Así nos llaman a los canarios el resto de España y parte del extranjero: aplatanados (que, según el diccionario, es algo así como aletargados o amodorrados) ¿Lo somos realmente?
Es verdad que hay un ritmo más pausado en nuestra tierra que en la península. Por ejemplo, ante un semáforo en verde, no pitamos desesperadamente, como si se nos estuviera quemando el potaje, al coche que va delante, Tampoco se nos ve a todo meter caminando por las calles. Pero ¿amodorrados? ¡Como no sea a la hora de la siesta!
Pero así nos ven. Y todavía me parece más curioso, en este mundo tan globalizado y publicitado, cómo nos ven los que nunca han venido aquí y que casi lo único que saben de Canarias es que son unas islas en medio del Atlántico, cerca de África. Hace algunos años, conocí a unos extranjeros que me confesaron que su idea inicial era que los pueblos de nuestra isla se componían de cabañas a la orilla de ríos, desde los que los cocodrilos salían a pasear a todas horas (yo les dije que eso era totalmente falso, que aquí los cocodrilos sólo salen a pasear de 5 a 6). Y hace poco, no muy lejos de esto, los consuegros italianos de unos amigos, cuando vinieron a conocerlos, se quedaron tan maravillados de que esta fuera una isla civilizada, limpia y tranquila que le dijeron a su hija lo contrario que hasta ese momento habían defendido: "Si te decimos que vuelvas a Italia, no nos hagas caso".
Esta manera de vernos -aplatanados o habitantes del África profunda- es, por supuesto, un estereotipo, un acuerdo común sobre nuestros rasgos predominantes como grupo. Y todos tenemos estereotipos. Ayer mismo una amiga que veía el partido de baloncesto Real Madrid-Barcelona, hablando del cordobés Felipe Reyes, comentaba: "Ay, qué sosito es el rey de los rebotes. Cualquiera dice que es andaluz...". Los andaluces tienen que ser graciosos y ocurrentes; los ingleses, flemáticos; los catalanes, más agarrados que clavo en pared; los latinos, apasionados; los gallegos, escurridizos (¡hombre, como Rajoy!)...
El problema de los estereotipos (aparte de que nos engañan respecto a las personas concretas ¡Yo no soy aplatanada!) es que pueden justificar los prejuicios sociales, actitudes negativas hacia determinados grupos, que acompañan a todos los conflictos. A cada rato oigo soflamas que dicen que los de izquierdas son antiespañoles o que los de derechas son intolerantes. De ahí al "y tú más" o al "ahora no me 'ajunto' contigo" va un paso. Y, cuando menos te lo esperes, armamos el pifostio ¡Qué necesidad! (Bueno, en Canarias tal vez no, porque, como al parecer somos aplatanados, nos cuesta arrancar...).
Por eso me gustó tanto lo que me contó hace unos días mi amiga Merche que vio en Internet. Un niño, de 5 años, es uña y carne de otro de su clase que es negro. Cuando pelaron al negrito casi al rape, su amigo no paró de darle la lata a sus padres para que también lo pelaran igual. Cuando le preguntaron el porqué, dijo: "Porque así estaríamos iguales y nos vamos a reír un montón cuando nos confundan".
¡Ay, la mirada limpia de la infancia, que sabe ir a lo esencial! ¿En qué triste momento de nuestra vida la perdemos y encontramos distintos a los demás? Hasta pueblos que llamamos primitivos, como los lacandones de México o los Inuvialuit de Canadá se consideran a sí mismos "los verdaderos hombres". Al final, cada grupo humano mira con condescendencia al otro (los de La Laguna a los de Santa Cruz, los de Tenerife a los de Las Palmas, los canarios a los peninsulares...) y todos se consideran los reyes del mambo. Aunque por parte canaria, eso sí, unos reyes del mambo ligeramente aplatanados...
Pero es lo que hay. Así nos ven, así nos vemos.
¡Muy acertado, como siempre,querida Isa! ¡Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Begoña. La verdad es que, si comparamos a un guagüero de los que van a La Esperanza con toda su calma a un guagüero de Madrid, que si te descuidas y no estás en la puerta 5 minutos antes te pasas de parada, nos damos cuenta de que alguna diferencia sí que hay :-D
EliminarGenial, Isa.
ResponderEliminarGracias, Carmen. Tú tampoco eres aplatanada ¿verdad?
EliminarUn beso.
