lunes, 16 de mayo de 2016

Con flores a porfía




El mes de mayo en mi colegio era especial. Se hacían misas de gala, procesiones internas por el patio, ofrendas florales y cántigas varias, entre las que estaba la de "venid y vamos todas con flores a porfía, con flores a María que madre nuestra es". Esta canción nos llenaba de perplejidad por la intriga de quién sería la tal Porfía. Yo estaba convencida de que si María era nuestra madre, Porfía sería nuestra tía, por lo menos.


Pero de todo ello, lo que nos ha quedado impreso en la memoria  es la idea de que mayo es el mes de las flores y de que no hay nada más precioso que una flor, por más que nos puedan tachar de cursis y de antiguos.

Recuerdo el verano de mis 7 años en que descubrí la devoción que se puede tener por las flores. Estaba en La Palma con mi abuela y mis tíos. En la casa de al lado vivía un señor llamado Don Elías que tenía un jardín. Era un jardín "para aquellos que aprecian las glicinias y el sol", como el de "Un abril encantado" (Elizabeth von Arnim). Mi primo Mingo y yo nos sentábamos muchas mañanas en uno de los muros y nos extasiábamos contemplando a Don Elías trajinar, injertar, plantar, regar, podar y cuidar con esmero miles de flores que caían por los bancales como cascadas de colores. A veces nos dejaba ayudarlo y allí conocí las rosas, los mimos, los geranios, los gladiolos, las hortensias, las margaritas... Y sobre todo, los pensamientos, sus flores preferidas, que tapizaban, coloreaban delicadamente y perfumaban casi todo el jardín. Cuando terminó el verano, mi abuela se mudó y no lo volví a ver nunca más, pero, a pesar de que han pasado más de 60 años, cada vez que veo pensamientos me acuerdo de Don Elías y de la pasión que su jardín le inspiraba.

Después no he conocido a nadie así, jardineros de vocación, personas que viven por y para su jardín, con una sensibilidad especial para saber transformar un trozo de terreno en un espacio lleno de belleza y luz. Pero, aunque no en la vida real, sí me los he encontrado en la literatura.

Por ejemplo, Mr. Chance, el protagonista de "Desde el jardín" de Jerzy Kusincski, un hombre que ha pasado toda su vida encerrado en una casa cuidando del jardín. No conoce ninguna otra realidad y toda su visión del mundo, y por tanto su lenguaje, se reduce al ciclo vital de árboles, arbustos y flores. Cuando por fin conoce lo que hay más allá de los muros de su jardín, todo lo interpreta a través de lo único que conoce, la jardinería, pero los que lo oyen creen que está hablando con sabias metáforas. Si le preguntan por la crisis económica del país él dice: "En todo jardín hay una época de crecimiento. Existen la primavera y el verano, pero también el otoño y el invierno, a los que suceden nuevamente la primavera y el verano. Mientras no se hayan seccionado las raíces todo está bien y seguirá estando bien". Y los deja a todos con la boca abierta ante tanta sabiduría.

Otro es Lord Emsworth, el dueño del Castillo de Blandings, que es descrito en las novelas de P.G.Wodehouse  de esta manera: "Cincuenta y pico de años de placidez serena y tranquila habían dado a Lord Emsworth el aspecto extraño de una persona cubierta de musgo. Pocas, muy pocas cosas, podían sacarlo de su tranquilidad". Pero incluso las personas más tranquilas pueden tener pasiones y la de lord Emsworth eran las flores. Miren, por ejemplo, su visita a una floristería: "El florista era una persona simpatiquísima, perfectamente informada en el asunto de los acebos y tan dispuesta a dar informes sobre delfinias, aquileas, coleopsis, eringias, altramuces, bergamotas y pasionarias, que lord Emsworth se abandonó completamente a aquella fiesta de la imaginación y a aquel desahogo del alma (...). Dos veces llegó hasta la puerta y dos veces volvió atrás para oler las flores y decir algo que había olvidado respecto a la Clematis gigante. Finalmente, con una última y ardiente mirada hacia atrás, se marchó de aquel paraíso...".

