Forma parte este título de un chiste bobo que contábamos de niños, en
aquellos tiempos de coches con matrículas de ciudades ¿Una matrícula con dos T?
Tan Tebastián ¿Y con tres T? También Tan Tebastián ¿Y con cuatro T? Tonto,
también Tan Tebastián.
Me he acordado de esto porque han nombrado a San Sebastián, la hermosa ciudad
guipuzcoana, Capital Cultural europea para 2016, y, dado que ahora su alcalde es
de Bildu, muchos lo consideran una grave injusticia, como si realmente a quien
nombraran fuera a él. Anda, pues, alborotado el personal. Por lo menos, he oído
a Rosa Aguilar –dolida-, a Belloch diciendo que es un disparate, a nuestro
Jerónimo Saavedra, rascado porque no salió Las Palmas, y a unos cuantos más que
despotrican contra el nombramiento. Y, la verdad, no sé muy bien a qué viene la
pataleta.
Mi amiga Cae nació en San Sebastián y, durante toda mi adolescencia y más
allá, ella y yo hicimos miles de planes para pasar unas vacaciones allí. Ella me
hablaba de los baños en La Concha, de su familia y amigas (con su tía, incluso,
tuve una amistad entrañable por carta), de Urgull e Igueldo, las dos montañas
enfrentadas, de las tamborradas. Tenemos que ir algún día, tenemos que ir,
decíamos.
Pero nunca fuimos y así San Sebastián se convirtió en mi asignatura
pendiente, en un lugar hermoso y lejano, un Shangri-Lá, al que, por diversos
motivos, nunca llegaba la ocasión de viajar.
Y hace 5 años por fin fui. No con Cae, que estaba por otros derroteros, pero
fui y reconocí la ciudad que había soñado 40 años antes. Allí estaba el Barrio
Viejo, lleno de tascas con sus pinchos y su chacolí; allí estaba el mar
saltando, bravo, casi sobre los puentes del río Urumea; allí las arenas de La
Concha y Ondarreta y la isla de Santa Clara y el aire limpio del Cantábrico
entrando y saliendo por los Peines del Viento, y las gentes vascas, amables y
generosas. Así que San Sebastián cumplió mis expectativas y me pareció una
ciudad preciosa llena de proyectos: el Festival de Cine, que acababa de terminar
por aquel entonces; un congreso de cocineros, con los grandes de los fogones,
que empezaba; música por todas partes; sociedades gastronómicas pregonando la
buena calidad de la cocina vasca, de la que, ciertamente, di fe. Y, también, por
lo menos en ese momento, como ahora, una ciudad llena de vida y en paz.
Las ciudades tienen vida propia, trascienden a sus habitantes y a sus
gobernantes. París, que fue Ciudad Europea de la Cultura en 1989, ha superado la
guillotina, y Amsterdam (1987) o Cracovia (2004), la ocupación nazi.
¡Y claro que San Sebastián, mi sueño cumplido, la gobierne quien la gobierne,
merece estar entre otras capitales europeas de la cultura! Al lado de la
monumental Berlín (1988), de la mágica Praga (2000), de la bella Brujas (2002),
de la marinera Génova (2004), de la principesca Luxemburgo (2007) o de la
acogedora Guimaraes (2012), por supuesto que tiene que estar, ¡tonto!, también
Tan Tebastián.
