Yo tengo una teoría, que no he visto en parte alguna, sobre los dictadores, y que, generosa como soy, hoy publico a los cuatro vientos para que después me la fusile alguno de los tantos copiones que hay por ahí. Lo veré firmando un ensayo sobre ella en alguna Feria del Libro, pero ustedes y yo sabremos que la idea inicial fue mía.
Mi tesis es que la fuente de la que beben todos los dictadores que en el mundo han sido, son y serán es el ORDEN. Todos ellos fueron niños ordenaditos a los que su madre no tenía que decir (como la mía) que "este cuarto parece una leonera" o "a ver si recogen los zapatos del suelo que no se puede ni caminar por aquí". No, el niño futuro dictador tenía los lápices afiladitos y por colores, los libros en su sitio (nada de dejar uno abierto boca abajo en la alfombra), la cama hecha y sin arrugas (antes muerto que sentarse en ella), las ropas dobladas y colocadas en los estantes, los juguetes en sus cajas como si se los acabaran de regalar, el suelo limpio de zapatos, calcetines y calzoncillos. Ese niño (obsérvese que no he dicho "repelente", porque yo en mis tesis soy muy objetiva) sonreiría con satisfacción cuando sus padres y profesores lo pusieran como ejemplo ante los demás, mientras le daban palmaditas en el hombro (no en la cabeza por no despeinarlo). Ese niño (tampoco digo "repugnante") crecería sabiéndose perfecto y sufriría enormemente si tuviera que dejar que sus hermanos y amigos anduviesen en sus cosas. A ese niño (tampoco ha salido de mi boca el adjetivo "repulsivo") no le quedaba más remedio de mayor que imponer el orden, la verdad, la justicia y la razón a los otros seres humanos, imperfectos y desordenados.
Como el mayordomo Jeeves de Wodehouse o "El Gran Dictador" de Chaplin, hay miles de dictadores pululando por el mundo. Sin ir más lejos, yo he conocido a unos cuantos: a un director de Instituto, que era un tipo estupendo e inteligente, pero que, convencido de que él lo hacía mejor que nadie, hacía el trabajo hasta del bedel; una señora de la limpieza que tuve, tan superordenada que me ordenaba cosas que yo no quería ordenar; maestro Daniel, el albañil que nos trabajó en la casa, con el que había que discutir días y semanas porque queríamos esquinas redondeadas y paredes arrugadas y para él lo correcto eran esquinas con filo y paredes lisas; amigos que quieren que tú seas como ellos (si no, se enfadan); profesores, políticos, jefes, cabecillas, mandones... todos arrastrando esa infancia de un universo ordenado y sin mácula (digo "sin mácula", que queda mejor que decir "sin manchones de huevo frito en la camisa", cosa impensable en un futuro dictador).
Esta es mi teoría. Es fácil corroborarla por parte de aquellos que me la van a copiar (no todo tengo que hacerlo yo): busquen testimonios y pruebas de las infancias de los dictadores reconocidos oficialmente: Hitler, Franco, Fidel, Luis XIV ("El Estado soy yo"), Mussolini, Stalin... Seguro que detrás de cada uno hay un niño ordenadito.
Y aviso para los que no se acuerdan de la lógica que estudiaron en Filosofía: aunque mi tesis es que todos los mandones fueron niños ordenaditos no quiere esto decir que todos los niños ordenaditos se conviertan en mandones. Pero por si acaso y para curarnos en salud, ahí va mi recomendación a los padres del mundo:
* Miren para otro lado cuando los niños dejen las ropas tiradas en el baño o los zapatos en el salón.
* Permitan que su mesa de trabajo esté como la de mi nieta ayer (un batiburrillo de lápices y rotuladores tirados, un atril lleno de dibujos y trabajos ya corregidos, una coronita de flores, novelas y libros de texto cerrados y abiertos, el cargador de la tablet, 3 caramelos...).
* No se asusten si, después de que jueguen, todo el cuarto es un desbarajuste total.
* Recuerden que el universo tiende al Caos y repítanse a sí mismos: "¿Quién soy yo para oponerme al universo?".
