Foto familiar en la boda de mi sobrina Isabel |
Con las familias pasan cosas raras. A veces, son un verdadero incordio, sobre todo cuando te encuentras con el típico pariente plasta que se pica por cualquier cosa y te hace la vida imposible. Pero, a veces también, son una bendición, y más si son grandes como la mía y sabes que puedes contar con ella. Nosotros, cuando en nochebuena nos podemos reunir la familia más cercana (hijos y nietos de hermanos). podemos ser 35. Y, si contáramos con los primos, el ciento y la madre. Y, a pesar de eso, nos llevamos bien. Por eso nos alegra cuando la familia se ensancha, como nos pasó la semana pasada. No solo porque nació un miembro nuevo, el primer nieto de mi prima Mercedes (¡bienvenido al mundo, pequeño Iván!), sino también porque, mira por dónde, me han aparecido unas primas nuevas a las que no conocía. Y todo gracias al mayor invento del mundo (después de la lavadora), que es Internet.
Por Internet me contactó mi prima Rubicelda desde Miami para preguntarme si éramos familia, ya que compartíamos apellido. Le mandé una foto de una prima cubana que se escribía con mi padre y exclamó: "¡Es mi abuela!". Y luego ya nos contamos algo de nuestra vida, y conocí a la prima Mizar y a la prima Maricelda y ahora seguimos con wasap, mensajes en Facebook, comentarios en mi blog y emails, alegando y conociéndonos un poquito más.
Mis primas nuevas son rubias y guapetonas. Tienen cara de palmeras, me dice mi hermana. Y es verdad, ya saben que las mujeres de La Palma tienen fama de bonitas. Pero es que además mandan vídeos en barbacoas, en fiestas de cumpleaños, en la playa disfrutando..., lo cual me lleva a pensar que lo de ser disfrutones debe ser también genético. Tienen muchos hijos y nietos, igualito que nosotros, repartidos por Cuba, Estados Unidos y Paraguay. No sé por qué, recordé aquel verso trepidante de Rubén Darío en la "Oda a Roosevelt" que dice "hay mil cachorros sueltos del león español". Solo que mis nuevas primas americanas y nosotros, los que nos quedamos aquí, no descendemos de ningún león sino que tenemos en común unos ascendientes, una pareja, mis bisabuelos Papá Atilio y Mamá Pepa, que tuvieron 10 hijos que se les desparramaron por el mundo.
Mamá Pepa murió a los 82 años cuando yo tenía 6. Aunque no era religiosa, enramaba cada 3 de mayo una cruz que le habían regalado de pequeña (ahora lo sigue haciendo su nieta) y rezaba todas las noches a la Virgen de las Nieves por sus hijos. Y no era para menos. De sus 10 hijos, dos murieron de pequeños; uno se fue de polizón a los 16 años en un barco para Cuba y no supo más de él (a los 3 meses de morir ella, se recibió una carta suya que había ido dando tumbos por otros sitios). A otro hijo lo mató el hermano de una novia que tuvo en Cuba porque la abandonó para casarse con otra novia que lo esperaba en Canarias. Su marido murió joven y, aunque ella se quedó con sus hijas, Isabel y Nieves, todos sus hijos varones emigraron y no los vio más; y el único que volvió, mi abuelo Gabriel, murió 2 años antes que ella.
Y así y todo, era una mujer fuerte y con genio (una vez le tiró un zapato a una hija porque se retrasó unos minutos después de las 9). Guardaba golosinas en una caja de madera y las compartía a escondidas con sus nietas pequeñas. Y una vez que su nieta fue castigada con un hilo atándole el tobillo a la pata de la mesa, ella le decía por lo bajito: "¡Rompe el hilo, boba!". A los de su familia los apodaban en La Palma "Los brujos" y ella también era medio bruja, una brujita buena y valiente.
