Todos los años por el Día del Padre oigo la misma cantinela en blogs, en la radio, en comentarios de amigos...: que si es una fiesta inventada por Galerías Preciados; que, total, a los padres se les quiere todo el año y se les puede homenajear cualquier día; que los "días de" no sirven para nada, sino para que los almacenes se forren... Y a mí, que ustedes saben que me encanta celebrar, se me llenó este año la cachimba y, qué demonios, voy a romper una lanza a favor de los sufridos padres y su Día.
En primer lugar, no es verdad que sea una fiesta inventada por los grandes almacenes. La historia de su creación es muy bonita porque es la de una hija agradecida. Sonora Smart Dodd en 1909 propuso establecer un día de homenaje a los padres porque el suyo, Henry Jackson Smart, un granjero de Spokane en el estado de Washington en Estados Unidos, cuidó, protegió y encaminó, con amor y acierto, a sus seis hijos cuando su mujer murió en el parto del último. La campaña que su hija hizo a favor de un Día especial cuajó y unos años después, en 1924, el presidente Calvin Coolidge lo instituyó oficialmente. Y como las buenas ideas se suelen propagar como virus (hoy decimos que se hacen virales), esta se extendió por el mundo entero. En España, la primera que recogió el testigo fue una maestra, Manuela Vicente Ferrero que, animada por los padres de sus alumnos, decidió en 1948 dedicar el día de San José, padre oficial de Jesús, a hacer una fiesta en homenaje a los padres: sus alumnos hicieron la manualidad correspondiente y hubo misa, actuaciones y teatro. Al año siguiente, también se celebró y, además, se publicó la experiencia en "El Magisterio español" y otras revistas, hubo entrevistas en la radio y de ahí la idea fue extendiéndose hasta hoy.
Y claro que los comerciantes (no sólo aquí sino en todo el mundo) arrimaron el ascua a su sardina ¡Buenos son ellos para no hacerlo! Más lo hacen en las navidades y no por ello decimos que la Navidad la inventó Galerías Preciados. Pero la idea original no fue nunca, como muchos parecen creer, aumentar los ingresos de los grandes almacenes. Sobre todo porque las maestras (benditas sean) han continuado, desde aquella primera vez, promocionando en los colegios el hacer un regalo-manualidad. Este año a mi hijo le ha regalado mi nieto una taza con su manita pintada en ella. Y todavía mi marido guarda con mimo en su librería un lapicero hecho con una lata de jugo de frutas, pintada de rojo por mi hijo, en donde pone en infantiles letras blancas: "Te quiero, papá".
En segundo lugar, ya sé que no hace falta que haya un día especial para querer a nuestros padres y que es verdad que podríamos homenajearlos todos los días del año. Pero el caso es que, agobiados por el ajetreo de la existencia, no lo hacemos nunca. Y menos mal. Tampoco es cuestión de estar todos los días de festejo. Pero ¿qué problema hay en que haya un momento para hacerlo? Un día al año no hace daño.
Y en tercer lugar, sí que los "días de" sirven. Todas las fiestas cumplen una función social de cohesión en cualquier comunidad y, en estos tiempos tan críticos, cuanto más se celebre la vida, mejor. Pero además, el Día del Padre cumple una función de justicia: agradecer a los hombres que, aunque no hayan parido, actúan como si lo hubieran hecho. Hombres que no "ayudan" sino que se implican; hombres que tienen la capacidad de amar; hombres que, cuando la mano de un recién nacido se les enrosca en el dedo (ya sé que eso es el reflejo de prensión palmar, pero ¡qué reflejo más emocionante y qué sabia es la naturaleza!), entregan el corazón y la vida a ese niño. A partir de ese momento se desvivirán por él, se levantarán de madrugada para calmar sus pesadillas, lo llevarán más tarde a las fiestas de sus amigos, le explicarán matemáticas antes de un examen, se preocuparán cuando empiece a tuntunear por la vida... ¡Qué menos que un día al año se junten las familias alrededor de un puchero (o, como nosotros este año, de una paella) y brinden por un padre que se ha comportado como tal!
¡Por mi padre, que fue todo bondad, y por el padre de mis hijos, que, el primer día que fuimos padres. me enseñó cómo se plegaba y se ponía a nuestra hija un pañal de los de tela! Y por mi hijo, que ya sabe lo que es que un niño te mire con adoración.
Muy bonito ! Cómo siempre didáctico, me enseñas un montón, salud y besitos para todos. Tu padre sí es verdad, bueno y así educó.