(La foto la hizo Melchor Padilla desde el Monte Igueldo en diciembre de
2006)
Querida Jane: no sé si hubiésemos ido a SS nos lo hubiésemos pasado tan bien como imaginando nuestro viaje; bueno, ahora que lo pienso, tal como éramos, seguro que mejor. Ürsula, tú y yo habíamos elegido nuestros modelitos para viajar, primero hasta Madrid en un Caravelle (tardaba toda la noche y te daban zapatillas) y luego un Focker, chiquitísimo a Fuenterrabia. Pues que sepas, aunque me extraña que no te acuerdes, íbamos a llevar modelitos en rosa y negro, cada uno diferente y un neceser blanco. Aterrizaríamos monísimas las tres e iríamos a las atracciones de Igueldo (entonces los pintxos no nos importaban nada) igual también nos inventamos los bañadores para la Concha. Después de aquellos sueños he estado en casa de mi tía cientos de veces y he visto una SS que levantaba una ikurriña en la iglesia de San Ignacio, calles cortadas por autobuses ardiendo, la Avenida y todos sus terrazas destrozadas, pelotas de goma y cócteles de gasolina, bombas en el sitio que acababas de dejar y, hace no tanto, cómo los comerciantes cerraban sus tiendas al paso de los malditos y, luego, volvían a abrir. Pero también he ido a muchos conciertos de jazz, de música clásica en el Kursaal dónde tocan los mejores músicos del mundo, al mercado de la Bretxa, a probar esos pintxos sofisticados y maravillosos y me pasa como a ti ¿a qué viene tanto aspaviento? Los cordobeses de la calle estaban personalmente ofendidos, Córdoba es una ciudad magnífica, pero SS también. Oye, Jane, cualquier rato nos ponemos rosa, como las inglesas de antes y nos citamos en Donosti ¿Qué tal?
ResponderEliminarTal vez sea ahora el momento, 48 años después, de cumplir el sueño totalmente y citarnos en Donosti ¿Por qué no? Igual que los judíos que hablaban del "año que viene en Jerusalén", nosotras, todavía como entonces, podríamos decir "el año que viene en San Sebastián". Además, ahora no hace falta ni siquiera planear el modelito (¡Lo que es tener 15 años! No me acordaba de esos detalles), sino los paseos con los pinchos (ahora sí), la música y la contemplación de todo lo bello que SS ofrece.
EliminarTú has visto y vivido muchas de las heridas de San Sebastián. Tal vez, los donostiarras estén dispuestos ahora a cerrarlas. Y nosotras estaremos allí para disfrutar ese momento. ¡El año que viene en San Sebastián!
Soy canaria y tinerfeña, para más señas. Saber que Las Palmas de Gran Canaria aspiraba a ser capital europea para la cultura de 2016, me ilusionó tanto como a los canarios de aquella ciudad. De la misma forma también me disgustó que no alcanzara esa distinción. Pero, del mismo modo, me alegró que se le concediera a San Sebastián, porque es otra preciosa ciudad de las muchísimas que existen en España, incluídas las de nuestro archipiélago.
ResponderEliminarTuve el placer de estar en la población vasca, por razones deportivas, hace muchos años, en 1976. Llegamos a ella después de recorrer en una guagua de aquella época, los más de 400 km. que la separan de Madrid y, gran parte, durante una madrugada de Diciembre. No estuvimos sino un fin de semana, pero lo que pude ver de ella me hizo considerarla una ciudad bellísima. Nos alojamos en un hotel muy próximo a la playa de La Concha y su visión me impactó para siempre.
No he podido volver de nuevo, para conocerla un poco más a fondo, pero es uno de los regresos que quiero cumplir en cuanto pueda.
Por aquel pequeño conocimiento y por todo lo que cuentas tú, Jane, y KHA, es por lo que no me extraña en absoluto su designación. Igual que no me hubiera sorprendido que la hubiera conseguido cualquiera de las otras candidatas, porque todas tienen su historia, sus encantos y sus atractivos.
Cuando supe las que eran (aunque no las conozco a todas), compadecí a los miembros del jurado que debía escoger a la ganadora. Por eso, cualquiera me hubiera alegrado, esté gobernada por quien esté gobernada. Como bien dices, se elegía a la ciudad, no al alcalde.
Muy buena y oportuna entrada, amiga Jane.
Todas las ciudades que competían, tienes razón, tienen su encanto y todas, curiosamente, tienen también un espacio en mi memoria. A Córdoba la vi, como en el poema de Manuel Machado, "romana y mora, Córdoba callada". Segovia me trae el recuerdo de un atardecer lluvioso y, sin embargo, luminoso, bajo el Acueducto. Burgos es un paseo junto al Arlanzón y un oooh maravillado ante la Catedral. Zaragoza tiene para mí, como el vino de su tierra, un aire alegre y vital. Y Las Palmas es esa cálida Playa de las Canteras y un paseo mañanero y soleado por Vegueta.
