lunes, 5 de septiembre de 2022

Paella cosmopolita



Los primeros cosmopolitas que conozco fueron los sofistas, aquellos filósofos (primeros colegas nuestros) que cobraban por dar clase, mientras los ciudadanos filósofos (que no tenían ninguna necesidad) los despreciaban por ello. Los llamaban metecos, extranjeros, pero ellos preferían ser cosmopolites, ciudadanos del mundo, no sujetos a ninguna ciudad ni país, ni a sus estrechos límites. Eran como si fueran una suerte de Julio Iglesias primitivo cuando cantaba aquello de "No soy de aquí ni soy de allá...".

A mí, qué quieren que les diga, me caen bien ese tipo de seres humanos que son antes personas que atenienses, griegos o laguneros. Y en ellos pensaba el otro día en el que, como algunos domingos, nos reunimos la familia para zamparnos en buena compañía una paella como Dios manda.

Ustedes dirán que qué tiene que ver una cosa con la otra, pero, si se fijan, ha habido un largo recorrido por el mundo hasta que llegamos a comer una paella. El arroz, por ejemplo, aunque en el paquete diga que es valenciano, nació en la cuenca del Yangtzé, en la lejana China hace 13500 años, y ha atravesado estepas, valles, rutas escondidas y peligrosas hasta llegar a nuestro plato. El pimiento vino de Bolivia y Perú aunque hoy viva en mi huerto, y la cebolla fue cultivada por los sumerios en el 6000 a.C., imagínense. Procede, pues, de Irán y Pakistán. ¿Y el tomate? Ese "astro de tierra, estrella repetida y fecunda", como la llama Neruda, fue cultivado por los aztecas en México y traído a través del mar por las naves de Colón. Los calamares son subsaharianos y los langostinos, de Ecuador. La sal es de La Graciosa y el caldo con que todo se guisa se hace con pescados frescos de los mares de la isla. Y al final, como cuenta Amor Towles en el interesante libro "Un caballero en Moscú", "todas esas impresiones las reúne, combina y realza el azafrán, esa esencia de sol veraniego que, cosechado en las montañas de Grecia y transportado a lomos de mula hasta Atenas, ha atravesado el Mediterráneo en una falúa". Y el Océano Atlántico hasta las islas, añado yo.

Así que, mira por dónde, sí que hemos cumplido en algo el ideal sofista, por lo menos en la mesa. No habremos superado las fronteras ni el ombliguismo, pero sí que nos sentimos ciudadanos del mundo cada vez que nos sentamos ante una buena paella -ingredientes sanos, fuego furibundo, tiempo de reposo- y pensamos en todos los avatares, sucesos, caminos y siglos que hemos necesitado para catarla. Porque luego está el momento supremo de probarla, masticarla lentamente y decirnos unos a otros lo rica que está. Y al final, tal vez se nos pegue algo y estemos digiriendo y asimilando parte del cosmopolitismo del arroz. Y es que uno, en el fondo, es lo que come.

22 comentarios:

  1. Pero siempre te saldrá el valenciano purista diciendo que eso no es una paella como dios manda..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira que lo pensé, empezando por la cebolla, que muchos dicen que eso no se le puede poner a una paella. Pero hay otro montón de "puristas" que dicen que un toque de cebolla le viene estupendo. Y si empezamos con el tipo de arroz, se llena una enciclopedia. Señooor... 🙄

      Eliminar
  2. Ummmm que apetito Isa. Me encanta el arroz, pensaré en todo lo que nos has enseñado en esta magistral, cuando lo vuelva a comer. Besitos desde El Puerto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me encanta y de todas las maneras: arroz negro, a banda, purista, pecador, amarillo como se hacía y decía en mi casa (mi abuela Mamá Lola lo hacía espectacular),.. ¡Que sigamos disfrutando de él!

      Eliminar
  3. Genial, como siempre, y cómo aprendemos siempre "cositas" en un tono jocoso y ameno. 💜💛❤ ¡Salud y república!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De eso se trata, de alegar un rato sobre lo divino y lo humano sin hacernos sangre. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Marilí Lorenzo del Pino5 de septiembre de 2022, 16:55

    .Isa, el que canta "No soy de aquí ni soy de allá" ¿no es otro?.-

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son muchos. Mira lo que dice la wikipedia:
      "Es una canción compuesta por el cantautor argentino Facundo Cabral en 1970. Esta canción puso a Facundo Cabral en el mapa musical internacional y en poco tiempo se convirtió en su tema característico. La canción fue modificada por Alberto Cortez en una versión posterior. Debido a su gran éxito, la canción fue objeto de múltiples versiones posteriores, en diversos géneros musicales, en la voz de otros artistas de gran relevancia, tales como Alberto Cortez, Jorge Cafrune, Libertad Lamarque, Chavela Vargas, Tania Libertad, Julio Iglesias, entre otros."

