Mi volkwanguito tiene ya 42 años y es el coche que mis nietos prefieren para que los vayamos a buscar al colegio. Cuando lo hacemos, van diciendo adiós a los amigos como si fueran en una carroza de Carnavales, presumiendo del "fulanguito", como ellos lo llaman. Y el coche les corresponde, orgulloso de llevarlos, mientras ronronea suavemente hasta llegar a casa.
He dicho ya que tengo un volkswagen escarabajo de 38 años. También he dicho
que nunca me ha dejado tirada en la carretera. Pero me faltó decir “por propia
intención”. Él, el pobre, no tuvo la culpa de las dos veces en que esto pasó.
Una fue culpa mía y se quedó sin batería en La Laguna, y otra, de un aprendiz de
mecánico, que le dejó un tubo suelto y se me incendió en la carretera de Las
Canteras. Pero las dos veces, como si el coche tuviera línea directa con el
cielo, me mandó de inmediato un ángel de la guarda. La primera vez, nada más
parárseme, apareció el mecánico del coche que lo conoce como si lo hubiera
parido; y la segunda vez, lo crean o no, al coche saliéndole llamas por todos
lados, y aparece un camión de una empresa de extintores, repleto de ellos, y me
lo apagaron en un pispás. ¿Es o no es un milagro?.
Es un coche color naranja, de trote alegre y natural afable, el primero que
cogí nada más sacar el carnet y con el que fui cantando a grito pelado por toda
la carretera de Tegueste cuando vi que podía conducirlo yo sola ¡Qué gozada! Es
también el único coche de toda la familia que pasa la ITV sin ningún problema.
Pero hace cuatro años mi marido y los amigos me empezaron a dar la lata y a
marear la perdiz con que ya iba siendo hora de cambiar, que si gastaba mucha
gasolina, que si la dirección asistida, que si patatín y que si patatán… Y lo
jubilé (a él también).
Al nuevo coche lo llamamos el Pocholo porque es un Polo con letras CHL. Es
gris, joven y manejable, pero no tiene la madurez ni la personalidad de mi
escarabajo. Digamos que el Pocholo es un empleado eficaz, pero el volkwanguito
es un viejo amigo. Y los viejos amigos, aunque caminen despacio, nos hagan
gastar mucho y a veces sean un poco majaderos, son los que elegimos para que nos
acompañen por esos mundos. Bueno, con el volkwanguito mejor ir sólo hasta
Bajamar, por ejemplo, no sea qué.
Después de leer este magnifico articulo sobre un compañero y amigo tuyo,como es tu primer coche,puedo empezar una critica diciendo que me ha parecido demasiado corto y resumido,creo que 42 años de acompañamiento es como resumir un matrimonio diciendo que se tienen tantos hijos y punto. Yo hubiera añadido anécdotas mas detalladas,que seguro que no faltan. Pues fueron muchos los viajes compartidos contigo y tu fiel amigo. Mencionas lo feliz que ibas con tu "volkwanguito" el día que sacaste el carnet, pero sino recuerdo mal es mas emocionante saber como calmaste los nervios de dicho examen de circuito!!!o me equivoco? Tal vez, deberías contarnos como fue aquel día de examen cuando todavía uno se examinaba del carnet entero el mismo día.De boca tuya en uno de esos recorridos que hicimos de camino al instituto o del instituto a casa, me contaste como fue ese examen y me parece de lo mas anecdotico.
ResponderEliminarPor respeto hacia tu persona no seré yo quien lo cuente , pero que sepas que aun recuerdo tus palabras, y las "locuras"que te pasaron. De toda la vida me gustaron los clásicos,y cuando llegó la época de insti,habían varios profesores que tenían dichas joyas, entre ellos estabas tu con tu "cuca". Cuando llegó la hora de tener mi primer coche, se me pasaron varios por la cabeza, entre ellos el escarabajo, y el mini. Al final me decanté por el último como bien sabes, pero esta decisión de modelos clásicos fue por la euforia de la gente al pasar dichos coches por delante. Viajar en una de estas reliquias era no pasar desapercibido ante los ojos de nadie, pitas sonando, saludos, risas.Como bien dices era como se sienten tus nietos al montarse, una autentica carroza de carnaval. A mi decisión de elección de coche (Mi Mini que por cierto se llama Cocacolo,por sus colores rojos y grises)y a ti, por tus buenos consejos le debo mi felicidad!! y el a ver conocido el amor de mi vida. que mas puedo decir??
Conclusiones filosóficas si tu y otras compañeras (profesoras)no me hubierais llevado en vuestros coches, yo no hubiera tenido esa fiebre por ellos, y si yo no hubiera tenido mi Mini,no hubiera conocido nunca al celestino y admirador de estos coches. Por lo cual mi vida sería muy distinta ahora. Vaya rollo!!También decir que sigo soñando con poder adquirir algún día un escarabajo y poder sentir ese ronroneo tan delicioso, que nada tiene que ver con la conducción de un mini.
