lunes, 14 de agosto de 2023

Ordeñando nubes



Yo creo que todos tenemos fantasías con las nubes. ¿Quién no se ha extasiado contemplando el mar de nubes a las faldas del Teide? ¿Quién no se ha tendido alguna vez en el césped o en la arena de la playa a ver pasar las nubes y a interpretar sus formas? Mira ahí un elefante, o una descomunal ballena, o dos osos jugando, o una lanza que atraviesa el horizonte... Las nubes inspiran hasta ficciones, como hace el dibujante Max en una de sus historietas: Una nube solitaria es un microrrelato; nubes dispersas dan para cuentos; las nubes viajeras inspiran odiseas; los cirros, textos existenciales; los cúmulos, grandes dramas; los cielos plomizos, tostones confesionales y las nubes borrascosas, tragedias.

Durante siglos en las nubes habitaban extraños personajes, pero nosotros hemos sido los primeros que las hemos visto desde arriba y, por eso ahora (aparte de que a veces estamos en las nubes) son para nosotros más próximas y más familiares, más nuestras. Hay hasta un colectivo llamado "Cloud Appreciation Society" (CAS, Sociedad de apreciación de las nubes) que las considera "el elemento más dinámico de la naturaleza". Son, dice su fundador, Gavin Pretor-Pinney, la expresión "del humor de la atmósfera" y su contemplación "beneficia el alma".

Pero las nubes hacen mucho más. Ahora mi ex-alumno y amigo Quico Purriños  me cuenta que hace unos años, desde 2016, se ha embarcado en un proyecto ilusionante y romántico que tiene a las nubes como protagonistas (y ya solo por eso se enciende la imaginación). Fue su amigo, Ricardo Gil, quien lo invitó entonces a "ordeñar nubes" y le habló por primera vez de la lluvia horizontal, ese milagro que muchos hemos visto entre los árboles al subir al Teide. "Todo está inventado -le dijo-, solo tienes que observar a la naturaleza y luego imitarla. Fíjate en las ramas de los pinos cubiertas de gotitas de agua, mira cómo amanecen los coches en las mañanas, cubiertos por el rocío". Y haciendo lo mismo que la naturaleza hace, Ricardo Gil diseñó y patentó un captador de niebla, un recogedor de un agua pura y limpia que se almacena en depósitos con capacidad, por ejemplo, de 600.000 litros, sin afectar al medio ambiente y sin necesidad de combustible. El proyecto -Nieblagua se llama- hoy es una realidad y se ha implantado en Gran Canaria, en Arafo (Tenerife), en Huéscar (Granada), en Portugal, y próximamente en el desierto de Atacama en Chile.

Me emociona la gente imaginativa, los observadores que se pasean por las nubes sin perder de vista el suelo, los que hacen lo posible por cumplir sus sueños. Mi enhorabuena a Quico y a Ricardo y a las instituciones que los han apoyado. Ellos restituyen la fe en la humanidad y en sus logros. Ellos son parte de la gente necesaria de la que habla en su poema Hamlet Lima Quintana:

"Hay gente que con solo decir una palabra

enciende la ilusión y los rosales, 

que con solo sonreír entre los ojos

nos invita a viajar por otras zonas, 

nos hace recorrer toda la magia. (...)

Hay gente que con solo abrir la boca

llega hasta todos los límites del alma,

alimenta una flor, inventa sueños, 

hace cantar el vino en las tinajas

y se queda después, como si nada.

Y uno se va de novio con la vida

desterrando una muerte solitaria,

pues sabe que, a la vuelta de la esquina,

hay gente que es así, tan necesaria."

14 comentarios:

  1. Y a mí que me encanta mirar las nubes, descubro siluetas que me observan, que me siguen, que me tutelan y miman, como si todavía estuviera atendiendo la clase que me daba Isabel cuando llevaba pantalón cortito y ella se estrenaba en eso de la docencia. Gracias Maestra.

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    1. Todavía, después de 51 años, recuerdo tus ojos de niño, grandes y llenos de curiosidad. La curiosidad (ya se dio cuenta el viejo Aristóteles, que sabía más que Lepe) es un buen motor para fijarse en todo lo que nos rodea, hasta en pequeñas gotitas de agua que quedan prisioneras en las hojas de los pinos canarios. Creo que siempre te ha acompañado en la vida y es una suerte que nunca la hayas perdido. Me siento feliz de haber sido testigo de ello una pequeña parte del camino.
      Mi enhorabuena de nuevo y un gran abrazo.

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  2. Charo Borges Velázquez14 de agosto de 2023, 19:02

    Así es, Jane, las nubes han ejercido y ejercen en muchas personas un poderoso atractivo, porque suelen ser muy sugerentes con sus formas, sus luces y sus colores.
    Incluso han sido objeto de verdaderas obras de arte, como las de un excelente pintor tinerfeño, llamado Gonzalo González, que seguramente logró que muchos empezaran a mirarlas y admirarlas de otra manera.
    Otra visión más prosaica, pero también más práctica y útil, es la de ese joven observador que ha terminado, incluso, ordeñándolas y sacándoles muy buen partido. Bravo por él...

