¿Saben que me entrevistaron para salir en la tele? Pues sí, yo ahí, en el patio de mi casa, delante de un cacho maquinón que me grababa y con pinganillo en la blusa, tal cual si fuera un político de relumbrón o una Belén Esteban cualquiera. Para que no se queden intrigados con lo de a cuenta de qué esta repentina fama, les cuento que la culpa la tuvo este blog. Hace un tiempo, el 13 de mayo de 2013, escribí un post que titulé "El día del eclipse". El director de "Canarias en portada", que quiere hacer un programa sobre fenómenos naturales especiales ocurridos aquí (el eclipse total de sol, la plaga de la langosta, la explosión del Teneguía...), estaba buscando testigos de los hechos, leyó aquel post y me escribió. Y como a mí me gusta alegar y no tengo secretos con el mundo, fui y lo conté todo otra vez: los cristales ahumados, los gallos cantando, la noche en el día, el avión ultrasónico dibujando su línea en el cielo, el asombro y el miedo... Después cuando me vi (ya me verán ustedes para mayo o junio), me di cuenta de que me grabaron por mi lado malo y que debía haber exigido, como dicen que hacía Sara Montiel, que pusieran un velo ante el foco de la cámara para que difuminara los estragos del tiempo. Para una vez que salgo en la tele y yo con estos pelos.
Por supuesto, la familia y los amigos han estado vacilando tanto sobre si ahora se me va a subir a la cabeza la fama que tentada he estado de ponerme a firmar autógrafos. Pero mejor les digo que la fama es, ¡ay!, una diosa efímera que tanto te sube al Olimpo como te baja a los abismos. Cuando Hugh Grant en la película "Notting Hill" rechaza a Julia Roberts porque ella es una actriz superfamosa y él, "ni mi madre se acuerda a veces de mi nombre", ella le contesta "Eso de la fama no es real ¿sabes? Y solo soy una chica delante de un chico pidiendo que la quieran". Así que ya saben, la fama, al final, no es más que un espejismo.
Pero luego me quedo pensando y me acuerdo de Santa Catalina. Ustedes dirán que no tiene nada que ver, pero déjenme que les cuente. Cuando yo estaba en el colegio, uno de los días más celebrados era el de Santa Catalina de Siena, una monja dominica que vivió solo 33 años allá por el siglo XIV. Parece que fue una persona buenísima, de esas que ayudan a todo el mundo, incluso a los Papas (los convenció para que volvieran a Roma desde Aviñón), una de las primeras mujeres en ser nombrada Doctora de la Iglesia. El día de Santa Catalina nosotras nos vestíamos de gala, desfilábamos con velas en la mano y cantábamos un himno que me gustaba mucho: Cantad a Catalina plegarias fervoroooosas, de lirios y de rosas su frente cooooronad...". Pues bien hace poco me enteré por mi nuera, que es ahora profesora de las Dominicas, que las notas de ese himno suenan en todos los cambios de hora en el colegio. Imaginen, después de 7 siglos que hace que murió, se la recuerda cada hora -¡Cantad a Catalina...!- ¡Eso sí que es ser famosa! ¿Y saben qué les digo? Que donde esté Santa Catalina, que se quiten las Belén Esteban, las Sara Montiel y todos los entrevistados de la tele (incluida yo).
Hola, Jane:
ResponderEliminarDespués de leer esta entrada, salté a la del eclipse, que me pareció preciosa. Seguro que en pantalla estás mucho mejor de lo que te parece, pero no sé por qué la cámara quiere a algunas personas más que otras.
Un abrazo.
Mis amigas del cole me llaman Miss Fotogenia porque dicen que salgo muy bien en las fotos (una incluso dice que salgo mejor en las fotos que en la realidad). Pero en los vídeos es otra cosa, no hay manera de engañar a la cámara (y más si te cogen por el lado malo). En fin, qué se le va a hacer. unas nacen para ser Audrey Hepburn y otras para Rossy de Palma.
EliminarDicen que mientras alguien te recuerde, no mueres del todo pero, como cantaba Freddy Mercury, who wants to live forever?
ResponderEliminarEso digo yo también, menudo latazo. ¿Y quién quiere pasar a la posteridad, "ese futuro que no nos pertenece", como decía Elvira Lindo?
EliminarLa inmortalidad siempre me ha parecido un tema muy interesante. Lo ideal para mí sería poder vivir hasta estar preparados para morir, ya fueran 100 o 1 millón de años. Todo esto, claro, sin tener en cuenta demografía, recursos naturales y otros detalles.
EliminarEn la vida tal vez importe más la calidad que la cantidad. Como escribe Benedetti: "Y sin embargo viejos, lo que se dice viejos, eso es solo un rumor de los muchachos. Por ahora la clave es seguir siendo jóvenes hasta morir de viejos".