En definitiva, el articulo esta genial y me alegra saber que sigues usandolo aunque yo no lo hubiera jubilado nunca!!!!donde este lo viejo que se quite lo nuevo, donde estén los carburadores que se quite la electrónica,porque ni Dios lo quiera el día que a Pocholo le dé por pararse....ese no se arranca en cambio!!!!!Fuera los chips y viva el alto nivel de CO2!!!Besos
Susana Rivero
Está claro, Jane, que el "fulanguito" (los críos suelen ser muy sabios y muy prácticos: no se complican la vida y simplifican los nombres más largos y complicados. Me uno a tus nietos.)estaba predestinado a ser tu joya, tu viejo amigo, y por eso atraía las ayudas inmediatas que necesitaba, para no fallarte. Así que, emulando a Agroteide, a cuidarlo, pues. Se lo ha ganado a pulso.
ResponderEliminarYa sabes, Susana, que la vida tiene esos vericuetos cruzados: yo, volkwanguito, tú en la parada, yo recogiéndote, el volkwanguito ronroneando, tú desarrollando el gusto por los clásicos y decidiéndote por el Mini, tu amor haciendo lo mismo, encuentro, boda, gemelos... Los coches tienen su papel en nuestra vida, eso está claro.
ResponderEliminarY tienes razón son muchas las anécdotas que me dejo en el tintero, pero ya irán saliendo. Lo de mi carnet de conducir creo que ya lo conté y, si no, saldrá alguna vez, seguro. Esta fue sólo la presentación de mi compañero de correrías durante más de 30 años. Ya no se hacen coches como éste. Cada vez que lo llevamos a la ITV siempre hay alguien que pregunta que si lo vendemos. Les decimos que no, claro, porque aunque esté jubilado y lleve una vejez tranquila, sigue activo. Igualito que yo.
Un besote y un brindis por los viejos tiempos y los ratos compartidos.
Cehachebé, pues igual tienes razón. Incluso cuando mi marido trabajaba en el Astrofísico del Teide y trabajaba por la noche, una madrugada se durmió al volante bajando y el coche hizo más ruido de la cuenta y se despertó inmediatamente. Lo tenemos como oro en paño al "fulanguito".
ResponderEliminarUn abrazo.
El "folvanguito" ha sido testigo de los acontecimientos más importantes de nuestra familia: fue coche de bodas, en él llegaron a casa dos niños recién nacidos, fue cargado hasta los topes en vacaciones y mudanzas, llevó a esos niños al colegio, al instituto y, a veces, a la universidad. Fue el primer coche que cogieron esos dos niños, cuando dejaron de serlo, cosa que soportó como un perro viejo soporta que dos críos pequeños le tiren de las orejas. Sin protestar. El pocholo será todo lo sexy que quieras, pero el "folvanguito" tiene solera y su historia es la nuestra.
ResponderEliminarMe has emocionado, Ana Jomeini. Tienes razón, su historia es la nuestra. Tengo imágenes preciosas en la memoria: yo saliendo de la iglesia con tu padre y montándonos en el coche delante, claro, con velo y parafernalia y oír decir por la calle: "¡Mira, unos novios en un volkwagen!"; o hacerte una foto, tú con 2 años, el Teide detrás, subida con sonrisa radiante en el techo del coche; o llevarte en él al colegio por primera vez; o también volviendo a ser "coche de boda" en la tuya... Ha estado presente siempre y yo creo que se alegra de los paseos esporádicos que le damos ahora, sobre todo cuando vamos a buscar a los niños. Sigue estando ahí.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno tía que buen tema, del cual podríamos hablar largo y tendido...jiji, pero tú ya no utilizas el escarabajo?.....no me lo puedo creer!....pero en parte te entiendo.....porque en casa de los castro todavía tenemos nuestro alfa o como lo conocen algunos 'el tronco móvil' y no sólo este sino que encima se ha únido el grande de Viena, el Volvo de los gunfolf, si jiji ese mismo,y por síntoma parecidos como los que te comentaban a ti como podría ser consumo, dirección y demás boberías que conductores como tu y yo de estas grandes máquinas.....no tenemos en cuenta, han pasado a un segundo plano...pero siguen en activo....y siento la misma alegría y comodidad y confort que seguramente sintió mi padre con su cochito o tu con el escarabajo.Y hoy en día están los dos activos y se podría decir que casi con la parranda de años que tienen cada uno de ellos, darán menos dolores de cabeza que estos modernos con tanta electronica.Un fuerte beso
ResponderEliminar¡Es precioso! Cuida de Fulanguito que te será fiel, al menos, otros 40 años. Mima a Pocholo, a lo mejor dentro de 40 años tus tus nietos lo usan para presumir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo, me encanta tu comentario porque es el de un buen conocedor y experto en coches. El volkwanguito sigue activo aunque ya no le damos tanto trote como antes. Me acuerdo de que hicimos la mudanza en él y tengo una película de esas de Super8 hace 31 años entrando en el garaje con un colchón sobre la baca. Y no te digo nada cuando iba y venía del Teide 3 días a la semana... Ahora los paseos son sólo hasta Tegueste o Tacoronte para que no pierda las mañas y, como dices, a mí me sigue gustando conducirlo.
ResponderEliminarUn beso grande.
Pues mira, Guillermo, al Pocholo también le estoy cogiendo cariño. El otro tiene más clase pero éste tampoco falla y está a lo que está. Lo que pasa es que el volkwagen tiene recuerdos añadidos, como cuando me fui de luna de miel y tuvimos que pararnos en la autopista porque me habían puesto un cencerro debajo del coche y casi no lo encontramos, y cosas así.
ResponderEliminarUn abrazo.