lunes, 1 de febrero de 2021

Pingüinadas


Parte del "Mural del invierno" hecho por mi nuera Myriam para su clase de 3 años.

- ¿De qué vas a escribir la semana que viene? - me pregunta Eva, mi nieta mayor, cuando fui a su casa el martes pasado.

- No lo sé. - Y es verdad, generalmente escribo estos rollitos en el fin de semana anterior y, a veces, hasta el mismo lunes.

- Pues escribe de pingüinos.

- ¿De pingüinos? ¿Y por qué de pingüinos? - Eva tiene puntos de vista originales, como corresponde a una estudiante de 2º de Bachillerato Artístico, pero ¿pingüinos?

- Me encantan los pingüinos - dice-. ¿Sabías que en la época de celo el pingüino busca por toda la playa la piedra más bonita para ofrecérsela a la pingüina? La defiende con uñas y dientes (es un decir) de los que se la quieran arrebatar y, después, a la hora de la verdad, la pone a los pies de ella y espera a ver qué hace. Si ella acepta la piedra, que va a formar parte del nido (algo así como la primera piedra de su casa), nunca más se separarán.

No lo sabía. Y por eso, porque a Eva le encantan y por esa petición de mano tan distinta y en el fondo tan parecida a la nuestra, decido hacerle caso. Hoy vamos a hablar de pingüinos.

Los pingüinos son monógamos y extremadamente fieles. Lo cual no quiere decir que estén siempre juntos, no. Pero cada año regresan al mismo lugar y se encuentran. Mi hijo, que vio una reunión de pingüinos en Argentina, me dijo que eran cientos y cientos gritando todos a la vez. Imagínense un estadio enorme emitiendo gritos durante horas. Pero en ese guirigay él reconoce el canto de la pingüina y de sus hijos y ella el de él. A ese instante mágico del reencuentro en medio del ruido lo llaman "la canción del corazón".

Pero lo que más me llama la atención es que no nos tienen miedo o respeto, como les pasa a otros animales. Más bien nos ven como parientes, como si fuéramos otra especie de pingüinos, raros eso sí, pero de la familia: andamos sobre dos patas y nuestros niños se contonean como ellos, nos movemos en grupos y a veces a toda carrera como si tuviéramos cosas muy importantes qué hacer, hablamos todo el tiempo e incluso, como ellos, tenemos guarderías para los pequeños. Las de ellos consisten en poner a todos los pingüinitos juntos para darse calor.

Si al final resulta que también somos pingüinos, si nos comparamos con ellos, la verdad es que somos más torpes. No tenemos la agilidad, belleza, gracia y aguante de sus nadadas bajo el agua; nuestras relaciones son más complicadas;  no sabríamos reconocer el canto del ser amado en medio del rebumbio ni que nos pusieran altavoces; nuestra fidelidad no está hecha a prueba de pingüinos casquivanos; y, sobre todo, no sabríamos encontrar la piedra más bonita de toda la playa para ponerla a los pies del amado o la amada y preguntarle con ello: "¿Quieres casarte conmigo?". Pingüinos de morondanga, eso es lo que somos.

20 comentarios:

  1. Carmen María Duque Hernández1 de febrero de 2021, 9:34

    Muchísimas gracias, besitos y salud para todos

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    1. Lo mismo te digo, Carmelita. Tu saludo semanal es reconfortante como un abrazo.

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  2. ¡Precioso, Isabel. Interesantes curiosidades de la naturaleza.
    Encantador relato el de hoy.

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    1. Gracias, Elvira. Mucho aprendemos de los animales. A mí me encantó la trilogía de Corfú de Gerald Durrell ("Mi familia y otros animales", "Bichos y demás parientes" y "El jardín de los dioses"), por ese canto a la naturaleza y por acercarnos tanto y con tanto cariño al reino animal, que al fin y al cabo también es el nuestro.
      Un beso.

