Recibo por guasap un correo -de esos que van y vienen y que supongo que todos han visto- donde defienden la hipótesis de que Colón descubrió América porque era soltero. Si hubiera tenido mujer, ésta le hubiera dicho cosas como "¿Y por qué tienes que ir tú? ¿Y por qué no mandan a otro? ¡Todo lo ves redondo! ¿Estás loco o eres idiota? ¡No conoces ni a mi familia y vas a descubrir el nuevo mundo! ¡Ni siquiera sabes a dónde vas! ¿Y sólo van a viajar hombres? ¿Quién se lo va a creer?¿Y por qué no puedo ir yo si tú eres el jefe? ¡A mí nunca me llevas de viaje! ¿Y quién es esa tal María? ¿Qué Pinta? ¿Y dices que es una Niña?... ¡A mí me vas engañar! ¿Qué la Reina va a vender sus joyas para que viajes? ¿Me crees tonta o qué? ¡A saber qué tienes con esa vieja! ¡No permitiré que vayas a ningún lado! ¡Siempre te las apañas para dejarme sola! No va a pasar nada si el mundo sigue plano. Así que ni te vistas porque ¡¡¡no vas!!! ".
El caso es que, si lo piensan, algo de razón tiene ¿Qué se les habría perdido a Colón y a todos esos descubridores para poner todos sus afanes en partir con rumbo desconocido y surcar mares procelosos que se supone que son el fin del mundo, caminar por polos inhóspitos y muy, muy fríos, o explorar selvas llenas de hombres o animales salvajes que igual comen de aperitivo "Explorador al pilpil"? ¿De qué pasta estaban hechos esos hombres y esas mujeres (que también las hubo a pesar de fajas y corsés)?
Esa pasta, en realidad, es de lo que estamos hechos los seres humanos desde que nacemos. Ahora que ejerzo de abuela de mi nieta de un año -ya saben, quedarte embobada mirándola descubrir el mundo-, veo en ella la pasión, la curiosidad y el coraje de un Livingstone. Está disfrutando ahora de uno de los descubrimientos más asombrosos, capaz de dejar chiquitos a Hillary y al sherpa Tenzing en su primera subida al Everest: la de empezar a caminar. De pronto se suelta de la pata de la silla de la que estaba agarrada. Y luego pone un pie delante del otro tendiéndome las manitas y da sus primeros pasos ¿Has visto?, parece decirme ¡Ni Armstrong en la Luna lo hizo tan bien! Y ya nada podrá pararla ¡A pasear, a saltar, a bailar, a independizarse de los mayores que la llevan y la traen sin pedirle permiso!
Y luego vendrá el otro maravilloso descubrimiento, el salto entre la palabra que está en la mente y la realidad de ahí fuera, el descubrimiento del significado ¡Ríete de quienes descubrieron la Piedra Rosetta, los manuscritos del Mar Muerto o el tesoro de Tutankhamon! En la película "El milagro de Anna Sullivan", hay una escena emocionante (yo siempre lloro) entre Anne Bancroft (Anna Sullivan) y Patty Duke (Helen Keller): el momento en que la niña ciega, sorda y muda de nacimiento descubre, guiada por su maestra, que la palabra "agua" responde a una realidad que corre y moja sus manos. Como le pasa a Helen Keller a partir de ese momento, también a mi nieta se le abrirá el mundo y todas las posibilidades del lenguaje, desde recitar un poema a hacer un chiste malo.
Y, entretanto, venga a seguir descubriendo y maravillándose de lo que siente alrededor. Una traba azul de la ropa ¡oooohhh! Un frasquito con su tapa ¡oooohhh! Y otro montón de ¡oooohhhs! para una nuez, para una pluma blanca de paloma, para una flor que encontró en el suelo, para un saltamontes, para un trino que oye o el ruido de un avión lejano... El mundo es asombroso y constituye una aventura, como les pareció a todos los Pizarros y Hernán Cortés que encontraron otras tierras y otras gentes.
Tal vez sea cierto o no que Colón estaba soltero cuando fue a América, pero lo que sí es seguro es que conservaba la curiosidad, la osadía y la capacidad de asombro de los niños. Ellos, los protagonistas de la verdadera era de los descubrimientos, saben que el secreto de no envejecer es mirar el mundo con ojos nuevos, como si fuera la primera vez.
