lunes, 1 de octubre de 2018

El estefanote




A la puerta de casa hay plantado desde hace más de 30 años un estefanote. No sé si conocen esta planta. Tiene una hojas verdes y lustrosas, unas semillas que parecen aguacates de lo grandes que son y unas flores pequeñas y blancas como cálices, con un perfume elegante y suave parecido al jazmín. De hecho, otro de sus nombres es "jazmín de Madagascar" por el sitio del que procede, la isla de los lémures y camaleones, allá por el Océano Índico. Cada vez que entro o salgo de casa el olor del estefanote entra y sale conmigo.

Esta semana me he ido unos días a Madrid para asistir a la jubilación de mi amiga Ana, mi compañera de habitación y de correrías en aquellos años de Colegio Mayor. Como siempre, Madrid es para mí ese lugar cercano y familiar que pareces conocer como la palma de la mano y que nunca se termina de conocer del todo.

Madrid son las gentes en el Metro, soñolientas por la mañana y cansadas del trabajo por la tarde, a los que les sube la sonrisa a los ojos al oír allí mismo un acordeón tocando "Allá en el Rancho grande...".

Madrid es la entrada de los niños al colegio, con sus carreras cuando les abren la puerta y sus voces infantiles que llegan hasta la ventana desde la que los veo.

Madrid es ir viendo a ritmo de guagua, desde Vicálvaro donde me quedo siempre en la casa de mi hija, los barrios periféricos, que siguen conservando el aire de los pueblitos que fueron, con su plaza principal, su fuente de la pila y sus viejos jugando a las cartas.

Madrid son los edificios de ladrillo rojo con balcones de forja. Es la Puerta de Alcalá y la Cibeles y las obras eternas en la Gran Vía.

Madrid es poder asistir a un debate -interesantísimo- sobre el futuro de la Universidad en el que participaron el Rector, 4 ex-rectores y un ex-ministro.

Madrid es la posibilidad de elegir una obra de teatro con gancho.

Madrid son los churros del desayuno por la mañana en la cafetería de la esquina, donde ya nos conocen.

Madrid es el reencuentro feliz con los amigos de siempre -Ana y Serra, Esperanza y Mane, Viti, Floren, Pili y Pablo...- en torno a una buena comida.

Madrid es caminar -¡Cómo se camina en Madrid!- sin rumbo fijo, disfrutando del ambiente y de los detalles.

Y luego, de repente, nos llama el aroma del estefanote. Y en un pispás te ves en el aeropuerto, y en el avión, y en el coche que nos va a recibir -¡benditos Chari y Miguel!- y en la puerta de casa ante las flores pequeñas y blancas como cálices. 

El perfume del hogar.




43 comentarios:

  1. Carmen María Duque Hernández1 de octubre de 2018, 9:59

    Gracias, mi niña, cómo siempre precioso.

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    1. Gracias a ti, Carmelita. Qué bueno que te guste y que me des ese cariño. Un beso.

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  2. María C. González González1 de octubre de 2018, 10:00

    Hermosa descripción de Madrid e intimista evocación de la planta, que nos recuerda el regreso a nuestro hogar. Gracias, por el placer de leerte!!!

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    1. Creo que todos los que conocemos Madrid tenemos un Madrid nuestro que revivimos cada vez que vamos. Cuando viví allí 4 años, me estresaban las prisas de esa ciudad en donde parece que todo el mundo va corriendo, pero ahora estas escapaditas con calma, aunque sean por poco tiempo, saben a gloria. Además, siempre sabes que el aroma del estefanote te espera.
      Gracias a ti, María, por estar ahí.

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    2. Totalmente de acuerdo con María.
      Un abrazo, Jane.
      DH

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    3. Gracias, Dorotea, otro abrazo para ti.

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  3. Ese estefanote me acompañó también el día de mi boda. Fueron las flores que llevaba en el pelo :D

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    1. Sí, es verdad. Por algo significa "corona".
      Recuerdo cuando las fuiste a recoger y luego subiste las escaleras con ellas, acunándolas entre las manos como si fueran un tesoro. Y el peinado te quedó precioso con las flores naturales. Fue hace 17 años en octubre y el estefanote estaba repleto de flores como ahora.

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  4. ¡¡Precioso !! ¡¡Como nos tienes acostumbrados !! ¡Enhorabuena!