EliminarIsa, leí tu post. Me encantó, como siempre. Me hiciste rememorar los días de gala en el colegio, darme cuenta de que te vacilas del famoseo, y de lo humilde que eres. Tú si que vales, amiga. Eres un lujo de persona.
ResponderEliminarEs que si lo piensas, Ani, estar orgulloso por ser famoso es una tontería. Hoy que estuve en la peluquería (que es donde yo me pongo al día en esos asuntos) , no conocía a ninguno de los "famosos" y algunos lo eran porque se habían enrollado con otro famoso. Me dirás tú...
Eliminar¡Y mira que era feo el uniforme de gala!
Gracias por tus palabras, mi amiga. Tú sí que me quieres :-D
De que te quiero, y mucho, no lo dudes, amiga.
EliminarComo todos tus blogs, un encanto. Tienes la virtud de hacer entretenido cualquier tema que te propongas, por muy trivial que sea y acercar, de forma sencilla y amena, temas de mayor profundidad. Para mucho te ha servido explicar filosofía!!! Besos, Isa!
ResponderEliminarGracias, Milo. Siempre me acuerdo de cuando me hiciste escribir sobre las sillas de formica, jajaja... Pero es verdad que cualquier tema forma parte de lo que somos y se presta a filosofar. Cuando en clase mandaba a leer un libro al año para que extrajeran enseñanzas filosóficas, nunca les mandaba un libro elegido por mí sino por los alumnos mismos. En cualquier tema se puede profundizar.
EliminarBesos.
Para la próxima un autógrafo
ResponderEliminarYo, de quinceañera, tenía un libro de autógrafos con las firmas del Dúo Dinámico, de Pepe Isbert, de Rocío Dúrcal... ¡Vete tú a saber dónde andarán esos autógrafos! Así que para lo que sirven, mejor nos ahorramos la tinta. ;-D
EliminarIsa: qué divertido!! Avísanos cuando sepas que vas a salir que no me lo quiero perder. Yo no soporto que me graben y menos aun oirme la voz. Abrazotes
ResponderEliminarDebemos tener distorsiones en el oído porque yo tampoco me reconozco la voz. Y seguro que no tengo tampoco esa nariz... Encima ni me pinté ni me hice la manicura ni fui a la peluquería, así que avisaré cuando salga pero diciendo de antemano que prohibido criticar, y que cuando sea más famosa (si cabe) me traeré a una maquilladora particular, pa que no digan...
EliminarUn abrazo.
¡Qué guay!
ResponderEliminarPues sí que hay cosas guay en este post: que se recuerde a Santa Catalina cada hora en mi antiguo colegio, que la fama está sobrevalorada y que en realidad no es para tanto, que tu prima se enfrascó a alegar sobre aquel octubre de 1959 en que vio por primera y única vez en su vida un eclipse total de sol... Es verdad, qué guay.
EliminarUn besote, Carmelita.
Sí, por favor, avisa cuándo y en qué cadena sales!
ResponderEliminarCreo que es en la 2, pero no estoy segura. Cuando me avisen, aviso.
EliminarMi duquesa! Me encantó tu relato, como siempre optimista y divertido. Tú no necesitas ni peluquería ni maquillajes para estar guapa...avisa para poder presumir de amiga famosa. Un abrazo
EliminarMuchas gracias, mi realeza. Piropos así solo pueden venir de quien nos quiere bien y no se fija mucho en arrugas y otras boberías. Avisaré, avisaré. Un abrazo grande.
EliminarSiempre me sorprendes Isa
ResponderEliminarEres como la caja de bombones del Forrest Gump pero en sandwich de tomate... por cierto, tenia salmon ?
Noooo, qué va. Tenía tomate (con sal y pimienta) y se acabó. Sólo que el pan estaba untado de mayonesa con ajo majado. A veces las cosas más sencillas son las más sabrosas. 😉
EliminarIsabel. Sigues con tus blogs, tus compañeras del cole reconcemos tu facultad para escribir, y nos vemos parte de lo escrito, ya que tuvimos , parte de tu aprendizaje, en nuestro colegio
ResponderEliminarPues sí, Amparo, hemos compartido filas, uniformes, cánticos, columpios, clases luminosas y un patio precioso con laureles enormes. Y a Santa Catalina. Ya es bastante.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Yo también estuve en el colegio de las Dominicas y me acuerdo de ese traje de gala con un gran lazo negro y el velo ,muchas gracias por recordarlo��������
ResponderEliminarEs que el traje de gala era para no olvidarlo. ¡Mira que era feo y poco favorecedor...! Y con ese velo, que a Fina Santos se le quemó una vez junto con los tirabuzones, por Dios... Nos salvaban la juventud y las risas.