De todas formas, aunque sin la vocación jardinística de un Don Elías, de un Mr. Chance o de un Lord Emsworth, sí hay mucha gente que ama las flores y que, si puede, tiene un jardín. En el mío este mes, con sus campanas blancas y rojas han florecido los amarilis que plantó mi madre hace más de 20 años; el jazmín perfuma el rincón de la escalera; las rosas de pitiminí, en ramilletes amarillos, se han abierto todas a la vez, haciendo la competencia en colorido a las buganvillas- blancas, naranjas, moradas- en las que casi no se ven las hojas verdes; cuelgan los mimos y los claveles de aire; y las calas se alzan orgullosas, anunciando que ha llegado mayo y con él, esta primavera atrasada.

Ya, ya sé que hablar de flores en estos tiempos tan materialistas puede ser considerado una cursilada. Pero díganme la verdad: ¿Quién dice que no a que te regalen un precioso ramo de rosas, o un centro de delicadas violetas, o una altiva orquídea, malva y blanca? Yo creo que a eso no se resiste ni la mismísima tía Porfía.



40 comentarios:

  1. Sublime para mí tu reflexión de hoy Isabel.Será porque recuerdo a los jardineros de esas películas que nombras (la filosofía de Mr.Chance), y porque adoro a las flores.Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Claudia.
      Realmente lo que nombro son las novelas, que son muy buenas. "Desde el jardín" te hace reflexionar sobre las apariencias, sobre la política, sobre cómo funciona esta sociedad nuestra, incluso sobre el lenguaje. Sí fue llevada al cine (y se llamó "Bienvenido, Mr. Chance") con ese genial actor como protagonista que fue Peter Sellers.
      "Un abril encantado", la novela de Elizabeth von Arnim, es de las que recomiendo cuando se está pasando un mal momento. Está llena de vitalidad y belleza. Y de flores, por supuesto. Sobre todo, del poder transformador de un ambiente encantador sobre unas vidas hasta entonces sometidas a la rutina y a las convenciones. En 1992 la llevó al cine Mike Newell pero, aunque no está mal, la novela es muy superior.
      Un abrazo. Y que te regalen flores.

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    2. Y Lord Emsworth aparece en varias novelas de Wodehouse. Estas citas en concreto están sacadas de la genial "Dejádselo a Psmith".

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    3. Gracias Isabel! Un beso

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  2. Isa, fui la primera lectora de tu jardinero post de hoy, a través de Facebook.
    Qué te voy a decir que tú no sepas. Sólo me faltó que nos contaras si descubriste qué era ese "porfía".

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    1. Desde luego, en aquellos tiempos, no. "Porfía" nos sonaba a nombre de señora palmera. Ahora, ya sí sabemos que viene del verbo "porfiar" y que quiere decir "con empeño". En el diccionario dice "con emulación", "a competencia". Lo que quiere decir en esta canción es realmente "a ver quién lleva más", que compitamos por llevarle todas las flores que podamos.
      La letra entera es esta:

      Venid y vamos todos con flores a porfía,
      con flores a María, que Madre nuestra es
      con flores a María, que Madre nuestra es.

      De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
      más que la luna, bella, postrados a tus pies.

      Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,
      con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.

      Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
      las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.