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    1. Muchas gracias, hermanita. Ya ves que te nombro. Tú eres parte de esos recibimientos cálidos, junto con el aroma del estefanote (y los ladridos del perro).

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  5. Entrañable tu Madrid. Mis recorridos son otros, pero cada uno espera y siente Madrid de diferentes maneras y juntas forman ese caleidoscopio tan atractivo que es.

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    1. Otras veces también los míos son otros. Y eso es lo bueno, tiene tanto que ofrecer que nos podemos permitir inventar otros Madrid (más culto, más castizo, más entrañable...)
      Gracias,Milo, y un abrazo.

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  6. Pili Gil-Roldán Trujillo1 de octubre de 2018, 16:20

    ¡Tengo buenos recuerdos de Madrid y buenos recuerdos del estefanote!

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    1. De eso se trata, Pili, de acumular buenos recuerdos. Si volvemos, los renovamos y hacemos más vivos. Si no, "viviremos con el alma aferrada a un dulce recuerdo que no ha de volver", como dice el tango. :-D

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  7. Ay Isa. Qué bien leerte. Pero que bueno es tenerte siempre. Muy muy agradecida; aquello no habría sido lo mismo sin Toni y tu.
    Besos.

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    1. No nos lo hubiéramos perdido por nada. Aquello, como tú dices, fue un acto de amor, admiración y respeto por parte de todos los que te han conocido y se han quedado bizcos ante tu voluntad y bien hacer ¡No presumo yo ni poco de ser tu amiga! Nos encantó estar allí, emocionándonos y disfrutando contigo. Ya sé que en realidad no vas a jubilarte nunca pero, si alguna vez decides que sí, que ya está bien, montamos otra jubilación igual de entrañable y de divertida.
      Un abrazo muy grande.

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  8. Carmen Paz Gutiérrez Arienza1 de octubre de 2018, 16:36

    Me encanta tu descripción de Madrid, es eso, es Madrid...

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    1. Y es también mil cosas más, Carmen Paz, que habrás apreciado cuando vas, tú que eres tan atenta al detalle. Esta vez (a propósito de detalles) nos dejó asombrados a mi marido y a mí que nos cedieran en dos ocasiones el asiento en el Metro unos chicos jóvenes. Yo le dije a mi marido: "¡Qué educados son los chicos ahora!". Pero él, más realista, me contestó: "No, es que ahora somos viejos" :-D

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    2. Carmen Paz Gutiérrez Arienza1 de octubre de 2018, 22:05

      Me encanta pasear por Madrid y perderme por sus calles, sus barrios, sus gentes, siempre que voy disfruto muchísimo, por descontado aprovecho para sacar mis fotos, visitar museos y comer un buen cocido madrileño. Creo que lo que más me gusta es que nadie se siente extraño en Madrid.

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    3. Esa es una de las cosas que más me gustan, su cosmopolitismo, el que cualquier persona de cualquier país enseguida conecta y se siente comodísima en esa ciudad tan abierta a todo. En mis años de estudiante me lo decían las compañeras sudamericanas que venían a estudiar aquí. Nunca te sientes "de fuera".
      Esta vez no fui a comer el cocido madrileño (siempre voy a "La Daniela"), pero a cambio fui a Casa Hortensia, por Chueca, uno de los sitios más populares. Memorable. Qué bien se come en Madrid.

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  9. A mí se me perdió, pero mi pequeño jardín es bastante rarito con las plantas. Cuando vuelvo siempre me da olor a mi casa; ése olor especial de cada uno. Yo vivo contándolos días, en menos de quince días estaré de nuevo con mi hijo y mi nieto. Pero ya estoy desesperada porque mi nuera tiene ya cuarenta semanas y mi nieta se resiste a salir. Tiene que ser antes del trece que me estropea el viaje.

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    1. En casa las plantas que no se dan ni a la de tres son las hortensias, con lo aparentes y sufridas que parecen. Ellas buscan su sitio y si no les gusta, no hay manera.
      ¡Cómo me has hecho recordar el nacimiento de mi nieta! Imagínate, en pleno agosto en Madrid, un calor que derretía el asfalto, y nosotros desde el 2 que era el día que le tocaba, allí plantados, paseando con mi hija a la caída de la tarde, llevándola al hospital con falsas alarmas y nada de nada: mi nieta Eva también se resistía a salir. Nació el 13 y ya estábamos desesperados (también), por eso me identifico contigo.
      Que todo salga bien y la tengas pronto en brazos. Ese momento compensa todo lo demás.