Pienso en ella, la bisabuela que nació en 1871 en Santa Cruz de La Palma (casi toda mi familia, desde el último tercio del siglo XVI, procede de allí) y en todos nosotros que descendemos de ella, incluyendo el niñito que nació esta semana en pleno siglo XXI, y las primas que acabo de conocer. Y me acuerdo de una pregunta que se hizo una vez Javier Marías: ¿Cómo es posible que en una misma vida y memoria (las mías) quepan y convivan personas tan distanciadas, tan de diferentes épocas, incapaces de concebir a quienes han venido tan detrás ni a quienes llegaron tan delante al mundo?.
Quiero pensar en mis descendientes, aquellos a los que no conoceré nunca pero que llevarán en sí parte de lo que soy, y en que ellos existirán, igual que nos pasa ahora, porque nosotros existimos. Y es que eso son las familias, personas de distintos siglos y de distintos mundos pero conectadas por los mismos perfiles genéticos y marcadas por el afecto.
Como siempre, tu historia es muy entretenida y me encanta leerte. Qué familia más grande tienes y qué recuerdos tan bonitos de tu abuela.
ResponderEliminarEra mi bisabuela y los recuerdos son más bien de sus nietas porque, como digo, murió cuando yo tenía 6 años. Pero sí la recuerdo con genio a pesar de que era bajita y muy, muy vieja según mi mirada. Y es verdad que es una familia grande. No era consciente hasta darme cuenta de que mi marido, por ejemplo, tiene una hermana y 3 primas y para de contar.
EliminarMe recuerda mi historia, mi bisabuela también de La Palma (Los Llanos de Aridane) y tuvo 11 hijos con historias muy parecidas. Vete tu a saber si somos parientas !!!
ResponderEliminar¡Seguro que sí, Mandi! Sobre todo porque un estudio, que se publicó en la revista Science y que abarca 11 generaciones, llegó a la conclusión de que toda la humanidad es parte de la misma familia. "Según la teoría matemática -dice-, si cada persona pudiera proyectar 75 generaciones, completaríamos el árbol genealógico de la humanidad, que conectaría a todo el mundo: desde un aborigen en Australia, pasando por una persona europea o africana, hasta un inuk en Alaska". Así que imagínate nosotras que nacimos en el mismo lugar, el mismo año, fuimos al mismo colegio y nos queremos un montón ¡¡¡Prima!!!
EliminarPues mira por donde tengo una prima más. Hasta pronto prima
EliminarImagínate ahora las comidas de primos. El ciento y la madre. :-D
EliminarLa mía, Jane, es otra de esas grandes familias numerosas dispersas por el mundo y aunque no se reúne con la frecuencia y el número que lo hace la tuya, yo sé que están ahí y siempre he procurado estar al tanto de sus vidas y de sus descendientes. Hoy, no cabe duda que las redes pueden contribuir a localizar a algunos, pero no todos hemos tenido la fortuna que has tenido tú con tus rubias primas palmero-americanas.
ResponderEliminarPreciosa, tu semblanza de hoy, sobre ellas.
El principio de Ana Karenina de Tolstoi dice: "Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera". Si, como tú y como yo, estamos al tanto de las vidas de la familia a la que pertenecemos, no tendríamos que estar de acuerdo con esa frase, porque la felicidad no es un estatus permanente en ningún caso y porque cada familia tiene su particular manera de estar en la vida. Mi bisabuela, por ejemplo, soportó calamidades, pero no pienso que hubiera sido infeliz. Y es bueno conocer a sus descendientes y que ellos sepan algo de ella.
EliminarGracias por tus palabras, Chari.
Que familia más bonita, nos unen genes y sobre todo afecto. ��
ResponderEliminarEs verdad, Mari Carmen. Saber que pertenecemos a una determinada familia hace que nos miremos con ojos de cariño.
EliminarUn besote y ganas de verte.
Qué bonito pertenecer a esta familia tan numerosa.Que incluso al otro lado del Océano tenemos parientes,muchas gracias por compartir querida prima ������
ResponderEliminarY qué bien que por tu parte estén intentando hacerla más numerosa aun. Y verás como se expande. Antes de 1750 la mayoria encontraba pareja cerquita, en un radio de 10 km. 2 siglos más tarde eran 100 km. Imagínate ahora que el mundo entero está a nuestra disposición. Ya te veo viajando a nueva Zelanda a la boda de Iván, jejeje.
