A mi amiga Carmen Delia la invitaron una vez en los años 70 a una boda en Benijos, un barrio de La Orotava en el que ella daba clases de adultos. La boda fue tan larga en el tiempo -con prolegómenos en los que la gente iba a ayudar y con tenderetes posteriores después en los que se iba a terminar con las sobras-; tan abundante en viandas consistentes en caldos, carne de cabra, cochino con castañas, conejos en salmorejos, papas bonitas, y toda clase de rosquetes y bizcochones; tan llena de gente que ayudaba, acompañaba y disfrutaba; tan prolija en detalles de todo tipo... que, cada vez que se hace entre amigas una celebración en la que nos pasamos un poco más del mero festejo, ya Carmen Delia está diciendo: "¡Esto se parece a las bodas de Benijos!".
Me he acordado de ella y de las bodas de Benijos en la boda a la que fui el sábado pasado porque, hasta llegar a la celebración, también amigos y familiares se han ido reuniendo todos los martes desde enero, en la casa familiar donde se celebró, para ayudar a que fuera una boda personal y entrañable. Allí se diseñaron, cortaron y montaron banderines de telas floreadas que luego adornaron el camino que sube hasta la casa; allí se cosieron manteles de hasta 10 metros y cortinas y lazadas blancas; allí se subieron vueltos de trajes de fiesta, se bordó, se pespunteó, se tuneó. Durante ese tiempo, y después de la vendimia del año pasado, se reservaron 400 botellas de vino y champán para el convite. Mi hermana, que es una artista, pintó motivos florales que adornaron las invitaciones, las botellas y los menús. Yo que, como saben, no sé coser sino botones, fui pocas veces pero también recorté y monté banderines y planché cortinas. En esos divertidos martes pre-boda los hombres destilaron aguardiente para chupitos y, luego, se metían en los fogones y servían suculentas cenas -un atún asado envuelto en sésamo, una fideuá, unas tortillas...-, que ponían el broche final a las tareas.
Una boda hecha así, en comandita, tiene por fuerza que salir bien. Cuando vi el sábado a los novios guapísimos y radiantes, a toda la familia como una piña alrededor, a los amigos sintiéndose cómplices y bailando como locos al final; cuando te encantan las mesas sencillas al aire libre y la comida exquisita y la música y lo que cada uno de los que quieren al nuevo matrimonio dice mientras todos aplaudimos a rabiar; cuando aprecias todo eso, te das cuenta de lo mucho que significan en todas las culturas las bodas, ese momento especial para congratularse y ser testigos de un cambio gozoso en la vida de una pareja.
Incluso, aunque no seamos románticos, todos, en un momento así, tenemos presentes las bodas felices de la historia, la literatura y el cine: las bodas de Caná, donde los milagros eran posibles; las prodigiosas y opíparas de "Las mil y una noches"; las de "Mucho ruido y pocas nueces" de Shakespeare, que superan malentendidos y terminan en alegres bailes; las bodas de Camacho del Quijote, tan parecidas en abundancia de platos a las de Benijos y a esta; la boda india del monzón, alborozo y color bajo la lluvia... Todas, las narradas y las que hemos vivido, tienen ese algo en común que nos conmueve y nos arranca sonrisas y risas.
En un mundo inseguro y en el que el odio parece despertarse a cada paso, es bueno que las personas se congreguen para festejar un acto en el que se habla de amor. Afortunadas son estas bodas como las "de Benijos", en las que la gente participa y alarga, dichosa, la celebración. Afortunados son Miriam y José María, la pareja de mi boda del sábado, por concentrar tanto cariño en torno a ellos. Afortunados todos nosotros, los que estamos seguros de que, mientras siga celebrándose con un gran fiestón el que dos personas se quieran y decidan pasar el resto de su vida juntos, nada se habrá perdido y el mundo seguirá teniendo una esperanza.
¡¡¡Una descripción preciosa de la boda!!! ¡¡¡Felicidades a los novios y a esta familia que los reúne con tanto cariño!!!
ResponderEliminar¡Y qué bien se pasa, Milo! No se ven malas caras, todo el mundo habla con todo el mundo, se come estupendamente (y se bebe) y el tiempo transcurre con calma, sin prisas, disfrutando de la conversación, del baile, de los momentos emocionantes. La enhorabuena es bien merecida a todos los que lo hicieron posible.
