Recreación del poltergeist de mi hermana dibujada por mi nieta Eva de José |
Mi hermana Chari asegura que tiene un poltergeist en su casa. La palabra poltergeist viene del alemán poltern, hacer ruido, y geist, espíritu. Así que lo que hay en casa de mi hermana, según ella, es un espíritu ruidoso haciendo el gamberro y dando la tabarra.
En la "Enciclopedia de las cosas que nunca existieron", un libro precioso obra de Michael Page y Robert Ingpen, dice que "las actividades de los poltergeist son bien conocidas y están abundantemente documentadas: rotura de cacharros y ventanas, ruidos y golpeteos, muebles y objetos que se caen...". Realmente lo que hacen es vacilar con el personal. Son traviesos, guasones y, como decimos los canarios, desinquietos.
Casi todos los días, cuando caminamos por las mañanas, Chari me da el parte. Que si ayer se cayó al suelo sin más ni más una churrera que tenía en el último estante de la despensa. Que si anteayer una tapa salió volando cuando ella abrió la puerta de la alacena. Que si otro día oyó desde el dormitorio un escandaloso ruido en la cocina, cataplún, plim, plam, y, cuando fue a ver, no había nada y esta es la fecha que no sabe qué cosa lo produjo ni que cosa se cayó. Que, además, a cada rato le desaparecen objetos, como un bote de aceitunas que pone sobre la mesa mientras ordena la compra y, cuando lo va a buscar, ni humo, ni pelo ni bote de aceitunas...
Yo me pongo en plan científico y le doy las explicaciones que la gente racional dice: ¡Eso es una corriente de aire pululando por allí! ¡Eso es la electricidad estática (sea lo que sea eso)! ¡Eso fue un ruido lejano y que oíste más cerca por aquellos de los ecos! ¡Eso es que tú tienes la cabeza en otra cosa y te despistas! ¿Y si las aceitunas te las comiste tú sin darte cuenta mientras colocabas el detergente por allí y las papas por allá? No pongas esa cara, a mí me ha pasado.
O a lo mejor, le digo, lo que nos pasa es que, en esta época de materialismo y tan de al pan, pan y al vino, vino, tenemos una gran necesidad de creer en los misterios. La gente lleva siglos buscando respuestas racionales a leyendas milenarias. En una reseña que Guillermo Altares hace al libro "La historia de los fantasmas. 500 años buscando pruebas" dice que "el mérito de este libro reside en que nos convence de que da igual creer o no creer: los fantasmas nos gustan porque la posibilidad de que existan agranda un mundo cada vez más pequeño". Y algo de eso hay porque ¡anda que no nos gusta un fantasma! Y si es de estos que no van de asustones, uuuuuh. sino que son divertidos y que lo único que pretenden es reírse un poco de los mortales, mejor todavía.
Aunque, ahora que lo pienso, mejor es creer en ellos y empezar a echar la culpa de todo aquello que se nos olvida, que se nos cae, que se nos desordena, que está patas arriba..., no a explicaciones lógicas ni a que cada vez tenemos la cabeza más p'allá que p'acá, sino a ese ente burlón y enredador que hasta compañía nos puede hacer, oye ¿Saben la cantidad de responsabilidades que nos quitaríamos de encima? ¡La culpa la tiene él!, diríamos en plan emperatriz de Bizancio. Donde esté un buen espíritu (alias chivo expiatorio), que se quiten todos los remordimientos por nuestros despistes y todas las leyes electroestáticas del universo.
Estoy por pedirle prestado el poltergeist a mi hermana.
Muy divertido! ...y la ilustración fantástica!
ResponderEliminarGracias, Milo. La verdad es que la niña tiene buenas dotes para el dibujo. Y además le encanta. A todos lados va con su libreta en donde puedes ver objetos curiosos e imaginativas figuras. A lo mejor así no son los poltergeist pero ¿qué importa?
EliminarMuy buen dibujo si señor¡¡ Yo en casa no tengo corrientes de aire, no me cómo las aceitunas sin darme cuenta...lo que pasa en casa es muy gracioso. A veces cuando cocino la placa empieza a pitar , se apagan los fuegos y ya está.Digo "dejame cocinar"...quizás al rato vuelve a suceder...pueden pasar semanas sin que ocurra , pero desde luego sigue pasando.