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  3. Precioso post. Vas a ser la responsable de que me lea "Desde el jardín", no lo he hecho y me parece precioso lo que has descrito.
    Besos

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    1. Yo lo leí hace mucho tiempo, pero recuerdo al personaje de Mr. Chance, un hombre inocente, simple e ingenuo, que no entiende nada del mundo y que sólo ama su jardín. Pero los demás creen que sabe mucho. Por ejemplo, cuando el caballero millonario que lo acoge en su casa le pregunta que a qué se dedica y él dice "jardinero", esto es lo que le contesta: "Creo que lo ha expresado usted muy bien, señor Gardiner. ¿No le molesta que lo llame Chauncey? ¡Un jardinero! ¿No es acaso la descripción perfecta del verdadero hombre de negocios? Alguien que hace producir la tierra estéril con el trabajo de sus propias manos, que la riega con el sudor de su frente y que crea algo valioso para su familia y para su comunidad. Sí, Chauncy, ¡qué excelente metáfora! Un hombre de negocios productivo es en verdad un trabajador en su propia viña".
      Es un libro muy cortito, casi un cuento, y se lee en un pispás .Si lo lees, espero que te guste.
      Un abrazo, Celia.

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  4. Precioso,Isa,me ha encantado ! Desprende olor y color,y gracias por las referencias literarias.Un abrazo

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    1. En la literatura hay un montón de libros que se acercan al mundo de las plantas, tan sugestivo es. Aparte de los que he nombrado, también uno que habla del poder terapéutico de tener un jardín es "El jardín secreto" de Frances Hodgson Burnett, que supongo conoces, sobre los tres niños que "resucitan" un jardín tapiado al mismo tiempo que reviven ellos también. O todos los libros de "Ana la de Tejas Verdes", tan cercanos a la naturaleza. Son libros deliciosos que leímos de adolescentes pero que no han perdido su encanto.
      Un abrazo grande.

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  5. ¿Cómo no va a hablar de flores quien es una buena rosa perfumada?
    Tu comentario, precioso. Me encantan las flores y me hace recordar el jardín de mi abuela, con flores de todas clases, era famoso el jardín de Doña María. De allí salían flores para la iglesia, las bodas... Hoy tengo un hermoso jardín salvaje aunque faltan flores: rosas pocas para lo que me gustan, algún anturio... siempre soñando tener un buen jardinero.
    Qué gracioso lo de tía Porfía, me gustaría más la prima Isabel... me encanta el nombre, suelen ser grandes mujeres.
    Gracias por tu comentario.

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    1. Jajaja, es verdad que siempre que alguien me pregunta que cómo estoy, respondo (sobre todo desde que me jubilé) con eso de "como una rosa perfumada, Maringá". Así que sí, que tocaba hablar de flores, Nievitas.
      Tu jardín es de los que me producen envidia. Se ve tal cantidad de flores, tan sanas, tan resguardadas de vientos, tan llenas de color y perfume... que da gusto sentarse un ratito a disfrutar de la conversación, acompañada por los trinos de los pájaros y los colores y aromas de las flores. Y si eso lo has conseguido sin un buen jardinero, no te digo cuando lo consigas: el paraíso.
      Goza de ese rincón privilegiado, que seguro que tu abuela te está mandando bendiciones desde los celajes.
      Un abrazo.

