lunes, 8 de noviembre de 2021

Ya nada puede sorprenderte



Hace poco leí una novela en la que una señora de edad decía: Lo extraña que puede ser la vida. A los 78 años dirías que ya nada puede sorprenderte y te pasa una cosa de estas y te parece que el mundo acaba de empezar. ¡Cuántas veces muchos de nosotros hemos hecho esta misma reflexión cuando nos topamos con lo inesperado!

Esta semana, por ejemplo. En la hora en que caminamos por la mañana por la costa de Bajamar, le iba contando yo a mi amiga María Victoria el libro que mi hija escribió hace poco para MOLPEditorial, "Productividad para escritores". Hay que decir de antemano que mi hija es una de las personas más ordenadas que conozco. En su casa todo está organizado, los suéteres por colores, los armarios con todo dobladito sin ver ni un pantalón rebujado, las especias por orden alfabético, cada cosa en su sitio... ¡Un complejo que me da! Bueno, pues ese libro es la respuesta que ella da a la pregunta que siempre le hacen: "¿Cómo te las arreglas, cómo tienes tiempo para todo?".

Ella lo explica de un modo muy ameno en las 83 páginas sin desperdicio del libro.  Y uno de los libros de los que echa mano para explicarse mejor es "Momo" de Michael Ende. ¿Lo has leído?, le pregunté a María Victoria. Ella me contestó que no y yo le fui contando, mientras pasábamos al lado de las piscinas de Bajamar, que "Momo" es un libro que habla del tiempo, de los ladrones de tiempo ("los hombres grises") y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres.

Y en esas estábamos cuando llegamos a una casetita de madera que hay entre las piscinas y la playa donde la gente pone libros para que vuelen y se lean. Son pocos los que hay, unos 20 más o menos, pero nosotras, siempre que pasamos por allí, la abrimos y curioseamos para ver si hay algo que nos interese. ¿Querrán creer que el primer libro que nos encontramos fue "Momo" de Michael Ende? Me quedé tan asombrada que dije la frase de la señora con la que empecé este escrito: Dirías que ya nada puede sorprenderte y te pasa una cosa de estas y parece que el mundo acaba de empezar. ¡Es una señal!, dijimos las dos.

Así que cogimos el libro y este fin de semana lo he releído. Se publicó en España en 1987 y, después de 35 años, me volví a encontrar con Momo, la niña que sabía escuchar; con su amigo Gigi Cicerone, cuya fantasía florecía como un prado en primavera y contaba cuentos a los que le crecían las alas; y, por supuesto con Beppo Barrendero, el otro amigo de Momo, que aconsejaba: ¿Ves, Momo? A veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla (...). Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez ¿entiendes? Solo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca más que en el siguiente. Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea (...) De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle.

Y esto último me vino muy bien, porque justo este mes, a lo mejor por envidia de la casa de mi hija, me había propuesto ordenar la mía antes de las navidades (está un poco patas arriba). Así que ahora, siguiendo las directrices de Michael Ende y de Ana, 1º, me propongo el objetivo de ordenar, no la casa, sino una gaveta cada día. 2º, no voy a decir la excusa de siempre de "no tengo tiempo", porque es verdad que lo tengo pero no lo sé administrar bien. 3º, tengo que establecer prioridades, aunque una de ellas sea "no voy a hacer nada de nada" o "hoy, que es domingo, desayuno con calma y luego, otro ratito a la cama a leer" (uno de mis pequeños placeres preferidos). Y 4º, haré listas como una posesa (en realidad, me encanta hacerlas). Por ejemplo, hoy haré mermelada de mango ahora que hay tanta fruta en el árbol de la huerta, escribiré este post... y ordenaré una gaveta.

Así que, mira por dónde, una sorpresa inesperada me ha organizado la vida (el mundo acaba de empezar) y me ha hecho valorar aquello que es oro líquido para "los hombres grises": mi tiempo, en el que cada día, de ahora en adelante, seguro que habrá un hueco para algo -una casualidad, un milagro, tal vez- que siempre pueda sorprenderme.


16 comentarios:

  1. Buenos días Isabel: en primer lugar, un abrazo muy fuerte para todos los canarios. Cada día estoy más convencida que la "casualidad" no existe o es otra cosa. En Youtube anoche me presentaban el audio o podcast del libro Momo que ya lo leí hace años pero que alguno de mis hijos lo tendrá en su casa. Y hoy tú lo incluyes en tu artículo. ¿Será casualidad?. Un saludo muy cariñoso.

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    1. Las casualidades me dejan asombrada, Rosa María. Hay quien dice, como tú, que no existen, pero fíjate: en el plazo de una semana, mi hija publica un libro en el que habla de "Momo"; yo le hablo del libro a mi amiga en una caminata; en ese momento encontramos el libro en la caseta de libros; yo lo releo y hablo de él aquí; y tú anoche te lo encuentras en Youtube. ¿Habrá una conspiración celestial para que estemos atentos al mensaje de "Momo" y que nos hagamos dueños de nuestro tiempo para disfrutarlo?
      Otro saludo cariñoso para ti.

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  2. Ordenar..ordenar... tengo que hacerlo. Tengo todo el tiempo del mundo y no tengo tiempo para nada. Me has tocado la conciencia, " la loca de la casa" ahora está margullando. Me pondré a ordenar, mañana por ejemplo.