(La foto es de los primeros pasos, un poco escorados todavía, de mi nieta Julia)
Es pura realidad
ResponderEliminarSupongo que te refieres a mirar las cosas como si las estrenaras, no a que Colón era soltero cuando descubrió América :-)))
EliminarLos nietos nos hacen ver lo que no tuvimos tiempo de ver con nuestros hijos.
ResponderEliminarTienes razón, Carmen. estábamos muy ocupadas siendo superwoman: pañales, colegios, comidas, casa, trabajo, exámenes que corregir... Y nos estábamos perdiendo a lo mejor el pararnos a contemplar la maravilla que es la mirada asombrada de un niño cuando mira alrededor.
EliminarJajaja me refiero como no , al entorno de los niños , el biznieto siempre está , y esto que es , o para que es y así todo el dia
ResponderEliminarY yo ,,,,,,,,,,, !Herodes !!
Perdon , la edad no perdona
Me encantan los niños preguntones, Marisol. A veces las preguntas que hacen, nos ponen a pensar a nosotras ¿Por qué no se caen las hormigas que suben por las paredes? ¿Qué es eso de la soberbia? ¿Qué es ser un pelota? ¿Qué son las estrellas?...
EliminarSí, Jane, todos, a lo largo de nuestras vidas, somos descubridores, a pequeña o gran escala, de un montón de acontecimientos que nos van marcando, a lo largo de su transcurso.
ResponderEliminarQuizá, el gran primer pasito, titubeante y escorado, que pudimos dar, haya sido determinante para seguir un camino recto y despejado o tortuoso y lleno de brumas. Vete tú a saber...
Quizá, la primera muestra de comunicación verbal, que puede haberse iniciado, como la de tu nietita, con ese ohhh tan expresivo y rotundo, también haya determinado que, de mayores, seamos más o menos claros y explicativos o más o menos farragosos y crípticos. De todo hay en la viña del Señor...
Pero, detrás de esos primeros descubrimientos y conquistas, irán surgiendo otros que, incluso, no tengan edad. Se me ocurren, a bote pronto, el descubrimiento del amor, el del gusto por aprender, el de la satisfacción de compartir, el de la capacidad para colaborar y ayudar...
Lo malo es que también descubramos el desamor, el rechazo, la incomprensión y, en definitiva, el dolor que todo eso produce. Entonces, y sólo entonces, sabremos que descubrir y conquistar, como aquellos grandes navegantes que se lanzaron hacia horizontes desconocidos, siempre llevan unos componentes de incertidumbre y de temor a lo desconocido. Componentes que, como en nuestras vidas, tanto pueden ser satisfactorios y gratificantes, como injustos e ingratos.
Y digo yo que, en eso, en descubrir lo mejor y lo peor, nos pasamos la vida y, cual aventureros valientes, vamos disfrutando, cuando el viento sopla a nuestro favor y la mar se ondula suavemente, y aprendemos a baquetear las aguas procelosas y el viento en contra, cuando lo descubierto no es lo que esperábamos descubrir.
Como siempre, bravo por tu entrada y por los descubrimientos de la sonriente y dulce Julia.
Hoy nos hemos puesto filosóficas, Cehachebé ¡Y qué bonito es lo que dices!
EliminarLa vida no es fácil para nadie y ya lo irá aprendiendo Julia. A mí a veces me preocupa eso de que parece que tenemos que ser felices por narices y que hay que estar todo el día irradiando alegría. Eso no es así, tienes contratiempos, ves morir a los que quieres, envejecemos y enfermamos, a veces nos traicionan quienes no esperamos que lo hagan, ves sufrir a la humanidad, hay guerras, ébolas. corrupciones, desastres... Pero si no asumimos esto, tampoco asumiremos la belleza y la alegría que hay en la vida: la sonrisa que ilumina la carita de Julia, la curiosidad de Eva y David, mis otros nietos, el amor de mi familia, la bondad de tantas personas ante la adversidad, la solidaridad, la amistad, el disfrute de los placeres... Todo viene en el mismo paquete.
Que aprendamos, como dices, a capear escollos, a aprender de ellos y a disfrutar del viaje.
Un beso.
Hoy confieso que me maravilla la capacidad que tienes amiga,para que una cosa tan normal,como tenemos asumido que es caminar por primera vez,parezca,si te pones a pensar, lo maravilloso que es.Esas cosas tan normalitas a personas como yo nos pasan desapercibidas,pero al leerte uno se da cuenta de que tienes razón de que para los niños es un gran descubrimiento el poder moverse por si mismos , el no depender 100% de los adultos que lo rodean para ir hacia donde quiere........por eso amiga de nuevo te felicito por el solo hecho de ponernos(porque habra alguien como yo) a pensar lo obvio.........
