lunes, 20 de abril de 2020

En mi casa hay un fantasma




Sí, no ha habido más remedio que admitirlo: en mi casa hay un fantasma. Antes de esta etapa de "retiro espiritual" (me gusta más que lo de confinamiento, que me suena a campos de concentración) por aquí pasaba todo el mundo: hijos, nietos, hermanos, primos, amigos, la señora que me ayudaba, un jardinero de vez en cuando, el cartero... Era fácil que las cosas se perdieran, se recolocaran o aparecieran de repente en sitios inesperados. Pero claro, desde el 13 de marzo en que nos encerramos y estamos mi marido y yo, si algo se pierde o se recompone, no hay otra opción: o fue él o fui yo. Y como cada uno decimos lo de "yo no fui", la solución que queda es "fue el fantasma".

Lo que debe haber pasado seguro es que nuestro fantasma trabajaba a tiempo completo en algún castillo de Escocia atravesando húmedas estancias y asustando a los turistas. Y que con esto del coronavirus y el cierre de fronteras y que los turistas hayan desaparecido como especie en el planeta, al pobre fantasma le hicieron un ERTE y pensó entonces dejar las neblinosas Tierras Altas y los páramos escoceses sacudidos por vientos helados ¿Qué mejor idea que venirse un tiempito a Tenerife? Que no es por presumir (mentira, sí es por presumir), pero es que está haciendo un tiempo espectacular. Algún chaparrón como el que cayó el sábado para limpiar el aire, pero luego un sol fúlgido (que diría mi abuelo el poeta), un cielo despejado con nubes dando la nota de color, un mar azul brillante... y flores, muchas flores, demostrando que, pase lo que pase, la primavera ha venido. Así que nuestro fantasma no se lo pensó más y aquí lo tenemos instalado.

Que conste que yo últimamente estoy al día en materia (es un decir) fantasmal porque, aprovechando este relax, me he releído unos cuantos libros sobre fantasmas para repasar el tema y que no me cogiera de nuevas. Uno es "El fantasma de Canterville" de Óscar Wilde que ya saben de qué va: el fantasma de Sir Simón de Canterville aterroriza al personal de su castillo durante siglos, hasta que una familia americana compra el castillo y él constata que, en lugar de producirles susto, le dan lubricante Sol-Naciente para que engrase las cadenas y los niños le tiran almohadas.  Otro libro fantasmal que me encanta es "Una chica años veinte" de Sophie Kinsella en el que a la protagonista se le aparece el fantasma de su tía abuela Sadie que acaba de morir con 105 años. Pero quien se le aparece es una Sadie joven de 23 años y vestida de charlestón. Y después están "Fantasmas en peligro" y "Adopta un fantasma" de Eva Ibbotson, dos novelitas muy divertidas sobre ellos ¡Lo que yo no sepa de fantasmas...!

Del nuestro sé que es un fantasma masculino porque deja el asiento del WC siempre levantado y como evidentemente no soy yo y mi marido dice que él tampoco... También sé que es muy goloso porque hace poco le fui a regalar a mi hermana una caja de bombones que compré para mi cumpleaños de marzo que no pude celebrar y, cuando los fui a buscar, quedaban dos. Increíble. Y también sé que es muy bromista, se divierte quitándonos cosas y poniéndolas en otro sitio. Mis gafas, que deben estar normalmente en mi mesa de trabajo o en la mesilla de noche, me las encuentro al lado de la lavadora o en la despensa. A mi marido, que aprovecha estos días para hacer cancamitos y se puso a montar en el salón una estantería para los discos, le desapareció el destornillador y lo vino a encontrar en el palomar. Así que nos pasamos el día entretenidos, sube y baja escaleras, jugando al escondite.

Pero no nos enfadamos nada con nuestro fantasma que nos cae muy bien, Después de todo nos ayuda a hacer ejercicio físico y mental. y le hemos cogido verdadero cariño. Lo vamos a echar un montón de menos cuando todo esto pase y vuelva a sus páramos escoceses...