      Eliminar
    2. Marilí Lorenzo del Pino5 de septiembre de 2022, 21:49

      Isabel ....yo sabía que es de Cabral....versionada por Cortez pero no por Julito... 😂

      Eliminar
    3. Yo se la he oído a Julio Iglesias varias veces y fue el primero que me vino a la cabeza. Pero también he oído a Cabral y a Alberto Cortéz.

      Eliminar
  5. Mercedes Fernaud Vela5 de septiembre de 2022, 21:46

    A este magnífico relato Isa, yo añadiría una cuestión y asi la polémica cómo dice Suso Purriños será mayor. Cómo se come el arroz?. Con cuchara, tenedor o palillos?. 😂

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo diría que como les dé la gana a los comensales. Pero lo que dicen los entendidos es que con tenedor si comes en tu plato y con cuchara si comes directamente de la paellera. Con palillos, nunca.
      A mí no me gusta eso de comer todos de la misma fuente y prefiero mi plato, mi tenedor y mi arrocito.

      Eliminar
  6. ¡Qué lástima, que los "ideales cosmopolitas", así que fueran a la manera kantiana, se hayan vuelto tan vulnerables a la globalización, a la deslocalización y en definitiva a la aculturación!... Afortunadamente la mejor paella siempre es la que hace uno/a para comer entre amigos, en familia, ya sea un "arroz amarillo" y con aceitunas sin hueso.. P.D. Me alegro volver a leerte Isabel... Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A pesar de todo, Tito, el ideal cosmopolita sigue existiendo como meta utópica a pesar de la vulnerabilidad. Y el ideal de paella perfecta también :-D Mi abuela Lola, que hacía un arroz amarillo que te podías morir, también le ponía aceitunas. sin hueso. Y curiosamente, vino.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Hola Jane. Pues yo creo que la paella es un manjar de Dioses...Y hay tantas recetas como cocineros/as se atrevan a hacerlas. A mi me gustan casi todas. Cuando era pequeño "no existía la paella" , pero mi madre hacía un arroz amarillo de chuparse los dedos...Alguna vez hago un arroz amarillo con cochino o pollo y me acuerdo de mi infancia.
    Así que a seguir con la tradición familiar de esas paella con o sin socarrás. Un beso Jane. Juan

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabes que uno de las mejores paellas que recuerdo la hiciste tú en el instituto, en el claustro antiguo, una vez que te atreviste a alimentar a un montón de compañeros. Solo los grandes maestros paelleros lo hacen bien.
      A mí como a ti me gustan todas.
      Un beso, Juan.

      Eliminar
  8. Charo Borges Velázquez6 de septiembre de 2022, 18:38

    Poner de acuerdo a un español con otro sobre como tiene que ser una paella valenciana, es tan difícil e imposible como intentarlo con la tortilla española o el gazpacho andaluz.
    Lo importante creo yo, Jane, es que unas y otro estén ricos y sirvan de pretexto para que las familias y los amigos se reúnan a su alrededor y disfruten de un estupendo rato de amor, compaña y buen yantar.
    Al fin y al cabo, somos lo que comemos, ya lo dices tú...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo contigo. Otro día hablamos de gazpachos (porque de tortilla también he hablado).
      Lo de que el hombre es lo que come lo dijo Ludwig Feuerbach en el siglo XIX, originando un gran escándalo: es la definición más materialista del hombre. La frase entera es: "Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados, denle mejores alimentos. El hombre es lo que come."

      Eliminar
  9. Sí señor, el arroz yo creo que es la comida más internacional o por lo menos la más popular porque mira qué hay chinos, ja ja ja.
    Y no hablemos de cualquier variedad del huevo...Benditas gallinas que a pesar de su nombre, aparecen en cualquier lugar del mundo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Arroces chinos, valencianos, caldosos como el de la imagen... Será por arroz.
      De los huevos hablamos otro día. Con tanto alegar de comida me está entrando un hambre...

      Eliminar
  10. Con respecto a la paella ,te puedo decir que me encanta, bien sea con mariscos, carne , verduras,o combinada.
    Mi madre la hacía con verduras ,carne de pollo y res... Espectacular!!.El mejor arroz amarillo que jamás he comido.
    Cómo se recuerdan los sabores de antaño, sobre todo ,si eran comidas de tu madre.Mis hij@s también elogian ,esas comiditas de sus abuelas, especialmente de la materna ,con la que más convivieron.
    Referente al arroz ,prefiero el bomba para paella,y redondo para arroz blanco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre me ha llamado la atención que a la paella en Canarias, antes sobre todo, se le llamara "arroz amarillo". Claro que era ligeramente distinta, hecha en cazuela al fuego, y con aceitunas y pimientos, y generalmente como la tuya con carnes y no con mariscos. Pero qué rica es. Yo la hago a cada rato también. Los viejos sabores nunca pasan de moda.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html