Será duro, lo sé, porque en todos nosotros hay sembradas semillas de dictador. Pero, aunque en el futuro sus hijos sean un desastre como organizadores, seguro que no serán dictadores y el mundo será un lugar mucho mejor, sin nadie que quiera imponer un orden que a los demás no nos guste.
No me den las gracias, por favor.
(En la imagen, "El Gran Dictador" de Chaplin)
(En la imagen, "El Gran Dictador" de Chaplin)
La verdad es que tendía a ser un dictador... Pero no con poco esfuerzo por mi parte lo estoy dejando cada día más... Ahora, por fin tiendo al caos!!! Gracias!!!
ResponderEliminarTodo es cuestión de proponérselo. Un día pones unos calcetines rojos entre los canelos, otro dejas la mesa del desayuno sin recoger, otro te da igual si tienes una tonga de revistas sin leer y sin ordenar. O haces como el personaje de John Kennedy Toole, Ignatius Reilly, en "La conjura de los necios", que tenía la mesa toda limpita a base de tirar todos los papeles que le ponían encima a la basura.
EliminarEl caso es no llegar a ser un mandón ¡Ánimo y adelante!
Jajaja, me lo estoy tomando al pie de la letra, jajaja
EliminarComo tiene que ser. No todos los días se encuentra uno con una teoría tan novedosa y que te abre tanto los ojos como esta.
Eliminar¡Que buena teoría, Jane! Jajajaja!! Tiene mucho sentido: el orden tal y como ellos lo quieren, intolerantes con todo lo que se salga de su orden. Me causa cierto alivio, para qué voy a disimular, te confieso que soy de las que a veces quienes viven conmigo me tienen que dar un pequeño toque porque nunca recuerdo donde puse las cosas (y que no soy muy ordenada, vamos). Bss
ResponderEliminarAh, Mónica, yo estoy convencida de que es verdad. Solo aquellos que se creen perfectos de verdad porque tienen cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa, se atreverían a imponer su orden a los demás ¿Cómo vamos nosotras a obligar a los demás a que vivan alegremente en medio del desorden?
EliminarAunque yo tengo atisbos de orden, no creas: los libros los tengo por orden alfabético y por géneros (pero eso son resabios de todo el tiempo que he llevado bibliotecas). Las especias las tengo también desde la albahaca a la vainilla. Pero para de contar. A veces sueño que mi yo dictador trata de imponerse a los demás y me veo hasta en tribunas públicas como la de Chaplin, y no hay manera. Nadie me hace caso, como diciéndome: "Sabemos que en el fondo no lo eres".
Besos.
Querida Jane Jubilada una vez más tus palabras son un gozo para mí porque después de criar tres hijos y "casi criar" tres nietos algunas veces he llegado a pensar que por mis venas corría,no sangre azul. No. ¡Sangre de dictador! He tenido la sensación de serlo cuando ante un "por qué" inoportuno me he sorprendido diciendo: ¡Porque lo digo yo!
ResponderEliminarHoy me he sentido feliz porque no solo no soy una persona ordenada sino que soy de lo más desordenado que ha parido madre alguna. Eso si, de vez en cuando coloco el contenido de mi armario encima de la cama y lo guardo hasta con mimo... A veces me dura así de ordenado hasta una semana...
Quien no haya dicho alguna vez "¡Porque lo digo yo!" que tire la primera piedra. El padre de mi amigo Melchor añadía además: "... que soy la Verdad, la Justicia y la Razón" (de ahí saqué en el texto parte de la última frase del segundo párrafo). Lo malo es que, si tienes un padre que te dice eso, te verás años después (como le pasó a Melchor) repitiendo lo mismo a sus hijos. Lo dicho, todos tenemos semillas de dictador en los genes. Yo me he visto como una posesa echando la bulla a mis hijos porque habían pisado el suelo fregado, fíjate tú.
EliminarPero hay que reconocer que qué buena es esa semana cuando lo ves todo ordenadito... ¡Lástima que termine tan pronto!
Acertadisima teoria pues ahora sé por qué no mando nada.Soy el desorden rayando el caos.¡ Y tampoco es eso ! Jeje, magnifico relato.Gracias
ResponderEliminarSer un mandado, Claudia, tampoco está tan mal. Ni te sube la tensión, ni te coges enfados por nada... En eso confían los mandones.