Lo hemos llamado Federico.


40 comentarios:

  1. Esther Casañas Morales20 de abril de 2020, 12:50

    El hermano gemelo del tuyo, lo tengo yo en casa. Vinieron en el mismo vuelo :-D

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    1. Jajajajaja, qué buena noticia, fantasmas de vacaciones. Cuando todo esto pase (la frase preferida de estos tiempos), nos juntaremos y brindaremos por nuestros queridos fantasmas que, por lo menos, nos hacen grato el confinamiento.
      Un abrazo, Esther.

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  2. Conchi Fiestas Caro20 de abril de 2020, 13:08

    Creo que todos tenemos un fantasma en casa. Lo que perdemos lo encontramos en sitios inverosímiles. Nos vuelve locos. Jajaja.

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    1. ¡Y menos mal que tenemos al fantasma responsable! ¿Te imaginas pensando en que se nos está aflojando un tornillo?

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    2. Conchi Fiestas Caro20 de abril de 2020, 15:15

      Pues sí. La culpa es siempre de los demás. ��

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    3. Como tiene que ser. No hay que ir por la vida arrastrando culpas propias, que igual nos estresamos.
      También lo estamos viendo a nivel general, se reparten culpas como quien vende churros. En fin...

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  3. Ay,Jane, qué divertido tu post fantasmagórico.
    ¿Ves tú? Eso te pasa por tener una casa tan grande y en un sitio idílico, pero algo apartado del mundanal ruido.
    A mí no me pasa, porque mi piso debe ser la cuarta parte del tamaño de tu mansión y aquí, rincones para ocultarse un fantasma, muy pocos.
    Como todo en la vida, no hay situaciones perfectas, así que sigan jugando al escondite, que eso requiere buen fondo físico, y ejercitando la mente, a ver si con control mental consiguen dominar a ese fantasma venido de las frías y verdes tierras irlandesas.
    A seguir con el buen humor y que ¡viva ese fantasma que los tiene tan
    entretenidos!.

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    1. No, no, irlandesas, no. Aunque Irlanda también esconde algunos, los más linajudos son los escoceses. Y este debe serlo porque otra cosa que se me olvidó contar es que también nos hemos quedado sin whisky escocés y ni mi marido ha bebido y a mí no me gusta, o sea que... ¡fue el fantasma!
      No, si ejercicios físicos y mentales, sí hacemos. Y tampoco nos aburrimos, la verdad. Así que ¡viva Federico!

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  4. Y se puede saber por qué lo llamas Federico???

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  5. Carmen Paz Gutiérrez Arienza20 de abril de 2020, 15:12

    En mi casa lo llamamos: el niño invisible, que lo esconde todo.

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    1. Sí, siempre hay alguien culpable. Y tiene que ser invisible, por supuesto, y tener espíritu infantil. Cuando tengo a mis nietos pequeños aquí, que cogen todo las cosas sin que nadie los vea y las dejan en sitios insospechados, le quitan papel a fantasmas, niños invisibles y poltergeist. Pero ahora que ellos no están, estos se desquitan y se lo pasan pipa a nuestra costa. Qué se le va a hacer.

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    2. Carmen Paz Gutiérrez Arienza21 de abril de 2020, 15:27

      Mis nietas igual, luego no se acuerdan donde lo han puesto y yo siempre les digo: fué el niño invisible que lo pierde todo...

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    3. Los fantasmas y los niños invisibles podrán ser muy espirituales pero memoria no tienen ninguna.

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  6. Yo tengo a mi tia que todas las noches como una lucecita se posa en mi cara y me da un beso.

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    1. Mi hermana, que ya he contado que es medio bruja, dice que algunas veces, cuando está en el ordenador, ve en la pantalla como si una figura pasara por detrás de ella. Vete tú a saber si el mundo de los espíritus existe y cuánta gente, además de Federico y de tu tía, se pasea por nuestras casas...