ResponderEliminarQuiero creer que tengo mi poltergeist en casa y que me acompaña , que está aquí para cuidarnos y con el pitido de la placa y cosas similares se deja sentir.
Quiero creer que es esa persona que tanto me quiso y que yo quise , esa persona atenta que lo daba todo por los demás. De hecho antes de ayer en la despensa saqué una caja de galletas y zasss¡ me apareció un buen dinero, un dinero que allí no estaba en otras ocasiones y dije a los mios, yo sabía que tendría su regalo de boda ¡¡ sabia que no me dejaría sin su "regalo " .
Que vivan los poltergeist¡¡¡
¡Que vivan, que vivan! Y si encima dejan regalitos, mejor que mejor. A lo mejor cuando yo encuentro, qué sé yo, 20 euros en el bolsillo de un abrigo que hace tiempo que no me pongo, no fue un despiste mío como suelo pensar sino ese elemento mágico que hay en toda casa y que de vez en cuando se deja sentir. Ojalá los que quisimos tanto permanezcan de esa manera con nosotros, haciéndonos un guiño cariñoso o alguna trastada graciosa. Como dices, Susana, quiero creer...
EliminarTodos los lunes te espero como agua de mayo, gracias mi niña, salud para todos y buena semana
ResponderEliminarQué bueno, Carmelita, tener esta cita semanal. Y qué bueno saber que estás ahí y que seguimos en contacto como siempre. Un abrazo grande.
EliminarJajajajaja, me encanta el poltergeist!!! ��:-)
ResponderEliminarNo sé si a Chari le gusta también el tenerlo enredando por la casa :-D Y a lo mejor no es tan guapo ni tan lleno de color como Eva lo imaginó. Con los seres del más allá nunca se sabe...
EliminarEso desde luego, siempre que sea simpático se podría soportar, así te tiene entretenida, pero el de Eva es muy alegre en el papel ������
EliminarSí que es alegre y simpático: tiene estrellas, colores alegres, unos ojos expresivos, sonrisa, gesto pícaro... Pero me da que los de verdad (¿?) no son así, sino un poco más oscuros. De todas formas, hay hasta poltergeist que dan buena suerte (como los Zashiki Warishi japoneses) :-D
Eliminar¡Ay!¡ Qué peso tan grande me has quitado de encima! Ahora entiendo un montón de cosas que me tenían preocupada. Mis gafas aparecen en una maceta, o mis llaves en la nevera. El tomate con el que voy a completar la ensalada desaparece y me lo encuentro más tarde en la mesita del vestíbulo. Suena el teléfono o el timbre de la calle y no lo oigo. En mis libros, las letras cambian de tamaño misteriosamente y se vuelven absurdamente pequeñas...Pero como te digo, me has quitado un peso de encima. ¡No tengo alzheimer, ni me estoy quedando sorda ni cegata. ¡Se me ha metido un poltergeist en casa! ¡Qué alivio!
Eliminar¡Justo lo que me pasa a mí, Victoria! Se me pierden cosas que tenía ahora mismo sobre la mesa, no oigo los ruidos normales, también se tornan borrosas letras que antes no lo eran... De repente, también te ves misteriosamente llevada a algún lugar de la casa (la despensa, por ejemplo) y te haces la pregunta de "¿Qué hago yo aquí?".
EliminarMejor creer en el poltergeist y sus poderes mágicos. Yo que tú le dejaba cada noche un dulce y una copita (igual que cuando se los dejas a los reyes magos), para que esté contento y no se vaya. Que con estos seres del Otro Mundo nunca se sabe.
Buenos días Jane:! Por favor,sean Vdes amables e indiquen a quién hay que encomendarse para que se instale en mi despensa un poltergeist de los que dejan dinero!.
ResponderEliminarEl dibujo de tu nieta regala alegría.
Un saludo cariñoso.
