Ustedes saben que me gustan mucho los libros de Harry Potter de J.K.Rowling. Y si no lo saben, se lo digo ahora: me encanta todo ese universo mágico desde que, allá por el año 1999, mi hija me regaló el primero y me quedé enganchada para siempre. Desde luego no se me ha ocurrido jamás vestirme con capa y sombrero puntiagudo, como hacen los miles de fans en las largas colas que se forman para comprar los nuevos libros (un fenómeno editorial nunca visto y que viene a desmentir eso de que ahora no se lee). Pero sí que he leído y releído todos los libros y los he recomendado muchas veces. Tengo hasta un artículo publicado en la Revista del Instituto en el año 2001 (cuando aún ni habían salido sino 3 tomos de los siete que forman la saga, ni se habían llevado al cine), en el que animo a leerlos porque nos divierten, entretienen y nos cuentan una buena historia, los ingredientes que todo buen libro necesita, desde el Quijote hasta "El Señor de los Anillos". Recuerdo que años después le llevé el primer tomo a un amigo que estaba ingresado en el Hospital y, no solo se lo leyó en un solo día, sino que me pidió los demás y se los fui llevando día a día hasta que se los terminó en una semana. No hay mejor antídoto frente al aburrimiento.
Los libros de Harry Potter gustan a grandes y a chicos porque Rowling ha tenido la sabiduría de reunir en ellos toda la magia y el encanto de los cuentos infantiles y de la literatura fantástica. Además de las tramas que cada vez se hacen más inquietantes y adictivas, hay hechizos y encantamientos, espejos mágicos, laberintos, escobas voladoras, pociones, varitas mágicas, capas que te hacen invisible, cuadros cuyos personajes se mueven y se van a visitar al de al lado. Aparecen animales y seres que solo existen en sueños y en leyendas de otros tiempos, como los grifos, los unicornios, los fénix, los centauros, los dragones, los hombres-lobo, las sirenas, las mandrágoras, los vampiros, los trols, los fantasmas... Hay reminiscencias de Úrsula K.Leguin en ese Castillo de Hogwarts, lleno de pasadizos secretos y de habitaciones escondidas y cambiantes; y de Tolkien, en el Sauce-boxeador y en la araña gigante Aragog (tan parecidos al Viejo Hombre Sauce y a Ella-la-Araña de "El Señor de los Anillos"). Y hay humor, mucho humor.
Este año los Reyes Magos, que me conocen bien, uniendo mis dos aficiones me han regalado el libro "Harry Potter y la Filosofía (Hogwarts para muggles)" de Gregory Bassham y William Irwin. En aquellos lejanos tiempos en los que daba clase, con el propósito de fomentar la lectura, encargaba a mis alumnos de Ética y de Filosofía un trabajo de fin de curso que consistía en que se leyeran un libro, cualquier libro que quisieran, y en el último mes expusieran sus temas éticos y filosóficos, convencida de que todos los libros los tienen. Y "Harry Potter" no podía ser menos.
Lo estoy leyendo con calma en estas tardes frías de mantita y chimenea y me estoy encontrando con los temas eternos de la filosofía: la libertad y el destino, la identidad, el amor, el ansia de poder, el bien y el mal, el conocerse a sí mismo, la educación, la muerte y el sentido de la vida... Me lo estoy pasando pipa.
En el primer capítulo del primer libro, "Harry Potter y la piedra filosofal", la profesora McGonagall le dice a Albus Dumbledore, el director de Hogwarts, refiriéndose a nosotros los muggles (es decir, a personas que ignoramos todo sobre brujos y magos que viven en un mundo paralelo): "¡Esa gente jamás comprenderá a Harry! ¡Será famoso... una leyenda... no me sorprendería que el día de hoy fuera conocido en el futuro como el día de Harry Potter! Escribirán libros sobre Harry... Todos los niños del mundo conocerán su nombre." Tal vez, después de estos 20 años desde que se publicó por primera vez la saga de Rowling, podríamos decirle que comprendemos a Harry (un personaje inteligente y valiente, pero que también pasa miedo y mete la pata y está triste a veces y es humano, sobre todo), que forma parte de nuestro horizonte literario y que apreciamos sus libros como el clásico que ya es. Y, en efecto, todos los niños (y los grandes) del mundo conocen su nombre y se emocionan con su historia, ya desde el brindis del final de ese primer capítulo: "(Harry Potter) no podía saber tampoco que, en aquel mismo momento, las personas que se reunían en secreto por todo el país estaban levantando sus copas y diciendo, con voces quedas: '¡Por Harry Potter... el niño que vivió!'.".
Gracias mi niña, me encanta todo lo qué escribes
ResponderEliminarSalud para todos
Gracias a ti, es un placer el saber que estás ahí compartiendo. Un besote.
EliminarHola Jane. Yo sólo leí el primero de la saga para saber qué leía mi hija y debo reconocer que me gustó. Luego ví la primera película y me pareció una buena adaptación del libro. Hay que darle el merecimiento que tiene pues "amplía" la mente, tanto de jóvenes como adultos. No he vuelto a leer ninguno de los siguientes, aunque si algunas de las películas (hacía de padre-acompañante) y me gustaron.