Eliminar¡Qué preciosidad de preboda y boda! ¡Así da gusto casarse!
ResponderEliminarNo seré yo la que hable contra el matrimonio, que me parece la institución más trabajada de la historia. Aunque al final salga mal, que nos quiten lo bailado. La preboda ha sido tan divertida que ya están pensando si seguir con "el grupo de costura" para lo que sea: bautizos, primeras comuniones... :-D
EliminarAcabo de leer lo de la boda, qué maravilla, eres un pedazo de artista.
ResponderEliminarNo, Elena, la artista eres tú con el estupendo reportaje de fotos . Al final me lié con todas las que entre tú, Leslie y mi hermana han mandado, pero creo que las que he puesto son sobre todo tuyas. Preciosas. Gracias por ser una de las jefas del Grupo de Costura de los Martes. Gracias por tu sonrisa perenne. Gracias por las fotos.
EliminarUn abrazo muy grande:
Isa, nos encantó y emocionó tu post ¡Revivimos toda la boda, desde enero! Muchas gracias.
ResponderEliminarMuchas veces la revivirás, Miriam, porque ha sido una ocasión única y especialmente bonita. Me emocioné con tus palabras y con las palabras de tu padre. Ustedes con la lágrima en el ojo y yo igual, a punto de que se me corriera el rímel.
EliminarA ti y a José María se les veía sobre todo felices, sin más. Mis mayores deseos de felicidad. Y gracias por dejarme participar y compartir un momento tan estupendo.
Un abrazo muy grande.
Una boda hecha con tanto cariño solo puede salir de una forma : perfecta.
ResponderEliminar¡Qué razón tienes, Chari! Porque, incluso si hubiera imperfecciones, ese es el ingrediente esencial, el cariño, para que digamos, como mi nieta pequeña, que es una filósofa en ciernes: "No pasa nada". El cariño minimiza hasta que al final estuviéramos cansados de tanto bailar. Y como dije antes, que nos quiten lo bailado.
EliminarGracias por ser parte de la dirección artística de esta boda. Contribuiste con tus dibujos a que nos deleitáramos con ellos. Preciosos.
Así, da gusto casarse...
ResponderEliminarLo mismo dijo Begoña más arriba, Chari. Y las dos tienen razón: da gusto casarse cuando se tiene una gran familia, cuando se quiere y se confía en el otro, cuando es una elección libre, cuando ves apoyos por todos lados.
EliminarLa periodista María Porcel contesta a los que odian las bodas (que los hay) diciéndoles: "En serio, ¿qué os han hecho? Te pones guapérrima, te vistes de largo, te dan de comer un solomillo fenómeno, te juntas con gente maja, bailas media noche ¡quemando la cena! y al día siguiente tienes tanta resaca como fotos y whatsapps de calidad claramente mejorable ¿Dónde está el drama?".
¡¡¡Muchas gracias, Isa !!! Es una suerte tener en esta gran familia una artista como tú. Que bien lo expresas.
ResponderEliminarLo que es una suerte, Nina, es pertenecer y compartir tantas cosas con ustedes y con tu familia. Los momentos comunes pasados en casa de Juan y Carmen han sido siempre gratísimos y creo que todos podemos decir con toda sinceridad aquel verso de Benedetti: "Compañera, usted sabe que puede contar conmigo".
EliminarGracias por invitarnos a Toni y a mí a algo tan especial. Tus hijas y tú estaban guapísimas. La felicidad es lo que tiene.
Isabel Duque Fernández fue mi profesora de filosofía, unas clases maravillosas que marcaron mi forma de comprender la vida... Más aún recuerdo cuando me recogía en su escarabajo en la parada de guagua y me llevaba al instituto, mientras escuchábamos las noticias de radio nacional y algunas veces me hacía sabios comentarios de las mismas, que recuerdos, cuanto cariño...
ResponderEliminarHoy comparto una publicación de su blog jubiladajane.
Gracias por tanto...��
"La vida no es tal y como la vivimos sino como la recordamos..."
¡Ay, Estefanía, qué bueno es cuando nos vienen, como ráfagas, esos recuerdos de otros tiempos y me veo reviviéndolos, contigo al lado en el escarabajo naranja! Fue una buena época que guardo con especial cariño. Me considero una privilegiada por haber tenido unos alumnos que me enseñaron tanto.
