martes, 19 de julio de 2011

El tinglado religioso




Yo nací en una casa muy religiosa. Íbamos a misa los domingos, rezábamos el rosario todos los días y ni locos nos perdíamos una procesión, novena o ceremonial. Incluso cada 15 días nos traían la urna de San Antonio para que le rezáramos y pusiéramos en ella el correspondiente billete. Así que yo, de pequeñita me sabía hasta la letanía completa, aunque, en lugar de “Reina de los profetas” (¿qué era eso de “profetas”?), decía “Reina de las croquetas”, que estaba más cerca de mis entendederas.

Ya de mayor, aunque me siguen gustando los rituales, me alejé bastante de ese mundo, pero está claro que lo respeto y, si el cielo existe, seguro que mis padres están allí.

Pero aunque las creencias son necesarias (Ortega dice que se dan por sentado y en ellas se vive), otra cosa es el tinglado que en torno a ellas se monta. Como, por ejemplo, el asunto de las reliquias. Yo vi una vez una uña larga, retorcida y putrefacta de San Juan de la Cruz (que sólo con verla ya se te quitan las ganas de leer su “Noche oscura del alma”) y un brazo leñoso de Santa Teresa, que creo que Franco tuvo debajo de la almohada para ver si la Santa hacía el milagro y así podía seguir gobernándonos 40 años más ¡Si hay hasta reliquias del prepucio del Niño Jesús y, con los trozos de la Santa Cruz que se han vendido en relicarios, se podría haber hecho otra vez la Muralla China!

La educación religiosa nos instruyó en que, en este valle de lágrimas que es la vida, nada mejor que pedir, y a veces hasta exigir a santos, vírgenes y cristos que nos asistan para pasar el duro trayecto ricos, sanos y felices (incluso alguno se pide ser inmortal). Cuando mi madre enfermó, cada mañana, después de las visitas de la tarde anterior, yo encontraba más estampitas en su mesilla: de San Martín de Porres, de la Virgen de Fátima, del Beato Juan de Liébana… “¿Y este señor barbudo quién es?”, le preguntaba yo. “Un cura muy milagrero, el Padre Ambrosio…”, me decía. Me recordaba una copla que dicen por El Bierzo: “Si vas a San Benitiño, que es moito mais milagreiro…”. Porque en esto, como en todo, hay hasta un ranking y los forofos correspondientes. Jacinto, un señor de San Andrés que mi madre conoció de chica y que era comunista y ateo hasta las trancas, se peleaba hasta con el mismísimo Carlos Marx si le tocaban a la Virgen de Candelaria. Y estaba también aquel que decía que “en llegando al Cristo de Tacoronte, se acabaron todos los Cristos”. Claro que alguna se equivoca y, en vez de a San Antonio de Padua, le reza a San Antonio Abad, con lo cual novio no consigue pero tiene unos cerdos que da gusto verlos.

Una vez un actor, que venía mucho a Tenerife de paso para América, fue invitado a comer a una casa de comidas por Las Mercedes y, al ir al servicio, se encontró, asombrado, en medio del pasillo con una foto suya caracterizado de Jesucristo en una obra religiosa en la que había actuado. La foto estaba en una hornacina con velas y flores delante, ante la cual probablemente los dueños del negocio rezaban todas las noches para que les fuera bien. Hay toda una industria dedicada a estampitas, frasquitos con agua de Lourdes, piedras del Santo Sepulcro, rosarios, velas, votos y reliquias. Y, aunque lejos de mi intención está en los tiempos que corren ir en contra de negocios florecientes, ¿por qué aferrarnos en nuestros miedos y necesidades a los intermediarios? ¿Por qué, si hay que suplicar porque así somos los humanos, no hacerlo directamente al Jefe, sin sobornos ni recaditos?

Así, le podríamos decir con fervor: Del tinglado religioso, líbranos, Señor.  

26 comentarios:

  1. Muy bueno, Jane. Se puede escribir con letras mayores, pero no más claras. Con buen tono irónico-sarcástico- humorístico, pero con verdades como puños.
    Y el caso es que, en contra de lo que la Iglesia católica, apostólica, romana y española pretende, ese tinglado, más que ganar adeptos, lo que consigue es alejar a muchos, a poco que piensen en él y descubran el negocio que hacen algunos con las creencias de los demás...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La Iglesia debería ser solamente la reunión de todos los que le dan más importancia en su vida a la vertiente espiritual, que, en este tiempo, son muchos. Pero es una pena que cada vez acentúe más el lado material, como atestiguan las noticias aparecidas hace 2 días sobre las inscripciones como propias (algunos las llaman "expolios" pero la palabra jurídica es "inmatriculaciones") de inmuebles en muchos de nuestros pueblos, no sólo ermitas, iglesias o basílicas, sino también casas, viñedos, garajes y frontones. Cada vez es más rica pero este no debería ser su objetivo.

