lunes, 3 de enero de 2022

Fuegos artificiales



Este último fin de año ha sido atípico. En lugar de celebrarlo en casa con los amigos como en los últimos 30 años, por imperativos de la situación covidiana, nos hemos ido al sur con mi hijo y familia (Bueno, en realidad al oeste, ya les expliqué cómo es esto en "La isla con dos puntos cardinales").

Aspirar, mientras tomábamos las uvas, el salitre de olas embravecidas y ver sobre nuestras cabezas un cielo nocturno lleno de estrellas -Orion, las Pléyades y la Vía Láctea, claramente visibles-, es, cuando menos, distinto a otros años. Y, después de las uvas, los fuegos artificiales, que nunca vemos desde mi casa (excepto los 3 cohetes que tira el vecino). Pero abajo, en el sur, los teníamos a derecha e izquierda, unos con el fondo del Acantilado de Los Gigantes, otros desde la Playa de Alcalá.

No eran tan abundantes como los del Cristo de La Laguna, ni tan originales como los de Gandalf en la fiesta del principio de "El Señor de los Anillos": Hubo cohetes como un vuelo de pájaros centelleantes, de dulces voces; hubo árboles verdes, con troncos de humo oscuro, y hojas que se abrían en una súbita primavera; de las ramas brillantes caían flores resplandecientes sobre los hobbits maravillados (...). Hubo fuentes de mariposas que volaban entre los árboles, columnas de fuegos coloreados que se elevaban transformándose en águilas, o barcos de vela, o una bandada de cisnes voladores.

No, estos de esa noche -ramilletes de colores, palmeras, antorchas, estrellas, tracas finales- no eran fantásticos, pero eran unos fuegos dignos y festivos. Viéndolos y brindando con champán, quise que este 2022, ¡tan bonito número, él!, fuera como esos fuegos que brillaban en la noche: un año lleno de color que iluminara los momentos grises; un año que nos arrancara unos cuantos ¡Ooooohs!, como hacemos al ver palmeras doradas en el cielo nocturno; un año del que nos apeteciera ser testigos y vivirlo bien vivido, lo mismo que hemos hecho cada vez que anuncian fuegos artificiales para celebrar la vida. Y sobre todo, (toquemos madera), un año en el que el fuego siguiera siendo artificial y domado, no natural, no el que está escondido en las entrañas de la Tierra: un fuego en la cocina para calentar la comida, fuego en la chimenea en las noches frías, fuego en las velas de cumpleaños, en las hogueras de San Juan, en las fiestas de los pueblos o en los fuegos de esta despedida de año -¡Adiós, 2021!- y de esta bienvenida a otro: ¡Hola, 2022, a ver cómo te portas!.

¡Feliz año a todos!

12 comentarios:

  1. Charo Borges Velázquez3 de enero de 2022, 15:19

    Pues sí que has tenido una despedida de año bien distinta, Jane.
    Además, veo que te ha inspirado mucho. Sobre todo, en esa petición de que los fuegos de 2022 sean beneficiosos y controlados y no con la furia y el caos con el que lo escupen las entrañas de este planeta nuestro.
    Precioso post, querida amiga...

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    1. Hay que tenerle respeto a esa naturaleza contra la que no podemos hacer nada. Lo de La Palma ha sido una lección extrema. Los fuegos, domaditos y controlados están más guapos. Y no nombré las velas, que a cada rato ponemos como una petición, como un acto de esperanza y fe, en los altares de los santos o, simplemente, en un farolillo en nuestra casa. Las velas... son las velas.
      Gracias, Chari.

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  2. Carmen María Duque Hernández3 de enero de 2022, 15:19

    Feliz 2022!!!! Gracias mi niña, salud y paz para todos

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    1. Feliz, 2022, Carmelita, mira que tiene pinta guapa esos 3 patitos y el estanque. A ver si responde a ese aspecto tan hogareño y pacífico.
      Un abrazo muy grande y gracias a ti.

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  3. Qué bonito, Isa. Sabes disfrutar la vida. Ojalá se cumplan tus deseos qué son también los míos.

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    1. Creo que es una obligación moral lo de disfrutar de la vida mientras estemos sanos. No hay día que no lo piense o lo hablemos. Y ojalá, como dices, este año sea cálido, sorprendente y lleno de color. Pondremos lo que esté de nuestra mano para ello.
      Un besote, mi querida Ani.

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  4. Hola Jane. Yo estoy contigo: 2022, a ver como te portas!!!!.
    Pero también depende mucho de nosotros. Creo que si fuésemos un poco más empáticos y un poco más relajados, nos iría un poco (o un mucho) mejor. Lo digo porque cuando salgo a la calle a dar un paseo , veo a la gente acelerada como si fuese el último día de sus vidas. Los bares llenos, y claro, a partir del 2º vaso de vino o cerveza, mascarillas fuera, abrazos a todo el que llega o pasa por allí, gritando.... En fin, creo que me he ido del tema... Así que 2022 pórtate bien!!! y que los Reyes nos traigan un poco de empatía, un mucho de Salud y Solidaridad...Un beso Jane. Juan

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    1. Me uno a tus buenos deseos. Y es verdad que la gente va muchas veces por ahí como si tuviera un cohete en el culo. "De Alto Cedro voy para Marcané, llego a Cueto, voy para Mayarí...", como cantaba Compay Segundo, queriendo decir que uno no para. Vamos a tomarnos la vida con serenidad y calma, ooooommmmm y todo eso. Que los Reyes te dejen, Juan, más cosas aparte de empatía, salud y solidaridad, que también.
      Un beso, Juan.

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  5. Un fin de año diferente, pero que justamente por éso, no lo olvidarás.
    Los fuegos nosotros sí los disfrutamos,pero este año, en solidaridad con Odie (el perro) que además estaba malito de un ojo y su malestar era doble, cerramos ventanas y terraza para aíslarlo del ruido. Un ruido que nada tenía que ver, con el rugido que han soportado nuestros hermanos palmeros durante tres meses de terror. Por un año igual de novedoso, que rompa con los dos últimos y nos regrese al mundo que conocimos...

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    1. Nunca llueve a gusto de todos. Los fuegos, que son fuente de placer para muchas personas (entre las que me cuento), son también motivo de dolor para los seres que tienen una sensibilidad mayor para el ruido, como son los perros. El mío, el pobre, se ponía a aullar, y eso que por aquí no caen muy cerca y solo hay en las fiestas de septiembre. Lo único es lo que has hecho tú, aislarlos y que capee el temporal. Y por supuesto nada que ver con el rugido del volcán. Tuvo que ser espeluznante mañana y noche.
      Brindo contigo por un año más sereno.

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  6. Feliz 2022, Jane. A ver si las cosas van bien y el año que viene podemos ver, al menos, fuego artificiales como los de los Weasley antes de pirarse de Hogwarts. ;)
    Un beso enorme
    PD Lo que daría por ver algo parecido a lo que Gandalf organizó en la Comarca.

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    1. Feliz 2022, Dorotea. Yo también daría algo por ver los dos fuegos, los de la Comarca y los de Hogwarts, debía ser algo apoteósico. En fin, conformémonos con los reales (y ojalá salgan para celebrar lo bueno).
      Otro beso enorme para ti.

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