Anda
por las redes una “propuesta” de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía de darle
a cada niño 3 cubiletes para conocer su nivel de comprensión. Uno, rojo, que
pondrían sobre su pupitre si no se enteran de nada; otro, verde, si lo cogen
todo a la primera; y uno, amarillo para los que lo capten a medias. El
resultado del experimento en una clase es el siguiente:
-
Maehtro, ¿er cubilete amarillo pa qué eh?
-
Maehtro, er Yozua ma quitao loh cubileteh.
-
Maehtro, la Yeni
eh una empollona, que ziempre tiene er cubilete verde.
-
Maehtro, me zan perdío loh cubileteh, ¿puedo ir ar zervicio?
-
Maehtro, zi zaco er cubilete verde, ¿maprueba?
-
Maehtro, mira cómo toco la batería con loh cubileteh.
-
Maehtro, er Crihtian ma escupío en er cubilete.
-
Maehtro, yo lo primero lo he entendío, pero aluego no… ¿qué cubilete
pongo?
-
Maehtro, zi traemoh loh cubileteh, ¿hay que traé también er libro?
-
Maehtro, yo er cubilete roho no lo pongo, que me disen zurnormá.
Me he
acordado de los cubiletes este jueves pasado en el que las “niñas” del colegio
fuimos a hacer un Tour por la exposición de las esculturas de Moore en Santa
Cruz: el Tur-mur, para los amigos. Pusimos al frente a impartir sabiduría a
Conchi, la especialista en Historia del Arte -que nos hizo hasta un tríptico
precioso-, y a Chari, que hizo Bellas Artes y que nos informaba de las técnicas
para hacer esas enormes esculturas sin que te dé una ciática cuando vayas a
trasladarlas del saloncito al recibidor. Transcribo parte del Tur-mur:
Conchi: … “El Guerrero de Goslar”, nuestro Moore,
está inspirado en las figuras del frontón del templo de Egina, guerreros
tumbados con su escudo…
A: … es una perla que me regaló mi hija y
nunca me la pongo, pero hoy…
P: .. y las visitas culturales debían ser
después de las 2…
CD: Me tengo que poner auriculares, estoy sorda
perdida…
Pasa
Doña Gaudencia, su marido y su hija, vecinos de E. Se va E. a
saludarlos.
Va D. a saludar a sus cuñadas que están de
aperitivo en el Kiosco Numancia.
Nos
encontramos todas con Delia, otra “niña” del colegio, perdida de vista hace
tiempo. Parada, alborozo y fotos con ella.
Conchi: En esta escultura, “Óvalo con dos puntas”,
el bronce se muestra muy pulido…
AM: Yo, las lentejas las hago con su choricito,
su jamón…
CM: … y ahora tengo la garganta fatal.
A: Se me endurmió un pie. Oye, ¿existirá “endormirse”?
I: Mi nietita, preciosa, ya dice “agjooo,
guguag, bababa”… ¡Es más lista!
Pasa
Rosi, otra jubilada que viene de gimnasia y que dice que le pareció ver una
bandada de gaviotas calle abajo (“Ah, no, que eran ustedes”)
Conchi: La escultura se llama “Filo de cuchillo”
pero está inspirada en “La
Victoria de Samotracia”. Transmite ingravidez… (Esto lo dice
a grito pelado porque hay un grupo de alumnos de Instituto al lado cuya profe
está diciendo, también a grito pelado, algo parecido mientras ellos están
tecleando en el móvil o comentando cosas, hay que ver).
D: En Carnavales no se puede dormir aquí. Desde
mi casa oigo todas las actuaciones de “las Hermanas Yonatan, nobleza del Toscal”
Conchi: Moore prefiere las figuras reclinadas por
la libertad de composición. Esta recuerda las figuras toltecas…
E: Parece una postura de pilates.
A: …y en “La Posada ”, unas gambitas de Huelva que te puedes
morir.
Ch: … eso depende de los megas.
L: Yo el teléfono lo tengo para un apuro y
punto.
Pasa
una manifestación - ¡¡¡Piiiii, chunda, chunda!!!- por la Plaza de Candelaria.
Conchi: La “Pieza de bloqueo” es una maravilla,
cada lado es una estatua distinta… el juego con los volúmenes y los huecos…
U: Una empresa pública no tiene por qué gastar
más que una privada si tiene un buen gestor.
C: ¿No llevas gafas de cerca? ¡Qué suerte!
P: Yo me apunté a Cerámica. Ya tengo la jarra
de vino decorada pa San Andrés.
Ch: Hijo de gato no caza ratones.
L: La próxima en mi casa en enero ¿Vale?
El
verdadero problema de la enseñanza –aparte de los nefastos ministros que hemos
tenido, salvo honrosas excepciones, y de la falta de acuerdo entre partidos- es
lo dispersas que somos las personas.