Jajajaja, me da, Rosa María, que esos también están en crisis. Los duendes que más tienen que ver con el oro son los Leprechaun irlandeses que esconden ollas de oro, por lo que son muy perseguidos. Pero nadie ha conseguido ni capturarlos ni una olla de oro de esas. Sobre ellos encontré esto en una web de Buscadores de tesoros:
Eliminar"Según la leyenda, existe en Irlanda una clase de duendes, llamados Leprechaun. Los Leprechaun son de naturaleza dual, es decir, tanto materiales como espirituales, lo que les confiere poderes especiales. Son muy traviesos, por lo que les gusta adoptar la forma de viejos hombrecillos pequeños, que disfrutan particularmente haciendo maldades y poniendo a los humanos a prueba, especialmente haciendo relucir el punto débil de casi todos los hombres: su codicia. Tradicionalmente, su oficio es ser zapateros. Dicen que mientras se mantenga la vista fija en el Leprechaun, éste no puede desaparecer, pero en el segundo que se saca la vista de ellos, se desvanecen.
Los Leprechaun son poseedores de una inmensa fortuna, la cual custodian con dedicación, debido a los esfuerzos de muchos hombres inescrupulosos por tratar de apoderarse de ella.
Otro truco que los Leprechaun usan para engañar a los humanos es, si son descubiertos, ofrecer grandes riquezas para poder escapar. En el momento en que la persona está distraída contando su oro, el leprechaun desaparece, e, instantáneamente, el oro se convierte en cenizas, quedando así la persona como al principio: sin nada".
Creo que por ese camino no nos vamos a hacer ricas ¿Probamos con las quinielas? :-D
Gracias, Rosa María. Un abrazo.
Mi más rendida admiración a vuestra sangre fría ¡Yo saldría corriendo de mi casa si tuviese un poltergeist! Con lo miedica que soy... Y vosotras dos ahí hablando del poltergeist como si tal cosa, será posible... Puestos a creer en lo sobrenatural, prefiero creer en las hadas, que son más silenciosas y me causan menos pavor :-) Besotes
ResponderEliminarNo te creas, Mónica. Me he estado leyendo todo lo que se dice de las hadas en "La Enciclopedia de las cosas que nunca existieron" y son muy quisquillosas y sensibles. Cualquier cosa las hace enfadar. Todos los animales ponen mucho cuidado en no molestarlas pero los humanos somos unos torpes y no nos damos cuenta de cuando pisoteamos un mercado de hadas o de cuando hacemos ruidos que a ellas las incordian (no viven en ningún "País de las Hadas", eso es un bulo, sino entre nosotros). Entonces pueden castigar con pesadillas o maldiciones. Y no sé qué será peor, si que hagan ruidos y escondan cosas como los poltergeist o que te conviertan la nariz en un pimiento morrón como las hadas.
Eliminar"Hay un mundo
a la vuelta de la esquina de tu mente,
donde la realidad es un intruso
y los sueños se hacen realidad..."
Así empieza "La Enciclopedia de las cosas que nunca existieron".
Un besote, Mónica.
Hola Jane. Todos "conocemos" algunas cosas extrañas. Yo tenía una tía que rezaba el mal de ojo. Yo no me lo cría, hasta que un día vino un vecino a buscarla porque iban a sacrificar la única vaca que tenían. La vaca llevaba casi una semana echada en el suelo, no comía y tras varias visitas del veterinario, decidieron sacrificarla. Mi tía fué, le rezó, mi tía se mareó, se provocó y en ese momento la vaca se levantó y comenzó a comer.A partir de ese día, creí en el mal de ojo.
ResponderEliminarOtro caso y que me tocó muy cercano es el de un señor que iba a rezarle a los enfermos. Contaban que si "veía" el espíritu por la cabecera de la cama, se curaba y si era por los pies, no se curaba. El señor lo llevaba "bien" hasta que un día le tocó rezarle a un amigo joven. Lo malo es que el espíritu siempre lo veía por los pies y aunque fué varias veces, el espíritu no se movía. Al final el señor que rezaba se marchó y nunca más volvió a rezarle a los enfermos. Esta historia me lo contó una tía mía. A partir de ese momento entendí algunas cosas del señor.
Así Jane,no sé si los poltergeist existen, pero "haberlos, haylos" Un beso Jane. Juan.
Rob J. Cole, el protagonista de "El médico" de Noah GOrdon, tenía ese "toque": el saber cuándo una persona iba a morir. Ahora se le llama "ojo clínico".
