gratos.
Eliminar