martes, 10 de noviembre de 2009

Una canasta gloriosa




Aquí donde me ven, con 60 y pico tacos, yo fui una vez, durante un breve momento, una gloria del baloncesto tinerfeño. Yo tuve mis cinco minutos de fama y eso es algo que todos los que hemos llegado a esa cúspide jamás podremos olvidar.

Mi amiga Chari, que ella sí fue en serio y durante varios años una gloria del baloncesto (entre otras cosas, fue la 1ª jugadora internacional de Canarias y la Mejor Deportista de la provincia), está haciendo un blog sobre la historia del baloncesto femenino en Canarias . Allí están nuestros primeros años de las Dominicas con Pancho Monje y Domingo Sicilia de entrenadores. Allí están los años en los que compartí tardes de entreno y después alguna cena en La Esperanza con el equipo de Jerónimo Foronda. Y allí no están los entrenos, cuando ya me fui a Madrid, con otro entrenador del que no me acuerdo el nombre, pero al que llamábamos, por lo feo, Zigoto (algo peor que Feto), por aquella mala uva que tenemos los humanos y de la que ya hablé.

Todo esto viene a corroborar que fui una aficionada al baloncesto. Una aficionada activa, porque participé desde los 15 a los 20 y pico años en equipos de baloncesto insulares y madrileños. Y pasiva, porque fui siempre a comerme las uñas con aquel maravilloso Náutico que nos dejaba a todos taquicárdicos.
Dicho esto, tengo que decir, en honor a la verdad, que era una maleta jugando a baloncesto. Vamos, que no era lo mío. Igual que en música no fui ni seré nunca Plácida Domingo, en baloncesto no fui ni seré jamás Paula Gasol.

Pero una vez toqué el cielo con las manos. Y esto no lo sabe mi amiga Chari, por lo que se lo brindo para su historia del baloncesto femenino en Canarias. Yo tenía 15 años y jugaba un partido en el Dominicas B (el lumpen, que diríamos) contra el María Auxiliadora (los Nobel del baloncesto en aquella época). Nuestro entrenador era Domingo Sicilia, que se mesaba los pelos una y otra vez al ver la paliza que nos estaban dando. Y entonces yo, en ese estado de gracia que te permite el tener todas tus facultades al servicio de un ideal, metí un aro, un maravilloso aro, un balón que, después de una brillante parábola, entró limpiamente y supuso 2 tantos para mi equipo.

Perdimos por 70 a 3. Y, cuando salíamos de la cancha de aquel Ideal Cinema en medio del Barrio del Toscal, el entrenador salió conmigo, armándome la bulla de paso y comentando cómo era posible que fuésemos tan malas. Y, entonces, uno de aquellos inefables personajes toscaleros le gritó: “¡Domingo!, ¿vas con ella porque es la máxima encestadora del equipo?” 

14 comentarios:

  1. Querida Jane, no sé por qué me da que ese tercer punto del partido, debí meterlo yo de un tiro libre o de personal, como decíamos entonces. Recuerdo la gran paliza que nos dio el Mª Auxiliadora y la gran bronca que nos echó Domingo que, dicho sea de paso, no le costaba nada, porque era lo habitual en él. Nunca estaba contento con lo que hacíamos.
    Para mí, pues, un minutillo de gloria, que debió ser lo que tardé en fallar uno y convertir el otro, de los dos puntos de la personal señalada sobre mi persona. Para ti, está claro, los cinco restantes de los seis que debió durar la osadía de hacerle ¡tres puntos! al campeonísimo MªAuxiliadora.
    ¡Ah! y muchas gracias por encaminarnos a ese blog que habla del baloncesto que practicamos, allá por los 60-80, las chicas de por aquí.
    Tu amiga estará muy contenta y agradecida por tus comentarios. Tú, como siempre, con tu humor fino-irónico sigues haciendo las delicias de los que te seguimos. Muchas gracias por ello.