EliminarMuchas de las cosas que aceptamos hoy como parte de nuestra vida fueron en otro tiempo alimento de la imaginación. En todas las leyendas y mitologías de todos los pueblos hay seres que utilizan los elementos como armas, que curan enfermedades con sus poderes mágicos, que hacen que el fuego les obedezca... Hoy les dejamos cada vez menos espacio a esos seres. Por eso, reconforta que todavía encontremos "casos extraños", que pensemos que no todo está explicado y que de vez en cuando un caso, como el de ese señor - tan parecido al niño de "El sexto sentido" ¿te acuerdas?-, haga que un escalofrío nos recorra la espalda.
Un beso, Juan.
Muy bueno,como dices..mejor creer..
ResponderEliminarEn las creencias se vive, Iris (o por lo menos, eso decía Ortega y Gasset). Por lo menos, es bueno no desterrar la imaginación de nuestras vidas. Y echarle, claro, la culpa de todo al poltergeist de turno, jejeje.
Eliminar¡Genial!
ResponderEliminarEl que es genial (un genio como el de la lámpara) es el poltergeist de mi hermana :-D
EliminarMuchas gracias, Ana.
Este tipo de fantasmas me gustan mas que los peyorativos.
EliminarA mí también, Ana. Los otros sí que son un verdadero incordio.
EliminarLa verdad es que es un tema intrigante y fuera de toda lógica pero esos accidentes, ruidos, etc. dejan a uno sin saber qué pensar! Bueno, ya nos seguirás contando!Un abrazo.
ResponderEliminarEs lo que tiene vivir en el campo como mi hermana y yo. Cuando vives en un piso (como lo hice yo durante 33 años), cualquier ruido lo achacas al vecino o a los sonidos de la calle. Aquí te lo piensas más. Pero de todas formas, las casas también tienen sus propios sonidos (maderas que crujen, materiales que se recolocan...) y hay que saber aceptarlos sin volverse muy locos de la cabeza. Me encanta la imaginación pero pienso que el camino de búsqueda es la lógica.
EliminarUn abrazo, Begoña.
Yo siento, a veces, que hay "alguien" a mi alrededor, se que es mi imaginación pero.....me consuela. Me encantan las historias de fantasmas.
ResponderEliminarEl dibujo de Eva, magnífico, qué artista!! Un abrazo amiga.
¡Y si me vieras a mí hablar sola todo el día, pensarías no sólo que tengo a "alguien" junto a mí sino también al Orfeón Donostiarra! Voy por la casa como si tuviera al lado una compañía a la que le voy contando lo que hago, lo que pienso y lo que dejo de pensar. Cuando mi marido me oye, siempre me hace algún comentario irónico como "¿Qué? ¿De palique?".
EliminarMuchas gracias por el piropo a Eva. Como comprenderás, la abuela se esponja :-D
Un abrazo grande, Ursulita.
Ay, sesuda amiga mía, cuánto argumento racional y científico le das a mi tocaya, para explicar esos ruidos, caídas y desapariciones. Desde mi modesta aportación, yo más bien me inclino por alguno mucho más pedestre y lógico: la presencia, a cualquier hora del día o de la noche y por los rincones más atractivos de la casa, de uno o varios Ratatouilles, que curiosos, glotones,tragones y traviesos van en busca de cualquier cosa que les sirva para sus fines.
ResponderEliminarNo olvides que ustedes viven rodeadas de huertas, jardines y tierras, lugares todos en los que suelen habitar esos simpáticos roedores de campo y en los que es difícil encontrar, por ejemplo, ricas aceitunas o churros por hacer.
Será que yo soy muy descreída, pero me cuesta pensar que ningún espíritu superior, inferior o medio esté dispuesto a acompañar, asustar, molestar o, simplemente, incordiar a los pobres mortales. No creo que estén dispuestos a perder su tiempo en esas tareas, aunque, como dijo aquel, a la hora de la verdad, yo, tan descreída, ni creo ni dejo de creer...
Ah, y felicitaciones para Eva, que ya empieza a demostrar su personal estilo como ilustradora. Buena costumbre esa, de llevar a todas partes su libreta y sus lápices. Llegará muy lejos.
Pues no te lo creerás, pero te cuento una cosa que les pasó a mis padres. Vinieron un fin de semana a quedarse con los nietos en casa de mi hermana. Después de cenar, la casa en silencio, oyen que tocan en la aldaba de la puerta (no en la puerta de fuera, del jardín, sino en la de la casa). Pensando que era yo, que tengo llave de fuera, abrieron y no había nadie. Y al cabo de un rato se volvió a repetir el mismo toque.