ResponderEliminarSí que lo era, Carmelita. Nunca le oí hablar mal de nadie, pensaba bien de todos y ayudó a todo el mundo, no sólo a sus hijos. Cuando ya próximo a morir dejó de ser él por la demencia senil, yo siempre recordaba su ternura y pensaba en lo inteligente que había sido. Nadie me explicó las matemáticas como él.
EliminarEn casa, a pesar de que él cumplía años el 18 de marzo y yo el 19, siempre también se celebraba que fuera el Día del Padre. Ese día celebrábamos las tres cosas y era (y es) una fiesta grande para nosotros.
Gracias y muchos besos.
Me has emocionado y todo...
ResponderEliminarPues me alegro porque tú eres de las que decían que, total,el Día del Padre, que si patatín que si patatán ¡Y si vieras lo que también se emociona tu padre con un festejo en que sus hijos y nietos lo agasajen!
EliminarFantástico Mary, me encantó tu reivindicación del padre, que solo tenemos uno y es igual de importante que una madre. Gracias por la explicación de ese gran día ...un beso
ResponderEliminarY más ahora, Pili, en que la paternidad ha cambiado totalmente hacia la igualdad. Un padre ahora sabe cuántos mililitros de Dalsy hay que darles a los niños cuando están malos, cambia pañales igual que la madre, hace potajes y se turna al 50% en el cuidado de la prole. Antes, como leí el otro día en una entrevista, cuando el padre iba a buscar al niño al colegio, era una fiesta para este. Y si miramos a mi padre, ni un huevo frito sabía hacer. Otros tiempos.
EliminarIsa también me reitero con la celebración del día del padre, el mío fue de una bondad extraordinaria como el tuyo, ahora del padre de mis hijas no puedo decir lo mismo, una pena. Él se lo ha perdido.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu post de hoy.
Por eso hablo aquí, Carmen María, de los padres que se comportan como tal. Mi abuelo materno se marchó cuando mi madre tenía 5 años, hizo otra familia paralela en Venezuela y no volvió más ¿Cómo pudo perderse la infancia y juventud de mi madre, una persona alegre y vital, cariñosa como la que más, con un carisma que hacía que la vida familiar girase en torno a ella? Como tú bien dices, él se lo perdió. Y créeme, fue una gran pérdida.
EliminarGracias por tus palabras. Un abrazo grande.
Isa, totalmente de acuerdo contigo, claro que se merecen los padres su día y más aun si son como los nuestros y los de nuestros hijos. Me ha encantado tu post de hoy, enhorabuena.
ResponderEliminarHay ahora, Úrsula, otras propuestas de revisión del Día del padre o de la madre, visto que, aparte de las familias tradicionales, hay otras con padre y madre del mismo sexo y familias monoparentales, todas con cuidadores que comparten amor y responsabilidad hacia los hijos ¿Un día más integrador, dedicado a la familia, tal vez? La ONU proclamó el 15 de mayo como el Día Internacional de las Familias (oye, casualmente el día que mi padre y mi madre se casaron), pero aquí ni caso. Creo que tanto el Día de la madre como el del padre están demasiado arraigados para sustituirlos por otro común.
EliminarNosotras tuvimos suerte, Úrsula. Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.
¡Tienes toda la razón del mundo! Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Begoña. Yo creo que también es una cuestión de gratitud y de no ser mezquinos ¿Vamos a estar regateando hacerle un regalo al año a un sufrido padre? Aunque sea un tarjetón en el que nos pongamos cursis y digamos cuánto lo queremos. Y si no queremos seguirle el juego a los grandes almacenes (como parece ser la razón de muchos de los detractores de este día), no compremos más regalos ni en navidad ni en cumpleaños ni el día del libro ni nunca.
EliminarUn abrazo grande.
Hola Isa
ResponderEliminarNo te olvidarás de felicitar a Toni de mi parte, el año que viene!! ahora como siempre te felicito a ti por el artículo. Como siempre original y también instructivo. Lo de bien escrito ¡va de soi!
Besos
Ana
Lo felicitaré, no te preocupes. Además, se lo merece, se lo merece... Solamente por todos los desayunos que nos ha preparado a todos en 45 años ya era para hacerle un altar en la Tierra :-D
EliminarFelicidades también al Serra. Un abrazo grandote.
Siempre aprendo contigo.
ResponderEliminarMe parece muy acertada la idea de esa niña que dio origen luego a la festividad.
Y sí, yo también creo que se debe festejar ¿por qué no? Si queremos igualdad, tenemos que admitir que tanto un padre como una madre engendran ese retoño, para más tarde entregarse en plena dedicación y alimentarlo de todo su amor. Debe homenajearse a los dos.
Fue una idea feliz ¿Te imaginas cuántas alegrías habrá proporcionado?
