lunes, 15 de noviembre de 2021

Buscándonos a nosotros mismos


"Dirigiendo el tráfico en La Laguna". Foto de Tito G., subida por Alberto García a "Fotos Antiguas de Tenerife" .

Una vez, sería el año 1955, se me quedó grabada una escena de la que nunca me he olvidado. Iba yo con mi madre de la mano por la calle Cruz Verde cuando un hombre nos sacó una foto desde la esquina con la Plaza Candelaria. Parece una bobería pero en aquel tiempo una foto no era cualquier cosa. Era casi un lujo, no se podía, como ahora, hacer fotos por gusto y gastar carrete. Generalmente, no se sacaban fotos de paisajes casi nunca, sino de las personas y en ocasiones especiales: una fiesta, un cumpleaños, una boda, un nacimiento... De hecho, mi primera foto me la hicieron a los 4 meses y la segunda, a un año. Y eso que mi padre tenía máquina de fotos, cosa no muy corriente, y era muy organizado para guardarlas y clasificarlas en álbumes.

Pero ¿hacer una foto de una calle cualquiera, un día cualquiera, con personas desconocidas? Eso no lo hacía nadie que yo conociera. ¿Qué sentido tenía? Tal vez, por todo esto me llamó la atención la foto de la calle Cruz Verde: existía por ahí, en algún lugar del mundo, una foto de mi madre y mía, que yo no había visto y que estaba convencida de que alguna vez, en el transcurso de los años, aparecería.

Muchas veces, mirando fotos en los periódicos, he pensado que aquellas personas retratadas no sabían que estaban siendo inmortalizadas, congeladas en un momento de sus vidas, y que eso -decir "yo estuve allí"- a lo mejor podía ser importante para ellas. En las novelas incluso aparece el tema. En Comenzó en Viena de Mary Stewart, la protagonista cree que su marido ha ido a Estocolmo por razones de trabajo (le manda postales y todo) y, de repente, se lo ve en un Noticiero sofocando el incendio de un circo en un pueblo de Austria. O en Noche eterna de Agatha Christie, el asesino y su amante fingen que no se conocen de nada y alguien les hace llegar una foto de un periódico en la que se les ve, muy amartelados entre la gente, por una calle de Hamburgo, desmontándoles el juego.

Pero eso es en la literatura. ¿Ocurre algo así en la vida real? Pues sí, y miren por dónde, a mi amigo Melchor le ocurrió. Ojeando fotos del grupo "Fotos Antiguas de Tenerife", se encontró a sí mismo caminando y pensando en sus cosas por la calle Carrera de La Laguna a finales de los años 60. Claro que él sigue el dictado filosófico de "Conócete a ti mismo", porque yo no lo hubiera reconocido ni en un millón de años. Pero alguien fotografió la calle y captó la escena con un Melchor muy joven, justo detrás de un guardia que dirigía la circulación (imagen inicial)

Así que algo así es posible y seguro que a muchos les ha pasado. Y ahí me ven, casi como si estuviese en un "Buscando a Wally", mirando escenas de antes sabiendo que yo estuve allí -en las fiestas del Cristo, en el balneario, en San Diego...- y esperando que en alguna de los años 50 aparezca yo de la mano de mi madre (¿De dónde vendríamos? ¿A dónde íbamos?) por la calle Cruz Verde en el Santa Cruz de mi infancia.

18 comentarios:

  1. Marilí Lorenzo del Pino15 de noviembre de 2021, 11:45

    Estupenda como siempre!.-
    Sí q se reconoce a Melchor����������������
    ��Me hiciste recordar a Jorge Perdomo (primer cámara d TVE en Canarias), q donde quiera q me veía d pequeña me sacaba fotos; con posterioridad me grababa.....me lo hacía adrede pq sabía q m'escondía!.-����
    Años después, cada vez q nos veíamos, lo recordábamos con muchas risas.-
    Tú y tus evocaciones!.-