EliminarHola cariño. Hoy has hecho que empiece el día con una sonrisa. Recuerdo la fiesta de Santa Catalina y ¡¡¡ todavía me acuerdo de la canción!!!. Un beso
ResponderEliminarEs que tenía un ritmo muy bonito y alegre. A mí que me encantan los himnos (hasta el nacional), se me pega un montón. Si estuviera en el colegio, seguro que todo el día estaría con lo de "¡Cantad a Cataliiiina....!".
EliminarY que sigamos empezando (y terminando) los días con una sonrisa.
Un beso.
Que emoción, Isa, sabes que es mi Santa Preferida..
ResponderEliminarTengo un hijo que nació ese día y tengo muchas cosas bonitas que hablar de ella. La última fue que no encontrábamos Colegio Mayor para mi nieta y fui a verla y se lo pedí y me lo concedió.
Era una gran mujer.
Sin duda lo era, Nievitas. Una mujer que destaca de esa manera en una vida muy corta y en plena Edad Media tiene que serlo. Escribió cerca de 400 cartas y medió en los grandes asuntos de la Iglesia.
EliminarA mí lo que me deja traspuesta son las visiones que tenía. Como la que cuentan de que se le apareció Jesús y le propuso que eligiera entre una corona de oro u otra de espinas. Ella eligió la de espinas y por eso siempre se la representa así. ¿No crees que fue un poco masoquista? ¿Y por qué Jesús le da a elegir entre esas dos cosas tan raras? Yo no querría ninguna. Me da que todo eso es un bulo de los de aquellos tiempos ¿no crees?
Tantas y tantas cosas de nuestro colegio, menudo patio teníamos, con bancos y detrás la capilla y encima el comedor, con nuestros cubiertos, hasta con palas para pescado grabados y nuestras servilletas bordadas, que nos llevábamos cada viernes junto al baby a lavar a casa!!
ResponderEliminarYo lo recuerdo con tantísimo agrado y positivismo!!
Yo solo estuve en el internado en una ocasión durante unos días. Desgraciadamente solo me acuerdo de que me tenía que duchar muy temprano con agua helada. Me cogí un catarrazo tan grande que no duré nada dentro. Ni servilletas bordadas ni palas para el pescado grabadas recuerdo. Me debería haber fijado más.
EliminarAsí y todo fueron unos años muy felices.
Cuidado que engancha Isabel ����
ResponderEliminarSiiiií, a ti te veo enganchadísimo. Pero no te preocupes que procuraré desintoxicarme poco a poco
EliminarMuy simpático todo. Yo también canté muchas veces ese himno… Un fuerte abrazo y a seguir contando cosas interesantes.
ResponderEliminarMuchas gracias, Conchi, muchas generaciones estamos unidas a ese himno. otro fuerte abrazo para ti.
EliminarPues entonces Sta.Catalina es la sustituta de la tradicional campana,qué bien...Las monjas,no paran de modernizarse.
ResponderEliminarMe imagino a la encargada de la órden como una pincha discos dándole a los botones. Al menos, no lo tienen que cantar en cada cambio jajaja....Aunque no hubiera quién no lo supiera,porque el himno yo creo que superó a la Santa en fama. Enhorabuena por tu entrevista televisiva.!!!
Además, como es una canción tan pegadiza, yo me imagino a mí misma en el colegio todo el rato con el guineo de "¡Cantad a Cataliiiina...!". Menos mal que no eran tan modernas en nuestros tiempos. ¿Y era una campana y no un timbre? Ya me hiciste dudar.
EliminarGracias por la enhorabuena, pero no es para tanto. Es una entrevista de recuerdos solamente, no sobre mis logros científicos, jejeje.
Un beso, Cande.
Jajaja pues no sé yo...Isa. Ufff cada hora¡!
ResponderEliminarLa melodía es bonita (tarararárarara...) y supongo que ya no se dan cuenta pero no me digas que no es un signo de estatus y categoría ¿Quién tiene hoy una canción en que cada hora la recuerden?
EliminarAhora cuando estuvimos en Siena por supuesto que fuimos al convento de Santa Catalina. Allí había una estatua de ella con los brazos en alto y ni cortas ni perezosas las 8 que íbamos (todas domínicas) nos pusimos a berrear el himno con los brazos en alto también. "Cantaaad a Catalina...". En esto nos salió una monja furibunda diciéndonos: "¡¡¡Sssshhh!!!" y nos bajó los humos, además de echarnos de allí. Estoy segura de que Santa Catalina no estaba de acuerdo.
EliminarMe ha encantado como siempre
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