Eso sí,
a a pesar de todo, la experiencia es un grado. Si ahora nos preguntaran sobre la Exposición de Moore, todas
las “niñas” del colegio, sin excepción, sacaríamos el cubilete verde.
(En la foto -hecha por un amable señor que pasaba por allí-, las "niñas del colegio", ante el Guerrero de Goslar, única escultura de Moore que es patrimonio de los santacruceros desde 1978)
Jajajajajaaa... Jajajajaaa... Bonitas hemos quedado, sí señora.
ResponderEliminarVaya transcripción de la realidad, te has marcado, Jane.
Salvo una cosita, que me permito corregirte: ante la perfección y belleza del tríptico que Conchitina nos regaló y que dijo haber hecho con la colaboración de su hijo, yo no pude, por menos, que comentar: "Hijo de gata, ratones mata..."
Por lo demás, nada que objetar, señora notaria. ¡No nos queda nada con la de Sorolla, y demás por venir! ¡¡Horror!!.
¡Ayyyyy, qué hartón de reír!
ResponderEliminarMe gusta todo, la transcripción tan graciosa, el término "Tur-mur" y que al final todas pondríais el cubilete verde sobre la mesa.
La aclaración de Cehachebe me ha arreglado el día porque no acababa de entender por qué el hijo del gato no cazaba ratones.
A mí también me había llegado lo de los cubiletes, pero debo reconocer que como me parecía una bobada, no me lo creí.
Basta con mirarles a la cara.
Un abrazo, Jane. Ha sido un placer leerte, como siempre.
Nos dispersamos en todas las edades, sentidos y direcciones. Hice recientemente mi tur mur con mis hijos y ellos aprovecharon muy bien los espacios creativos de Moore para su recreo.
ResponderEliminarCehachebé:
ResponderEliminarCon todas hablando a la vez, yo oí algo de gatos y ratones y lo puse tal cual me pareció. También me quedé intrigada, como Utopía ¿Cómo que no caza ratones? Me parece que como notaria no haría carrera.
Y la verdad es que pusimos total (bueno, casi) atención a lo que tanto tú como Conchi dijeron. Una excelente clase, a pesar de los elementos disuasorios. Una exposición única y una preciosidad de paseo por un Santa Cruz lleno de vitalidad. Y un fin de fiesta con el aperitivo en una de las plazas más bonitas de la ciudad, la del Príncipe ¡Clases así todos los días!
Utopía:
ResponderEliminarAsí lo llamamos desde el principio, el Tur-mur. Buscando la simplicidad que le dicen.
Ya le dije a Cehachebé que, como notaria, soy un desastre. Iba a cambiarlo, pero total...
Y me imagino que es un chiste (si no lo fuera, sería otra tonta manera de gastar los dineros del contribuyente en cubiletes) Pero tienes razón, una, después de 38 años de enseñar ya sabe por las caras quién se está enterando, quién te va a hacer una pregunta ya, quien está pensando en los celajes, quién se está copiando... No hacen falta cubiletes.
Un abrazo y gracias, Utopía.
Cristino:
ResponderEliminarTienes que reconocer que las esculturas de Moore, con todo ese juego de volúmenes y oquedades y esa textura suave, se prestan a deslizarte, acunarte, acurrucarte, esconderte, recostarte... Yo no lo hago porque está feo que una señora de 65 años salte por un hueco, pero ganas tenía, no te creas. Las "Formas conectadas reclinadas" me recordaban puzzles metálicos, de esos parecidos a llaveros que se engarzan unos con otros. Me imagino al autor, al crearlo, divirtiéndose todo el rato. Y me lo imagino también encantado de que tus hijos lo hayan hecho.
Magnífico...es lo que hay, jajaja: Un beso
ResponderEliminarGracias, Elena. Sí es lo que hay. :-D
ResponderEliminar¡Y gracias a la vida que tenemos estas cosas! Un beso.
Me hubiera encantado estar ahí :-D
ResponderEliminarPues nada, Merci, a la próxima te llamamos, que no hay nada como culturizarnos (y reírnos, alegar, tomarnos un vinito...)
ResponderEliminarjajaja...qué bueno...y ay mi madre con su sordera!!
ResponderEliminarEn este grupo juvenil, Mónica, la que no tiene sonotone, tiene gafas de miope o de presbicia, o le duelen las rodillas, o es propensa a los resfriados, o la columna la tiene hecha una mercorcha. Pero eso no es obstáculo para nada y constituye un tema de conversación bastante ameno. Y al final estamos como una rosa perfumada maringá (y tu madre de las mejores)
ResponderEliminar¡Todavía me estoy riendo, eres única! ¿Y lo bien que lo pasmos en el "antes", "durante" y "después"? Lo que nosotras hacemos es buscar excusas para vernos y alegar, como en el patio del colegio, pero, como ahora no hablamos de los chicos que nos gustaban (etapa superada), buscamos excusas con "tur mur", y amenazamos con "tursorolla" o con el "turyanosinventaremosalgo"... El asunto es vernos, tenernos, querernos y alegar...