ResponderEliminarMuchas veces, Ligia, nos sumergimos en el correcorre cotidiano y no miramos los detalles. lo obvio, como dices. Recuerdo una novela ("Suma y sigue" de Toni Jordan) que termina diciendo que "cada día suceden miles de episodios diminutos y, si no estás observando, si no te andas con cuidado, si no los registras y no haces que cuenten, podrías perdértelos. Podrías perder la vida entera".
EliminarYo recuerdo, cuando enseñaba en psicología el aprendizaje, decirles a mis alumnos que se fijaran en sus hermanos pequeños, que registraran lo que aprendían a hacer porque los niños son esponjas que absorben todo y esos años desde que nacen hasta la etapa adolescente, son los cruciales, es el momento en el que se producen los acontecimientos más importantes de su vida, aunque no sean muy conscientes de ello.
Ahora que somos abuelas, es una gozada tener más tiempo para fijarnos en ese aprendizaje. A aprovecharlo.
Si , pero a veces nos dejan con nudo en la garganta , yyyyy donde esta tu madre , le dices algo bonito , pero en mi interior les sigo llorando , perdona
ResponderEliminarDicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. A las preguntas incómodas de los niños yo pienso que hay que responder también con la verdad, mal que nos pese.
Eliminar¡Nunca mejor relatado, descubren día a día diferentes cosas y les hace gracia cualquier cosa, me encantan !!!!,
ResponderEliminarUn momento supremo, Pili, es cuando aprenden a decir que no. Julia lo dice con toda la cabeza y casi con todo el cuerpo. Van poco a poco ganando su independencia.
EliminarY no hay risa tan grata como la de un niño. A los abuelos nos alegran la vida. Siempre me acuerdo que, cuando murió mi madre, mi sobrina Isa era pequeña y, al ver lo contento que se ponía mi padre cada vez que la veía, siempre decíamos "¡Bendita niña!".
EH ! "OIGAN" !
ResponderEliminarque a los varones nos ha pasado igual.,
Por eso los abuelos somos abuelos y debemos ser abuelos.
que los años nos han dado la oportunidad de dejar de ser superpadres.
Por supuesto, Ignacio. Los abuelos están haciendo horas extras. No hay más que ver las entradas y salidas de los colegios. Ahora son superabuelos.
EliminarES VERDAD ISA QUE CON LOS NIETOS PERCIBES COSAS Q CON LOS HIJOS NO SE DABA UNO NI CUENTA, PERO TENIA UNA EXPLICACIÓN, APARTE DE SALIR A TRAVAJAR CUANDO LLEGABAMOS A CASA NO PARABAMOS . LAVABAMOS PAÑALES CON TODO LO Q CONLLEVABA. LES HACIAMOS TODO NATURAL, LOS POTAJES, LOS JUGITOS. HOY EN DIA TIENEN MAS TIEMPO DE DISFRUTAR CON LOS NIÑOS, TODO ESTÁ MAS ADELANTADO, GRACIAS A DIOS....
ResponderEliminarLo de los adelantos, tienes razón, Mari Carmen. No había pañales desechables y los teníamos que lavar a mano, porque tampoco había lavadoras sino unas un poco cutres. Mis hijos ahora tienen hasta una especie de robot de cocina para los potajitos. Mucho más llevadera la cosa, donde va a parar...
EliminarPero tanto antes como ahora los niños siguen descubriendo el mundo, la risa, la ternura, el decir no, el decir sí. El caso es estar atentos.
¡Qué pena que Colón no tenía guasap! Imagínate la que se hubiera liado.
ResponderEliminar¡Qué bueno, Guille! Me lo puedo imaginar contándole a sus amigos del colegio que ha llegado a La Gomera y que lo han invitado a agua de un pozo o que el viaje se le está haciendo un poco más largo de la cuenta ¡Qué de chismes nos hubiéramos enterado!
EliminarUna vez en una charla de un experto en yoga le oí decir que a él Mahoma le parecía un poco regulín porque había pasado de su familia para irse por ahí a hacer el pingo, y que si uno era libre en el mundo, podía tirarse por un puente, pero si tenía una mujer y unos hijos que dependían de ti, pues como que no.
