31 de agosto, 12 de la mañana. Estoy tumbada en una hamaca a la orilla de mis aguas preferidas para nadar, piscinas naturales en el mar de Bajamar. Agua cristalina, sol radiante, temperatura ideal. Hay en el ambiente un aire de despedida (mañana muchos de los bañistas empiezan a trabajar), pero también una increíble paz. Nada la perturba y saco una foto en un vano intento de captarla. Cierro los ojos y oigo el ruido del mar en las rocas y el murmullo de algunas conversaciones cercanas. No hay majaderos cerca. Oooooommmm...
Pero como la imaginación es libre, me dejo llevar y no puedo evitar pensar en ellos, los majaderos del mundo. Como la serpiente en el paraíso, haberlos haylos, incluso en las mañanas radiantes.
Y pienso en los que rompen la tranquilidad de los demás, gritando, chillando, tirando el balón en playas, parques y montes.
En los que, en lugar de disfrutar de los pequeños placeres, se pasan la vida protestando a grito pelado del frío porque hay frío o del calor porque hay calor.
En los que ponen la música de sus móviles y nos obligan a oír a los demás un chundachunda que no nos interesa ni nos gusta.
En los que dan lecciones de todo, tanto si quieres escucharlos como si no. Especialistas en covid han surgido a miles en estos dos años.
En los que quieren ser protagonistas, novio en las bodas, recién nacido en los bautizos, muerto en los entierros.
En los que te llaman por teléfono a cualquier hora del día o de la noche para convencerte de que te cambies de compañía telefónica o eléctrica o que les compres algo que no necesitas.
En los que, de puro alivio, aplauden en los aviones cuando aterrizan.
En los que te quieren convencer de que todo tiempo pasado fue mejor, cuando realmente todo tiempo pasado fue anterior.
En los que en mi pueblo, ahora que son las fiestas, se las pasan tirando cohetes desde las 6 de la mañana.
En aquellos que... ¡Un momento! ¿Qué hago yo perdiendo el tiempo pensando en tanto majadero? Frente al mar infinito, en este bendito momento en que el verano empieza a despedirse lentamente, abro los ojos y me hago el firme propósito de vivir el aquí y el ahora, sin preocuparme de todos los majaderos que en el mundo han sido.
Vivamos. Y dejemos vivir.
En ese maravilloso paraíso, lo que debes hacer es soñar y disfrutar, no pensar en los majaderos����
ResponderEliminarEso mismo me dije yo cuando me vi pensando hasta en los fogueteros de mi pueblo ¡Qué necesidad! Pero al lado de un mar claro y con la temperatura justa (23º) los majaderos se diluyen como las olas. Basta una zambullida y ya está. 😀
EliminarYo empiezo, Jane, con lo que tú terminas: vivamos y dejemos vivir... Cuánto de cierto hay en esa frase.
ResponderEliminarSi la hiciéramos buena, creo que tendríamos un mundo mejor, más tolerante, empático y comprensivo. En muy pocas palabras, menos majadero.
Disfrutemos, pues, los que podemos, de esa piscina, playa o rincón sin majaderos y vivamos y dejemos vivir, en paz, a todo aquel que lo desee.
Eso sería lo ideal en la vida. Pero es verdad que muchos no ven otra forma de vivir que dando la lata. Y me vienen a la mente tantos personajes de la literatura que lo único que quieren es que los dejen vivir en paz... Como Lord Emsworth en los libros de P.G.Wodehouse. O el asesino de "El hombre del traje color castaño" de Agatha Christie.
EliminarA disfrutar, Chari, siempre que podamos. Y aprovecho, hoy que es tu cumple, para felicitarte también por aquí. Que no encuentres a mucho majadero en la vida y, si los encuentras, que los mires con humor.
Ya me parecía a mí,muy raro en ti, que desperdiciaras esos plácidos momentos junto al mar en recordar a tanto majadero o majadería que nos encontramos a diario, en teles, diarios, por la calle... Mejor, vivirlos relajaditos.
ResponderEliminarFue un lapsus, Carmen, que enseguida superé con una buena zambullida en ese mar fresquito y transparente. Mejor olvidarnos de los majaderos y tomárnolos con humor.
EliminarHola Jane. En la lista te faltaron unos cuantos: Esos que se llaman políticos y sólo saben decir que los otros lo hacen todo muy mal y que quieren romper España, esos negacionistas que mientras la gente muere y sufre nos dicen que todo es mentira y que lo que quieren es dominarnos ( a esos yo les contesto que la Tierra es plana y Elvis vive....y me miran con cara de pocos amigos)....y un largo etcétera. ...En cuanto a los fogueteros, ten cuidado porque no llevan bien lo de llamarlos pesados...Un beso Jane. Juan.
ResponderEliminarAy, sí, Juan, muchos y de diferentes clases hay. ¿Y de los tertulianos qué me dices? Y los que solo saben hablar de una cosa, y los protestones y los intolerantes... Si empezamos a hacer listas nos salen largas.
EliminarAsí que a disfrutar de la vida y a rogar por que no nos toquen muchos majaderos cerca y que nosotros tampoco caigamos en majaderías (nadie es perfecto).
Un beso, Juan, y que el nuevo curso te encuentre animado.
Qué buenos han estado estos días en Bajamar , para disfrutarlos . Tú te inspiras con todo Isa , qué imaginación!!
ResponderEliminarSiempre a finales de agosto y todo el mes de septiembre, Bajamar es una maravilla. Para mí es el mejor sitio para bañarse, ya se pueden quitar de delante las Bahamas o las Seycheles. Además yo soy más de charco que de playa, como dije hace poco.
EliminarIsabel, cada vez me identifico más contigo.Algo parecido me pasó anteayer en Garachico con mis amigas viendo una puesta de sol en El Caletón de Garachico. Ellas son bastante más jóvenes que yo, e íbamos a cenar juntas. Y les dije, chicas, tengo "hambrita", pero con esto y la cervecita no necesito más...
ResponderEliminarEsos son los momentos que debemos aprovechar: la buena compañía, un sitio precioso, la sensación de estar donde tienes que estar...
EliminarA seguir disfrutando de esos momentos.
Vivan los majaderos porque gracias a los que veo,leo u oigo, cada día doy más gracias de vivir en un paraíso, de tener lo que tengo y de vivir. Los majaderos me enseñan que no tengo que quejarme de si hace sol porque hace sol o de si hace calor porque hace calor... Bueno, hasta de eso se aprende. Gracias, Isa, que hasta a eso le sacas filosofía.
ResponderEliminarLa envidia más grande que te tengo de ver ese azul de Bajamar. Y que disfrutes, mi amiga, que te lo mereces. Un beso.
De todo tiene que haber en este mundo, Nievitas. Y todos alguna vez caemos (o caeremos) en majaderías. Me preguntó mi nieta que qué era un majadero y le conté el cuento de la vieja majadera. Entonces lo entendió. :-D
EliminarIntenta disfrutar tú del azul de Puerto Naos, que cerquita lo tienes.
Un abrazo, mi amiga querida.
Yo soy parecida a mi prima��
ResponderEliminarJajajaja, sí debe ser un gen familiar el que nos hace apreciar el momento. Solo existe el hoy. 🥰😜
EliminarMadre mía, adónde nos lleva la mente a veces. :D
ResponderEliminarUn abrazo.
Más lejos de lo que uno quisiera. Pero qué bueno es imaginar ¿verdad?
EliminarOtro abrazo para ti.