EliminarSe quedaron un poco preocupados y nos llamaron. Pero aunque miramos alrededor de la casa tampoco vimos a nadie. Al final llegamos a la conclusión que igual eran perenquenes que pasaban por debajo de la aldaba, por buscar una explicación lógica. De hecho, yo también las busco siempre. Claro, que no sé qué me da más miedo, si una casa con un poltergeist o una llena de ratones y perenquenes :-D
Gracias por las felicitaciones a Eva. Viniendo de ti es de doble agradecer.
Pues ahí no acaba la cosa : mi fantasma es muy juguetón : en una ocasión guardé en un bote un pendiente con una perla que se había despegado . Cuando compré pegamento fui al bote y ! Oh , sorpresa ! No estaba el pendiente y en su lugar había otro diferente que no había visto en mi vida . Y el de la perla estaba en su caja arreglado ! Así tengo muchas anécdotas . El fantasma ya es de la familia. ¡Cuando quieras te lo presto , hermanita! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarY eso que no has contado cuando estabas al ordenador y en el cristal viste a alguien que pasaba por detrás. Si lo tuyo es de película de terror... Stephen King a tu lado, un contador de cuentos de hadas.
EliminarMejor te quedas al familiar ese. Me siento mayor para jugar con él e igual me trastoca todos mis collares..
Un abrazo.
Desde luego...que no son tan malos ni gamberros , una vez te acostumbras a ellos , cuando no hacen nada los echas de menos.
EliminarClaro que no son malos, Susana. Mi abuela, cuando alguien decía que le daban miedo los cementerios, decía que más tenías que temer a los vivos que a los muertos. Y a los espíritus se les puede aplicar lo mismo. :-D
Eliminar:-D Menos mal que es de la familia y mañoso, Chari ������
Eliminar¡Pues sí ! ¡Es de agradecer !
EliminarEso mismo decía la mía. Grandes sabias. Eso nos demuestra que la maldad no es algo del presente, sino de toda la vida.������
EliminarDesde el mito de Caín y Abel ya se sabía, Susana. Pero los optimistas pensamos que también es de toda la vida la bondad. Brindemos por ella.
EliminarQué lectura tan simpática, querida amiga. Mi madre también tenía un duendecillo que sabía perfectamente escoger los bombones de naranja y de coco, y transportarlos al escondite perfecto de las copas oscuras de la vitrina... A veces también bebía café, porque ella no probaba ni gota después de que el médico se lo prohibiera rotundamente. Otro espíritu velaba en el cuarto de estar y éste sí que le enfadaba, porque era capaz de de hacer desaparecer la misma aguja enhebrada más de tres veces.
ResponderEliminarMisterios que hacen viajar nuestra fantasía y creer firmemente que existen ánimas que nos hacen travesuras que nada tienen que ver con nuestros actos mundanos.
Enhorabuena a Eva por su dibujo. Sabía que era de ella sin comenzar a leer...
Algunos poltergeist (como los quicksilver) tienen como broma favorita llenar bañeras, lavabos y fregaderos hasta rebosar. Y no me extrañaría nada que la confusión de sobres que hubo este año en los Óscar, por la que le dieron el Óscar a la mejor película a una y luego fue a la otra, se debiera a un duendecillo enredador y liante.
EliminarA mí me da que hay alguno en cada casa a juzgar por todas las cosas que se estropean o se pierden o se confunden. A mí hoy, por ejemplo, se me quemó la comida del perro porque no oí el timbre avisador ¡Seguro que la culpa fue de uno de esos!
Gracias y un abrazo.
En mi casa también hay alguno-
ResponderEliminarPues abrígalo, Ramón, no se vaya a resfriar y luego no tengas a nadie a quien echarle las culpas ¡Menudo chollo es tenerlo!
Eliminar¡¡Muy gracioso!! Voy a tener un fantasma yo también....
ResponderEliminarAh, no, Marga, yo creo que hay que hacer algún tipo de oposición para tener uno. Eso o estar un poco loca, más p'allá que p'acá. Así que ya sabes.
EliminarEs posible que Chari pase más tiempo en casa....bienvenida al club, antes no teníamos tanto tiempo para escuchar y observar lo que nos rodeaba, esclavos de los horarios.....