ResponderEliminarY NO PUEDO ESTAR MÁS DE ACUERDO. Convertirlo en un chiste de la mujer con el rodillo en la mano, me suena a casposo (por no entrar en más honduras), pero ser descubridor, aventurero, o hacer cualquier otra chorrada de esas está muy requetebien, si no tienes a nadie esperándote, sobre todo si ese alguien es un hijo pequeño que debe ser tu prioridad.
O una viuda, sobre todo en los tiempos que ser viuda era menos que nada.
He dicho!
(sé que la intención de la entrada no iba mucho por ahí, pero es que me ha dado un aire, hija)
El guasap de Colón tiene su gracia pero no puede negar que es machista (y casposo, sí).
EliminarY mira lo que encontré en San Google:
"Entre 1479 y 1480 Cristóbal Colón contrajo matrimonio con doña Felipa Moniz, hija del colonizador de las islas Madeira, Bartolomé de Perestrello, probablemente en Lisboa. Una vez casado vivió en Porto Santo y en Madeira, lo que hace suponer que viajara también a las Azores. Su esposa Felipa, de la clase alta portuguesa, le abrió las puertas para la preparación de su proyecto. En 1480 el matrimonio tuvo un único hijo, Diego Colón"
O sea, que su mujer no sólo no le hizo ningún rezado sino que le ayudó en su proyecto. Luego se quedó viudo, aunque tuvo otro hijo, Hernando Colón, con Beatriz Enríquez en 1487.
El caso es que estos dos niños, cuando eran ya galletones, le acompañaron en sus viajes. Tal vez no habría que juzgarlo duramente, sino todo lo contrario.
(¿Te acuerdas de la canción de "Colón fue un hombre de gran renombre que descubrió un mundo nuevo, pero además fue el primer hombre que puso un huevo de pie ¿Cómo lo puso? ¡De pie! ¿Y quién lo puso? ¡Colón!? Mis hijos me mareaban de chicos con la cancioncita)
Seguro Jane que la mujer de Colón no le puso reparos en su proyecto y además, lo ayudo, tal vez con la esperanza de que el tercio se perdiera por esos mares lejanos y desconocidos. Era el señor Navegante, muy fastidioso o machista ?.Vaya Usted a saber. Pero a lo que iba, si señor, los nietos nos permiten corregir todas las equivocaciones que tuvimos con nuestros hijos. Tengo tres y los adoro. Estos carricitos de hoy, nos llevan una ventaja tremenda. Ya a corta edad dominan tecnologías de avanzada y nosotros, sorprendidos. Bendiciones a tu nieta y paciencia a los abuelos. Un abrazo y a cuidarse, pues.
ResponderEliminarTambién hay que pensar que las aventuras podrían traer ganancias enormes. Vamos a no olvidar el móvil económico en los planes de Colón y su mujer.
EliminarEsta misma mañana, mi nietita me cogió el móvil y hasta en la forma de cogerlo -con las dos manos dejando los pulgares libres para marcar- se notaba que es otra generación (yo voy con el dedo índice marcando). Otra generación que debe ser que viene perfectamente equipada para las nuevas tecnologías. A mí también me dejan asombrada. Es más, cuando tengo alguna duda con una máquina le pregunto a mi nieto David (9 años). Es raro que no me la resuelva.
Así que a disfrutar y a aprender de ellos.
Un abrazo.
Así es , nos llenan el corazón y disfrutamos todos sus movimientos, es un lujo poder pasar por la experiencia de ser abuela y dejar que pase el tiempo viéndolos como se mueven o sus pequeños gemidos, o sus lloros, sus risas, " todo" juguetes por todos lados, ceras, cuartillas de color, cuentos, legos, y cuando les toca el biberón, lo achuchas con tu cuerpo y sientes una paz maravillosa.......¡ qué rico es ser abuela !
ResponderEliminarLa verdad es que es una de las mejores experiencias que se pueden tener. Es verdad que es bueno tenerlos y mejor cuando se van, pero también que el rato en que están contigo los disfrutas y te ríes porque sus razonamientos desafían cualquier lógica. Y cada descubrimiento que hacen lo ves como si acabaran de inventar la pólvora. Yo ya le he dicho a todos mis amigos que Julia sabe dar besos. Pero también enseño, orgullosa, los dibujos de Eva, o los inventos de David.
EliminarY ahora tú y yo esperando otro nieto o nieta del que disfrutar. Tienes razón: ¡qué rico es ser abuela!