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  10. Lástima que tengo perdida la nariz. Si no iría a olfatear ese arbusto tan oloroso enfrentándolo al aroma de una tacita de café.
    Madrid es mucho más. Entiendo que no te quepa todos los adjetivos en tu escrito, pero además Madrid es horchata, aceitunas, fútbol, cine, reencuentros, claxon, museos, bocadillo de calamares, papas bravas, movida... Fue una pena que estuviese gobernada muchos años por unos imberbes que casi destruyen su magia.
    Y hablando de la jubilada. ¡Ya era hora!. Que pretendía, ¿llegar a los setenta y pico trabajando?. Mis mejores deseos para Ana y bienvenida al clan de los mayores, que por cierto, hoy es nuestro día.

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    1. No creas que el estefanote es tan oloroso. Es un perfume sutil y suave que, aunque se parece al jazmín, no es tan fuerte. Por eso lo califiqué de "elegante", como si fuera una mujer que desprende un ligero aroma (y no que te deja atufado, :-D).
      También Madrid es música, El Retiro, librerías de viejo, atardeceres espectaculares. excursiones a La Pedriza o a Guadarrama... Y muchas más cosas.
      La jubilada no va a dejar de trabajar, porque para ella el trabajo es su pasión. Ahora estará unos años como emérita y seguirá investigando. Justamente eso es lo que pretende.
      Tienes razón, hoy es el Día Internacional de las Personas de Edad (no me gusta nada ese nombre. Todos somos "de edad") y también el de las Personas Sordas. No sé por qué los habrán puesto juntos... Pues nada, felicidades, oiga.

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  11. Hola, Isa, como ves, no nos hemos olvidado de ti, al contrario, te solemos, leer los artículos que para nuestro gozo,nos envías todos los lunes.
    En este de hoy, también me hace recordar, muchas cosas de Madrid.
    Aunque nací allí, por cosas de la vida, solo estuve 16 días, mi madre tenía problemas, y al tener en la Clínica Jiménez Díaz a su hermano cómo titular de cardiología, con otros medios, pues fui de paso.
    Luego ya de mayor, si , estuve y posteriormente allí comencé mi vida laboral y nació nuestro primer hijo.
    Por ello también tenemos buenos recuerdos de ese bella ciudad.
    Conozco esa planta que comentas y le dedicas hoy parte de tu sobrino comentarios.
    Yo también la tengo en mi pequeño patio - jardín, y es verdad su aroma te deja traspuesto de un indescifrable gozo.
    Un fuerte abrazo de , Socorro y mío.

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    1. ¡Qué alegría saber de ustedes! Espero volver a coincidir y vernos alguna vez por esos mundos.
      Creo que todo el mundo tiene algún bello recuerdo de Madrid. Como decía Joaquín Sabina, es el lugar "allá donde se cruzan los caminos, / donde el mar no se puede concebir, / donde regresa siempre el fugitivo...". Pongamos que hablo de Madrid.
      Un abrazo muy grande.



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  12. ¡Cómo llama el perfume del hogar!
    Cuando incluso estamos disfrutando,descubriendo o reviviendo en un lugar lejos de casa,de repente,un estallido de aroma conocido,nos devuelve a ese perfume familiar que nos llena de nostalgia de lo nuestro.

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    1. No hay nada que arrastre tanto como la nostalgia. Y esta se compone de aromas, sabores, sonidos... Cuando estaba fuera me hinchaba a llorar si oía una folía. Y no te digo nada las ganas que tenía de una leche con gofio. Y me resistí mucho tiempo a regalar los trajes de mi madre porque todavía olía en ellos su perfume. Así somos los humanos.
      Gracias, cande. Un abrazo.

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  13. Tengo dos plantas de estefanote en mi casa y su olor me encanta.

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    1. Es preciosa. Nosotros la tenemos enredada a la verja de entrada y sembrada en la tierra. Me asombra que haya durado tanto, porque hay veces que el riego no ha funcionado y ahí sigue ella, contra viento y marea. Me encanta.