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  7. Dice mi mujer que en casa también hay un fantasma, y dice que se llama Juancho (como yo) y que fue profesor ( como yo). Pero ella, de vez en cuando, arrastra cadenas como yo.

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    1. Pues nada, a ver si te encuentras con tu tocayo y colega Juancho en alguna vuelta del pasillo y nos hacen un soneto al alimón sobre el más allá y el más acá. :-D

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  8. Mari Carmen González Zamorano20 de abril de 2020, 15:17

    Isa, me estoy riendo con tu relato, si yo creo que aquí también hay algún fantasma porque cuando algo desaparece ni Gema ni yo lo hemos cambiado de sitio. Bueno, siempre aparecen. Un saludo a Federico. Jajajajaja.

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    1. Se lo daré de tu parte. Él es muy cortés y ceremonioso.
      A veces, cuando las cosas se pierden, rézale a San Antonio o a San Cucufato, y como todos viven en el mundo de los espíritus, tal vez conozcan a nuestros fantasmas y les tiren de las orejas para que devuelvan las cosas. El caso es negociar.

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  9. Marta González-Sandoval20 de abril de 2020, 15:45

    Hola Isabel, me ha encantado. A mí casa no se atreven a venir los fantasmas de cómo tienen la casa mis hijos, con eso te digo todo.

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    1. Los fantasmas no van donde hay niños desde que el fantasma de Canterville avisó a todos sus colegas. A él, el pobre, además de tirarle almohadas, le pusieron un cubo sobre la puerta para que al entrar se empapara, le tiraron huesos con cerbatanas, le ponían cuerdas en el pasillo para que se cayera o maderas engrasadas para que resbalara... y otro montón de perrerías que escarmentaron al pobre fantasma y debe habérselo transmitido a generaciones de fantasmas ¡Niños, no!
      Así que duerman tranquilos.

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    2. Marta González-Sandoval21 de abril de 2020, 15:26

      Gracias, en casa tenemos nuestros propios visitantes. Pese a tener perro, los gatos de mis vecinos se empeñan en colarse en mi casa cuando pueden, ya sea por la tarde que he salido a regar o a las 5 de la mañana que me he dejado una ventana entornada, no sé qué tenemos ( a parte de alergia mi marido) que les gustamos. Un abrazo.

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    3. Yo también les gusto a los gatos y ellos a mí nada de nada. Cuando voy a casa de mi hija (que tiene 3) se ponen al lado mío, me ronronean, me miran con ojos golositos... Y yo: "¡Zape!".Son muy suyos, hacen lo que les da la gana. Seguro que si me gustaran, no me hacían ni caso.
      Un abrazo y que te sea leve. :-D

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  10. Hola, Jane:

    Me alegra leer que sigues bien y manteniendo el buen humor. He leído las tres últimas entradas, las que tenía pendientes, y me has sacado varios sonrisas, tan necesarias.

    No me extraña que sintieras tu salida como una aventura. El último día que cogí el tren para ir a recoger el portátil del trabajo ya se sentía esa diferencia, así que salir con todo vacío y tras un mes en casa, te debió de dar hasta miedo. Y gracias por todas esas anécdotas de confinamiento.

    Un abrazo enorme.

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    1. Muchas gracias, Dorotea, se intenta lo del buen humor, más que nada para no chiflarnos con toda esta situación surrealista. Y para sonreír, claro. Hoy decían por la radio que todo esto puede hacer salir lo mejor y lo peor de cada uno. Vamos a ver si seguimos fijándonos en lo mejor: la empatía, la solidaridad, el cariño aunque sea a distancia, la paella que me manda mi hermana por encima del muro...
      Un abrazo muy grande para ti y me alegro de que estés bien también.

