lunes, 22 de julio de 2019

Una declaración de amor




Me lo contó mi amiga Eli, que vive en Las Palmas. Hace unos días murió su marido Juan Francisco y, en lugar de ir todas las amigas allá a acompañarla, Eli prefirió venirse ella a Tenerife, reunirnos en El Cristo de La Laguna y luego ir a comer juntas. No paramos de hablar cuando vino, pero sobre todo hablamos de Juan Francisco, de lo generoso y buena persona que era y de todo lo que la quiso. En un momento alguna de las amigas preguntó: "¿Y cómo se te declaró?" y Eli se echó a reír: "¿Que cómo se me declaró? ¡No lo hizo! Espera que te cuente...".

Eli tenía entonces 20 años y estaba en Las Palmas haciendo 2º de Enfermería. Él era su profesor, un cardiólogo recién llegado de Alemania con 34 años, demasiado viejo para su gusto. Así y todo, Eli sí que notó que el profesor no le quitaba ojo y también se extrañó porque, cuando terminó su mes de prácticas con él, en lugar de rotar con otro como las demás, se lo volvieron a asignar. Cuando llevaba casi 2 meses trabajando con él, Eli le pidió permiso para irse un viernes a Tenerife porque su hermano hacía la Primera Comunión al día siguiente. Por supuesto, se lo dio. Y no solo eso, sino que cuando ella salía para el aeropuerto, "casualmente" se lo encontró y la llevó en su coche, preguntándole de paso si tenía novio y tal y cual. 

Bueno, pues ahí tenemos a Eli en su casa de Tenerife celebrando la Primera Comunión de su hermano y a punto de empezar a comer (con padres, abuelos, tíos llegados de El Hierro para la ocasión, primos... Toda la familia), cuando tocan a la puerta y ante su asombro y estupefacción, allí estaba él -¡¡¡Doctor Fleitas!!!", dijo ella-, más ancho que Pancho, diciendo algo así como que pasaba por aquí y me acordé de la Primera Comunión de su hermano. La madre, "¿Quiere quedarse a comer?", él: "¡Ah, pues sí, muchas gracias!" y Eli, muda como una piedra y los ojos como platos. Y en medio de la comida él va y le suelta al padre de Eli: "Pues mire, Don Juan, yo quería hablar con usted porque quería decirles que me voy a casar con Eli". Si hubiera tirado una bomba, no hubiera causado mayor asombro. Fue un cataclismo, un momento de ¿¿¿Quéééé??? en el que todos se miraron sin decir ni mu. La madre de Eli rompió el silencio para preguntar con voz trémula: "¿Es que hay alguna emergencia?", a lo cual él, que parecía el más tranquilo de todos, le aseguró que "No, señora, ninguna, por ese lado puede estar tranquila", mientras Eli, casi en estado de shock, pensaba. "Pero si no le he tocado ni la mano...". Cuando el padre pudo hablar por fin y le dijo que lo que quisiera su hija, Juan Francisco, sin más preámbulos, cogió la mano de Eli y le puso un anillo, el mismo que todavía hoy ella lleva en el anular de su mano izquierda y que ven en la imagen.

"¿Pero no le dijiste nada?", le preguntamos todas, asombradas porque la conocemos bien y sabemos que no es de las que se callan lo que piensan. "Sí, después sí, pero en ese momento no supe ni qué decir. Tenía 20 años, era mi profesor, sabía que era bueno y leal, no quería avergonzarlo delante de toda mi familia... Pero después sí, después se lo tuvo que currar". Y tanto se lo curró que eso fue en mayo y se casaron en septiembre.

Eli y Juan Francisco han tenido un matrimonio largo y feliz durante 50 años. Ahora, 3 meses antes de celebrar sus Bodas de Oro, él ha muerto en paz rodeado de su mujer, sus cinco hijos, yernos y nueras y sus cinco nietos. El día después desterraron móviles, teles y visitas y todos lo dedicaron a estar juntos y a hablar, hablar y hablar, entre otras cosas, del abuelo bondadoso que una vez se atrevió a pedir la mano de la abuela guapa de un modo tan original y osado. Cae, una de las amigas, cuando supo de esa partida tan serena, nos recordó a todas el final de la "Coplas a la muerte de su padre" de Jorge Manrique. Y aquí se las traigo:

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
olvidados, 
cercado de su mujer,
y de hijos y de hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio,
el cual la ponga en el cielo
y en su gloria;
y aunque la vida murió,
nos dejó harto consuelo
su memoria.