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  14. Clara Delgado Martín2 de octubre de 2018, 15:52

    Como siempre un placer... y este más soy una adicta a Madrid pero tengo unas amigas.... que no me siguen todo lo que me gustaría

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    1. Pues mira, una vez al año (que no hace daño) yo sí que me apuntaría :-D

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  15. Buenas noches.
    En honor a la verdad, lo de la historia del "tafonote", no sé si me ha llegado o no a interesar, seguramente si lo viera, como buen admirador, me quedaría prendado.
    Ahora, lo de Madrid, me ha dejado maravillado, has ido desgranando todos esos sitios que, cuando vamos, recorremos una y mil veces; desde el chocolate con churros, hasta un buen plato de comida a la cena, pasando por Cibeles, Sol, Plazas Mayor y España... y un largo etcétera.
    Para mí Madrid es la ciudad que quiere que te pierdas en ella, y la dejes que te vaya enseñando todos y cada uno de sus "escondites"... ¡Uf!, tengo que volver, ¡ya!
    Haciéndome un poco de publicidad y por si quieres pasarte, navego en:
    https://arenaysalweb.wordpress.com/, pases o no, gracias por tu infinita paciencia.

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    1. Jajaja, el estefanote es una planta preciosa, pero en este caso es solo una imagen que representa el hogar. El adiós cuando nos vamos y el recibimiento cálido cuando volvemos.
      Y con respecto a Madrid tienes toda la razón, es una ciudad para perderse y encontrar rincones increíbles. Y de las comidas ni te cuento...
      Gracias por mandarme tu página. Por supuesto que me pasaré por ella. Solo el título ya promete.

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  16. Ni idea de esa palabra/planta.... Pero me gusta!

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    1. Es esa que ves ahí, Floren. Una variedad de jazmín con un olor más suave. Es muy bonita.

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  17. Ay Madrid, y EL ESTEFANOTE; teníamos uno en el jardín de casa de mi madre y se nos perdió. Lo sembró mi hermana y qué pena. Como bien dices ese perfume sutil, como el del jazmín.Que también tuvimos en el patio de la casa donde nacimos y tuvimos que quitar por humedades para os vecinos...armas de hogar, Isa, aromas de niñez. Bonito relato , como siempre.

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    1. Ahora el nuestro está de capa caída a pesar de que este es su mejor tiempo (octubre, noviembre...). Voy a tenerlo que hacerle mimos a ver si revive. Lo que tengo precioso ahora es el cactus de navidad que se adelantó a diciembre.
      Las plantas llevan su ritmo...

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  18. Da gusto leerte.Un beso, Isabel. Me interesa el estefanote😊😘🍀

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    1. Muchas gracias, Nuri. Es una planta bonita y curiosa. Mi hija llevó sus flores en el peinado que le hicieron en su boda y llamaba la atención.
      Un beso y a ver si nos vemos.

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  19. En el jardín de casa también "vivía" mi estefanote. Durante muchos años ese perfume dulzón nos acompañaba, pero un día, mis vecinos decidieron matar las malas hierbas y sin advertirnos de lo que estábamos a punto de vivir, el dañino líquido se empezó a filtrar por debajo de la tapia que nos separaba e hirió de muerte a nuestra preciada planta... Tus palabras, siempre llenas de belleza me han recordado a mi pérdida, dolorosa e irreparable y como en la vida misma, aunque hemos plantado otro que hace poco ha empezado a regalarnos sus flores, no ha podido hacerme olvidar al primero. Gracias, Jane, por acercarnos a nuestros recuerdos.

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  20. Comparto tu excelente reflexión. Permíteme que yo también me traslade a mi infancia, a mi juventud, a toda mi vida acompañada de ese perfume tan conocido del estefanote. Es tan entrañable y familiar recordar los pequeños jardines frontales de las casas donde me crié. Era raro que no tuvieran plantado uno de ellos. Ese perfume nos acompañaba mientras jugábamos en la calle, sin miedos. Cuando empezamos a conocer el amor, cuando visitábamos a mi abuela . Cuando nos sentábamos en aquellos sillones de mimbre por las noches delante de su casa y créeme cuando se fue mi madre y mis seres queridos, también recuerdo su olor. Gracias por recordármelo.

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  21. No es anónimo soy Rosa Afonso

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