Eliminar¿Por qué salió San Sebastián? Creo que porque, aunque todas tienen belleza, proyectos culturales y la posibilidad de llevar en ellas una vida placentera, ninguna como San Sebastián ha sufrido tantas heridas en el pasado reciente y ninguna está tan preparada para superarlo. Esta concesión supone un empujón hacia esa meta. Pero falta mucho, 5 años. Como decían el otro día en el periódico: "La candidatura donostiarra ha subido el Txindoki... y ahora le falta el Everest". Esperemos que los donostiarras lleguen a la cima.
Un abrazo.
Los violentos ensucian y enturbian las ciudades, quieren imponer sus ideas a base de tiros en la nuca y más violencia. Las ciudades, que al fin y al cabo son construidas por la mano del hombre, a veces en sitios tan espectaculares como San Sebastián, no se merecen tal castigo. Bien por la elección como capital cultural europea y apuesto contigo por la paz.
ResponderEliminarCantinflas, en la película "Su Excelencia", pronuncia un discurso sin desperdicio ante las Naciones Unidas, hablando de los Colorados y de los Verdes, dos facciones políticas que se supone que son los rusos y los americanos. Nombra los fallos de los dos, pero lo que se me quedó grabado fue la frase "El que quiera ser Colorado, que lo sea, pero que no pretenda teñir a los demás".
EliminarEse es el problema del terrorismo, que pretenden "teñir" a los demás, y además con sangre. ¡Ojalá se hayan convencido de que sólo en la paz un pueblo puede elegir libremente cómo quiere que le gobiernen y qué ideario defender! Yo también apuesto por la paz.
Bueno y a fín de cuentas, que carrizo importa que sea San Sebastián la capital europea de la Cultura?. Lo notable - a mi juicio, tal vez equivocado para algunos - es la designación en sí. Lo interesante es unir esfuerzos para que las actividades que se propongan puedan ser realizadas. Relevante es por otra parte, la participación de todos los españoles, cualquiera sea su provincia de origen. Lo verdaderamente significativo es trabajar unidos para lograr la paz. El país y sus habitantes lo merecen. De veras. Apuesto por ello.
ResponderEliminarEso digo yo, qué más dará. Si hubiera sido una competición con otras ciudades europeas, verías como todo el mundo se hubiera alegrado de que la designación recayera en una española (igual que el triunfo de España en los Mundiales de fútbol aparcó todas las diferencias). Pero ya sabes que a veces la política española se parece al patio de un colegio ("¡Mando yo!", "¡No, yo!", "¡No, quítense los dos para mandar yo!") y lo que menos importa es lo que se está organizando y los mandados.
EliminarDe todas formas, es verdad que, frente a las protestas, también ha habido muchas declaraciones de todos los partidos, empezando por el gobierno, que defienden la elección. Y, como dices, lo importante será la cooperación y el esfuerzo común para que llegue a buen puerto esa "Ola de energía ciudadana", que es cómo se llama el proyecto donostiarra.
Para mi San Sebastián o Donostia, es una de las ciudades mas pequeña, pero muy hermosa, con mucho caché, muchos viajes hemos hecho, siempre disfrutando de la parte vieja, de sus tascas, sus pinchos y casino, me encantaba porque podía irme desde el casino hasta el Hotel caminando.... las tres playas que mencionas (las aguas son muy frías), su museo marítimo. Aprovechamos para que mi esposo visite a su familia y recuerde su infancia, ya que se crío en Rentería, nacido en Álava. El País vasco es de gente gentil, amable, sincera, buena gente. Siempre que vamos, no regresamos sin subir al Monte Igueldo, es como ir a Tenerife y no subir al Teide.Mi comentario es mas bien personal que lo que va el tema, Me alegro que halla sido elegida como ciudad de la Cultura.
ResponderEliminarTienes razón, Marilu, es una ciudad preciosa, de las que yo llamo "lugares amables", es decir, que se pueden amar. Fue elegida hace 4 años Capital Cultural europea, pero lo será para el año que viene. Así que, si ya tiene una vida cultural y de ocio apetecible, el año que viene será todavía más. Habrá que ir, sí o sí ¿Nos vemos allí?
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