Buenas tardes Jane: ¿Y no influirá el deje tan dulce y lánguido que tienen Vdes. en general para hablar?. Perdón, no sé como he escrito "en general", si por desgracia sólo he estado en Tenerife y Lanzarote.
ResponderEliminarUn saludo cariñoso.
Pues también tienes razón, Rosa María. El deje dulce (y es verdad que lo tenemos todas las islas, aunque nosotros distinguimos entre ellos, e incluso a veces entre pueblos: yo sé, cuando oigo a un palmero, si es de Los Sauces) puede contribuir a considerarnos igual. Pero no hay que fiarse, que igual te sale alguien hablando muy suavito y es más duro que una piedra. Ya en los cuentos la mamá cabra avisa a los cabritillos que no abran la puerta a nadie que no hable como ella. Y ya ves que el lobo se toma no sé cuántas yemas de huevo para conseguir el acento, pero en el fondo sigue siendo el lobo (jaja, se nota que tengo nietos y cuento cuentos).
EliminarY anímate a visitar las demás islas. Todas son especiales y distintas.
Un abrazo.
Gracias , salud y besitos para todos
ResponderEliminarGracias a ti por reírte un ratito conmigo. Un beso.
EliminarHola Jane. Hace unos cuantos años en un viaje a Venezuela, estábamos en un bar-palafito en el Rio Limón junto al Lago Maracaibo, y nos encontramos a unos "peninsulares" que estaban también de turismo. Estaban tomando cerveza y uno de ellos que estaba "achispado", nos preguntó que de dónde eramos y cuando le dijimos que eramos canarios, no nos creyó y le dijo a un hermano que estaba allí que no nos creía porque no eramos "negros". El hermano que había vivido un par de años en Gran Canaria, le dió un codazo del que todavía se debe estar acordando. En cuanto a que todos nos creemos que somos el centro del mundo, yo recomiendo oir los cuentos de Cho Juan, sobre todo aquel cuando "Regorito" se fue a Venezuela y perdieron el rumbo. Al mirar el mapa "Regorito" vió unos puntos negros y dijo algo así como: "Si son islas estamos salvados pero como sean cagadas de mosca que Dios nos coja confesados". Un beso Jane. Juan
ResponderEliminarEl cuento del emigrante no es de Cho Juan (Eduardo Millares Sall) sino de Pepe Castellano que popularizó a Pepe Monagas. Vamos a no quitarle el mérito al hombre. Una de sus hijas lo cuenta así: "En aquellos años, muchos canarios emigraban a Venezuela y de ahí que sacara el cuento del emigrante". Juana se refiere al relato en el que Pepe Monagas, embarcado con rumbo a Venezuela y harto de tanto mar, le pregunta a su compadre Regorito si queda mucho para ver tierra. "Saque el mapa, Regorito; si esto son islas estamos salvados, pero si son cagadas de mosca...", dice el cuento.". Lo de "saca el mapa, Regorito" creo que todos los canarios, cuando vamos por esos mundos, lo hemos soltado alguna vez al perdernos.
EliminarE historias como la tuya hay un montón. A mi amiga Ana Delia una señor, al decirle ella que era canaria, empezó a hablarle en inglés, figúrate. Y alguna vez me han dicho: "¿Canaria? Yo tengo una sobrina en Palma" ¡Falta de ignorancia!
Un beso, Juan.
Yo he viajado a Canarias y para nada llegué a esa conclusión (aunque me encanten los plátanos). Es más, no lo había oído nunca de vosotros. Esa expresión, en mi tierra (soy valenciana) se usa muy poco, solamente se utiliza en verano cuando uno se muere de calor y no le apetece hacer nada. Suena mejor decir que estás "aplatanado" que vago.
ResponderEliminarAl hilo de lo que digo, te contaré que en mi blog tengo un post (de esos tipo tag) en el que, ante muchas preguntas se me hace la de "¿a qué lugar has viajado y repetirías" y, sin dudar, dije "a las Islas Canarias".
Me ha encantado también la anécdota de los niños, ¡qué inocencia, por Dios!, y en general, el sentido del humor con que cuentas todo (el semáforo verde y el potaje al fuego casi lo visualizo...).
Gracias por estos ratos, Isabel, ¡un beso!