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  11. Jaaajaja cómo me reído.
    Buenísimo.

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    1. Me alegro, Elvira. Si algo nos salva del disparate colectivo es la capacidad de reírnos y de reírnos juntos. Un besote.

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  12. Ana Darias de Lorenzo-Cáceres21 de abril de 2020, 15:40

    Jajajajajaja, el fantasma colabora con que hagas la meta marcada en "la pulsera negra" ��.

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    1. Este fantasma nuestro colabora ya en casi todo. No nos fríe las papas porque no lo dejamos. :-D

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  13. Con todos los que hay fuera, es normal que se cuele alguno...��

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    1. En eso tienes razón, Monaco. Mucho fantasma suelto por ahí...

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  14. Qué travieso el Federico ése.
    En mi casa debe haber otro al que le gusta coger las cosas y reorganizar los sitios oficiales.
    Con lo bien que tengo los papeles ordenados, y siempre coge alguno,para después no devolverlo a su lugar correspondiente. En el garaje, sin embargo, no le gusta estar. Allí no interfiere. Es en la despensa y nevera, donde se pone las botas,con las pastillas de goma o postres recién hechos,y si guardo un folleto de ofertas para leerlo con mi habitual calma, aparece seguro en la basura.
    Estoy casi segura de que es de gran tamaño, porque lo que suele desordenar, aparece después en las alturas, lejos de mi punto de mira.
    Quién será ese alma en pena.
    Una cosa es segura, en otra vida tendría un páncreas a pleno rendimiento, porque los bizcochones vuelan.

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    1. Jajaja, lo retratas, Cande. Muy alto y goloso, le gustan las pastillas de goma, los postres y los bizcochones... ¿quién será?
      A mí también me desaparecen papeles que tenía archivados ya y al cabo del tiempo aparecen en otro archivo. Me vuelvo loca muchas veces buscando. Pero bueno, todo sea por la categoría que da tener un fantasma en la familia, tal como si fuéramos Lady Nosécuántos.
      Gracias, Cande. Un abrazo.

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  15. no sera el angel de la guarda del que ya hablamos mas de una vez, y que tiene que ver mucho con el sistema inmunológico que nos protege sin danos cuenta y del que ahora se habla tanto.
    En "Las Castras"El Tanque hay mas de un fantasma, que tienen su morada en el bosque encantado que me proporcionan la materia prima para el "found art" o "ready made"

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    1. Para no creer en ángeles de la guardia ni en fantasmas te codeas con muchos de ellos, Alfa. Me pega que algo de ese bosque encantado que tienes cerca se te ha pegado... Sabrás que siempre le digo a mi marido que en la casa de El Tanque no me quedo por si los fantasmas.

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  16. Espero que Federico nunca se aleje de tú casa, ha sido un gran amigo en una etapa, diferente.
    Creo que no debería abandonarte para ir a unas tierras frias y tristes, y si decide quedarse yo lo adopto. Que nadie se quede sin un fantasma doméstico.
    Un beso, saludos

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    1. Es supernecesario tener uno que nos libre de malos rollos domésticos. Incluso si te nos quema la comida siempre podemos decir que le encargamos la vigilancia a él y se despistó. A un fantasma se le perdona toda. Y además viste mucho. Le da a la casa cierto abolengo ¿no?

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  17. Nievitas Fernández22 de abril de 2020, 15:56

    Entretenida la lectura de los fantasmas , quizás nos sirva para tener a quien echarles las culpas de las cosas perdidas y mantener la paz ��������

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    1. A eso iba yo, Nievitas. Un filósofo (Nietzsche) decía que eso de la culpa y el remordimiento era una especie de mal de ojo, que nadie debía arrepentirse de una acción. El fantasma nos libra de culpas y nos deja vivir en paz. Lo de "yo no fui" es una buena fórmula para ello. Una vez se lo grabé en una camiseta a uno de mis nietos que siempre lo decía. :-D

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