(A Eli y a Juan Francisco, a los que nadie les podrá quitar los buenos recuerdos de una vida compartida)

48 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí que lo es. Una historia de esas para contar a los nietos y a los bisnietos y que se queden asombrados.

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  2. Juancho Aguiar Clavijo22 de julio de 2019, 10:20

    ¡Qué bonito!

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    1. ¿Verdad? Es una historia bonita, pero a mí lo que me asombra es la seguridad en sí mismo que él tenía para meterse en una casa llena de parientes sin conocerlos de nada y soltar su bomba. El amor es lo que tiene :-D

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  3. ¡Oh!, excelente historia digna del siglo XIX. Cuando se va camino de los 50 años de convivencia se aprecian sucesos como el narrado. Lamentando el fallecimiento del profesor, no es menos cierto que se agradece comprobar que aún quedan personas que mantienen su relación basada en un "férreo compromiso de vida". Gracias por compartirlo.
    Antonio Cáceres

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    1. Bueno, basada en un férreo compromiso de vida, basado a su vez en el amor y la lealtad. Yo también voy camino de los 50 de casados (me faltan 2), pero del día en que nos conocimos, ya hace 54 años. Somos casi como familia.

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  4. Aunque estaba presente cuando lo contó, ahora al leerlo, se me han saltado las lágrimas. Las que conocimos a Juan Francisco, sabemos que fue un excelente marido, padre y abuelo.

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    1. Aparte de lo buen cocinero que era. Cada vez que me acuerdo de aquella fideuá maravillosa a la que nos invitó a las 13 o 14 que fuimos a Las Palmas, se me pone la mirada tierna. Hombre generoso y con sentido del humor. Eli fue afortunada.

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  5. Qué historia tan preciosa!!! Dile a tu amiga, que él siempre estará con ella, porque no lo podrá olvidar aunque quisiera...

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    1. Es verdad, eso es lo que tiene haber compartido toda una vida. Cualquier rincón está lleno de recuerdos y trasciende la pareja. Como dice la canción, "en la calle codo a codo somos mucho más que dos".

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  6. Rosa María Fuentes Herrera22 de julio de 2019, 16:23

    Preciosa historia.

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    1. Además de divertida, Rosi. A mí el momento en que la madre pregunta temblando lo de "¿Es que hay alguna emergencia?", me parece glorioso.

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  7. Me encanta y me da penita también. Saludoos!! ��

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    1. No debería darte mucha pena. No somos eternos. Juan Francisco sentía que ya había llegado su hora y se fue en paz. Tuvo una vida plena, quiso y fue querido ¿Qué más se puede pedir?
      Un beso.

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    2. Esa empatía que se siente aún sin conocer a las personas...��

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    3. Sí, ya de eso hablaba Terencio cuando dijo lo de "Soy humano y nada de lo humano me es ajeno". Yo me he visto llorando en una novela por María Antonieta... Te entiendo.

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  8. Preciosa la historia y tu post al relatarlo. Un abrazo para Eli.

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    1. Se lo daré de tu parte, Iris. Ella te recordará de los dos días en los que estuvimos en Las Palmas y nos acompañó. Es, como pudiste comprobar, una persona estupenda.

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  9. Marilí Lorenzo del Pino22 de julio de 2019, 16:32

    ¡Divertida y conmovedora!

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    1. ¡Sí! Eli nos contó que él muchas veces se la contaba a los nietos. Y también lo de que Eli lo llamaba a sus espaldas "el viejo" (¡con 34 años!).

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    1. Es una historia que tiene todos los ingredientes para serlo: sorpresa, amor, risa, asombro... y continuación de la historia.

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  11. Silvia López Cabrera22 de julio de 2019, 16:42

    Qué emocionante esta historia.

