En el Instituto en el que trabajaba, el día 22 de noviembre, día de Santa
Cecilia, patrona de la música, ha sido siempre un día especial para festejar y
agradecer ese regalo de los dioses que consiste en unir sonidos y que, en lugar
de gritos desaforados (que también, como cuando yo le doy a la copla), te salga una melodía.
Guardo en mi memoria recitales y conciertos preciosos de ese día, pero
también una multitud de actividades divertidas que Antonia Mª, la profesora de
Música, con la que colaboré muchos años, proponía a los alumnos. Como, por
ejemplo, buscar relaciones entre la Música y la gastronomía (recetas como el
tournedó Rossini o la Mousse Copeli o las pachangas). O buscar objetos
cotidianos y marcas relacionadas con un tema musical, como el gel Fa o la lejía
Sabandeña. O descubrir la música en los cuentos y poemas, o en el arte o en los
comics. O concursos con jeroglíficos musicales. Recuerdo una exposición de
miniinstrumentos y también aquella historia de la música desde la Edad Media
hasta Elvis o Michael Jackson con guiñoles de casi medio metro que nos dejó a
todos encandilados.
Pero también en mi casa se celebra el día de Santa Cecilia, no porque seamos
la familia Trapp, todo el día lanzando gorgoritos, sino porque ese día, hace 34
años (ahora 38), nació mi hijo, justo en el momento en que coronaban al rey. Yo estaba
firmemente convencida de que sería otra niña a la que pensaba llamar Elisa. Me
decía que, conforme con el día, le pegaría un nombre a quien Beethoven le dedicó
una canción, el “Para Elisa”, tatatatachán tatatachán… Y entonces apareció él,
con la pachorra que lo caracteriza, con casi 10 meses de embarazo (hubo que
animarlo a salir) y 4 kilos y medio de peso. Se pasó dos días sin nombre
mientras yo le miraba la carita a ver cuál le pegaba más y las enfermeras me
proponían sin éxito Juan Carlos (por el rey), Cecilio (por el día), Sergio (por
el médico que le ayudó a salir de una vez) e incluso Eliso (por mi idea
inicial).
El caso es que este hijo mío, no sé si por influencia de la santa, me salió
con una vena lúdico-musical-jaranera que le hizo, en cuanto fue galletón, armar
unas juergas en casa por su cumpleaños, y no precisamente de música clásica, que
cada vez que las recordamos, a su padre, a mí y a los (afortunadamente) pocos vecinos
que tenemos, se nos ponen los pelos como escarpias.
Me acuerdo de una vez en que me levanté a las 4 de la mañana, legañosa y
despelujada, mientras sonaba a toda pastilla el “que la detengan, que es una
mentirosa…”, a decirle que por Dios y por cariá bajara la música al nivel del
susurro o echara de casa a todo aquel personal vociferante. Y entonces me
encontré en el pasillo, haciendo cola para entrar al water, a tres alumnas mías
(a las que el lunes siguiente les iba a explicar la ética aristotélica) que me
saludaron al más puro estilo Faemino y Cansado: “Hola Jane, ¿tuporaqui?”.
Gracias a Dios, mi hijo ya tiene su propia casa, con un Bonchódromo lo llama
él, en el que, si quiere y si le dejan, puede hacer sonar las trompetas del
juicio final. Así que ahora, cuando llega noviembre, ya no decimos: “Oh, no,
otra vez El Cumpleaños”, sino que nos aprestamos a celebrar en casa una comida
familiar y tranquilita, con barbacoa y tarta, en la que la única música que se
oiga sea cantando todos a una el “Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te
deseamos todos, cumpleaños feliiiiiz”.
Que, por otra parte y según dicen, es la música más oída y cantada del mundo.
(En la foto, con un dibujo del genial Mordillo, uno de los carteles que ponía en la Biblioteca anunciando las actividades de Santa Cecilia)
(Hace 4 años)
ResponderEliminarAy , sí , Jane. Cuando nos salen hijos de la farándula estamos perdidos por los siglo de los siglos. Más aún , cuando quieren vivir de ella y te hace partícipes de sus ilusiones musicales y muchas más veces de sus berrinches .
Hubiera sido muy raro, con la ciencia en la mano, que alguno de los nietos de D. Miguel no heredara alguno de sus genes pero, que me tocaran los dos a mí....eso es para tirarse de los pelos. Más en estos tiempos en que los recortes presupuestarios van a parar a la cultura...lloremos juntos. Saludos y gracias por tus cuentos, que vivo como si fueran míos.
pertenecer a una familia como la tuya, que vive y siente la música (he oído cantar a Paco y el otro día, en el homenaje a Adrián Alemán, Aurora nos dejó a todos con un nudo en la garganta cantando el "Si te quiero es porque sos..." ) es un privilegio del que estoy segura que estás orgulloso. Mi enhorabuena por ello y por esos hijos que tienen los genes escogidos de los Feria.
ResponderEliminarJane, ¿tenías programados los nacimientos de tus hijos?. La mayor, una noche de San Juan y el menor, un día de Santa Cecilia. Para mí, que tu gusto por contar historias como las que se cuentan alrededor de las hogueras del santo, debió influir en el adelanto de la venida al mundo de tu hija y que tu amor por la copla y el cante en general, retrasó la llegada del segundo. Además de para escribir, tienes arte hasta para eso...
ResponderEliminarGracias por tus palabras. El 2º sí estaba programado, ya dije que hubo que animarlo a salir. Pero sí, algo debieron influir los santos por esos celajes...