EliminarUno de mis alumnos, Jorge Berástegui, periodista en el Huffington Post, escribió hace poco un artículo ("Tiempo para ser padre" lo tituló) donde precisamente habla de esa igualdad que se ha convertido en una meta para muchas parejas de ahora:
"Sin ser héroes de nada y con muchas manchas en el camino -y las que vendrán-, cada vez hay más hombres que reflexionan sobre si es suficiente el tiempo que le dedican a sus hijos, sobre cómo equilibrar sus ambiciones personales y la dedicación a la familia, sobre si les merecen la pena cargas externas que les dañan su vida personal y familiar. Eso será bueno para nuestras hijas e hijos".
Las mujeres llevamos tiempo planteándonos esas cuestiones. Es bueno que los hombres empiecen a hacerlo. Se trata, como leí también hace poco, de alcanzar la corresponsabilidad real dentro y fuera de casa.
A mí siempre me dijeron que cuando fuese padre, comería huevos… Pues con estos dos tengo ya para unas cuantas tortillas.
ResponderEliminarGracias por esta dedicatoria a todos los padres, que aunque no parimos, aportamos y aguantamos igual que ellas los gritos, los llantos, cambiarle los pañales, volvérselos a cambiar, o los sustos cuando se te cae de la trona al suelo de cabeza.
Agotan y lo dejan a uno sin tiempo para nada, pero como bien dices, una mirada de adoración como la de la foto, hace que todo esto valga la pena. Realmente COMPENSA.
Besos Jane
Tener dos niños pequeños es un no parar. No les puedes quitar los ojos de encima y así y todo, se caen de la trona y te pasas una noche en el hospital con el corazón encogido. Recuerdo cuando te operaron con un año. No podías dejar de llorar y tu padre se pasó 3 o 4 horas contigo en brazos intentando tranquilizarte. Cuando te cogí yo, él no sentía los brazos. Padre, también, no hay más que uno.
EliminarY por supuesto que todo eso (las noches en vela, el no tener tiempo ni para ustedes, el corre corre todo el día...) compensa. Sobre todo, cuando, por ejemplo, el niño viene con una lata pintada de rojo en donde pone "Te quiero, papá". Así la guarda él como oro en paño.
Besos, mi hijo querido.
Me emocionó tu escrito de hoy.Tu justificación para celebrar este día dedicado a los padres, me ha enseñado y recordado en mi familia, la dedicación que tuvo mi padre para con nosotros en tiempos difíciles y la del padre de mis hijas hasta el último instante de su vida.
ResponderEliminarJorge, el alumno periodista del que le hablo más arriba a Cande, se quedó huérfano a los 20 años y habla del desgarramiento que la muerte del padre le produjo y de como han aprendido a seguir viviendo. Los padres ceden el testigo a los hijos y enseñan lecciones como lo que significa ser padres:
Eliminar"Es la práctica por encima de las palabras, son las manos en el fango, es el amor, el encuentro y el desencuentro, es la necesidad cotidiana de hacer pactos por encima de teorías y soflamas".
Tú y yo hemos tenido la suerte de tener un padre dedicado a sus hijos y un compañero en la vida involucrado en todo lo que les concierne.
Un abrazo, Carmen.
Me encanta, Isabel, no conocia esta historia, gracias.
ResponderEliminarSí que es curioso como se ha propagado el bulo de que el Día del Padre fue creación de Galerías Preciados. Igual pasa con otros como San Valentín, por ejemplo. Fíjate en lo que encontré en San Google:
Eliminar"En 1382, el escritor inglés, Geoffrey Chaucer, escribió un poema titulado "Parlamento de los pájaros", en el que se menciona por primera vez al Día de San Valentín como un día de festejo para los enamorados. A partir del poema de Chaucer, se comenzó a considerar el Día de San Valentín como un día dedicado al amor" ¡Fíjate, desde el siglo XIV había un día, el mismo de ahora, 14 de febrero, dedicado a los enamorados!
Claro está que los almacenes han hecho mucho en su propagación. Hacer tarjetas, por ejemplo, con corazoncitos y maripositas. Pero eso no quita nada, como pasa con el Día del Padre o de la Madre, al propósito inicial.
Un abrazo, Loly, y gracias.
Yo conté la historia de San Valetin en amigos de la ventana.
EliminarYa en los colegios no hacen regalos para el dia del Padre ,ahora es el dia de la familia. Perderemos todo.
Pues en el de mis nietos pequeños, sí. Le han regalado a mi hijo esa taza que comentaba en el post con la manita del niño pintada y la niña, una bolsa para guardar zapatos con floritas recortadas y pegadas por ella. En el colegio de mis nietos grandes también hacen regalos pero sólo en primaria. Después ya se supone que ellos o le hacen algo por su cuenta o le compran algo (siempre un detalle).