      Eliminar
  2. Te pareces a mi madre, siempre dice que ella tiene línea directa con dios, que no necesita intermediarios .... lo más gracioso es que lo dice mirando al teléfono, que en mi casa siempre fué rojo .... no se yo .... jajajaja
    Aprovecho para mandarte via internet varios besos y un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi madre, en cambio, Juana, con quien tenía línea directa era con San Antonio cuando se le perdía algo. Le rezaba unas cuantas oraciones y allí que aparecían las llaves, las gafas o el encendedor de la cocina. Ella decía que era "mano de santo". Lo malo es que a la Iglesia de vez en cuando le da por hacer limpieza en el Santoral y de un plumazo borra a San Quiterio o a Santa Baldesca ¿Qué hubiera hecho mi madre si le hubieran borrado a San Antonio, el patrón de las oficinas de objetos perdidos, según ella?

      Me alegra verte por aquí. Otros besos y abrazos.

      Eliminar
  3. Juan Pérez Pérez1 de agosto de 2015, 11:22

    Lo malo de tener creencias es que aquellos que dicen ser los depositarios espirituales, sólo les interesa la pela o lo que es peor, el poder. Y si no que se lo pregunten a nuestro clero en asuntos como la casa de la Juventud de la Calle La Carrera que solicitan para luego alquilarla a una empresa muy conocida, o los desalojos en casas donde vivían ancianos y que luego vendieron.
    Si Jesús volviese a la Tierra los corría a gorrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En una viñeta de El Roto se ven 3 torres y encima pone: "Minaretes, Campanarios, Antenas: Torres de control".

      Como todas sus viñetas me hizo pensar. La Iglesia como institución ejerce un control sobre lo que hacen, piensan y dicen los creyentes y ese poder, como bien dices, tiene una gran base en el poder económico, en la pela. Tienes razón, a gorrazos, tal como dicen los Evangelios que hizo con los mercaderes del Templo.

      Eliminar
  4. ¡Qué mal pensados que somos...!. A lo mejor, todo eso que se arrogan en nombre de Dios o de ese infame palabro "inmatriculaciones", es para venderlo a los más ricos y poderosos de La Tierra y, con todo ese dinero, acabar con el hambre y las enfermedades del mundo más pobre, y proporcionarles vivienda y trabajo a los más desheredados.
    A lo mejor, también venden todos los tesoros en oro y piedras preciosas que poseen: cálices, custodias, cruces, anillos, etc., etc., y no tienen que pedirnos nada de nuestras declaraciones a Hacienda, para ayudar y ayudarse. Vaya usted a saber...
    Lo dicho, mira que somos mal pensados...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En un libro llamado "La sonrisa divina", que intenta demostrar que no existe divorcio entre humor y religión, hay un chiste sobre tres curas que están hablando de cómo ahuyentar a los murciélagos de sus iglesias. El primero dice que lo intentó a escopetazos pero que lo único que consiguió fue llenar la pared de agujeros. El segundo lo intentó con veneno pero volvieron enseguida. El tercero dice: "Yo lo solucioné. Los bauticé, los hice miembros de la Iglesia y les pedí dinero ¡No han vuelto más!".

      Siempre ha sido así. El diezmo, las bulas, las peticiones de dinero, el impuesto en Hacienda... son maneras de ahuyentar a la gente, que luego ve las pompas, los fastos, los palacios, tan alejados del portal de Belén, las joyas de las vírgenes o los zapatos de marca que lleva el Papa, mientras hay tanta miseria en el mundo. Pero, a lo mejor, es verdad lo que dices, que somos unos mal pensados...

      Eliminar
    2. Si vendieran todos sus tesoros y dejaran de mantener televisiones,radios y todas las propiedades que han ido acumulando,seguro que acabarian con la pobreza

      Eliminar
    3. Viene a propósito de tu comentario el excelente artículo de opinión de Eduardo Albás, que aparece en este mismo portal, llamado "Frijoles o solomillo". Por un lado, el derroche de la visita del Papa; por otro, el millón de niños que van a morir de hambre en las próximas semanas en África. ¡Qué mundo más loco y despiadado!