ResponderEliminarNo pierdan la buena costumbre de caminar cada día y sobretodo de compartir esas bonitas vivencias.....un abrazo
Yo siempre he dicho, Jesús, que Chari es media bruja. No hay que olvidar que a la familia de mi bisabuela Pepa la llamaban en La Palma "los Brujos" y algo de esa vena debe haber heredado ella. Así que, tanto cuando trabajaba como ahora que está de jubileo, siempre algún fenómeno rarito le toca :-D
EliminarY no te preocupes, que no me perdona ni una la caminata diaria, no hay forma de escaquearme. Y de las vivencias-rollitos no te vas a librar...
Un abrazo muy fuerte para ti y para Luci.
¡Hola Isabel! ¿y te has planteado la posibilidad de que tenga razón? no es que yo crea en estas cosas, pero si prestando atención y poniendo los cinco sentidos en las cosas no le sale ninguna explicación razonable...pues no sabría qué pensar. Desde luego, el misterio está servido.
ResponderEliminarPrecisamente en el hotel en que he estado alojada durante mi recientísimo viaje a Escocia (lo cuento en mi blog) habitan seres de esos, según nos contó la recepcionista: cubiertos que cambian de sitio sin más, una lámpara que rueda, una cafetera que se enciende sola...En fin, que se ve que no son "nacionales" sino "universales" ;-)
Un beso
¡Un viajito a Escocia, nada menos! ¡Qué bueno! Ya leí todo tu periplo (muerta de envidia) con fantasma incluido. Es uno de los sitios donde más abundan. Dicen que hasta en el Castillo de Edimburgo se ve a un tamborilero sin cabeza, un niño al que en plena batalla, sin la suerte de su parte, un cañonazo le dejó sin cabeza y todavía se sigue apareciendo por los pasillos, el pobre.
EliminarYo creo que sí, Chelo, que la creencia en los fantasmas y seres del Otro Mundo es universal. Todos los pueblos tienen mitos y leyendas basados en casos "raros". Espero que siempre se llegue a la explicación razonable. Pero...
Todavía está en casa pululando tan pancho : De vez en cuando oímos ruidos fuertes como que se cae algo con mucho peso y nunca encontramos lo que se ha caído
ResponderEliminar¿Y se vive tranquilo, sabiendo eso, Chari?.
EliminarSí, muy tranquilo. Ya sabemos que es un fantasma amigo ��
EliminarYo, por muy amigo que fuera, ya le habría llamado la atención, oye. Que no hay ninguna necesidad de vivir de sobresalto en sobresalto. Mira a ver si le dices que se comporte y se tranquilice, no sea que amplíe sus actividades a la casa vecina y me visite a mí también.
EliminarBuena historia y precioso dibujo. Ya se veía que Eva era una artista del dibujo����
ResponderEliminarEs verdad, Loreto,y eso que es un dibujo de hace 4 años, cuando tenía 13 años. Es imaginativa y creativa.
EliminarGracias y un abrazo.
Isabel, lo es desde que la conocí con 5 añitos. Un beso
Eliminar❤🥰 Otro para ti.
EliminarJaaaajajaa qué buenooo
ResponderEliminarYo también me río cuando Chari me cuenta las batallas campales de su casa. Pero luego me quedo con un no sé, no sé...
EliminarJajajaj, me hace recordar cuando de pequeña escuchaba cualquier ruido y mi padre me decía: apaga la radio, eso es que se quedó encendida.
ResponderEliminarOye, iba, la veía apagada pero la encendía y la apagaba de nuevo por si acaso. Y así día tras día, religiosamente, sin dudar de la tomadura de pelo ��.
En casa todo iba para un vecino que queríamos, (queremos), mucho... pero ya no está. Ha tomado protagonismo la radio para los ruidos y la mujer de mi vecino para las desapariciones y caidas misteriosas. Veremos cómo nos va.
Gracias por recordar entradas pasadas, esta no la conocía. Un besote.
Sí, todos los viernes pongo una de hace 4 años para recordar dónde estábamos entonces.
Eliminary lo mejor que haces es eso, echar la culpa de ruidos y desapariciones a vecinos, radios y causas naturales. Así no nos volvemos locos. :-D