EliminarUn besote, mi primita querida.
¡Preciosa tu visión de la familia! Así la veo yo.
ResponderEliminarTambién y mantener esa unión , esas reuniones por distintos motivos , pero estar ahí todos juntos , mezclando conversaciones de todo tipo . Nada como eso. !
Tienes toda la razón, Blanca. Si algo eché de menos estos meses de pandemia fueron las reuniones multitudinarias de la familia. Menos mal que seguimos alega que te alega por el chat familiar.
EliminarUn beso.
¡Preciosa foto y preciosa familia!
ResponderEliminarGracias, Chelo. La pena es que para hacernos una foto así alguien tiene que casarse y hacer un fiestón y no sé si habrá candidatos... :-D
EliminarMe das un poco de envidia, como sabes soy hija única y no he podido disfrutar de esa familia númerosiiiisima aunque siempre he dicho que mi familia son mis amigas y disfruto mucho con ellas, me ha gustado mucho tu blog y como siempre un placer leerte y gracias por ser mi amiga besos
ResponderEliminarBueno, hay familias que uno se busca y a veces son mejores porque las has elegido a tu gusto.
EliminarGracias por tus palabras, mi amiga (o hermana o prima...)
Besos.
Pues haci nos conosimos tambien que tenemos familia en común por parte de mi abuelo. Y mi abuela nacida en Cuba fue dependiente de palmeros también y tiene familia por todo el mundo. Que yo conocí muchos gracias por internet y facebook.
ResponderEliminarDebe ser una aventura prodigiosa poder buscar y encontrar a todos los que llevan nuestra sangre por todos los países del mundo. Me alegro de que los hayas hecho.
EliminarBuenas tardes Isabel: ¡Cuanto me gustaría poder decírselo a los vecinos de La Palma!. Que Dios os proteja a todos los canarios. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarAy, Rosa, cuánto te lo agradezco. La Palma es la tierra de mi familia, como digo en este escrito de hoy, y me duele profundamente todo lo que está pasando. Tenemos todos el corazón encogido y la mirada puesta allí. Probablemente el lunes siguiente hablaré de ese tema.
EliminarUn abrazo y otra vez gracias.
Qué lindo escrito, como siempre lo sabe hacer con ese amor que entrega a todas sus familias y en ella me incluyo.
ResponderEliminarDios bendiga a todas las familias cercas y lejanas. Bendiciones.
Es muy lindo, como tú dices, lo que nos deseas. Te lo agradezco, igual que el haberte encontrado por esas redes del mundo. Muchas gracias, prima.
EliminarMe "super encanta" tu escrito en el que me siento totalmente identificada por la parte que me toca.
Eliminar(Para inventos maravillosos el fregaplatos)
Tienes razón con lo del friegaplatos. Ahora solo me falta el "hacedor de croquetas" completo. :-D
EliminarMama Pepa era la que le contaba a mi madre cosas de su abuela, Mamá Isabelita, de la que procedemos todas las Isabeles. ¡Le encantaba oír los cuentos!
ResponderEliminarCuenta mi madre que Mama Pepa le decía que vivían en donde ahora está el aeropuerto de La Palma y que sus nietas la querían tantísimo que barrían el camino (que era de tierra) con una escoba para que al pasar no se le ensuciaran los bajos del traje porque los trajes de la época eran hasta el suelo.
Y que era guapísima
Me encantaría tener fotos de ella pero no hay...
Debía ser una persona con mucha personalidad porque también Tía Isabel me habló de ella. Por ella Tía Isabel, tu madre, tú, yo, Isa la chica y su hija, mi sobrina Isa... nos llamamos así. A ver si también sacamos algo de lo guapa.
EliminarLo del barrer el camino de tierra sí que es el colmo del amor. :-D
Amor del mejor que existe sí.
Eliminar¡Qué continúen las Isabeles!
Hay una canción que dice: "Del corazón de las palmas nacieron las Isabeles...". Nosotras tendríamos que decir: "Del amor a Mamá Isabelita...". ¡Que continúen!
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