EliminarLo que a veces es un poco fatigoso es que comprendan que su orden no es nuestro orden. Entonces los que se enfadan y les sube la tensión es a ellos.
Mejor ser un mandado que un mandón.
Un beso.
¡Fantástico Isabel! me he reído y me ha encantado! Es que conozco a tantos "posibles " dictadores...menos mal que no han tenido la oportunidad...Yo, desde luego, no lo hubiera sido nunca. ¡Ay qué bueno...gracias, porque a veces me siento una extraterrestre cuando entro a la casa de alguna de mis amigas...
ResponderEliminarYo tenía un tío, Elvira, (era superordenado) que decía que, si a él lo hubieran dejado, hubiera sido presidente del Gobierno y hubiera arreglado el país en un pispás. Imagínate el panorama: todos los "posibles" intentando arreglar el país en SU pispás ¡Se me ponen los pelos como escarpias!
EliminarY no te sientas extraterrestres cuando vayas a casas muy ordenadas. Seguro que, cuando te vieron llegar, escondieron todo lo rebujado debajo de la cama...
Hola. me parece muy original tu teoría sobre la infancia de los dictadores... seguro que muchos aspectos son reales... de ahí que muchos de nosotros vivamos tan felices en el caos y dejemos a nuestros hijos desmontar media casa... seguimos en contacto
ResponderEliminarGracias, Marta. En los ensayos políticos te empiezan siempre con que si Montesquieu, que si Adam Smith... Yo no, nada de pedanterías. Yo bebo de las fuentes de la propia vida y la propia experiencia, que te enseña y abre los ojos. No creas, a Newton con la teoría de la gravitación universal le pasó algo por el estilo :-))
Eliminar¿Verdad que pega que eran ordenaditos? Fíjate en lo recortado que es el bigote de Hitler.
Un abrazo.
Ja, ja, ja se lo pasarè a mi hija para que vea con normalidad el desorden imperante en las habitaciones de los peques y ¡¡què alivio que sean desordenados!!! Un abrazo
ResponderEliminarBueno, Úrsula, el problema con los hijos es que tampoco se sabe nunca qué rumbo tomarán ¿Tú te has fijado lo patas arriba que está la guarida de una bruja?
EliminarUn abrazo.
Mi gran responsabilidad es el orden, mi yerno siempre que viene a visitarme le dice a mi hija "es que parece que no usan la casa, todo en su lugar...". No tuve la suerte de haber conocido a tu tio....pues hago el mismo comentario que el...todos me contestan ya no estaría en el poder....yo si me siento una extraterrestres entre todos Uds. Quiero cambiar, pero ver algo fuera de su lugar me enferma. Soy así y mis nietos se vuelve locos por estar en casa.....saben donde es su lugar jejej besitos.
ResponderEliminarBueno, no todos los ordenados llegan a dictadores. Lo mejor es vivir con ordenados también. Así nadie se enfada porque se deja uno la pasta de dientes sin tapar.
EliminarMi hijo y su mujer, por ejemplo, son muy ordenados. Claro que ahora tienen 3 hijos, y con 3 niños en una casa el orden ese de que parece que no usan la casa es imposible. La casa se ve bastante usada y vivida. Y en ese caso es mejor relajarse.
Un beso, Marilu.
Defíneme si te piden que expliques tu teoría, como ejemplo del caos... No es sólo que sea desordenada... Me encanta mi Caos!!! Y sé qué tengo en cada rincón de él en todo momento... en el momento que alguien "bienintencionado" decide meter la mano... adiós a mi orden caótico ahora ordenado o desordenado.. según la óptica mía o la del bienhechor! Y vuelta a empezar a caotizar para generar universos... Fuerte pereza!!! JEJEJE
ResponderEliminarEs que no hay nada, Gladys, como un desorden bien ordenado. Yo también siempre sé dónde está cada cosa, El caso es seguir tu criterio. Una vez se me ocurrió ordenar los CD's de mi marido por orden alfabético como mis libros y se volvió loco buscándolos, porque le mezclé estilos musicales (que era su criterio). Desde entonces no intento ordenar sus cosas y cada uno vive tan ricamente en su orden desordenado o en su desorden ordenado.