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    1. ¿Reconociste a Melchor? Yo ni con lupa. Se le ve tan lejos y borroso, allá en el fondo, y tan distinto a ahora... Ni siquiera tenía barba y siempre (hace más de 30 años)lo he conocido con ella.
      También conocí a Jorge, un fotógrafo excelente, muy amigo de un primo mío. Él nos hizo una foto en casa de mi primo el primer día en que vimos la tele (¡una fiesta, imagínate!) y también en la primera comunión de mi hermana. En esos tiempos, las fotos se sacaban en los eventos.
      Gracias, Marilí, tú también me has hecho evocar. :-D

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  2. Charo Borges Velázquez15 de noviembre de 2021, 11:47

    También yo, Jane, he vivido la sorpresa de verme formando parte de imágenes en las que nunca pensé que podría estar. Es una experiencia curiosa y que, a veces, nos remonta a aquel momento y nos lleva a recordar dónde estábamos y qué hacíamos...
    Como siempre, sacándole conclusiones a lo que tú evocas. Bravo por ti.

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    1. Pues tú, que fuiste una figura pública del baloncesto, es más lógico que aparecieras y aparezcas en periódicos y redes. Pero ¿también te ha pasado que aparecieras sin que tú lo esperaras, ni el fotógrafo tampoco? ¿Que hiciera una foto, qué sé yo, a una procesión o a un paseo , y de repente te capta a ti, que pasabas por allí sin saber que alguien te cazaba y te inmovilizaba en ese instante, tal vez para siempre? Eso es lo que más me llama la atención.
      Gracias, Chari.

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  3. ¡Cómo me gustan tus relatos, procuro no perderme ni uno! Son tan cotidianos, pero tan profundos...1

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    1. Es que, si te fijas bien, la vida es asombrosa, Elvira.
      Un beso y gracias.

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  4. Desde que ví lo de Melchor, me fijo en los personajes, no para encontrarme yo, sino para ver si reconozco a algún amigo. Me encantan tus relatos. Amenizas el FB con ellos.

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    1. Y el grupo de "Fotos Antiguas de Tenerife" es un excelente "caladero" para encontrarnos con todo tipo de situaciones y personas que nos llaman la atención y nos enseñan algo de nosotros mismos. La misma foto en la que sale Melchor nos lleva a aquellos tiempos en los que la circulación la ordenaban los guardias de tráfico. Incluso a cuando la calle de La Carrera no era peatonal como ahora.
      Así que ¡a seguir fijándonos!
      Gracias, Esther, un abrazo.

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  5. Y cuando el bar Carrera se llenaba de estudiantes en aquellos" vagones"; ojeándonos mutuamente chicos y chicas,¡Y aquella ensaladilla alemana con papas, mayonesa y cebolla.
    Y Federico y Damián, los camareros, al loro de todo.

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    1. Yo siempre he dicho que cuando desaparezca El Carrera, podremos decir lo de que nada es eterno.
      Llevo tiempo sin ir pero creo que la ensaladilla alemana la siguen haciendo...

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  6. Hola Jane. Al ver la foto que "ilumina" tu relato, me vinieron muchos recuerdos. Cuando vine a La Laguna a principios de los 70, había una tarima con sombrilla para "el guardia" de tráfico en la esquina Tabares de Cala con Herradores. La noche de los sábados tras pasar (seguramente ) por el Méndez a echar un vino con vino (y manises), había un estudiante de Derecho (por cierto de Santa Cruz de la Palma) que se subía a la tarima y se ponía a dirigir el tráfico (por suerte poco tráfico a esas horas).
    Al rato llegaban los municipales y lo hacían bajar y le tiraban la bronca , pero como era gracioso no se lo llevaban a dormir la mona, si no que lo mandaban para su casa.
    No tengo la foto en papel , pero sí en el recuerdo.
    Un beso Jane. Juan

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    1. Esas son las mejores "fotos", Juan. Y dirigentes de tráfico abundaban también en Santa Cruz, sobre todo en mi barrio, El Toscal. Por lo menos conocí en aquellos tiempos a tres. Debe haber sido un trauma infantil que los impulsaba a satisfacerlo de mayor. Y qué ni poco contentos se quedaban cuando los coches los obedecían...
      ¡Tiempos aquellos!
      Un beso, Juan.