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  6. Isa, ya sabes que este tema me toca especialmente.
    En mi colegio también le llevábamos las flores a las dos. Porfía también me chocaba, la verdad. Pero creo que estaba habituada a que la cosa de los cantos religiosos siempre tenía algo que no se entendía bien; poco o mucho pero siempre algún misterio. Y yo francamente, pasaba de querer entenderlos.
    Pero voy a los jardines. Lo de los jardines es como los zoológicos o la cría de pájaros. Puede que también de palomas. Consisten todas estas actividades en el dominio y control de la naturaleza para tu solaz y disfrute. A nosotros nos encanta, a Serra y a mi, la Naturaleza ella misma tal cual con sus jaramagos y sus pamplinas con los dientes de león y las caléndulas, las capselas y las cebadillas los equios y las margaritas salvajes. Todo eso que nadie cuida y que en este insensible país nuestro se llaman malashierbas.
    Pero yo también adoro todos los jardines. Los más ingleses y los más románticos o afrancesados. Puede que más los ingleses. Combinando coloridos de flores de mayo con frutos rojos o naranjas de octubre y noviembre. En Inglaterra, en el pueblo donde viví, una mañana de marzo en torno al 20, una y repentina, sobrevenida, los prunos (ciruelos de todas especies), estallaban en flores, de blanco a rosa de mil tonos, convertían el camino en un paisaje de ensueño, efímero, pero como lo de japón. Lujosísimo, increible. Y en algo semejante a nuestros almendros un mes mes antes; pero tengo que reconocer que estos jardines ingleses te deslumbran con una imagen de una floración que es más densa y más diversa. Un enorme impacto emocional. Pero los dueños de los jardines de Simons Walk se pasaban todo el año, todo el año entero, invierno incluido, como tu Don Elías con sus pensamientos. Vuelta y dale. Gardening. Para no oir a la señora o ella a él, digo yo que también sería para eso.
    Mi jardín es asilvestrado de Mataelpino, es maravilloso pero ... uno de tantos de los que muestran la ausencia del dueño cinco días a la semana y la mitad del invierno. Pero este año lo voy a embellecer. Le voy a poner macetas de los chinos en jardineras (es increible mi chino de al lado ... 1€ la maceta criada), con flores ya criadas y lustrosas que durarán un año. El año que viene tiraré estas y pondré otras. 50€ al año y jardín de acogida; adoptaré alguna que se deje, claro. Nunca será tan acogedor y bonito como el tuyo, con flores propias y derecho a huerta.
    Ya lo retrataré para enseñártelo.
    Besos

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    1. A mí también me encantan los jardines ingleses, menos cuadriculados, más acogedores que los franceses. Tus vecinos ingleses me recordaron al britano de "Astérix en Britania" al que se ve agachado quitando una hierbita en un césped maravilloso y que dice: "Creo que con unos 2000 años más de esmerados cuidados, mi césped estará aceptable.".
      Y también me gustan las plantas silvestres. No es la primera vez que vengo de una caminata con un ramillete de flores de las que tú sabrás seguro los nombres y todas las características (hasta si son carnívoras o no) y yo sólo sé que son preciosas.
      Un jardín propio aunque sea pequeño (mejor si es pequeño, a la medida de nuestros cuidados) es una maravilla. Hoy mismo vi que los agapantos están abriéndose ya; el ciruelo está lleno de flores blancas por primera vez y, como siempre, las matas de estrelitzias están cuajadas de sus extrañas flores. Ayer sembramos margaritas malvas e hibiscos naranjas. Y así todo el año. Ya vendrá el momento de las camelias y del estefanote de la entrada. Con un jardín uno nunca se aburre y, al contrario, se disfruta mucho. Lo vas a pasar pipa embelleciéndolo.
      Un besote.

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  7. A quien no le guste admirarlas que levante la mano. Las flores más allá de hacernos sentir cursis, nos hacen ser agradecidos con la naturaleza. Entiendo que a Don Elías le gustaran los pensamientos, tan frágiles y tan llenos de color. Sólo la templanza y unas manos expertas les pueden dar el cuidado que necesitan. Un aplauso a esos jardines que son obras de arte y a esos jardineros que miman, curan, engendran y hacen resplandecer la belleza de las flores y la luz que nos ofrecen, porque en definitiva están construyendo la vida.

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    1. Vamos a mandarles también un aplauso, Cande, a esos otros jardines que no son obras de arte pero en los que se puede ver la sensibilidad de sus dueños. El problema de muchos de estos es que un jardín necesita mucho tiempo, y eso es lo que le falta a mucha gente. Después de 8 años pude convencer este año a mi marido para que aceptara ayuda externa aunque fuera una vez al mes. Así y todo, no lo tiene como una obra de arte. Lo próximo, limpiar la huertita de hierbas para que podamos plantar lechugas, pimientos, fresas, berenjenas... Nunca se acaba el trabajo pero también es verdad que siempre proporciona satisfacción.
      Besos.