EliminarLlevas razón : el otro día ordene mi armario y a continuación me puse a dar órdenes !!! No lo volveré a hacer !! Enhorabuena por esta original teoría que pensándolo bien tiene una lógica aplastante . Besitos
ResponderEliminarBueno, la cosa no es tan inmediata. Para mí, que puedes ordenarlos sin peligro unas 3 o 4 veces más.
Eliminar¿Y por qué siempre empezamos ordenando los armarios? Antes, habría que empezar a ordenar la vida, los sentimientos, las pasiones, las amistades... ¿Te acuerdas en "Peter Pan y Wendy"? La señora Gentil ordenaba por las noches la imaginación de sus niños, haciendo descubrimientos dulces y otros que no lo eran. Estaba la isla de Nunca-Jamás, pero también el primer día de escuela, el punto de aguja, la religión, el estanque redondo, los asesinatos de los periódicos, el dativo de los verbos, las castañas asadas, el día del budín de chocolate... Y la señora Gentil ordenaba el follón, ocultando unas cosas y desplegando otras. Allí fue donde vio por primera vez el nombre de Peter Pan.
El orden tiene muchos matices y muchos son buenos.
Más besitos.
Buena teoría Isa !! Yo te la desmonto un poco , porque en casa somos muy desordenados y a todos nos gusta mandar . Bueno , a lo mejor no llegamos a la categoría de dictadores , sólo somos mandones ���� . Besos ������
ResponderEliminarBueno, Nina, como en toda teoría científica habrá que poner los casos excepcionales (que confirman la regla), los supuestos, las hipótesis adicionales (¿existen mandones desordenados? ¿O a lo mejor, podemos llegar a que no todos los mandones llegan a la categoría de dictadores, sino solo los mandones a los que les gusta organizar la vida de los que les rodean?)... Todo eso se lo voy a dejar a los que me copien la idea. Encima que a lo mejor hasta los hacen Premio Nobel, no les voy a dar todo hecho.
EliminarMás besos.
De nuevo me vuelves a sorprender y otra vez apoyo tu teoría. Salvo excepciones (como mi marido que es el orden con patas y la dictadora soy yo desde mi caja de fotos sin clasificar y mis cartapacios de recetas que no los muevo por si llueven hojas sueltas). Esa es una verdad y un daño colateral de una rígida disciplina del milímetro, del nivel y del alisado. Como tú dices, hasta el Universo infinito es caótico y ahí continúa no exento de belleza y gran poderío. Creo que el desorden es más creativo y por supuesto más singular... En ese ambiente de confusión crecieron los mayores genios de la historia.
ResponderEliminarCuriosa, Cande, tu teoría, que plantea otra pregunta interesante: ¿Es más creativo el desorden? ¿Será verdad que todos los artistas son desordenados? Algo de lógica tiene si atendemos a que el cerebro tiene una parte más lógica y ordenada y otra más creativa e imaginativa. Hasta Nietzsche habló de los dos principios -Apolo (el orden, la belleza, la perfección) y Dionisos (la pasión, la desmesura)- que explican la realidad. Aunque para él hay artes más apolíneas (la escultura, la arquitectura...) y otras más dionisíacas (la música, la danza...).
EliminarPiensátela y desarróllala. Estamos esta semana creando teorías a tutiplén.
Un abrazo.
Jooooo. Entonces yo jamás voy a ser una dictadora :(
ResponderEliminarSi es que el orden no es tan bueno, los desordenados somos más creativos, jeje. Y tenemos nuestro orden, aunque los demás no lo vean.
Un beso!
Igual hay desordenados dictadores (la excepción confirma la regla). Pero me da que la dictadura les duraría poco. Es como aquella obra de teatro de Mihura, "El caso de la mujer asesinadita". Aquí sería "el caso del señor dictadorcito".
EliminarY es verdad que hay órdenes en nuestra cabeza que son mejores que los que se ven por ahí.
Un beso.