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  7. En casa tenemos muchas imágenes de nuestra infancia, de mis padres, de muchos antepasados y de momentos de la vida cotidiana que hoy en día son relíquias. Después fuí yo la que me ocupé en la familia de seguir ese legado y continué atesorando recuerdos.
    Yo disfruto inmortalizando momentos y creo firmemente que son obras de arte que nos susurran más de lo que mil palabras puedan expresar. Las sorpresas que me he llevado yo viendo a mi padre en prensa, entregando premios a deportistas, mientras promocionaba la marca de cerveza que representa o a mi hija recibiendo en el Cabildo un premio de poesía Canaria para niños...Son sorpresas muy bonitas, reconocer a los nuestros en fotos publicadas y más cuando es por un motivo feliz. Yo aún espero poder verme en alguna postal cuando era pequeña y me daban vueltas para alabar los modelos que me hacía mi madre, como si fuera una niña famosa.

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    1. Y te olvidas de otra sorpresa que yo te di cuando te pregunté si alguna vez habías ido a un cumpleaños de mi prima Isabelita en La Laguna cuando las dos teníamos 7 años. Me dijiste que no y en ese momento te presenté la foto: tú y yo a cada lado de mi prima entre otros niños alrededor de la tarta de cumpleaños. Y el caso es que no nos conocimos hasta años más tarde cuando te mudaste a Santa Cruz. Esas son las fotos que más me gustan, aquellas en las que de repente te encuentras con un "yo" y en una situación que no recordabas.
      Tienes razón, una foto puede ser arte y, además, siempre es un tesoro para cada uno.

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  8. Como ya comentaste, Jane, es cierto que en mis tiempos de juventud algunas fotos me hicieron en plena actividad deportiva, de las que no me enteré y que he venido a descubrir muchos años más tarde. Reconozco que más de una me ha sorprendido, porque están tomadas desde bastante lejos, son de resolución muy pobre y en primera instancia no fui capaz de reconocerme.
    Pero la que más me sorprendió no tiene nada que ver con el deporte. Bien al contrario, fue en una popular tradición marinera que se celebra en el Puerto de la Cruz. La del paseo de la Virgen del Carmen, en el muelle pesquero de aquella ciudad y que es el acontecimiento lúdico-religioso más importante del lugar, celebrada el martes de la semana anterior a la del 16 de julio, festividad de la patrona de la gente del mar.
    Estuve asistiendo, durante bastantes años y en una gran foto sobre el evento, publicada en la primera plana de un medio de prensa escrita local, en la que se veía el traslado de la Virgen hasta la barca que la paseaba por el agua, rodeada de una enorme cantidad de gente que la acompañaba, ¡oh, sorpresa! fui capaz de verme en medio de aquella marabunta humana... Puedes imaginarte mi sorpresa, cuando me reconocí.
    Supongo que experiencias como la tuya, la de Melchor o la mía también la han vivido y vivirán muchas personas, en cualquier sitio y cuando menos se lo esperen. Sólo es cosa de estar atentos a las muchas fotografías que se suben a las redes y a las que se reproducen en la prensa en papel.

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    1. Lo tuyo sí que fue un "buscando a Wally" total. A mí una vez me sorprendió en el periódico una foto de mi hija Ana (tendría 8 años) bajando de la guagua del colegio, acompañando a un artículo sobre transporte escolar. La guardé en el álbum familiar y todo. Y aunque yo la estaba esperando, ni vi fotógrafo ni nada.
      Vida curiosa esta.

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  9. Me he encontrado, sí. Una vez y en el periódico �� Cuando se celebraba el día de la bicicleta en Santa Cruz. Un año me liaron para ir y conseguí una bicicleta, bueno, cual es mi sorpresa que al otro día en el artículo del periódico salen varias fotos y de repente ahí estaba yo, nada de disimulada entre la gente al comenzar a circular, no, no..yo sola pasando por delante del fotógrafo.

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    1. Y tan concentrada ibas que ni te fijaste que estabas siendo retratada. A eso me refería, a que vete tú a saber en qué fotos estamos por ahí, congeladas en un instante de nuestras vidas del que no tenemos ni idea. Mundo curioso este.

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