Permíteme Isa que intervenga para contar una pequeña anécdota . En cierta ocasión estaba trabajando en el ordenador, y Dani, mi nieto, que entonces tenía tres años me importunaba a preguntas y a todas le respondía con evasivas o un no se a ver si me dejaba tranquilo. En eso llegó mi hija y le dice, "vamos Dani, deja tranquilo al abuelo" a lo que Dani contestó, " si vamos mami, porque este tío no tiene ni idea de nada" (sic).ahora le respondo siempre
ResponderEliminar¡Qué buen golpe el de Dani, Juan Antonio!
EliminarLos niños son sabios y muchas veces lo que dicen son sentencias que dejan reducido todo a lo esencial. El nieto de mi amiga Ely, que fue por primera vez a Las Palmas desde Granada, cuando al volver le preguntaron que qué le había parecido el mar, dijo: "¡Es todavía más grande que la piscina del colegio!". Dani y el nieto de Ely constataron dos realidades incuestionables.
¡Menos mal que aprendemos de ellos y por lo menos ahora Dani puede pensar que algo sabes!
Un abrazo.
Tienes razón al decir que cada descubrimiento de nuestra nieta es una fiesta . Miramos la vida de otra forma, ni más ni menos que a través de sus ojos. Cuando esta conmigo intentó entender su extraño lenguaje y lo más sorprendente de todo es que llego a comprenderlo. Me siento en el suelo con ella para de esta forma estar a la altura de sus ojos y que la conexión sea más fácil y yo también descubro posturas imposibles que no practicaba desde hace mucho tiempo. Se hacen entender con el lenguaje de los gestos , de las miradas, de la ternura..... Y pocas palabras necesito para explicar esos preciosos momentos porque aunque ella no lo sepa me esta enseñando a descubrir de nuevo las pequeñas cosas que teníamos olvidadas, una mirada, un gesto de complicidad o la ternura de un abrazo. Sin palabras.
ResponderEliminarSin palabras es precisamente lo que resume nuestra relación de abuelas con Julia durante su primer año de vida. Es casi mágico como, sin hablar, consigue hacerse entender y que demos satisfacción a todas sus necesidades: bastan la expresividad de sus ojos y la calidez de su sonrisa.
EliminarIncluso en los momentos malos, es expresiva. Hace poco, estaba en el patio y pasó el abuelo, que iba deprisa y no le hizo caso. Se quedó sentada y muda, mirando hacia la puerta por la que él se había ido y luego poco a poco empezó a bajar la cabeza hasta casi llegar al suelo. La cogí y, sin llorar, tenía los ojos llenos de lágrimas. Parecía la estampa de la desolación. Me la comí a besos.
Somos afortunadas, Cristi, por saber disfrutar de la experiencia de ser abuelas.
Un beso.
Siempre despiertas en mi emociones, tus escritos son una BBN obra de arte, me gustaría participar mas, pero me cuesta escribir, gracias por estar ahí
ResponderEliminarGracias a ti por estar ahí también, Mari Carmen. Es un placer contar contigo.
EliminarPd.: Ya me dejaste intrigada con eso de BBN.
Me ha encantado. Nunca debería perderse la curiosidad ni la capacidad de asombro, pero, la mayoría de las veces, perdemos al niño (o niña) interior cuando crecemos, y cuesta reencontrarnos con él.
ResponderEliminarUn beso!
Hay una canción de Rosana ("Llegaremos a tiempo") que empieza diciendo: "Si te arrancan al niño, que llevamos por dentro...". Todos llevamos un niño asombrado en nuestro interior. Que las rutinas, los sinsabores o las penas, no lo oculten.
EliminarUn beso.
Creo que la capacidad para la curiosidad y la sorpresa nos hacen estar vivos. Me ha encantado la entrada.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Zazou.
EliminarNo por nada se considera a Aristóteles uno de los grandes pensadores. Empieza su Metafísica con las palabras "Todos los hombres, por naturaleza, desean saber". Y ahí nos ves durante toda nuestra vida intentando satisfacer ese deseo. Y el motor es, desde luego, la curiosidad.
Besos.
La gran suerte que tenemos por poder ser espectadoras de esos grandes descubrimientos que hacen nuestro nietos ...
ResponderEliminarMe considero una privilegiada. Verlos crecer es el mejor regalo que nos pueden hacer a los abuelos. Mi madre, a la que le chiflaban los niños, siempre nos estaba animando a tener más, "que yo te los cuido". Si hubiera sido por ella, habríamos tenido 14.
ResponderEliminar