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  8. Tu artículo me ha traído a la memoria un recuerdo oculto tras los velos del tiempo. No hace mucho tiempo yo decía que nunca había recitado un poema en público, y lo decía convencida de ello. Pues bien, acabo de recordar que mi primer poema lo recité en la iglesia de El Escobonal debe hacer... más de cincuenta años, precisamente un mes de mayo y en la celebración que hizo todo el colegio del mes de María y sus flores. Un poema y en mi mano una vara de azucenas. Gracias por refrescar mi memoria.

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    1. Mi madre se casó un 15 de mayo, haría ahora 69 años. Su ramo fue un ramo de azucenas precioso. Cuando mi hija se casó quiso llevar un ramo igual, pero era el mes de octubre y no había azucenas entonces. Para mí siempre son flores de este mes porque normalmente los altares de mi colegio se adornaban en mayo con ellas. Te puedo imaginar con tu vara y tu poema ¿Era tuyo ya? ¡Qué buen recuerdo para atesorar!

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  9. Me has hecho recordar el patio de mi abuela... Yo no me resfrío casi nunca y me chifla andar descalza y chapotear... Me chiflaba regarle las helechas, mimos, rosales, clavellinas, monsteras y sobre todo... la madreselva... ainsssssss Qué de recuerdos...!!!

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    1. ¡Qué gusto, Gladys, el chapotear, mojarte, coger una manguera, mojarte más, jugar con el agua...! Es un placer reservado a los niños y que luego la vida te va quitando, llenándote de chubasqueros y de paraguas. ¿Te acuerdas de la canción "Chiquillada" de Cafrune? Decía así una de las estrofas:
      Fiesta en los charcos
      cuando para la lluvia,
      caracoles y ranas,
      y niños a jugar.
      El viento empuja
      botecito de diario,
      lindo haberlo vivido
      pa poderlo cantar...

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  10. Relato de primavera, ¡me encantan las flores, Mary, y el patio de mi casa de pequeña también estaba lleno, como ahora en casa....te comparto un poema que le dediqué a las margaritas que hay ahora....

    Margarita de colores
    Que te eligen mil amores
    De una mano femenina
    Alguna vez masculina
    Cantando que si que no
    Deshojan así tus pétalos
    Dejando a tu destino
    El si o el no
    De un te quiero

    Margarita de colores
    Que al alba abres tu abrigo
    Respirando así el Rocío
    Iluminando jardines
    Iluminando la vida
    Te abrigas cuando hay
    mal tiempo
    Para seguir resistiendo
    Y cuando llega el ocaso
    Abrigas los pensamientos

    Margarita de colores
    Alegras la primavera
    Con el conjunto de flores
    Pero eres la elegida
    Como la flor del destino
    Para guardar los secretos
    De esos amores perdidos

    ¡Ay Margarita!
    Que en incógnita quedas
    Al libre albedrío

    Pili Gil-Roldán Trujillo 9/5/2016

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    1. En mi casa de pequeña había dos patios. Uno era en el que jugábamos y se tendía la ropa. La sala daba al otro que se llamaba "el patio de las flores". Nunca vi ninguna flor allí porque estaba lleno de plantas verdes: costillas de Adán, capas de la reina, helechos... Era muy bonito pero no es lo mismo ¡Me hubiera encantado verlo lleno de esas margaritas que deciden el destino de los mortales! Margaritas de colores...
      Gracias por tu poema, Pili. Un beso.

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    2. En casa, mi abuela tenía muchas plantas de flores y en Guamasa ya no te digo, todo era un jardín...gracias a ti Mary por todo lo que nos haces vivir en tus post.

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    3. Es que Guamasa es un sitio especial. Tengo un amigo que vive allí y su jardín es una maravilla (igual que la casa de Paquita). Da la impresión de que las plantas nacen, florecen, se expanden... sin casi ayuda humana. :-D

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  11. Una delicia leerte esta semana.....qué recuerdos!!! enhorabuena. Tomo nota de los libros que citas. Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Ursulita. No sé si los encontrarás porque mis ediciones son muy antiguas. La de Kosinski ni la tengo ya y la de Wodehouse es del año 1944, imagínate. Estaba en aquellas ediciones "Al monigote de papel". "Abril encantado" sí es una edición de 2014, la volvieron a editar hace 2 años, aunque yo la había leído en una edición anterior. Está en Alfaguara. Es una delicia de novela.
      Un abrazo.