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    1. Pues imagínate lo que debieron sentir los presentes, que fueron a una Primera Comunión y se encontraron con una petición de mano. Yo soy Eli y me caigo de culo :-D

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  12. Violeta Vara León22 de julio de 2019, 16:44

    Dichosos aquellos que han disfrutado del amor como Eli y su esposo. Un gran abrazo para ella��

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    1. Por eso siempre digo que, cuando se encuentra un amor correspondido, hay que aceptarlo y cuidarlo mucho. No todo el mundo tiene esa suerte.

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  13. Pilar Valenzuela García22 de julio de 2019, 16:47

    Preciosa historia de amor la de Eli... Desde aquí mi abrazo.

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    1. Oírsela contar a ella, poniendo las caras -la de su madre, la de Juan Francisco, la de estupor de ella...- convierte la historia en algo más precioso y divertido. Y los comentarios de después, como el de la abuela diciendo que le parecía viejo para Eli...

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  14. No pudimos tener mejor embajadora de la vida y el amor.
    Eli es pura vitalidad y energía, capaz de desplazarse por nosotras, cuando yo, tendría la mejor excusa para meterme bajo una manta. Ella es así y es contagiosa su actitud.
    Escuchar esa bonita historia, nos puede dar la pista de la razón:EL AMOR. El amor todo lo puede.El amor a su esposo, a su familia, a sus amigas.
    Ella desprende ese amor en el brillo de sus ojos y lo esparce con absoluta generosidad. Me siento muy orgullosa de su cariño y afortunada de compartir tan entrañables momentos con todas.
    Ése es el único equipaje que vale en la gran despedida.

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    1. Suscribo todo lo que dices, Cande. Para mí siempre ha sido un ejemplo, no tiene nada de pereza en coger un avión y plantarse aquí, como quien coge la guagua. Y sabe mirar las dificultades cara a cara, es valiente y generosa. Por eso todo el mundo la quiere.
      Gracias por tu comentario. Un beso.

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  15. Mi declaración fue también original.

    Llevábamos un par de años de novios “formales” pero no habíamos hablado de boda. Así que en el aeropuerto cuando me venía a trabajar a Tenerife le dije: ¿que te parece si en octubre nos casamos? No me contestó y yo le añadí, pero tendrás que prometerme que terminarás la Carrera.

    Por fin reaccionó y nos dimos un abrazo. Después le dije que en Semana Santa volvería para darle formalidad al asunto hablar con los tíos-suegros, el anillito y lo demás.

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    1. Y si vieras que, en mi caso, yo no me acuerdo de ninguna declaración ni nada... LLevábamos 6 años de novios y en cuanto conseguimos trabajo, nos metimos a preparar la boda sin más allá ni más acá. En 3 meses montamos el tinglado, nos buscamos un sitio para vivir y hala. Sé que mi marido uno o dos años después de casados me regaló un anillo con un brillantito. Con un poco de retraso pero...
      Yo también me casé en octubre.

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  16. Yo conocía algo de la historia de Eli y Juan Francisco, pero nunca se la había oído contar con tanto detalle y humor como nos la contó a todas, el otro día. Es, al mismo tiempo, muy conmovedora y muy cómica y hoy, al volver a revivirla con la lectura de tu post, no pude evitar reírme con las mismas ganas conque lo hice la semana pasada.
    Mientras oía a Eli, me acordé de cuando llegó a nuestro colegio, recién venida de Venezuela, comunicativa, simpática, alegre, divertida y haciendo nuevas amigas con esa facilidad que siempre la ha caracterizado. A mí me captó, desde el primer momento, por el desparpajo y la soltura conque se dirigía a las monjas y profesores, muy natural y muy educada, pero sin cortarse un pelo.
    Por eso, no me extrañó que su profesor, cuando la conoció, se quedara atrapado en sus encantos y hubiera urdido toda aquella trama de encuentros casuales y que lo trajeron hasta Santa Cruz, para convencer a sus padres y a ella, de que tenían que casarse.
    De verdad que, cuánto más lo pienso, más me parece una historia de amor digna de convertirla en novela o en película romántica, que empezó de una forma tan original y duró la friolera de 50 felices y prolíficos años.
    Historias como esa no deben abundar y debemos considerarnos afortunadas por haberla conocido y, sobre todo, porque sus protagonistas son nuestros amigos, hemos podido disfrutar de ellos y de su generosidad, en muchas ocasiones, y no los vamos a olvidar nunca.

