lunes, 13 de enero de 2025

Las freganchinas al poder



En una entrevista que le hicieron a mi hija le preguntaron que qué le pediría a una Inteligencia Artificial y ella contestó que le limpiara la casa. No imagino mejor respuesta y, si encima hace croquetas, mejor todavía. Las labores de la casa son como aquella piedra enorme que Sísifo, castigado por los dioses, tenía que subir cada día a una gran montaña y cuando ya creía que la había dejado toda bien colocadita en lo alto, patapún, la piedra empezaba a rodar ladera abajo... y vuelta a empezar al día siguiente. Pues en la casa igual: barres, limpias el polvo, friegas, ordenas, lavas, planchas...,  y cuando ya te parece que está todo como los chorros del oro, hay que volver a empezar cada día ¡Señoooor! ¿Qué hemos hecho (sobre todo las mujeres) para merecer esto?

Y mira que hasta el propio Marx hablo de los trabajos estresantes y asquerosos que nadie quiere hacer, confiando en que llegaría un día en que las máquinas harían toda esa labor y los humanos podrían dedicarse al ocio y a trabajar en aquello que les gustara y los llenara. Pero naranjas de la China. Claro que él pensaba en el proletariado, y no paró mientes en el fregoteo de las casas, una actividad más penosa y encima sin sueldo. Habría que decirle a Marx que, mientras las mujeres (que son la mitad de la humanidad) no se pongan en pie de guerra, me da que no se va a llegar al paraíso comunista que él predicaba.

Estoy muy sensible con el tema porque, por causas que no vienen a cuento, llevo casi dos meses sin la persona que me ayuda en la casa. Y cada vez que estoy barriendo debajo de las camas, me acuerdo de un cuento, de los que oía en la radio de pequeña, que hablaba de un príncipe que iba buscando esposa por todo el reino y a todas las doncellas les decía que su caballo solo se alimentaba del polvo que se acumulaba debajo de las camas (tamo creo que se llama) y todas le contestaban que ellas tenían un montón. Solo cuando encontró a una que tenía el suelo limpio como una patena, detuvo su búsqueda y se casó con la buenita hacendosa. Pero yo entiendo a las demás, venga a barrer y barrer todo el día no puede ser sano, ni por 10 príncipes que se haga. ¿Y de dónde sale además todo ese polvo? ¡Y la plancha, por Dios, cómo la odio!

Cuando yo era jovencita (unos 13 o 14 años) me gustó un chico de 17 que me prometió el oro y el moro: me dijo que, si seguía con él, yo no tendría que preocuparme por nada, que tendría a mi disposición todo el servicio que quisiera y no tendría que mover un dedo trabajando en la casa. Ay, aquel chico sí que sabía. Nada de amor eterno y zarandajas de esas, sino el sueño de toda mujer: olvidarse de la escoba, el trapo y la fregona. Lo que pasa es que, cuando una es jovencita, es boba y no sabe y no valora ese ofrecimiento como se merece. Si hubiera sido tan sabia como soy ahora, no lo hubiera dejado escapar.

Así que mujeres del mundo que día tras día barren, friegan y planchan ¡UNÍOS! No más agacharse ni subirse a escaleras a limpiar telarañas, no más sudores en los fogones, cuando se puede estar tumbada tan ricamente leyendo un libro ¡Las freganchinas al poder!

9 comentarios:

  1. Es qué no hemos aprendido.Compramos y compramos durante toda una vida,los regalos de bodas ,y luego bienen los de los hijos que tengamos,los cumpleaños las cosas de la playa
    Y si tenemos huerta pues los aparejos para cuidarlo.los ordenadores y toda la tecnología .
    También pensamos en ampliar porque siempre nos falta espacio. Y así acumulando no caemos que todo eso hay que limpiarlo.
    Yo me he mudado a un apartamento mínimo donde la única figurita es el Rey del Roscón que me tocó este año. Seguramente el próximo año ya serán dos.

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    1. Creo que en eso está la solución, en ser minimalista. No hay mayor placer que coger una habitación llena de cosas (mi garaje, por ejemplo) y despojarla de todo lo inservible. Ese es mi propósito de este año, que no sé si cumpliré. Se me hace un mundo.

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  2. Hola Jane. Poco puedo opinar a este respecto....Como tuve un padre trabajando fuera y una madre que por cuestiones médicas estaba en la cama varios meses al año , pues a mi y a mis hermanos nos tocó aprender y hacer las cosas de la casa (incluyendo cocinar) ...y aún lo hacemos en nuestras casas 40 años después...Así que me solidarizo y me uno a tu petición!!!!!! Un beso jane. Juan

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    1. Yo tengo la inmensa suerte de que mi marido también hace las cosas de la casa. Hablo de las mujeres porque es la inmensa mayoría, ya decía Mafalda (mientras las imaginaba fregando la caverna o el castillo medieval) que las mujeres no habían jugado un papel, sino un trapo en la historia de la humanidad. Pero es verdad que muchos hombres también hacen ese trabajo ingrato que es limpiar para volver a limpiar.
      Y entre nosotros yo, que he probado tus paellas, agradezco a la vida que hayas aprendido a cocinar tan bien.
      Un beso, Juan.

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  3. La foto que pusiste de la freganchina me hizo recordar las tantas veces que fregué en mi casa suelos de madera.... No estaban barnizados porque no había "posibles" 🤗 mamá establecía un turno (entre las hermanas) para el fregoteo del suelo... Menos mal que nosotras nos lo tomábamos como un juego🤣🤣

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    1. ¡Fregar suelos de madera, qué horror! Recuerdo ver a mi madrina hacerlo en la casa de Los Realejos, era un trabajazo. Tomárselo como un juego era lo mejor y eso porque ustedes eran jóvenes. ¿Recuerdas a Mary Poppins ordenando la habitación de los niños? "Con un poco de azúcar...", cantaba.
      Pero a estas edades..., mejor ni lo pienso. Ni con azúcar ni con caramelos.
      Un abrazo, Queti.

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  4. Lamentablemente me dejaste escapar.

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    1. Qué pena. Y eso que eras un chollo :-D
      Las jovencitas son bobas.

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  5. Una vez más, suscribo hasta la última coma de tu post (menos lo de ese pretendiente que yo no tuve ;))
    Siempre he dicho que si fuera rica, lo que me gustaría es tener un ama de llaves como en las películas inglesas: que yo no sepa lo que voy a comer, cuándo toca cambiar las sábanas, qué hay que comprar etc. etc. Y, por supuesto, la casa como una patena sin tener que ser yo la que la superviso. Como ves, no es solo limpiar y planchar, es TODO lo que tiene que ver con la casa, menos disfrutarla. En fin... me lo pido para la reencarnación

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