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    1. Las nubes, si una se detiene a pensar en ellas y no las ve solo como un telón de fondo, inspiran a todas las artes. Los poetas se han deleitado en ellas. Octavio Paz dice: "Nubes y nubes / flotan dormidas, algas del aire; / todo el espacio / gira con ellas, fuerza de nadie". O Villaespesa: " En la paz celestial de las alturas, /cual velos de quiméricas huríes, / nubes blancas, doradas, carmesíes, / despliegan sus eternas vestiduras".
      Pienso que son tan impresionantes que incluso una tarea prosaica, como aprovechar su agua, tiene algo de mágica y romántica.

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  3. La Cándidaerendira15 de agosto de 2023, 13:33

    Cuando yo era chica y no sabía del tiempo de solsticios, los días de verano eran mucho más largos y las tardes duraban mucho, pero mucho más...
    A mí me gustaba en ese tiempo y en esas tardes tumbarme de espaldas sobre el suelo de la azotea aún rescaldada, mirando el cielo de verano, imaginándome cosas y caras en las nubes que pasaban, perdiendo, o ganando, lentamente el tiempo... ganando lentamente la noche...
    ... El pájaro, el árbol, la casita, el abanico...
    Las imágenes se formaban caprichosas, blancas y cambiantes en el cielo, en mi mente y en mi retina... ¿O era al revés?

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    1. El mes pasado leí una novela ("El color de las cosas invisibles" de Andrea Longarella) en la que la protagonista de pequeña se tumbaba con su madre en el jardín y jugaban, como tú, a hallar formas en las nubes. Pero mientras la madre le señalaba, por ejemplo, una carrera de caballos salvajes en el cielo, ella solo veía cirros: "Parecen pinceladas blancas". Para ella era totalmente ilógico ver caballos en el cielo.
      Hay gente así, demasiado racional. Pero afortunadamente tú y yo seguimos encontrando figuras en el cielo.

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  4. Las nubes más famosas, sin lugar a dudas, las de Heidi, que parecían trozos de pikolin sobre ruedas, ja ja ja.
    Enhorabuena a esa iniciativa del que fuera tu alumno para progreso de nuestro planeta, que ya bastante herido está, el pobre.

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    1. ¡Es verdad! Para Heídi eran un colchón. En realidad, desde el avión lo parecen, tan mullidas, suaves y esponjosas.
      Creo que proyectos como el de Quico y Ricardo son los que hacen falta. Nada de perturbar el medio ambiente y es una solución sostenible y ecológica.

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  5. Cuando me levanto por la mañana, me asomo a ver si hay nubes, si están los alisios, si en la punta del Time hay nubes, si está el tiempo de otra manera. En una isla las nubes te condicionan mucho y siempre estás pendiente de cómo evoluciona el día en función de ellas. Ahora en estos días de calima no se ve ni una, y es una tristeza porque es una gozada ver el cielo azul de la Palma, las nubes blancas y los atardeceres preciosos. A ver si se va pronto porque suele durar 3 o 4 días y luego corren los alisios y hay más fresquito.
    Desde hace pocos años me he dedicado a mirar las nubes desde mi sillón y siempre veo figuras en ellas, caras, corazones... Mi nieta y yo solemos hacer fotos de ellas también. Como casi no puedo leer, mirar al cielo y ver las nubes es una manera de ver cosas que otros no ven. Por eso me ha encantado el post de hoy. Gracias, Isa.

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    1. Te puedo imaginar mirando pasar las nubes e imaginando mil figuras. Una actividad así en tu precioso patio de Argual, con la vegetación, la fuente, la sombra..., te puede llenar de calma y paz. Disfrútala todo lo que puedas, Nievitas, y que desaparezcan de una vez las olas de calor y todas las otras circunstancias que están dando la lata a la querida isla de La Palma.
      Un abrazo grande.

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  6. Me encanta el invento de tu amigo y exalumno. Por lo que yo se, cantidad de agua de las nubes que se acumula en el suelo, plantas y otros soportes posibles en donde se posa nuestro mar de nubes es muchísimo mayor que la que la que cae en forma de lluvia en el punto más lluvioso de la Península Ibérica. De eso hay datos desde hace tiempo. Por eso es increíble que hasta ahora, no hayan inventado artilugios para captarla de manera permanente y adecuada (por favor no enormes artefactos, generadores de desechos insostenibles y arrasadores del paisaje!!). Enhorabuena a los autores de la patente y el mayor éxito por ellos y por nosotros.

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    1. A mí me parece fabuloso. Ya le dije que me parecía digno de un Nóbel y él, con su sorna habitual, me contestó: "A su debido tiempo, no te adelantes". El impacto visual es mínimo y sus resultados, totalmente positivos. Deberíamos aprovechar más los recursos que la naturaleza nos da (la fuerza de las olas, por ejemplo).
      Ojalá la ciencia emprenda un camino que sume y no reste.

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  7. Me encantó leer este blog ,realmente inspira de ternura el alma . Claudio

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