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    1. Ha sido siempre una amiga genial con la que hemos tenido historias de las buenas. Desde que entraba a la clase durante el examen de Ciencias para darnos la revista del Colegio con el examen dentro hasta la vez que la castigaron con otras internas por haberse fugado a ver el France. Cada vez que nos vemos y empieza a contar y a recordar la risa está garantizada.
      Para estar juntos 50 años tiene que haber mucha complicidad y amor. Te lo digo por experiencia :-D Y tienes razón, es una suerte en la vida.
      Un beso.

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  17. Ay, Jane, estoy llorando y eso en la ofi no queda muy bien. He tenido que echarme gotas para disimular. Jajaja.

    Menuda historia, desde la "pedida de mano", que era para darle dos tortas a ese señor, pobrecilla tu amiga Eli, una cría, qué le iba a decir, cómo iba a reaccionar. Hasta su fallecimiento en paz y rodeado de quien lo quería. Muy muy emocionante y emotivo.

    Eli ha salido más veces por aquí. Un abrazo para ella en estos momentos tan tristes. Y para ti un beso enorme, Jane. Y gracias por contarnos historias como esta con tu estilo tan natural y divertido. MUAC.

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    1. Sí que ha salido, sí. Ella fue la que rechazó y nunca más le habló a un pretendiente que le rompió unas gafas pop-art con las que ella se sentía divina de la muerte. Y ella fue la que me habló de 2 hermanas gemelas de más de 80 años que se llamaban María Metalurgia y María Siderurgia. Eli me ha contado muchas historias ¡y las que le quedan!
      Un beso. Y lleva gafas negras o algo así a la oficina por si acaso. :-D

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  18. Mari Carmen González Zamorano23 de julio de 2019, 16:28

    A pesar de haberlo oído, hoy contándolo tú me emocionó. Fue un gran matrimonio y tú, Isa, un gran comunicadora. No se puede relatar mejor una historia tan bonita

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    1. Muchas gracias, Mari Carmen, pero oyéndola de Eli no tiene mérito. Es casi transcribir lo que nos contó.
      Un abrazo.

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  19. Isa, muchísimas gracias, un recuerdo maravilloso. Lo has descrito muy bien.

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    1. De nada, Eli. Junta todos los recuerdos bonitos y da gracias por esa vida fantástica que has tenido. Yo las doy por haber compartido también parte de ella.
      Un abrazo muy grande.

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  20. Emotivo, pero también muy divertido. Sobre todo si nos acordamos de la gracia conque Eli lo contó... A mí me hizo reír el recordarlo.

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    1. Gracias, Carmen, de eso se trata, que la emoción y la pena por la marcha de Juan Francisco no empañen los momentos divertidos que han vivido. Todo eso es materia para el recuerdo.

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  21. Me da envidia sana! Mujer afortunada Eli!��

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    1. Sí que lo es, Juany. Pero creo que, más que por las circunstancias que le han tocado vivir, por su forma de encararlas y saber reaccionar ante ellas. Muy afortunada. Y los que somos sus amigos, también, precisamente por serlo.

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    2. Sí,sobre todo ,son admirables las personas que se sobreponen a las malas jugadas de la vida.¡Saludos!

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    3. Sí, se repite mucho pero es la verdad de la vida: no somos libres de lo que nos pasa, pero sí de nuestras reacciones ante lo que nos pasa.
      Más saludos.

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  22. Flor Delia Conde Javier24 de julio de 2019, 19:25

    Me encanta !!! Como relatas lo cotidiano , aunque la historia es bastante original.

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    1. Gracias, Flor. Por lo menos es verdad que la historia no es vulgar y corriente. No conozco a nadie que se haya presentado así ante toda la familia de su amada, tíos herreños incluidos, sin haber consultado antes con la susodicha amada y tratándola todavía de "usted". :-D

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