ResponderEliminarTienes razón, Conchi, de eso se trata. Y el antes lo preparaste de miedo con los trípticos y los regalitos artesanales por haber atendido tan bien la lección. El durante fue una lección magistral. Y el después fueron las risas en la Plaza del Príncipe, y la comida de las que quedamos todavía con ganas de seguir en "Los Tres Teniques". Y es verdad, ya inventaremos algo más. Gracias por tu buen hacer y por tu amistad.
ResponderEliminarMe apuntaría a cualquier clase de arte dada por Conchitina y con ustedes de compañeras. No solamente contemplaron el Sta. Cruz de Moore, sino que se pusieron al dia en todo lo que se tenían que poner, que si la próxima reunión en enero en casa de L., que si en tal sitio sirven tal cosa, que si saludamos a D. que la vimos durante el recorrido. En fin , clase magistral de las dos profesionales , reencuentros,dolores de garganta, tal como me pasa ahora a mí, el nombramiento de una nueva miss, pero sobre todo,ese regusto de volverse a ver porque sí. Besos desde Ann Arbor
ResponderEliminarY mucho que te echamos de menos, Pili, a ti y a las que no pudieron venir o están lejos. Lo mejor de los encuentros de amigas es eso, ponerse al día y darte cuenta de que sí, que la vida es dispersa y que los elementos de distracción son grandes, pero que también la atención confluye en nosotras por momentos. Que siga habiéndolos y que tú estés aquí.
ResponderEliminarY cuídese esa garganta, oiga.
Y yo pensando... pero mira que aplicada nuestra JANE! Donde hubo siempre queda! Y ella tomando detalles.. menos mal que atendió a la lección magistral de nuestra profesora de arte. Pues yo con el auricular y todo me aprendí la lección. A por la próxima!!!
ResponderEliminarNo creas, Carmen Delia, siempre tomo notas en conferencias o en actos que me interesan. Voy con la libretita apuntando igual que Aznar (o que la madre Nieves). Si no, se me va la mente por los cerros de Úbeda y me veo pensando en escribir algo sobre faros cuando están hablando de rocas magmáticas. Pero sí que atendí esta vez, el tema era interesante y novedoso para mí. Y las profes, no te digo. ¡A por la próxima!
ResponderEliminarPor favor lo que me he podido reir con el cubilete y vuestro palique. El caso es que me veo reflejada y como dicen que con los años estas cosas empeoran, no quiero ni pensar la que liaré delante de un monumento en un viaje del inserso, miedo me doy...
ResponderEliminarUN placer leerla
Y que no perdamos nunca, Madre del monillo, la capacidad de darle al palique, de reírnos o de maravillarnos ante cualquier obra de arte. Y también de seguir conservando -como en este caso- a las amigas que en nuestra niñez y adolescencia nos acompañaron. Ellas son las que nos conocen más que nadie y, a pesar de eso, nos siguen queriendo.
ResponderEliminarGracias por tu compañía y un besote.
Isa, como siempre que nos reunimos, hay cruce de conversaciones de todos los temas posibles. Saltamos de un tema a otro sin ningún problema. Podemos con todo y siempre con el cubilete verde, como no podía ser menos.
ResponderEliminarMi marido, Dulce, cuando nos oye alegar, después siempre me comenta que para él es incomprensible cómo nos podemos enterar de lo que cada una habla, que hablamos todas a la vez y que lo que resulta a sus oídos es un guirigay indescifrable. No sabe la capacidad que hemos desarrollado después de 60 años hablando unas con otras estar en dos o tres conversaciones, confluir en una de repente, sacar conclusiones distintas y darle vueltas por separado, carcajearnos siempre... ¡Qué divertido es cada vez que nos reunimos!
ResponderEliminarNo conocía eso de los cubitos de colores. También es verdad que me "arripia" la enseñanza.
ResponderEliminarEstá bien lo de Tur-mur. Leí en la prensa hace cosa de un mes o más que se iba a traer una exposición itinerante de Moore y me he olvidado de ella. No se hasta cuando estará y me gustaría disfrutarla. La verdad es que vayas donde vayas, las formas y el material empleado hacen inconfundible la obra del tocayo, que fue realmente prolífica.
Este y Giacometti son mis dos escultores preferidos del siglo XX.
