Esta es
la frase de esta semana en el Cartel de la Autopista. Para
los que no lo sepan, tenemos en la isla un poeta, Anoniman, que cada semana desde hace años se toma la
molestia de poner un pensamiento en un cartel, que hace sonreír y pensar a los
que pasan (“En tu espejo soy guap@”, “Apagar el móvil eleva la mirada”, “La
locura lo cura”, “Menos guasap y + venaverme”, “Dormir no me quita el sueño”…)
Los habituales que van desde el Norte a Santa Cruz ya llevan de antemano la
sonrisa puesta y la expectación en los ojos.
El
cartel de esta semana, que decidan las margaritas, no es mala opción para los
indecisos. Yo tengo un amigo que le da tantas vueltas a las cosas en la cabeza
que, a veces, hasta duda de si es indeciso o si no es indeciso.
Para que
no se me agobie, que lo quiero mucho, yo le hablo de lo sana que es la duda –el
beneficio de la duda-, que te lleva al asombro y a la perplejidad ante la
existencia, y, en consecuencia, a indagar en ella. Que, como decía mi profesor
Lledó, “dentro de cada sí hay un pequeño no, y dentro de todo no hay un pequeño
sí”. Le digo que aquellos a los que la duda ofende y defienden vehementemente
una postura, aquellos que están de vuelta de todo o que afirman, sin lugar a
dudas, que conocen perfectamente, por ejemplo, lo que está pasando, me dan un
poco de miedo. Que ahí tenemos a Sócrates y su “sólo sé que no sé nada”; a
Chejov, confesando que cambia de opinión cada día y que por eso sólo describe
cómo sus personajes “aman, se casan, se alimentan, mueren y hablan”; o a Milan
Kundera defendiendo “tener por única certeza la sabiduría de la incertidumbre”.
Hace
poco uno de mis alumnos me escribió desde Inglaterra pidiéndome consejo. No sabía
qué hacer, si seguir en Londres, dedicándose a dar clase, lo que le obligaría a
hacer un máster de 2 años, o seguir conociendo mundo, o volver a España e
intentar ser periodista que siempre le había gustado. Yo le contesté a la
manera de Sartre: el que pide consejo ya sabe
en el fondo lo que quiere hacer y sólo busca apoyos que corroboren su
decisión. Incluso hacemos caso o no a las margaritas dependiendo de si
refuerzan lo que verdaderamente queremos. Hay que seguir lo que te pide el
cuerpo sin que te frenen las complicaciones.
Porque es
verdad que la vida –afortunadamente- es una sucesión de dilemas y de
encrucijadas, y son las elecciones personales que hacemos las que van forjando
lo que somos ¿Hago ciencias o letras? ¿Qué quiero ser en el futuro? ¿Me caso o
no me caso? ¿Bautizo a mis hijos o dejo que elijan su religión de mayores? ¿Qué
traje me pongo hoy? ¿Voto a la izquierda, a la derecha o no voto? ¿Hago para
fin de año el cordero de siempre o innovo con un rosbif a las hierbas que sé
que les gusta a todos?
Como siempre, tu entrada me deja con más temas sobre los que reflexionar que que certezas, lo cual es bueno.
ResponderEliminarYo también soy muy indecisa, y realmente necesitaría unas cuántas margaritas, para hacer siempre lo contrario, que es un clásico.
- Me gustan estos dos vestidos, no sé cuál llevarme ... quizá el azul ¿qué cuestan?
- El azul 20 y el otro 80.
- Pues ahora quiero el de 80, está claro.
pd. El rosbif, es que me gusta más y tiene menos grasa
Y quién no tiene dudas, Isa ?. Yo, por ejemplo, nunca sé lo que me voy a poner para una cena, o cualquier celebración. El próximo domingo, celebramos en el colegio de ingenieros la comida de Navidad, pues bien, unas horas antes de salir de casa, yo empiezo a sacar ropa y a probarme, y a mi marido lo empiezo a poner nervioso. ¿No me ves a mí, yo llevo lo de siempre, y no tengo problema?. Ya te puedes imaginar, chaqueta azul, pantalón beige o gris marengo, y si es más serio el acto, entonces traje de alpaca. ¿Qué yo soy insegura? le digo, acaso tiene mérito coger lo de siempre?.
