lunes, 13 de febrero de 2023

... Y fueron felices.



Llevamos una semana traumática, con ese terremoto que ha sacudido Turquía y Siria, con esos miles de muertos, heridos y gente sin hogar, que nos dejan el corazón en un puño y el ánimo por los suelos. Y a esto se añaden las peleas políticas, la guerra que no cesa entre Ucrania y Rusia, los inconvenientes de vivir en sociedad. Dan ganas de parar el mundo y bajarse.

Por eso no es raro que una busque los finales felices en los libros. Estoy totalmente de acuerdo con Marc Levy, un escritor del que apunté esta perla de sabiduría: ¿No le parece que ya hay bastantes dramas en la vida real, que la gente ya está suficientemente abrumada por las desgracias, las mentiras, las vilezas y las mezquindades como para que añada más usted, como para perder el tiempo contándoles historias que acaban mal?. Pues eso.

¡Ah, los finales felices, donde, no sé por qué, comen perdices (¿Por qué no jamón serrano?)! Y no finales felices relativos, como los de las novelas policíacas en las que siempre alguno acaba mal, generalmente el asesino. No, no, para finales felices de esos que te dejan una sonrisa en la cara hay que leer una buena historia romántica. Una de mis preferidas, por ejemplo, es "La volatinera" de Dorothy Gilman, que no solo tiene un final agradable (Pero mientras iba pensando en todas estas cosas, compré una flor al florista de la esquina y me la llevé a casa para Joe), sino que también incluye el final feliz de otro libro del que habla: Y así fue más allá del horizonte al país de la aurora. O este final tan bonito de "La vida escondida entre los libros" de Stephanie Butland que dice: La idea de ella era tan acogedora como la tarta de jengibre, tan dulce como la de una niña que encuentra la concha perfecta en la orilla.

Y por supuesto, el final perfecto de una novela romántica es terminar con un beso de amor, claro. Les pongo dos ejemplos de dos novelas que no solo son "novelas de besos" (como las que no le gustaban al niño de "La princesa prometida"), sino que además tienen un ingrediente que me encanta, el humor. Una es "La hipótesis del amor" de Ali Hazelwood que termina con Le acercó los labios al oído y susurró con suavidad: ¿Puedo besarle, doctor Carlsen?. La otra es "La reina de la casa" de Sophie Kinsella: ¿Y ahora, qué? -Se gira hacia el andén y yo lo imito. Las vías se extienden en ambas direcciones hasta perderse de vista- ¿Por dónde?. Miro hacia la lejanía, entrecerrando los ojos. Tengo veintinueve años. Puedo ir a donde quiera. Puedo hacer cualquier cosa. Ser quien yo quiera. -No hay prisa.- digo al fin; me pongo de puntillas y lo beso otra vez.

Algunos de ustedes (escépticos, que son unos escépticos) tal vez piensen que los finales felices no existen porque la vida está llena de escollos y termina como termina. Orson Welles decía que, si quieres un final feliz, eso depende de dónde quieres parar la historia. El dibujante Paco Roca en una de sus historietas presenta a Homero imaginando "La Odisea": Empezaré con la salida de Ulises de Troya. Y la terminaré...emmm". Pero al terminarla, cuando Ulises ve su amada Ítaca, empieza a pensar: Cuando amarremos, habrá que poner al día el barco: Pintar el casco, reparar velas, pagar a la tripulación, poner orden en nuestras casas, hacer la colada, ocuparnos de las propiedades de la familia... Con lo cual Homero se arrepiente del final, y pone que aquello no era Ítaca, que los dioses le estaban jugando otra vez una mala pasada a Ulises, y entonces el barco cambia de rumbo y se interna de nuevo en las brumas.

Pero también pienso que, si has tenido una vida plena, si cada momento eres consciente del privilegio de vivirlo, tal vez incluso el final de los finales no sea un mal final. Como dijo Edmund Spenser en estos versos que Agatha Christie pidió que pusieran en su tumba: El sueño tras el esfuerzo, el puerto tras la tormenta, la paz después de la guerra y tras la vida la muerte, satisfacen plenamente. 

Un final feliz...

16 comentarios:

  1. Me gustan también los finales felices y en estos momentos tan enrevesados que vivimos, nada como un libro bien escrito, que te haga pensar, que te atrape su historia, que te evada y te saque de vez en cuando una sonrisa, que te guste tanto que te dé pena terminarla...todo eso y mucho más!!!
    Muy bonito el post, Isa.

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    1. Has descrito fenomenalmente bien todo lo que yo le pido a un libro. A mí me ha pasado que me ha gustado tanto un libro que sobre la marcha, por no abandonar ese mundo, lo vuelvo a leer. Y además lo sigo disfrutando.
      Muchas gracias.

