Jejejeje, me dan ganas de empezar este post con esa risa de bruja y diciendo: "¿Se creían que me iban a perder de vista? ¡Pues aquí estoy otra vez dispuesta a seguir dando la lata hasta que el cuerpo aguante!". Y es que las razones por las que he estado desde el 11 de diciembre sin pasarme por aquí son perfectamente respetables e independientes de mi voluntad. A algunos que me han preguntado ya se las he dicho: después de un fructífero, largo y feliz contubernio, mi ordenador me dejó plantada con un rotundo y definitivo "hasta aquí hemos llegado". En buena época lo hizo porque ahí estaban el viernes negro y Papá Noel, haciendo realidad eso de que "a rey muerto, rey puesto". Así que ya tengo un flamante ordenador con el que por ahora mantengo un romance iniciático de esos de "santito, dónde te pondré".
Lo estreno con este post en vísperas de nochevieja en que siempre se espera un balance del año anterior y un objetivo hacia delante, con la eterna pregunta de qué nos deparará el 2025. Un ojo entusiasta y otro amedrentado, que decía Rosa Montero.
Decido que la mirada hacia atrás se centre en los libros que he leído este año: me han dejado historias alucinantes, sueños posibles e imposibles, embrollos fantásticos, datos interesantes hasta ese momento desconocidos y, sobre todo, momentos felices... Todo lo que la literatura puede hacer por nosotros. No recomiendo ninguno porque creo que cada uno elige el libro que más se adapta a su ánimo en ese momento y que cada libro nos escoge también. Pero sí les comento.
He leído 133 libros en este año. De ellos llevo un registro con el tema y una nota final: Muy bien, Bien, Bien pero, Entretenido y Pssss. Los malos no los leo. Entre los que me han gustado mucho hay policiacos como El nudo Windsor de Sophia Bennet, Amores que matan de Elia Barceló o El último crimen de la escritora Emilia Ward de Claire Douglas; hay románticos, como El amor ha muerto de Ashley Poston, Lecciones de química de Bonnie Garmus, Quedará el amor de Alice Kellen o Nuestro último verano en la isla de Abril Camino; de libros y librerías, un género que me encanta, les puse "Muy bien" a El club de lectura del refugio antiaéreo de Anne Lyons, El eco de los libros antiguos de Barbara Davis, Cervantes para cabras, Marx para ovejas de Pablo Santiago Chiquero, Amor a pie de página de Eva Alton o La librería de los recuerdos perdidos de Susan Wiggs; y dos novelas que recuerdan a Jane Austen: La otra hermana Bennet de Janice Harding y ¿Qué haría Jane Austen? de Linda Corbett; de fantasía me pareció con encanto La sociedad secreta de brujas rebeldes de Sangu Mandanna; también una road movie , Los límites de nuestro infinito de Marc Levy, y dos audiolibros: El gran timo de las hadas de Félix J. Palma y La casa sobre el mar más azul de TJ Klune; para relecturas elegí novelas divertidas de mis autores preferidos, P.G.Wodehouse, David Safier y Sophie Kinsella; y un libro de no ficción, Tinta invisible de Javier Peña, que lleva de subtítulo Sobre la pérdida, la escritura y el poder transformador de las historias. Me gustaron mucho también Azul salado de Marta Simonet, La novia del viento de Brenna Watson y La vida después de Marta Rivera de la Cruz.
Esos libros me han hecho feliz en 2024. Para el próximo año espero nuevas lecturas y otros mundos por descubrir. Ojalá consigas lo mismo y, como dicen los versos del poeta canario José Miguel Junco Ezquerra, y que "al convite se sume con su canto un jilguero y el dolor te sea leve y la paz sea contigo".
Feliz año.