ResponderEliminarUn besazo y feliz Navidad para ti. ¿A que está de mi parte?.
Loque, mejor margaritas de las mexicanas, y no la flores, esas sosas.
ResponderEliminarY mejor no tener demasiadas certezas que a veces salen ranas. Lo bien que una lo pasa llevándole la contraria a una misma...
Decididamente, el rosbif.
Esperanza, me he reído imaginándote horas antes con la probada de ropa porque te veo y nos veo de niñas haciendo lo mismo. Los hombres no entienden de eso. No es indecisión, es el gusto por probar distintas formas de parecer ¡Cuántas veces me he probado 5 collares para terminar de ponerme el primero o me pongo un zarcillo en una oreja y otro distinto en la otra a ver cuál queda mejor, mientras mi marido me dice que los dos quedan igual! Yo creo que todo eso viene incluido en el gen XX.
ResponderEliminarFelicidades para ti también. Un abrazo.
Tienes razón, Isabel. Yo soy uno de los que siempre " reviro el cogote" cuando voy al norte, sonrío, y cuando regreso, ya de frente, me llevo el recuerdo de Anoniman. En mi caso, las margaritas se convierten en un corchete- paréntesis, de tiempo indefinido en donde aparco la indecisión hasta más ver. Y me funciona, oye. Lo mio sería : Qué decidan los corchetes! ( menos poético, sin duda).Felices fiestas!
ResponderEliminarTu medida es muy prudente, Miguel. No la de revirar el cogote, que puede ser peligrosa, sino la de dejar pasar el tiempo que suele ser buen consejero. Los problemas que en un pasado se nos antojaron gordísimos e irresolubles ahora nos parecen absurdos ¿Cómo me pude preocupar por esa gilipollez? ¡Bien por esos corchetes!
ResponderEliminarPasa una feliz navidad, sin que te quepa la menor duda.
Eso,que lo decidan las Margaritas:Aguirre,que al ser hija de Sócrates-Aguirre-ya viene con vitola de referencia.O Duras,que nos decía:"Escribir es tratar de saber lo que uno escribiría si uno escribiera".O cualesquiera de las muchas y buenas Margaritas,que el mundo de la literatura y las artes nos han deparado.Que ellas decidan,Las Margaritas;que con su visión femenima y matriarcal,seguro que acertarán.Buen relato y amena exposiciòn,de otra "Margarita-Isabelizada",felicidades Margarita-Isabel Duque Fernández.
ResponderEliminarPD.el relato del encantador de serpientes me gustó mucho,lo leí hace unos días.Lo releeré y haré un comentario más ajustado,que el que pueda hacer ahora de memoria.-Buena tarde para todos-as .Cs
Sí que hay Margaritas en la literatura, sobre todo de ficción y en todas aparece la duda. Está la Margarita Gautier, la dama de las camelias (¿Amarla a pesar de ella?); o la Margarita Debayle, a la que Darío le quiso contar un cuento (¿está linda la mar y el viento?). También se llamaba Margarita, la protagonista de "La Pimpinela Escarlata", que se debatía en un mar de dudas sobre si su marido era el bobalicón que parecía o el arriesgado héroe que salvaba vidas. Todos, hombres y mujeres, dudan y deciden y a veces aciertan y a veces, no. Así es la vida.
ResponderEliminarBuena tarde (aunque ventosa) para ti también.