ResponderEliminarMe consta que la vena juerguista de tu hijo no sale de la nada y que tú, querida Jane, eres la primera que se apunta a una fiesta. Eso sí, tienes la suerte de tener tu grupo musical dedicados a las "canciones del olvido" y que tus hijos se saben todas a la perfección. Supongo que será porque tú también les diste alguna noche fiestera.... Mi Jane, tarareando su musiquilla (no sé como puedo escribir el sonidito que haces) con sus manitas al aire al ritmo del manisero: Qué bonita estampa!!! Te quiero mucho Jane. Por cierto, hasta tu nieta cantaba el manisero con 2 añitos.
ResponderEliminarLa verdad es que tienes razón. Vivan las noches de fiesta y tenderete cantando "canciones de olvido", y que nos quiten lo bailado. Por cierto que, todavía, cada vez que los niños se meten en la piscina cantan el Manisero, como en los viejos tiempos.
ResponderEliminarLo malo es que la vena juerguista, efectivamente, está presente en los genes. El Terrorista ha pasado de cantar "El manisero" a imitar a Carlos Baute, con movimiento de caderas incluído. No me queda nada....
ResponderEliminarHoy me dio un recital con lo de "te envío poemas de mi puño y letra..."
ResponderEliminar(Hace 4 años)
ResponderEliminarHola Jane, ¿Que tal por esos Tabornos?. Ya que de música va el tema, me lo has puesto en bandeja querida Jane. ¿Han visto ustedes la portada de este nuestro periodico verdad? me refiero a la entrevista que le hace C. Padilla al director del Coro Polifónico de la Universidad de La Laguna, pues bien, ese señor tan serio y con canas, lo tengo yo de hermano. Ese es Alfonso López Raymond de madre canaria y padre madrileño. Un hermano del que me siento superorgullosa, por lo trabajador y sencillo que ha sido siempre y que por fin está recogiendo el fruto de tantos y tantos años de trabajo y de amor a lo que hace. Quiero desde este periodico tan nuestro, rendirle a él y a su Coro mi admiración y desearles que el dia 28 en el Auditorio sea todo un éxito.
Tienes razón para estar orgullosa. Es de los mejores coros de Canarias. Mucha suerte el 28.
ResponderEliminarPues como buena profesora, también me has enseñado a ver siempre el lado bueno de la vida. ¿Y qué es mejor que celebrar que seguimos cumpliendo años con toda tu gente?
ResponderEliminarAsí que, mientras el cuerpo aguante, seguiremos celebrándolo por todo lo alto. Al fin y al cabo , una fiesta al año no hace daño no? (y dos tampoco...)
Muchas gracias por la dedicatoria del Blog, querida Jane.
Besos muchos.
Por cierto, para hoy somos 80 personas confirmadas. jejeje
Celebrar, sí, hijo, pero... ¡80 personas!
ResponderEliminarme parece que tu y yo querida Jane debemos tener genes parecidos por los hijos festoleros que nos han salido ¿seremos familia?.Mi hijo mayor en fin de año reunía en casa a algunos amigos,¡vamos que unos 400!. Cuando le preguntaba :Pepito ¿cuantos amiguetes van a venir? me contestaba en un idioma farfullante algo así como 50 pero según se acercaba el día de S Silvestre cada vez ponía más carpas en el jardín.De todas formas quizás los hijos son el reflejo de lo que les hemos enseñado, y han aprendido a compartir alegría. Un besote
ResponderEliminar¡O 400 en Fin de Año! Creo que se pasan 3 pueblos. Decididamente, seguiremos apostando por la música y por Santa Cecilia, pero dentro de un orden y de unos decibelios.
ResponderEliminarHola Jane, pues este año como siempre nuestra querida Antonia, ha organizado unos desayunos musicales en la hora del recreo que tienen una pinta maravillosa. Mañana empiezan y por supuesto que asistiré. a ver si te pasas algún día de esta semana aprovechando la santa cecilia.
ResponderEliminarGuardo un recuerdo precioso de todas las celebraciones musicales que Antonia y yo organizábamos en la Biblioteca y en el resto del Instituto. Fíjate en el cartel que puse como inicio de este escrito: exposición de programas antiguos de películas musicales, la música en la poesía y en los libros, las adivinanzas musicales, los marcadores... Ya Antonia y yo, 4 años más tarde de este post, no estamos, pero estoy segura de que algunas de las cosas que hicimos alguien las recordará con agrado.
ResponderEliminar(Hace 4 años)
ResponderEliminarAunque me cueste imaginar a tu vástago menor con el nombre de Paraliso, debido a tu innata devoción por Santa Cecilia te quiero felicitar hoy en este día tan especial para tí y desear que la santa mártir, -que está por encima de los defectos humanos que ella sabe comprender y disculpar sin importarle mucho que tengamos mal oído o no seamos capaces de disfrutar del pentagrama-, te permita un lejano día formar parte del maravilloso coro del cielo, para escarnio de aquel que se atrevió a decir hace tiempo: ¡Uds. no la han oído cantar!
No sabes lo que consuela ese deseo que tienes para mí de estar entre los serafines y los querubines. Así le podré dar por las narices a Don Manuel Borguñó que, cuando en el colegio me hizo las pruebas para el coro y me mandó cantar las notas, no me dejó pasar del "la".
ResponderEliminarDecir todo esto, con lo bueno que es Daniiiiii!!!!!!!
ResponderEliminarPorque es bueno, o mejor, porque soy buena yo, le sigo la marcha. :-D
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