EliminarGracias por compartir el post de hoy sobre las bodas que, en estos momentos en que hay tanto sembrador de odios, congregan a las personas en nombre del amor. Tal vez necesitemos otra vez el viejo grito hippy.
Un abrazo grande.
Felicidades a la pareja de recién casados.
ResponderEliminarDesde luego que celebrar el amor, con tanta dedicación y cariño, hace más meritoso el evento. Es normal, cuando quieres a los homenajeados, que te muestres generoso en cualquier colaboración para que ese día todo brille con más luz, sabiendo que detrás hay un esmero desinteresado donde todos los que participan han ofrecido lo más valioso que tienen, su tiempo y su ilusión.
Pues tienes muchísima razón, Cande, en que uno de los regalos más valiosos que hay es regalar tiempo. Mi hija hace un par de años me regaló una tarde conmigo para enseñarme trucos de Internet y resolverme dudas. Todavía no ha encontrado qué tarde dedicarme pero espero que alguna habrá :-D
EliminarCuando en una fiesta hacemos, por ejemplo, un periódico con todas las noticias del año que atañen a todos los presentes; cuando en navidad nos preocupamos por encontrar un regalo que pueda hacer ilusión al regalado; cuando nos quedamos una tarde con un nieto o un padre enfermo; cuando, como en este caso, nos reunimos para ayudar en los preparativos de un evento... en todos esos casos, estamos regalando lo más valioso que tenemos: el tiempo.
Por eso, mejor no perderlo.
Qué boda tan bonita difrutaste!!En la preparación está la ilusión,estar pendiente de todos los detalles, el tener un objetivo común, en fin la participación, hace vivir con plenitud la boda. Deseo para los novios esa ilusión compartida con amigos y familiares para siempre en su vida común.
ResponderEliminarAh, y un detalle que no te dije, en realidad era mi marido que iba a buscarme a Benijos, el que más compartió el festejo, antes y después de la boda!!! Yo trabajaba hasta las 9 y a esas horas y en esos años pocos estábamos ya para fiestas.
Jajaja ¡quién vería a tu marido metido en un berenjenal que ni le iba ni le venía! Pero es verdad que en los pueblos se admite a una fiesta a todo el que pase por allí, una hospitalidad que se ha perdido en las ciudades.
EliminarMuchas gracias por tu anécdota de las bodas de Benijos, que siempre me ha hecho gracia. Así empiezan los grandes refranes.
Besos.
Qué bonito!!... Yo no tenía pensado volverme a casar pero, ahora y si cuento contigo para los preparativos, me lo voy a pensar. Eres una superamiga que siempre está dispuesta a colaborar para que los demás disfruten. Doy fe. Un besote.
ResponderEliminarNi se te ocurra casarte por tercera vez fiándote de mi capacidad para preparativos. Acuérdate que no sé coser sino botones... Eso sí, lo que sé hacer de maravilla son listas de "Cosas por hacer" y buscar después gente en quien delegar. También puedes contar conmigo para ir a probar el banquete y a hacer la cata de los vinos. También se me da bien escribir un rollito para decirlo al final del convite, cuando ya los ánimos están en plan "exaltación de la amistad".
EliminarOtro besote para ti, mi amiga.
A ti no te hace falta aprender a coser. Con todo lo que haces maravillosamente bien (escribir, cocinar,organizar eventos, tures,, excursiones, ser una madre, esposa, abuela etc.. perfecta), date por más que satisfecha. Un besote.
EliminarDe perfecta, nada, gracias a Dios ¡Con lo bien que se me dan la imperfección y las chapuzas! Me doy por satisfecha con que algunas cosas me salgan relativamente bien (por ejemplo, organizar un Tour de los nuestros. Pero eso solo es cuestión de ponernos de acuerdo todas)
EliminarUn beso.
Isa, MUCHAS GRACIAS por ese comentario sobre la boda, como todos los tuyos llenos de espontaneidad relacionando con casos concretos y con tu tremendo pozo de sabiduría. He oído, de la gente que estuvo, cantidad de comentarios elogiosos que me imagino que te habrán llegado. Tener a ti y a Toni como amigos, un verdadero lujo. Besos.
ResponderEliminarYa me emocionaste, Carmen. Lo que es un lujo es saber que contamos con la amistad de ustedes, las personas más generosas del mundo. Un abrazo grande y todo nuestro agradecimiento para Juan y para ti. Los queremos.
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