EliminarTotalmente de acuerdo, una historia preciosa¡
ResponderEliminarPor ellos , por esos padres que Siempre están,que adoran a sus hijos y viceversa.
¿Que piensan que es marketing? Bueno hay maneras de regalar...yo sin duda me quedo con los regalos que valen más que el dinero, abrazos , te quiero...un dibujo y sus manos.
Yo también, Susana. una vez mi hija, con lo liada que está, me regaló un día: para estar juntas, para salir, para enseñarme cosas del ordenador... Me pareció un regalo increíble. Y los pequeños, tan sabios, saben que con un abrazo ya nos roban el corazón.
EliminarQuerida Jane, cuenta conmigo para reivindicar los "días de", sin ningún tipo de pero. Sobre todo, el de nuestras madres y nuestros padres.
ResponderEliminarYo, por desgracia, perdí el mío cuando él tenia 54 años y yo, apenas 30. Desde entonces, no hay un día de S. José en el que me hubiera gustado decirle, simplemente, "Muchas felicidades, papá".
Siempre fue muy cariñoso con todos nosotros y a mí, por ser la mayor, desde que cumplí los 8 años, me llevaba a conocer todo tipo de personas, actuaciones o actividades culturales, sobre las que después informaba en los periódicos que colaboraba como periodista "free lance" de aquellos tiempos. Con él, por ejemplo, tuve la oportunidad de ver cómo entrevistaba, desde un sencillo y modesto limpiabotas, pasando por las estrellas musicales del momento, fuera y dentro de nuestro país, hasta algún premio Nobel, como lo fue Camilo J.de Cela.
Siempre recordaré a mi padre como el artista que fue: pintando en su pequeño taller, en un rincón de nuestra casa, o tecleando su máquina de escribir, incansablemente, y aunque más de una vez se enfadara con sus hijos pequeños, porque armaban mucho ruido con sus juegos y no le dejaban concentrarse en lo que quería contar. Era el precio de tener un padre poco corriente, algo bohemio por sus genes de creador polifacético, pero que nos quiso mucho a todos.
Donde quiera que esté, sabe que todos lo recordamos con frecuencia, después de casi 40 años de su desaparición, y más aún, cada 19 de Marzo, ese bendito Día del Padre...
Lo dicho, amiga, enhorabuena por tu defensa de esas fechas y aquí tienes una aliada incondicional, sobre el tema.
El haber tenido un padre como él es un gran privilegio que sé que valoras enormemente. Siempre, los que te conocimos desde pequeña, fuimos conscientes del lazo de unión y de admiración mutua que había entre tu padre y tú. Él estaba tan orgulloso de su hija (por otra parte tan parecida a él) como tú de él. Y razones de sobra tenían los dos para estarlo.
EliminarDa gracias a la vida por todo ello, mi amiga. Y sigue mandándole un mensaje de cariño en ese día y todos los días del año.
Un abrazo.
Muy bonito Isabel, mi padre me dejó una huella, una educación y unos principios que no puedo olvidar, no es que lo recuerde más éste día, es que siempre está conmigo
ResponderEliminarEl mío también, Carmen Paz. Era un hombre bueno al que todo el mundo quería. Hubiera cumplido los 100 el 18.
Eliminar¡Que nieto más guapo!
ResponderEliminar¿Verdad que sí? ¡Qué va a decir la abuela chocha!
EliminarQué bonito, Isabel.
ResponderEliminarMuchas gracias, Elvira. Tenía ganas de hablar bien de los padres.
EliminarUn beso.
Buenos días y hoy con la felicitación atrasada para Isabel Duque Fernández!
ResponderEliminarMuchísimas felicidades!
Y siempre a seguir para adelante!
Muchas gracias, Vidalina. Yo también doy las gracias atrasadas pero estos días han sido un poco liosos.
EliminarUn beso.
Precioso! No sabía la historia de la creación de este día. Felicidades a todos los padres
ResponderEliminarYo tampoco la sabía, a pesar de que la repiten cada año (me he fijado después).
EliminarUn abrazo, Isabel.
Isabel, todas tus historias me gustan pero esta me toco el alma, tuve el mejor padre del mundo, nunca tuve madre y como me duele cuando hablan mal de los hombres, en la viña del señor hay de todo, a mí me tocaron hombres buenos. Muchas gracias en nombre de todos por este homenaje.
ResponderEliminarA mí también, Loly, y me apetecía homenajearlos, qué menos.
EliminarUn abrazo.