      Eliminar
  5. Hola Jane, mi aprecio y respeto para tí y para quienes comparten este portal. En realidad no he querido emitir comentarios sobre el tema religioso. Cada quien tiene sus creencias y eso debe ser respetado a todo costa. Sín embargo, debo decir que no estoy de acuerdo con aquellos que se dicen ateos "gracias a Dios" y muchos menos con los que dicen "que no creen". Eso de por sí, ya es creencia. Pero, siempre lo hay, tampoco estoy de acuerdo con aquellos que se reunen en grandes eventos y comilonas rociadas con escocés del bueno y champagne de la Gran Dama con la finalidad de recaudar fondos para comprar sardinas enlatadas y arroz de dudosa calidad para los pobres del mundo. No friegen la paciencia, eso es cinismo y más na´. A cuidarse pues.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que estamos de acuerdo, Agroteide. Una cosa son las creencias que todos tenemos y los valores, como la espiritualidad, la honestidad con los otros y con nosotros mismos, la solidaridad y generosidad, la justicia... valores todos que las religiones comparten. Y otra cosa es el cinismo y la hipocresía de los que se creen más santos que nadie, los que actúan en nombre de Dios, interpretando en su provecho lo que Él quiere o deja de querer, los que manipulan y se enriquecen bajo el pretexto de la religión.

      Y a propósito de ateos, te cuento un chiste de ateos que también está en ese libro, "La sonrisa divina", del que hablo más abajo, en otro comentario.

      Se encuentran dos ateos y uno le dice al otro que se está leyendo la Biblia. "¿Y de qué va?", dice el amigo. "Pues mira, trata de un tal Jesús que tiene un amigo llamado Lázaro. Un día, estando de viaje, el colega va y se muere. Así que, cuando Jesús llega al pueblo, lleva tres días enterrado. Entonces Jesús va, abre el sepulcro, le toma el pulso, le hace un masaje cardiaco, prueba un desfibrilador, llama a una ambulancia, le ponen un suero y...¡el amigo resucita!" "¡Pues no me lo creo!". Y el otro contesta: "¡Caray! Pues mira que si te lo explico como sale en el libro..."

      Las creencias forman parte de nosotros mismos y tomárnoslas con humor es también una manera de reconocerlo. Un abrazo y a sonreír.

      Eliminar
    2. Como siempre estimada Jane, muy de acuerdo. Muy buenos los chistes. Deberías reunir todos tus escritos y publicar un libro. Ten por seguro que seré uno de tus compradores. A cuidarse, pues.

      Eliminar
    3. El mes pasado le leí al escritor Antonio Gómez Rufo el siguiente párrafo: "Se publican 102.000 títulos al año, entre ellos 19.000 novelas (...), 52 libros por día. Seamos realistas, no hay lector para tanto libro". Vamos, pues, a no seguir aumentando el despropósito.

      Me gusta, de todas formas, más el estilo de un blog participativo, escribir pausado, cuando me apetece, y que podamos entablar un diálogo sobre cualquier cosa, tal como si estuviéramos tomando un café entre amigos. Pero te doy las gracias por tus palabras. Siempre me animan.

      Eliminar
  6. Hacía tiempo que no entraba en tu blog y casualmente lo he hecho este fin de semana. Y lo lamento. Los anteriores comentarios que te he leido me daban una imagen tuya diferente a la que refleja este de ahora. No voy a entrar a discutir tu visión del tinglado que en parte comparto, aunque solo en parte porque lo vulgarizas, pero creo que has hecho un análisis superficial y muy parcial de la realidad de la Iglesia. Para quienes somos creyentes, la Iglesia somos más, muchos más, que los de tu tinglado. Yo soy Iglesia y lo eran tus padres que según tu estarán en el cielo. Es Iglesia Cáritas,que a lo largo del mundo realiza una labor impagable, o Manos Unidas, o el resto de las ONGs de la Iglesia, o los miles de misioneros religiosos o seglares que realizan una extraordinaria labor en el tercer munod y son, somos, Iglesia los millones de creyentes, seglares o no, repartidos por el mundo entero y que no pertenecen o no comparten tu tinglado y que viven sus crencias religiosas con convicciçon y con fe.
    Analizar la Iglesia desde el punto de vista que tu lo has hecho, es hacerlo desde una óptica muy miope. Lo siento. Espero que algún día hagas un análisis mas global, y menos subjetivo de la Igledsia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El espacio de un blog no da, en efecto, para profundizar en un tema como éste y también es verdad que no todos estamos de acuerdo en las ideas que exponemos, cosa que no hay que sentir sino todo lo contrario, alegrarse por ello.