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  3. Charo Borges Velázquez1 de febrero de 2021, 15:39

    Jane nos regala, hoy, un post curioso, divertido y entrañable. No, no es mala idea compararnos con un animal mundialmente aceptado por su simpatía y su fidelidad, cualidades que, de seguro, no abundan entre nosotros.
    Sorprendida me hallo, Jane...��

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    1. Bueno, Chari, la verdad es que los animales que más conozco, que son las palomas mensajeras de mi marido (unas 200 hay ahora en el palomar), de fieles no tienen mucho. Se van con cualquier palomo (o paloma, son muy promiscuos) que les arrulle, las muy livianas. Y simpáticas tampoco son. :-D
      La comparación de nosotros con los pingüinos va, más que por sus cualidades, por su mirada: nos miran como a parientes y eso es en cierta manera nos convierte en tales.
      Gracias por el comentario, Chari. Un besote.

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  4. Hola Isa
    Mi memorable experiencia con los pingüinos fue en la Isla Decepción (1990!) casi situada en el archipiélago antártico de las Shetland del Sur, donde está nuestra base científica española Juan Carlos Primero de Isla Livingston. La de Decepción es una pinguinera espectacular. Un mundo infinito de movimiento continuo pero sereno, ordenado.

    Pero mi primer contacto visual, con ellos, con los pingüinos, con el más adelantado la mañana de diciembre de 1999 en que llegué a la Isla Livingston, donde no hay grandes números de pingüinos, ni mucho menos. Esa es la que jamás podré olvidar.
    Yo bajando de la zodiac como podía, para poner el pie en la costa de callaos, gordos y grises como eran los de Tenerife al lado de allá de El Camisón. Y él se me acerca, interesado ... era un barbijo. No es el pinguino más guapo, pero sí el más sobrio, elegante y descuidado, como sin afeitar. Y va y me mira de arriba abajo, cariñoso no sé, pero acogedor seguro, ya digo interesado pero sin excesos. Descargo mi morral, obnubilada con él. Abro la mochila para colocar algo. Y él se acerca por encima. Me mira, mira la boca del morral, mete la cabeza dentro, la saca y me vuelve a mirar. Luego tranquilamente me acompañó hasta la puerta de la base a la altura de mi rodilla.
    La experiencia de encontrarte con un ser vivo que no te teme fue para mí, muy fuerte, me quedé preguntándome qué siento?. qué pasa?. E impactada. Luego te lo explican. El no sabe que en tierra haya enemigos, se siente cómodo, tranquilo. Y tu te dejas acompañar. Y te aseguro que fue la compañía de un ser pensante, por supuesto, pensante. Pero sin prejuicios. Lo que tu cuentas deja bien claro que es un ser pensante, No todos pensamos igual.
    Nunca jamás he vuelto a ver a nadie así.
    Sigo recuperándome.
    Besos
    Ana

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    1. Me ha encantado tu experiencia porque esa fue precisamente lo que me pareció más curioso de ellos. Son como cuando íbamos al pueblo de pequeños y muchos se nos quedaban mirando con curiosidad. Recuerdo una vez en que yo estaba sentada en el coche esperando a Toni y me puse a ver fotos. Y de repente me veo que al lado mío hay una chica jovencita (9 o 10 años) muy interesada viendo las fotos también. Esa es la actitud pingüinera. No te ven como extraña. Y claro que son seres pensantes.
      ¡Qué suerte tuviste! La única vez que he visto pingüinos fue en el Loro Parque y no es lo mismo. Aunque son graciosos con sus movimientos y correrías.
      Cuídate mucho. Besos.

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  5. Me encantó. Creo que los cisnes son igual de fieles.

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    1. Sí, se suele decir que son los animales más fieles. Además cuando entrelazan los cuellos les sale la forma de un corazón, oooohhhh.
      También son fieles los castores, pero porque la pareja trabaja por igual para hacer y mantener los diques ¿Para qué necesitarían otra pareja?
      Y también los gibones, los caballitos de mar (que hasta pueden morir de pena si uno de los dos muere antes) y las langostas. Pero no muchos más.
      Gracias, Ani.