Pues sí, Chelo, es uno de los calificativos que más nos aplican. Se conoce que la tranquilidad de las islas unido a que somos productores de plátanos (hasta en mi huerta tengo 8 plataneras), dan un resultado previsible: aplatanados
EliminarEstupendo que repitas un viaje a las islas. Cada una es una maravilla, esa es la verdad. Y cada una es diferente. A mí nunca me ha importado tampoco repetir viaje a las demás. Avisa cuando pases por aquí.
Gracias a ti por tus palabras y comentarios. Es un placer.
Un besote.
Yo no sé si "somos aplatanados" yo me considero muy activa, al canario yo lo veo: algo tímido, por regla general, amable y hospitalario y actualmente, con muchísimas ganas de viajar y conocer mundo, hace unos cuantos años apenas se salía de las islas.
ResponderEliminarEstupendo Isabel.
Yo creo que en todo estereotipo hay un fondo de verdad, sobre todo si consideramos al grupo así, en mogollón. Como dije, el ritmo de la vida aquí es más pausado y yo, por lo menos, no noto tanto estrés en la gente como en una ciudad como Madrid, por ejemplo. También pienso que somos hospitalarios con el que viene de fuera. Pero a nivel de las personas concretas, los estereotipos son falsos (Yo tampoco me considero aplatanada :-D)
EliminarY tienes razón. Mi abuela no salió nunca de las islas. Y ahora casi todo el mundo ha viajado. Más facilidades para ello hay también.
Gracias, Carmen Paz. Un abrazo.
!! Bravo !!
ResponderEliminar¡Qué bien verte por aquí, Marisol! Muchas gracias y un abrazo.
EliminarUn abrazo amiga ,siempre te leo ,pero tengo poco tiempo para escribir ,mi marido encamado y yo de enfermera ,cuando intento escribir largo y tendido me llama ,un beso
EliminarA veces uno pasa épocas malas. Ánimo y para delante. Un beso.
EliminarBien lo subrayas tú, Jane, es tan sólo un estereotipo más.
ResponderEliminarEs lógico que seamos más pausados que si viviéramos en la Quinta Avenida, pero, si nos comparan con un chófer cubano, podemos ser "correcaminos". Todo depende del cristal con que se mire; y, en todo caso, yo soy la abanderada de las aplatanadas, considero que es un rasgo de mi personalidad y del legado paciente que me cedió mi padre, y lo llevo con mucho orgullo.
No hace mucho leí que el movimiento slowly es lo que se lleva en las grandes ciudades para no rendirse al poder del estrés del día a día.
A lo mejor estamos a tiempo de darles un consejo. Vida lenta vuelve a ser sinónimo de calidad de vida.
Para mi gusto, Cande, el movimiento slowly nació en Canarias. Nos tomamos la vida con calma y desde luego, no se ve a demasiada gente estresada. Aunque últimamente, no sé, no sé... En el 2009 (1-12) publiqué un post que titulé "Espacios de pachorra" en el que hablaba precisamente de esto, de que en los últimos tiempos veía a gente corre corre haciendo las cosas y de que había que recuperar espacios de pachorra. Incluso puse hasta un poema que me inventé:
EliminarY a mí, en este momento que vivo sosegada,
me gustaría ver la calma de otros tiempos:
dibujar en las nubes, captar una mirada,
recuperar espacios, tomar el pulso al viento.
Pienso que tú no eres aplatanada, calificativo que supone pasividad y pasotismo (nos lo dicen un poco despectivamente), sino una persona tranquila y serena que sabe bien cómo hay que vivir: con el tiempo a tu servicio para sacarle el jugo a la vida.
Como bien dices, Jane, por estas latitudes del hemisferio se tiene un ritmo más pausado que en el resto de la península y, muy probablemente, que en el resto del continente europeo. En líneas generales, los canarios son pausados en el conducir, en el andar en el hablar y yo creo que hasta en el actuar. Incluso, me atrevo a decir que en donde más pausado/aplatanado llega a ser el canario es en el momento de la acción.
ResponderEliminarNo sé a qué se debe, pero cuando salgo a la calle y me encuentro con una zanja a medio abrir o a medio cerrar, que lleva así meses, o una calle cerrada al tráfico, con obras interminables, semanas y semanas, siempre me pregunto si es algo privativo de la cachaza, pachorra, modorra o aplatanamiento típico de toda o parte de la gente de estas islas o es algo que también se practica por otros andurriales.
De igual forma, también me pregunto si la comodidad, el pasotismo y el conformismo que se advierten ante temas tan importantes y que tanto afectan a toda la población canaria, como el trabajo, la sanidad, la educación o los asuntos sociales, en general, son producto, también, de ese calificativo de aplatanados que se nos adjudica.