En la foto echo de menos un gallo en el gallinero. Ahora que está de moda, lo de ustedes es una auténtica discriminación de sexos. Aunque pensándolo bien, un hombre no hubiera sido capaz de apreciar el arte en la calle y su vez atender al palique. Bien es sabido que somos incapaces de hacer bien dos cosas a la vez...
No te la pierdas, Enrique. Va a estar hasta el 1 de diciembre y reparten folletos en la Caja, al lado de la Plaza del Príncipe. En estos folletos omiten totalmente a nuestro Moore, al Guerrero de Goslar, lo cual nos hizo pensar que la Fundación Moore y la Conmemoración de los 40 años de la "1ª Exposición Internacional de Escultura en la calle" no estaban coordinados.
ResponderEliminarLas demás son 7 esculturas a cual más espectacular, 3 en la Plaza del Príncipe, 3 en la Plaza de Candelaria y una en la Plaza de España.
A mí también me gusta Giacometti.
Sí, es difícil que se meta un gallo en este gallinero tan bien avenido. Y, contra lo que se dice, los hombres pueden también hacer dos cosas a la vez ¿No has oído la canción de "querer dos mujeres a la vez y no estar loco"?
Creo que aquí también se ha perdido mi comentario, pues era un comentario precioso, el perfecto colofón a tu entrada. Pero como se ha perdido, vas a tener que creerme, me temo :-)
ResponderEliminarMás modestamente te diré que a mí no me preocuparía que los chavales preguntaran para qué sirve el verde, sino que no preguntaran nada. Como me he encontrado durante toda mi vida de estudiante (ya adulta incluso).
Nadie pregunta nada al profesor (menos algún osado como yo) y si después le preguntas a tus compañeros algo te dicen
- Ah, no sé, yo no me entero de nada
Pero preguntar ¡jamás!
pd. Qué paciencia, Conchi
Pero ¿cómo se pueden perder tus preciosos (y colofones) comentarios? ¡Qué rabia!
ResponderEliminarPues en mis clases tooooodo el mundo preguntaba. Bueno, alguna pregunta podía ser esa de ¿para qué sirve la filosofía?, pero estaba bien porque ellos tenían que buscar la respuesta a lo largo del curso. Y siempre se podría responder: "Para aprobar la asignatura y pasar de curso, hala".
No sabes bien la paciencia de Conchi. De todas formas, exagero un poco. La atendíamos, la atendíamos... ¡pero había tantos elementos que atender!
Me ha encantado el tema y la desenfada narración ,con que lo has complementado,amiga Isabel Duque Fernández.Felicidades.Y yo,como soy de los de la fila de los torpes,un pelín elevado,sólo un pelín;pongo sobre la mesa el cubilete amarillo.Pués hay muchas "tablas" y horas de docencia en esa imagen "Ramblera",y no vaya a ser que me sometan al "tercer grado" y no de la talla.Buen jueves para todos-as.Cs
ResponderEliminarPuedes estar tranquilo, Francisco. De las 14 que estamos en la foto sólo 5 nos hemos dedicado a la docencia, en temas tan dispares como Dibujo, Pedagogía, Música, Historia y Filosofía. Y dudo mucho que tengamos ganas a estas alturas de examinar a nadie. Lo mejor de la jubilación es precisamente eso: ¡no más exámenes, no más correcciones, no más juicios de valor! A disfrutar de la Rambla, de aquel día tan soleado y primaveral a pesar de estar ya en noviembre, de las estatuas de Moore y de la compañía.
ResponderEliminarTe deseo un buen jueves también a ti. Un saludo.
Me gustaría agregar que cuanta más confianza hay en un grupo, más se desinhiben sus integrantes, da igual la edad. Puedo asegurar que en mi clase actual hay a veces tanta dispersión que es difícil no perderse.
ResponderEliminarTienes toda la razón, Carletto. En este grupo estamos tan desinhibidos que ya es un relajo. Conchi de vez en cuando clamaba por que la escucharan, pero también es verdad que, como nos interesaba lo que decía, poco a poco se acallaban los rumores y ahí nos veías con las orejas abiertas. Todo depende del tema, ya sabes.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Isa, aún me sigo riendo con tu descripción del tur Mur. No sabía lo de los cubiletes, debe ser un chiste, pero aquí en mi Andalucía se puede esperar cualquier cosa.
ResponderEliminar¿Se atreverán C., y Ch, a preparar otro tour?. Lo bueno es lo bien que se pasa, bajo cualquier pretexto. Un beso.
Gracias, Esperanza. Y sí, espero que se atrevan porque ellas también se lo pasaron estupendo y, si no fuera por esto y por lo que uno come, la vida no sería igual de buena.
ResponderEliminarUn beso y ojalá también tú estuvieras aquí.
Qué risa. Qué bien describes el evento. Tal cual.
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