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  6. ¡Hola! Vivo cerca de una pingüinera muy grande, Punta Tombo, en la provincia de Chubut, es una atracción turística importante junto con el avistaje de ballenas. Tal vez tu hijo haya venido por aquí.
    Es tal como lo describes en tu entrada, en lo único que no coincido es en lo de la piedra, también conquistamos el corazón de nuestras amadas poniendo una piedra bonita a sus pies (o poniéndonos nosotros a sus pies munidos de una piedra bonita), la diferencia es que no las buscamos en las playas sino en otros sitios llamados joyerías. Ja ja.
    Saludos.

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    1. Jajajaja, por eso dije lo de "por esa petición de mano tan distinta y en el fondo tan parecida a la nuestra". A ellos la piedra les cuesta más barata pero la intención, que es lo que cuenta, es la misma.
      Pues sí, fue en Punta Tombo donde vio esa pingüinera que le pareció espectacular (hace unos 15 años). Tiene imágenes recogidas en vídeo y son preciosas. Hay por ahí fuera un mundo fascinante esperando a que lo conozcamos. Lástima que esté tan lejos. A ver si para la próxima reencarnación... :-D
      Saludos.

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  7. Cuando dijiste que escribirías sobre pingüinos esta semana, pensé que probablemente sería sobre algún personaje de tu fauna literaria o cinematográfica, donde no estaría apta a opinar...
    Una vez más he errado al suponer.
    Muy interesante lo que he aprendido sobre estos simpáticos tentetiesos y su particular forma de vida.
    Gracias por ilustrarnos!!

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    1. Los pingüinos son muy apropiados para lo que llamas fauna literaria o cinematográfica, sobre todo por ese aspecto gracioso que tienen de camareros o personajes de frac. ¿Te acuerdas de los pingüinos que salen en "Mary Poppins" cuando ella, Bert y los niños entran en un cuadro con un jardín de dibujos animados? Pero mejor es verlos en persona y comprobar que son todavía más graciosos y entrañables. Y sobre todo que nos miran de igual a igual.
      Gracias a ti por estar ahí. Un beso.

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  8. Esperanza Gonzanava3 de febrero de 2021, 15:51

    Me encantan las piedras, Isa. Tendré algún gen pingüino?.
    Preciosa relación de Ana con ese barbijo. Un beso.

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    1. Pues igual sí, Esperanza, igual todos tenemos muchos genes comunes, dado que el ADN humano es similar al del chimpancé en un 99%. Imagino que también estamos cerca de aves como el pingüino. Ellos, por lo menos, parecen creerlo así.
      A mí también me encantan las piedras y, si encuentro alguna particularmente bonita en la playa (redonda, nacarada, de colores distintos...), siempre las recojo. En las baldas de la Biblioteca tengo también piedras curiosas: una con olivina, otra de obsidiana... Me encantan.
      Otro beso para ti.

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  9. primera lectura que me ofreciste de TU biblioteca. mientras te recuperabas de algún cansancio, dispuse de dos meses en silencio para pasar de una bib especializada en carencias a otra "universalizada" por ti. yo conocía al hermano "serio", así que lo primero que hice en mi nuevo destino fue sonreír y mucho. y así casi todos los días hasta la despedida. y aún sigo haciéndolo muchas semana...abrazo, jefa.

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    1. No me acordaba, Nati, de que te recomendé la Trilogía de Corfú pero me alegro de haberlo hecho porque los tres son una delicia. Muchas recomendaciones mutuas gozamos en esa biblioteca NUESTRA y muchas lecturas de todo tipo. Y es verdad que siempre que te vi, vi tu sonrisa. No la pierdas nunca.
      Un beso.

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  10. Hola, Jane: ¿viste la foto de los pingüinos viúdos consolándose? Es tan tierna: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55423129

    Un abrazo.

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    1. Preciosa, qué entrañable. Me imagino al fotógrafo (Tobias Baumgaertner) horas y horas, helándose de frío, allá en Australia para captar este momento tan cálido. Merece el premio Ocean Photograph Awards.
      Gracias por enviármela.

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