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    1. Sí, Mandi, lo de "Tengo que organizarme. Un día de estos empiezo" lo tengo yo en un muñequito en mi librería, margullándome también. A ver cuál de las dos se pone antes.

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  3. Charo Borges Velázquez8 de noviembre de 2021, 12:25

    Interesante reflexión, la tuya, Jane, pero a pesar de cómo la titulas, yo creo que siempre habrá algo que nos sorprenda, tengamos la edad que tengamos y, además, estoy convencida de que esa capacidad de asombro no debiéramos perderla nunca, porque indicaría que seguimos atentos a todo lo que nos rodea y a lo que, todavía, podría sorprendernos...

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    1. Gracias por tu reflexión, Chari, aunque sobra el "pero a pesar de como la titulas". Si te fijas, mi escrito va precisamente de lo que dices, de que aunque pueda parecernos por nuestra edad que nada nos sorprende, cada día nos trae algo nuevo. Termino con "cada día, de ahora en adelante, seguro que habrá un hueco para algo -una casualidad, un milagro, tal vez- que siempre pueda sorprenderme". Coincidimos totalmente.
      Un besote.

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  4. La verdad es que creo que no es pura casualidad lo que nos ocurre en muchas ocasiones.
    La vida nos pone situaciones que nos asombra y parecen premeditadas.
    Casualidad...no lo sé.
    Con respecto al orden ,tengo un problema.Me encanta tenerlo todo controlado y en orden, pero a mi manera...No sé si alguien me aceptará como soy.¡¡Cosas de la vida!!.

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    1. Mientras te aceptes tú a ti mismo/a... Conserva siempre tu sitio a tu manera.
      A mí sí me da que las casualidades existen. Pero eso no quita para que siempre que nos encontramos con una nos asombremos. ¡Cosas de la vida, como dices!

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  5. Está junto a la historia interminable son de las mejores historias jamás creadas, detrás de lo que aparenta ser libros infantiles se esconde un mundo lleno de reflexiones para la vida, saludos...!!

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    1. A mí también me gustan mucho las dos novelas, son de las que hacen pensar en profundidad. Hacía mucho que no me leía esta y me ha dejado un buen sabor.
      Saludos.

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  6. Mari Carmen González Zamorano12 de noviembre de 2021, 17:05

    Bonito mensaje, Me pondré a ordenar ya AAA.
    Porque tiempo si qué tengo, pero ganduleria también.un beso, nos vemos pronto.

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    1. Justo eso me pasa a mí, Mari Carmen. Pero qué bueno es un día haciendo el vago... O como dice un amigo mío, arrastrando la pernera del pantalón del pijama.

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  7. El tiempo, sin duda, es un valor incalculable en nuestros días y saber organizarlo requiere un gran poder.
    Recuerdo comprar ese libro a mi hija cuando empezó el instituto....De las primeras obras que le pidieron.
    En cuanto a las cosas sorprendentes pueden asombrarnos a cualquier edad, sólo hay que estar atento a cada milagro del día.

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    1. Fíjate, Cande, vale tanto el tiempo que eso es lo que yo les pido de regalo a mis hijos: "Dame una tarde de tu tiempo". Para perderlo juntos, para hablar, para ir al cine, para que me explique cosas que no sé...
      Gracias también por tu tiempo, Cande.

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  8. ¡Hola Jane!
    En cuanto a las casualidades, no me hables. Hay tantas y tan increíbles algunas como esta de Momo, que si me pongo a enumerarlas, no termino. La última que recuerdo, hace menos de un mes, en Madrid: cenamos un miércoles seis personas en un sitio, el viernes comimos (a mediodía) siete, en otro sitio completamente distinto, pues la cuenta fue exacta en euros y céntimos ¡rarísimo!
    Con respecto a Momo, novela que también leí hace mucho tiempo, lo que se me quedó grabado para siempre, es que Momo ESCUCHABA, ese era su don, cosa que casi nadie hace. Por esa época me compré un libro: "El arte perdido de escuchar", a ver si con su ayuda, podía conseguirlo. :)
    Y en tercer lugar, si hablamos de orden, vamos Jane, si tú eres "superordenada" como se dice ahora, uff!!. Lo de las especias tu hija lo aprendió de ti, no lo puedes negar, y de ahí en adelante, pues no sé, pero tú no necesitas más orden, creo .Yo,sin embargo... mejor no hablar. Bueno, ayer tiré una caja llena de apuntes de alemán, por algo se empieza.
    Me voy a ordenar un poco XD
    Besos

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    1. Las casualidades cada vez me asombran más. Creo que ya te conté lo de los zapatos de mi consuegra y míos en la boda de Ana. Comprados, ella en Madrid y yo en Tenerife, en dos zapaterías distintas, y eran absolutamente iguales. Yo no me lo creía, pero así fue la cosa.
      Y es verdad que lo de las especias me lo copió a mí, pero últimamente estoy un poco laxa. ¡Fíjate que encontré la albahaca al lado del tomillo! Tengo que ponerme a ordenar en serio. Un día de estos empiezo.
      Y ojalá todos supiéramos escuchar como Momo. El mundo sería un lugar un poco mejor.
      Un abrazo, Arista.

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