ResponderEliminarTengo en casa algunos de los libros, así que algún día (en esos días oscuros del invierno o en esas noches de verano) volveré a la historia de Harry. Un beso Jane. Juan
Muchos libros me leí por ver también qué leía mi hija. Luego vimos que nos gustaban las mismas cosas y ahora muchas veces ella lee libros míos a ver qué leo yo.
EliminarSi te gustó el primer libro, te gustarán los siguientes, que van haciéndose más profundos y "oscuros" a medida que Harry crece. Y seguro que los disfrutarás. Vete haciéndoles un huequito.
Un beso, Juan.
Me encanta. Me encanta la entrada, el libro que te han traído los Reyes, y la reflexión que haces sobre este fenómeno literario y la incomprensión de los muggles sobre Harry. Me llevo el libro, me das mucha envidia cada vez que te imagino frente a la chimenea, con mantita y semejante libro entre las manos. Un beso.
ResponderEliminarY eso que no te he contado que esas tardes las acompaño con Earl Grey y pastitas, al más puro estilo serendipio. :-D
EliminarMuchas gracias, Mónica, y un besazo.
Hola, Jane:
ResponderEliminarHace algún tiempo vi el libro en las tiendas y, la verdad, no soy muy filosófica, así que pensé que podría estar bien acercarme al tema de la mano de uno de mis temas favoritos (HP). Pero todavía no lo he leído, ni lo he comprado! Ya que lo estás leyendo y eres experta en los dos temas, ¿es recomendable para profanos de la filosofía?
Un abrazo.
El libro es una serie de ensayos sobre distintos aspectos de Harry Potter escritos por profesores de filosofía a los que, como a mí, les gusta Harry Potter. Por ejemplo, hay uno que analiza a Severus Snape y su comportamiento a lo largo de la saga. Hay otro en el que se habla de si es ético o no administrar pociones de amor. Otro habla del feminismo en los libros... Tal vez, si lo lees, te gusten más unos capítulos que otros (a mí me pasa). Yo sí lo recomendaría para profanos a los que les guste HP, porque no es complicado y alude mucho al libro. Pero mejor, si tienes ocasión de echarle una ojeada, verías si es adecuado para tu gusto. Aparte que, ya sabes, cada libro tiene su momento.
EliminarUn abrazo, Dorotea.
Sí, eso es verdad, como no lo cojas en el momento adecuado, mal o fatal. :)
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
A mí me pasó con "Patria" de Aramburu. Me lo dejó mi nuera hace dos o tres meses y como que me daba pereza empezarlo. Hace 2 semanas llegó el momento y lo devoré en una semana. El libro estaba preparado para mí y yo estaba preparada para el libro. Si falla cualquier cosa de esas, mejor es dejarlo.
EliminarLas peliculas siempre fueron buenas. Pero los libros siguen siendo un misterio. El debate esta servido Potter vs Baggins.
ResponderEliminarEn cierta forma la magia existe.
A mí de Harry Potter me han gustado más los libros. Tienen más detalles y abren más las puertas de la imaginación. Tampoco veo debate entre los dos personajes de "Harry Potter" y "El Señor de los Anillos" (por cierto, me gusta más Bolsón que Baggins, tal vez porque siempre lo leí así). Son distintos y pertenecen a sagas diferentes, con las cuales se puede disfrutar por igual.
EliminarY sí, te doy la razón. En cierta forma la magia existe.
Cuando leo lo que escribes aquí siempre me sorprende ver que tenemos muchas cosas y gustos en común. Yo también leí sorprendida y encantada el primero de Harry Potter cuando aún no lo conocía casi nadie.De hecho,tenemos por casa la primera edición,en la editorial Salamandra.Era mi hijo pequeño (nació en el 94) y recuerdo que lo iba leyendo en los parques y la playa,mientras el niño jugaba a sus cosas. Me encantó ese mundo a medias entre lo real y lo fantástico. Vi al huérfano clásico de Dickens (y de Dahl) maltratado por sus asquerosos parientes y el enorme alivio de poder huir con él volando hacia esos mundos mágicos llenos de seres maravillosos y terribles; me acordaba también de aquellas mellizas del colegio Torres de Malory, de los tés y galletas de jengibre que tomaban...Todo ensamblado con talento y una imaginación admirable. Me hice adicta. Con el tiempo,mi hijo también fue lector apasionado de Harry Potter y veía las películas con fruición...En fin,que me ha gustado mucho tu entrada y buscaré el libro que mencionas.Parece interesante.
ResponderEliminarUn saludo de Aurora Boreal
Sí que tenemos lecturas gratas comunes. Yo también soy heredera de Dickens y sus huérfanos, de Roald Dahl y Matilda, de Enid Blyton y Malory... Estoy segura de que J.K.Rowling bebió de las mismas fuentes que nosotras, además de Tolkien, C.S.Lewis, Ursula K.Leguin (que ha muerto esta semana) y de tantos cuentos maravillosos que nos contaron de crías.
EliminarComo soy mayor que tú, supongo, ya tengo nietos que son fans de Harry Potter. Mi nieta Eva (14 años) se los ha leído todos y David con 12 va de camino. Cuando nos vamos de cena con ellos a veces hasta han querido hacer concursos a ver quién sabe más :-D
Un saludo y gracias por acercarte por aquí.