Si, que decidan las margaritas...! En verdad, ayer, por estos lados, decidieron los "comeflores" (pendejos, bobalicones, bolsas, "gilis" o como quieran llamarlos). Vivo en una ciudad que exhibe la etiqueta de Ciudad Jardin. Bueno, de ciudad, ciudad, como yo la entiendo, le va quedando muy poco; y sus jardines, lástima, dan dolor. Tenemos la Plaza Bolívar más grande del país pero arruinada. Una de las avenidas que circundan la ciudad tiene meses esperando que terminen de asfaltarla. Y con todo esto, los comeflores volvieron a reelegir al Alcalde. Cada dia estoy más de acuerdo con un "escribidor" de paredes de por estos lados cunado dice: La vida es una fiesta, lástima que muy pocos conocen la dirección. A cuidarse, pues
ResponderEliminarTodas las mañanas giro la cabeza en busca de la frase. Ya es parte del paisaje. En el curro hay una compañera que, aprovechando una maceta del descansillo de la escalera, tiene algo parecido clavado en una estaca. Tambíen es un gusto leerla. Como tu blog.
ResponderEliminarTouché, señora ya sé que no me conoce,pero este post podría ser enterito para mí. Yo soy una indecisa nada, por naturaleza, que llega a aburrir al personal de tantas vueltas que le doy a las cosas y lo peor que con el paso de los años no mejora. Me ha matado su frase :el que pide consejo ya sabe en el fondo lo que quiere hacer y sólo busca apoyos que corroboren su decisión, creo que esa es mi cruda realidad, el miedo a equivocarse y tener en quien apoyarse... en fin cuanto me gusta leerla, y que chulo lo de los mensajes
ResponderEliminarHola Jane.
ResponderEliminarTodos tenemos a un indeciso dentro.¡Qué bien nos vino la margarita!
En el fondo,como dice Sartre, ya sabemos lo que queremos cuando nos atrevemos a deshojarlas.
Cuando de jovencita deshojaba una, era para "saber" si Él me quería o no...Nunca lo hice por alguien que no me gustara, siempre lo hice pensando en el chico que en ese momento era el de mis sueños...
Y confieso: ¡con la desvergüenza que me dan los años!, que alguna vez hice trampas, al consultar al minúsculo oráculo floral; cuando veía que los pétalos se iban terminando y el resultado del último no era el deseado, cogía uno de los sépalos del cáliz y seguía con los pétalos de la flor...¡las cuentas me salían siempre a favor!
En otros momentos de la vida cuando he tenido que tomar decisiones más importantes, me he equivocado o he acertado como todo hijo de vecino, y las margaritas se han equivocado o acertado conmigo.
Por eso ¡qué decida la margarita, pero a mi favor!
Ante tu duda...¿cordero para unos? y ¡rosbif para todos!!
La margarita a tu favor: El rosbif
Además, ¡te sale de miedo! Doy fe.
Agroteide.
ResponderEliminar¡Cuanto lo siento! He leído los resultados y se ve que los comeflores (primera vez que oigo el término, que a primera vista no parece nada insultante, sino hasta romántico) han tomado una decisión inesperada. Sin embargo, leí que en las grandes ciudades -Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, San Cristobal, Maturín, Valera, Barinas...- ganó la oposición. Pero sí comprendo que estés enfadado por el resultado, máxime cuando en el plan gubernamental está quitar también poder a los alcaldes con una red de comunas. Da rabia que se vote muchas veces sin pensar, o que el poder manipule el voto (¡ese día de la Lealtad a Chávez coincidiendo con el día de la votación...!), pero sigo pensando que la democracia es el menos malo de los regímenes políticos y que ha permitido mejorar el mundo. Ojalá esto se aplique también alguna vez a tu querido país.
Un abrazo.
Guillermo:
ResponderEliminarGracias, Guille, pero yo me enrollo más que el Anoniman. Él, con sólo una frase es capaz de conmover, hacer reír, hacer filosofar, hacer dudar de las certezas. Hace poco le vi una que decía: "¡Vivan los novios!" y, a la semana siguiente otra: "¡Vivan los nonovios!". Es genial.
Madre del monillo:
ResponderEliminarLa frase es de Sartre, que además decía que quien no quiere decidir, en el fondo, lo que quiere es renunciar a su libertad y ser un mandado. Es que es más cómodo, oye. "Ah, yo no sé, yo soy un mandado".