Me temo, Jane, que ante este panorama de situaciones que claman al cielo y por las que pocos (por no decir nadie) parecen estar dispuestos a hacer que este estado de cosas cambie, simplemente, movilizándose (que viene de moverse) ante quien haga falta, donde sea necesario hacerlo y hasta cuando sea preciso mantenerse, ese supuesto estereotipo de aplatanados, me temo, repito, que de estereotipo, nada de nada. Nos habremos ganado, a pulso, el ser el prototipo de lo que se quiere negar.
Aunque, en honor a la justicia, también habrá que decir que aplatanados, sí, pero unos más que otros...
Me da, Cehachebé, que es un mal endémico. He oído protestas en todas partes por obras públicas que se eternizan o por parches que se ponen por no acometer obras mayores que dan más pereza. A lo mejor es que, mira tú por dónde, los seres humanos somos así de dejados y así de gandules.
EliminarPero no, tienes razón, si descendemos a seres concretos, unos más que otros. Sé que a veces uno no tiene ganas de nada pero que también te quedas muy a gusto cuando acabas algo que tenías que hacer desde hace tiempo. Nada, nada, a ver si me pongo un día de estos a ordenar el garaje...
Qué bonita la historia de los niños y su corte pelo. Ojalá siguiéramos teniendo esa mirada siempre. Aunque estar mezclados ayuda, o eso deseo al menos. Todos esos prejuicios los veo encarnados casi cada en un par de compañeras de trabajo, extranjeras casadas con españoles, con hijos nacidos aquí. Parece que nunca se han mezclado, que no llevan viviendo años aquí. Evidentemente somos distintos, tenemos culturas y costumbres distintas, pero siempre me pregunto por qué después de tantos años siguen ancladas a los estereotipos. Quizás porque si corta inteligencia nos les da para más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estar mezclados y que nunca vean prejuicios en los mayores ni en los medios ni en la sociedad entera. Si desde pequeño te inculcan que hay razas distintas, zafarte de la idea grabada en el cerebro es difícil.
EliminarHay muchas familias extranjeras que llevan viviendo más de 20 años aquí y no han aprendido ni papa de español ¿Es que no tienen aunque sea curiosidad por saber quién es su vecino? Pues parece que no. Peor para ellas porque podrían ensanchar enormemente su visión del mundo y han tenido una oportunidad de oro para hacerlo.
Un abrazo.
Isabel, vengo a felicitarte en tu cumpleaños. Que pases un día muy feliz y que cumplas muchos más :)
ResponderEliminarMe he reído mucho con tu post, qué fuerte que los guiris creyeran que vivís en cabañas junto al mar, jajajajaja.
Muy divertido, aplatanada :P
Besos.
Muchísimas gracias, Celia. Aquí estoy hoy celebrando el mogollón de años que tengo. Pero más feliz que un cocodrilo de esos que se paseaban por aquí. Fiesta, regalos, familia, risas... ¿Qué más se puede pedir?
EliminarUn abrazo grande.
Isabel, qué argumentos más geniales!!! Y es bien cierto, yo cuando voy a mi tierra, Murcia, me dicen que es estoy "aplatanada", y a mucha honra, para que correr y coger nervios?
ResponderEliminarMe siento ya más Canaria que peninsular, es calidad de vida. Un abrazo.
Yo viví 4 años en Madrid en mi juventud y a la hora de saber dónde vivir me planteé lo de la calidad de vida y no dudé. Ahora, desde hace 40 años, vivo en un sitio por el que solo pasan 5 guaguas al día, pero ¡qué bien vivo!. Tranquilidad y silencio. Y calidad de vida. Y no me estreso por nada. Te entiendo perfectamente.
EliminarUn abrazo.
Me encanta, como siempre muy acertada. ��
ResponderEliminarGracias, Inés. Tú siempre tan cariñosa. Un beso.
EliminarPues sí, Isabel. En esta sociedad la gente suele etiquetar a todo el mundo. Y ahora mucho más con lo de la pandemia. Negacionistas, inconformistas, borregos etc. O blanco o negro, sin matices.
ResponderEliminarPues sí, Conchi. este podría ser un alegato contra toda etiqueta y a favor de la riqueza y diversidad humanas. Luchemos por eso. Un abrazo.
EliminarEn la vida he escuchado llamar "aplatanado" a un canario...
ResponderEliminar