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  2. Hola Jane. La verdad es que con la que está cayendo , nos hacen falta finales felices y que nos hagan sonreir o soltar una buena carcajada. Siempre me acuerdo de la escena final de la película "Con faldas y a lo loco". Esa frase de: "Nadie es perfecto" me parece una frase digna de un Nobel. Un beso Jane. Juan

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    1. La he visto mil veces y siempre me arranca una carcajada. Y es verdad lo que dices, este es un buen momento para el humor, para reírnos con muchas ganas. A lo mejor por eso tienen tanto éxito las murgas de carnavales.
      Ahora que estoy haciendo limpieza en mi biblioteca (ya no me caben tantos libros) quito los de terror o angustia, pero los de humor (¡Bendito Wodehouse!), nunca.
      Que nunca perdamos esa mirada optimista, Juan. Un beso.

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  3. Me ha hecho mucha gracia ( ultimamente busco películas que me hagan reir) una comedia argentina que se titula Matrimillas .Es original el argumento y muy gracioso A los protagonistas les colocan un reloj que mide el amor, los actos cariñosos,los piropos a la pareja y eso suma millas .

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    1. La apunto, Maribel, no había oído hablar de ella. A ver si la encuentro y me río un buen rato. Gracias.

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  4. Isabel López Carreño15 de febrero de 2023, 18:03

    Totalmente de acuerdo.

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    1. Ya sé yo que tu natural optimismo te lleva a reír, más que a llorar. Que sigas disfrutando de la vida.
      Un beso, Isabela.

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  5. Hola Isa
    Me ha encantado. Y gracias por tanta información para finales felices
    Besos
    Ana

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    1. Hay más información sobre comienzos famosos y creo que una vez hablé de ellos. Pero también aunque el principio de una novela te abre el apetito, el final es lo que da sentido a toda la novela.
      Gracias y un abrazo grande.

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  6. Finales felices y comienzos también. Creo que ya empezamos a estar cansados de tantas desgracias y las naturales pues casi que no se pueden evitar, pero las que el ser humano busca en su afán despiadado de poder, esas son las que nos dejan conmovidos e impotentes ante tanta avaricia injustificada. Un par de películas de Marisol o de Joselito les ponía yo a estos personajillos enfermos que juegan con las vidas, como quien construye y destruye un lego. ¿Quién les habrá hecho creer que el mundo les pertenece?

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    1. Pues nadie, Cande, los egos desmedidos no atienden a razones. Me hizo gracia lo de endilgarles una película de Marisol o Joselito. Yo les pondría más bien alguna llena de humor como "El gran dictador" de Chaplin para que al mismo tiempo vieran lo ridículo que es creer que el mundo les pertenece.
      Gracias por tu comentario, sabes que me gustan.

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  7. Charo Borges Velázquez15 de febrero de 2023, 18:18

    La verdad, Jane, que no están las cosas para finales muy felices. Ni siquiera, felices, pero si procuramos que nuestro entorno sea más amable y menos tenso, si aprendemos a intercambiar y compartir buenos momentos puede que consigamos contagiar a otros y eso ya sería un final feliz.
    Pongámonos a ello, pues...

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    1. No, Chari, no lo están. Cada vez que leo el periódico cada día lo hago con miedo a ver con qué nos van a sorprender (mal). Menos mal que de vez en cuando, entre tanta hojarasca, aparece una noticia que también nos endulza el alma. Hoy por ejemplo, en el País lo único que vi que me gustó es un artículo de Javier Santiso, "Matar la muerte", que habla de la inmortalidad de las obras de arte ("Basta con plantarse delante de un 'velázquez' para levitar en el cielo" o "Los libros harán que la pequeña música de todos los días no sea solo eso, ruido"). Mientras tanto, como dices, a poner algo de nuestra parte para llegar a, por lo menos, momentos felices.

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  8. Me encantan los finales felices y, sin embargo, en mis propias historias me decanto por lo no tan bueno o malo directamente.
    Vi estos dos títulos en La tribu de la romántica, creo que ahí participa tu hija Ana. La verdad es que hablan con tanto entusiasmo de ellos (ahora no recuerdo si en la web o el podcast) que me entraron ganas de leerlos a pesar de no ser mi género favorito. En vez de esos compré uno de Ana que espero que me llegue pronto. Estoy segura de que tampoco me defraudará el final. :)
    Un abrazo.

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    1. Sí, Dorotea, mi hija y otras tres escritoras como ella hacen con La tribu de la romántica una cruzada a favor de las novelas románticas que mucha gente menosprecia sin razón. Como en todo género puede haber malas novelas y otras excelentes.
      Espero que te guste el de Ana. Yo lo paso bien leyendo sus novelas y esta última ha tenido bastante buena acogida.
      Un abrazo.

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