Lo chungo es los que sí queremos decidir y le damos vueltas a las cosas y vemos pros y contras por todos lados. Me acuerdo cuando el referendum de la OTAN. Me curré el voto a conciencia, me acuerdo de sentarme en el suelo del salón con todos los artículos a favor por un lado y todos los en contra por otro. Y cuando ya lo había decidido y voy a votar, ¡resultó que no estaba en las listas!
Así que mejor no amargarnos. Veamos pros y contras y ejercitemos la luminosa libertad dentro de lo que cabe. Y si nos equivocamos, a tomárselo con filosofía, incluso con un "errare humanum est" o con un "el que tiene boca se equivoca", se siente.
Lo de los mensajes sí que es chulo. Nos tiene a todos pendientes del cartel. Hoy, que estamos en alerta naranja con un tormentón encima de no te menees, me han mandado el que puso una vez en una situación similar: "Se atormenta una vecina".
La Cándidaeréndira:
ResponderEliminarPor supuesto que todos hacemos trampas. Las hacemos con las margaritas, o cuando adaptamos la realidad a nuestros deseos o a nuestras creencias. Es el "no las quiero, están verdes" de la zorra al no poder coger las uvas, que en el fondo es un mecanismo de defensa para no frustrarnos ¡Es que nos queremos mucho a nosotros mismos, oye! Y así tiene que ser.
Ya encargué esta mañana el lomo para el rosbif. Gracias por ayudarme a decidir.
Un abrazo.
Esto de las frases, hay que ver cómo ayudan. Recuerdo que en una época al empezar la clase escribía una en la pizarra, o decía a algún alumno que lo hiciera. Y luego la comentábamos.
ResponderEliminarPrecisamente Nelson Mandela, tan de actualidad hoy, día de su funeral, nos ha dejado algunas muy muy significativas, como:
"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el miundo"
"Siempre parece imposible, hasta que se hace"
"Ser libre no es liberarse de las propias cadenas, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás"
"Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con él. Entonces se volverá tu compañero"
"Aprendí que el valor no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él"
"Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión"
"La mayor gloria no es no caer nunca, sino levantarse siempre"
"Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay otras muchas montañas por escalar"
"El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa".
"Una de las cosas más difíciles no es cambiar la sociedad, es cambiarse a sí mismo"
Sólo una muestra.
Él si que puede descansar en paz.
Gracias, Arista, por ese recordatorio a Mandela, un líder que demuestra que se puede gobernar sin renunciar los ideales. Ayer mismo releí el discurso que hizo ante el Tribunal Supremo de Pretoria en 1964 cuando fue condenado a cadena perpetua y me siguen conmoviendo las palabras finales: "He anhelado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero lograr. Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir". Ese es Mandela.
ResponderEliminarEl puntal del cartel de la autopista es un genio. Me suena a que no es de aquí. Yo creo que no hay conductor habitual del Valle de La Ootava que no se diga en voz alta: A ver que pone esta semana...
ResponderEliminarEn cuanto a que decidan las margaritas. Me parece a mi que si usamos las matematicas en cuanto a proporcionalidad, un 75% deciden las mujeres -sobre todo cuando-, un 24% deciden los hombres -y me parece mucho- y sólo el 1% lo decide una margarita o una moneda en el aire. Es la única manera de generar paz en una casa. Y perdona por lo que te toca. Je,Je.
No, si estoy de acuerdo contigo, Enrique. Es muy cómodo no tener que decidir, mirar todo desde la poltrona y dejar que todo lo elija ella. Pero, ay, si se equivoca...
ResponderEliminarMe lo guardo Isabel, para reflexionarlo bien, comentarios incluidos! Besos de una impulsiva!����
ResponderEliminar"El corazón tiene sus razones que la razón no conoce". A veces no está mal dejar hablar a las pasiones y actuar por impulso. Pero me da que, si lo guardas para reflexionar bien, es que en el fondo la razón también interviene ¿no?.
EliminarBesos, Claudia.