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  2. Sí, Cehachebé, mira que sufrimos y gozamos en aquellos años en que tú y yo fuimos glorias del baloncesto. Bueno, tú más que yo. Todavía me estoy preguntando por qué se me ocurrió apuntarme en el equipo durante tanto tiempo. Ni soy alta, ni tengo mucha puntería, ni corro mucho... Pero ahí estaba con un entusiasmo digno de mejor causa. Yo creo que era por lo divertidos que eran los entrenamientos y porque al final siempre celebrábamos el partido (aunque perdiéramos) Eso nadie nos lo puede quitar .

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  3. "Perdimos por 70 a 3". Fuerte palizón. Así hasta yo soy la máxima encestadora del equipo (cosa que, por otro lado, en mi único año de baloncestista con indudables genes maternos, nunca conseguí. Todo sea dicho).

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  4. Y mira que tú por lo menos tienes altura suficiente. Igual te faltaba fogocidad y vehemencia. O ganas...

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  5. Ahhhhhhhhhh....ya decía yo!!!!
    Sentada en los escalones de cemento de la cancha y jaleando a mis dos figuras favoritas del magnífico equipo de foronda, clara y ángeles, su futura esposa (desde el cielo seguirá haciendo sus espléndidos pases), allí estuve yo, viendo entrar esa irrepetible canasta tuya...ya decía yo....riquirracazumbarraca....

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  6. Y yo sin saberlo. Si en ese momento te llego a conocer como te conozco ahora, te hubiera dedicado esa canasta gloriosa, tal cual Curro Romero quitándose la montera.
    Compartí tardes de baloncesto y meriendas divertidas con Clara, Ángeles, Charo, Conchi, Elena... y, por supuesto, con Jeromo Foronda, una persona estupenda que se fue demasiado pronto.

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  7. Fantástico post, Michaela Jordan

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  8. Gracias, Melchor.
    Lo mejor (o lo peor) es que fue real como la vida misma.

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  9. ¡Qué calladito te lo tenías!
    Cerca de treinta años trabajando juntas y que yo recuerde, nunca hablamos de ese tema.
    Lo digo porque yo también "jugaba" al baloncesto. Fue en la Universidad y tuvimos la oportunidad de participar en los JUN, una vez en Madrid y otra en Asturias ¡Cómo lo pasábamos! De encestes andábamos regular, sin llegar a los extremos que tú cuentas, pero el entusiamo lo suplía todo. Luego también en el colegio mayor ¡qué tiempos!
    Por cierto que el CANARIAS era el equipo chachi. Soy lagunera, se nota...

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  10. Lo tenía callado a ver si alguna vez publicaba mis Memorias y ponía una anécdota de lustre y esplendor :-D
    Nosotras también estuvimos a punto de ir a Zaragoza una vez en los Juegos Universitarios pero al final, como siempre, había poco dinero y sólo fue el equipo masculino. Del baloncesto en los años de Madrid, el único recuerdo que me quedó fue una fractura en la cabeza del quinto metatarsiano. Todavía cuando hay frío noto allí un recuerdillo...
    Los de Santa Cruz éramos más del Náutico.

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  11. Pasar a la historia del baloncesto por haber convertido la única canasta de 2 puntos, de un resultado final de 3, es tan difícil y merecido como pasar por tener el récord de mayor número de puntos realizados. Enhorabuena por ostentarlo y también por recordarlo, campeona.

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  12. Victoria Pérez González16 de enero de 2014, 19:11

    yo también jugué contra ese equipo cuando estaba en EGB ,yo jugaba en el nuryana y nos metieron una tunda buena!! .a mi me metieron 5 minutos y no sabia ni que hacer,despues de ese partido deje el equipo x otras razones pero esa paliza fue espectacular y fustre mi buena oportunidad de ser deportista de elite. jaja casualidades de la vida!! excelente post como todos!

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  13. Lo peor, Vicky, fue que yo seguí durante años ahí, dale que te pego. Ni la derrota doblega a los valientes, hala.

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