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  12. Me encanta, Isa!!!

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    1. Gracias, Carmen, ya sabes que me encanta que te encante :-D

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  13. Rosaura Díaz Pérez17 de mayo de 2016, 22:02

    Tienes una gran sensibilidad para tratar cualquier tema, aunque surja de tu cotidianidad. "A porfía" es una expresión que conozco desde pequeña y significa "a cual más". También he oído decir que alguien es porfiado. Un abrazo

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    1. Gracias, Rosaura, ya lo aclaré también un poco más arriba en la contestación a Chari Borges (el segundo comentario al post). Recuerdo que mi abuela usaba mucho el verbo "porfiar" (según María Moliner "sostener alguien una cosa con obstinación") y el adjetivo "porfiado". "¡Fuerte niño porfiado!" cuando alguno nos poníamos majaderos y pesados detrás de que nos dieran algo.
      Un abrazo. Me encanta que estés por aquí.

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  14. América Esperanza León17 de mayo de 2016, 22:10

    Precioso Isabel, las flores y todas esas citas literarias. ..Gracias!

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    1. Muchas gracias, América. Es que si hay algo que nos llenen los sentidos son las flores y si hay algo que nos llene el alma son los libros. Si se juntan las dos cosas es una fiesta.
      Un abrazo.

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  15. Muy buenos los comentarios.
    Lei hace mucho "Desde el jardin", ya es momento de releerlo.
    Quiero hacer una aclaración, el autor de la canción "Chiquillada" es el urugayo José Carbajal, El Sabalero.

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    1. Gracias, Luis. Disculpa el retraso al contestarte.
      Gracias por tu aclaración. Cuando puse que "Chiquillada" era de Cafrune solo me refería a la persona a quien se la oí cantar. Pero es de justicia traer el nombre del autor de esta canción particularmente bonita. Cuando hacemos una parranda casi siempre cae.
      Que disfrutes con la relectura de "Desde el jardín".

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  16. Como me recuerda a mi infancia y los ramos a la virgen y los versos que recitábamos...La lluvia, amarilis y "orejas de burro" ( un nombre tan feo para una preciosa flor). Rosas, margaritas...todas las reinas de nuestros jardines...

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    1. Creo que esas costumbres eran nuestras. Mi nieta pequeña está en el mismo colegio de monjas que yo y no hacen nada de esto. Hasta las monjas están perdiendo tradiciones, jajaja.

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  17. Soledad Villalobos31 de mayo de 2020, 19:28

    Tu relato me ha transportado a una infancia en mi pueblo donde el olor a campo y flores estaba por todas partes. Gracias , ISABEL , una vez más por tu sensibilidad y belleza al tratar los temas. Un abrazo.

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    1. Gracias a ti, Sole. Aunque fui niña de ciudad, el vivir al lado del Parque y el pasar los veranos en pueblos me acercaron a las flores y a la naturaleza. Todavía el olor de algunas, me trasladan a aquellos tiempos. Lindo haberlo vivido, como dice la canción.

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  18. Yo también le cantaba y recitaba a la tia Porfía, Isabel. Me has sacado una sonrisa nostálgica. Tenía mi abuela un jardinero, que se llamaba Teodoro y lo llamaban tiodoro y yo creía que era mi tío Doro...
    Por cierto,también era ayudante de panadero y nos traía unaa figuritas de pan. Que ricura. El tío Doro era buena gente.

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    1. ¡Mi abuela también hacía unas figuritas de pan riquísimas! Me las acabas de recordar.
      ¡Benditos tíos y tías de nuestra infancia que tanto nos dieron!

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