      Pero creo que he dejado claro desde el principio que respeto al creyente (yo lo soy) y que pienso que la iglesia debería ser (lo digo en un comentario) la reunión de todos aquellos, como mis padres y como tú, que realizan esa labor impagable de solidaridad y generosidad y que le dan más importancia a los valores espirituales que a los materiales. Lo que me parece mal es, no "mi" tinglado, sino "su" tinglado, el que la iglesia como institución se ha montado para medrar y tener poder.

      De todas formas, no he pretendido hacer, ni lo haré, algo tan trascendente como un análisis de la iglesia, cosa que llevan haciendo ya los teólogos desde hace siglos. Mis comentarios ni siquiera iban más allá de una crítica, un tanto irónica, al negocio de las reliquias, de las estampitas, del santoral... a los que muchos creyentes se aferran sin darse cuenta de que eso no es lo importante. Y eso sí que es superficial.

      Eliminar
  7. ¡Cuánta razón tienes, Jane!

    Siempre he pensado que este tema de las reliquias, las promesas, etc, tienen poco de auténtica religión y mucho de superstición.

    Por no hablar de lo morbosillos que son, por ejemplo los exvotos.

    Recuerdo la primera vez que vi uno: Era una pierna. Todavía me estoy reponiendo.

    Aunque lo peor, cómo has dicho son los "miembros" incorruptos. Y digo yo ¿No será mejor leer lo que escribieron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, y seguir sus enseñanzas, que andar a vueltas con los restos de sus cadáveres?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo pienso lo mismo que tú, Loque. En la Edad Media, además, cualquier iglesia que se preciara y que quisiera tener peregrinos (y, por lo tanto, riqueza, no hay que olvidarlo) tenía que conseguir a toda costa una buena reliquia, o un santo entero o partido. Hubo un verdadero comercio y trajín. ¿Es esto la auténtica religión?

      Y una amiga me contó de un exvoto en el que alguien daba las gracias a la Virgen del Remedio porque "mi hijo fue a hacer la mili a Tenerife ¡y no le pasó nada!"

      Eliminar
    2. Me ha gustado mucho. No es novedad, todo lo que escribes me encanta pero me has hecho recordar una escena de mi infancia, en Candelaria, había una "habitación" con brazos, piernas, corazones, cabezas... todo tenía un color cetrino y yo, con mis pocos años(ahora pocas cosas me impresionan) hasta me asusté. Mi madre me explicó cariñosamente que no tenía que tener miedo, que eso eran exvotos y que lo ofrendaban a la virgen como agradecimiento a algún milagro.¡Qué cosas! Me hubiera gustado asimilarlo con tanto humor como lo has hecho tu... Gracias por poner esa nota alegre entre tanta morbosidad.

      Eliminar
    3. La Iglesia a veces se pone algo truculenta, Alejandrina. No sé si has visitado la Capela dos Ossos en Évora, pero desde luego no es la alegría de la huerta. Las paredes llenas de huesos y calaveras y un letrero que pone a la entrada: "Nos ossos que aquí estamos pelos vossos esperamos", "Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos". El techo, que es lo único no cubierto por huesos, está decorado con frescos sobre la muerte. Aunque ahora pocas cosas nos impresionan, no me digas que no es siniestro y espeluznante.

      Eliminar
    4. Lo es. La muerte, el pecado, el infierno... Han sustituido el amor que predicaba Jesús por el miedo. Por eso es mejor hablar directamente con "el jefe"...

      Eliminar
    5. ¿Recuerdas la película "Pollyanna"? La niña coleccionaba citas de la Biblia en las que se hablara de la alegría y el amor. Ese es el espíritu.

      Eliminar
  8. hola soy Eutimia tambien estoy jubilada.
    y en algo hay que entretenerse. tambien voy todos los dias a misa porque tengo mucha fe

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Eutimia. Espero que encuentres muchos motivos de entretenimiento en tu jubilación. No lo dudes, es la mejor edad de la vida, sin tantas obligaciones y con tiempo libre para hacer lo que quieras.
      Mucha suerte.

      Eliminar
  9. Marilu Díaz Estrada6 de agosto de 2015, 21:15

    Tengo por algún rincón de los recuerdos, una estampita de San Martín de Porres, abajo de su figura una tela y que....de su habito, con mi corta edad, pensé no creo, tantos años de su muerte, pero bueno tengo que guardarlo, yo era una niña buena y muy sumisa. Una de mis anécdotas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo, Marilu, que yo también tuve una estampita de esas. Pero como que no me lo creí mucho. El hábito tendría que medir muchos metros para tanta estampita. Y tampoco, aunque fuera de verdad, ¿para qué tenerlo? Las reliquias me dan un poco de repelús. Incluso de la gente que he querido prefiero guardar los buenos recuerdos.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html